Gótico inicial
Gótico inicial, primer gótico, protogótico, gótico primitivo o gótico temprano, son denominaciones de la historiografía del arte para el periodo o época de la primera fase del arte gótico, correspondiente a los dos tercios finales del siglo XII y los primeros años del siglo XIII, cuando se desarrollan las formas del nuevo estilo evolucionando a partir de las del arte románico (por lo que también es denominado como romano-gótico). La aplicación de la teoría de la evolución interna de los estilos identifica esta fase con un gótico preclásico o gótico arcaico, caracterizado por la simplicidad formal y decorativa; mientras que las fases posteriores son identificadas como gótico clásico (pleno), gótico manierista (radiante -rayonnant-) y gótico barroco (tardío, muy subdividido a su vez: florido, flamígero -flamboyant-, internacional). Estas etiquetas historiográficas son meras clasificaciones de valor relativo.El arte cisterciense, asociado al comienzo de la Orden del Císter y a las teorías estéticas de Bernardo de Claraval son uno de los ejemplos más evidentes del comienzo del nuevo estilo, caracterizado por la búsqueda de la luz y la simplicidad; especialmente en la arquitectura cisterciense.