Modelo de selección sexual runaway de Fisher
El modelo de selección sexual runaway de Fisher, también llamado selección autoreforzante de Fisher o selección autoreforzante fisheriana (Fisherian runaway, en inglés, en ocasiones se traduce como ""modelo fisheriano de selección desbocada"" o ""selección descontrolada"" o ""selección en cascada""), propuesto primero por el estadístico y biólogo evolutivo británico Ronald Fisher en los primeros años del siglo XX, es un mecanismo hipotético de selección sexual genética de evolución en la preferencia, por parte de uno de los sexos de una especie (generalmente las hembras), por un carácter fenotípico (por ejemplo, la ornamentación exagerada, uno de los caracteres sexuales secundarios) en el otro sexo (generalmente los machos). Este modelo trata de explicar, por un lado, el comportamiento observado en numerosas especies que producen descendientes a través de la reproducción sexual y, por el otro, los mecanismos de la elección femenina, la preferencia o atracción de hembras por los machos que presentan esa característica.La evolución de la ornamentación, un ejemplo de la cual son los plumajes elaborados de color de los pavos reales comparados con los plumajes relativamente apagados de las hembras, representaba una paradoja para los biólogos evolutivos de los años posteriores al fallecimiento de Charles Darwin hasta la síntesis evolutiva moderna en la década de 1930; la selección por ornamentos que cuestan aparecía a los biólogos de aquel tiempo como incompatible con la selección natural. Fisherian runaway fue un intento por resolver esta paradoja usando un base asumido por las dos influencias, la preferencia y también el ornamento, y usando las poderosas fuerzas de la selección sexual como mecanismo. Este modelo conjetura que hembras eligen machos «atractivos» con los ornamentos más exagerados basados solamente en la posesión de esta ornamento por este macho. Según Fisher, si la fuerza de la preferencia de hembra es suficiente, esta preferencia por ornamentación exagerada en la selección de una pareja minará la selección natural si la ornamentación sexual misma no es por otra parte adaptable. Fisher conjeturó que esta oposición resultaría que los descendientes de la próxima generación de machos tendrán más posibilidad de poeer este ornamento, y las descendientes hembras tendrán más posibilidad de preferir este que la generación anterior. En las subsiguientes generaciones esto llevaría a una selección fuera de control por un mecanismo de realimentación positiva, por machos quienes tienen las decoraciones más exageradas.Este modelo buscó explicar las paradojas de la ornamentación masculina pero a pesar de esto ni los mecanismos ni los caracteres sexuales secundarios ni tampoco las preferencias son restringidos a este sistema: Fisherian runaway se puede aplicar para incluir el carácter biológico y el carácter psicológico del dimorfismo sexual como comportamientos y exhibiciones expresados por los dos sexos.Este modelo no ha podido demostrarse experimentalmente con facilidad, a pesar de que teóricamente es plausible, debido por una parte a las dificultades para detectar el mecanismo genético y el proceso por lo cual se inicia.