ADN antiguo
El término ADN Fósil, hace referencia a ADN proveniente de una muestra antigua, como los fósiles. El estudio del ADN fósil se usa en paleogenética. Utiliza la reacción en cadena de la polimerasa PCR, permitiendo estudiar registros moleculares de ADN que sean lo suficientemente antiguos, pudiendo realizar secuenciaciones y estudiar su composición. Los restos de ADN del fósil más antiguo que se conoce (que han podido ser recuperados y leídos) pertenecen a los neandertales no sobrepasando los 50.000 años.Recientemente ha podido constatarse la posibilidad de extraer restos de ADN de fósiles, y amplificarlos mediante PCR. La evolución de estos conocimientos ha sido muy rápida, ya que si a finales de los 90 existían reticencias sobre la veracidad de los restos fósiles de ADN, para el año 2000 ya existían publicaciones y se había establecido una metodología. Por aquél entonces ya se habían extraído secuencias cortas de fósiles de Neandertal y de mamut. Años después, también hay multitud de ejemplos en plantas e incluso bacterias. Así, Golenberg y su equipo obtuvieron una secuencia parcial de DNA de cloroplasto perteneciente a un fósil de Magnolia latahensis. No obstante, se ha mantenido la controversia sobre la fiabilidad de los procedimientos utilizados. Este ADN fósil permitiría establecer relaciones filogenéticas entre distintos taxones, además de facilitar una visión global de las ramas evolutivas. Además, facilita la estimación en la tasa de mutación existente entre taxones relacionados.Los métodos propuestos son: Extracción de ámbar: Esta sugerencia, en un principio inviable y ficticia, fue alimentada en la fantasía popular a través de la novela de ficción (y posterior película) Parque Jurásico. En este libro se sugería que insectos chupadores atrapados en ámbar podían preservar magníficamente ADN de otros animales, como por ejemplo, dinosaurios. En la realidad se ha podido extraer ADN de insectos conservados en ámbar de una antigüedad superior a 100 millones de años, sin embargo los fragmentos de ADN así obtenidos hasta ahora corresponden a los propios insectos, no a otros animales de los que hubieran podido alimentarse. Extracción de cristales en huesos: Se ha observado que en los huesos a veces se forman cristales. Los científicos demostraron que el ADN contenido en estos cristales se conservaba en un relativo buen estado. Extracción directa del fósil: Algunos científicos aseguran que el ADN se mantiene incluso millones de años, por lo que se encuentran directamente en los restos.↑ ↑ ↑ ↑ ↑ 5,0 5,1 ↑ ↑ ↑ ↑ ↑ ↑