Enjambre sísmico
Un enjambre sísmico es la ocurrencia de un conjunto de eventos sísmicos en un área específica durante un periodo de tiempo relativamente corto. El período de tiempo utilizado para definir el enjambre en sí varía, aunque el Servicio Geológico de los Estados Unidos señala que un evento puede darse en el orden de días, semanas o incluso meses. Se diferencian de los terremotos que suceden con una serie de réplicas, pues no se observa un único terremoto en la secuencia de sismos que pueda ser definido como el movimiento principal. Los enjambres sísmicos suceden, normalmente, antes de la erupción de un volcán.Un ejemplo de enjambre sísmico ocurrió a lo largo de la falla de Cerro Prieto, cerca de Mexicali (Baja California, México) donde más de 500 temblores y réplicas se sintieron en febrero de 2008. Otro caso es un enjambre sísmico denominado como ""la secuencia del terremoto Mogul"", que comenzó en febrero de 2008 cerca de Reno, Nevada, y continuó durante varios meses, terminando en noviembre de 2008. Entre febrero y abril, el enjambre produjo más de 1.000 sismos de pequeña magnitud, siendo el más grande de 4.7.En el mes de octubre de 2012 comenzó un enjambre sísmico de baja magnitud en las cercanías a las localidades jienenses de Torreperogil, Sabiote y Úbeda (Andalucía, España). Se contabilizaron más de 1000 terremotos con magnitudes que varían entre los 1.5 y los 3.8 grados en la escala de Richter, siendo el 17 de diciembre de 2012 y el 5 de febrero de 2013 los días con mayor actividad sísmica registrada desde que comenzara el enjambre; el Servicio de Información Sísmica del Instituto Geográfico Nacional registró un total de 42 terremotos en el primero, y 53 en el segundo. Aunque los expertos desconocen aún las causas que provocaron provocando dicho enjambre, ya se barajan ciertas hipótesis. La primera de las dos hipótesis más extendidas sugiere la existencia de mini-fallas en capas muy profundas de la corteza terrestre, las cuales provocan el movimiento de las capas más superficiales, mientras que la segunda plantea la posibilidad de que el posible causante de estos terremotos sea la presión que ejercen sobre la corteza terrestre las aguas pluviales, y especialmente la gran fluctuación del embalse de Giribaile, próximo a los epicentros, el cual ha experimentado durante los año 2012 y 2013 una bajada y un aumento considerables en su caudal, habiéndo pasado del 70% al 20% y posteriormente del 20% al 85% de su capacidad en 6 meses.