Efecto Rashomon
El Efecto Rashomon es el efecto producido por la subjetividad y la percepción personal a la hora de contar la misma historia o situación, por el que los individuos que cuentan éstas lo hacen de forma diferente, pero de manera que cualquiera de las versiones es plausible, sin tener que ser por ello ninguna de estas versiones falsa; simplemente están influidas por la propia variabilidad y percepción individual.Esta denominación alude al filme Rashōmon (羅生門) dirigido por Akira Kurosawa en 1950 y basado en dos cuentos de Ryūnosuke Akutagawa. Este filme narra la muerte de un samurái y la violación de su esposa en el Japón del siglo XII, yuxtaponiendo los diferentes relatos de los implicados mediante el flashback. Cada uno de esos relatos se presenta como una «historia dentro de la historia», lo que acentúa su aparente realismo, sin presentar al final ninguna de ellas como verdadera. Por el contrario, Rashōmon nos muestra que todas ellas, desde un particular ángulo, son verdaderas, pero esa verdad es contingente y se explica en función del contexto, antecedentes y condicionantes de cada sujeto. En las ciencias sociales se ha utilizado el «efecto Rashomon» para referirse a situaciones en las que la importancia de un acontecimiento, un objetivo o un valor definido en términos abstractos no es objeto de disputa, pero hay distintas visiones o valoraciones respecto al porqué, el cómo, el quién y el para qué de ello. Aunque el «efecto Rashomon» tiene importantes implicaciones epistemológicas, también puede ser un recurso heurístico para aproximarse al análisis de las narrativas y de las teleologías por las que se construye, se estructura y se representa la realidad social.