Document related concepts
Transcript
sumario La diabetes y la hipertensión arterial pueden provocar deterioro cognitivo L as personas de mediana edad con diabetes e hipertensión arterial tienen más tendencia a perder agilidad mental que aquellos que no padecen estos problemas, según un estudio publicado en la revista Neurology (Neurology 2001; 56: 42-48), perteneciente a la Academia Americana de Neurología. Los autores del estudio examinaron a 10.963 personas de edades comprendidas entre los 47 y los 70 años en cuatro centros de Estados Unidos. Se evaluaron las capacidades mentales de los participantes al comienzo del estudio y los resultados se compararon con las mediciones realizadas seis años después. Se observó que las puntuaciones medias de los participantes fueron en declive en el mencionado período de seis años. La diferencia entre las puntuaciones medias y las puntuaciones de las personas con diabetes e hipertensión fue discreta, pero estadísticamente significativa, según el autor del estudio y neurólogo David Knopman, quien dirigió el estudio desde la Universidad de Minnesota y que actualmente pertenece al equipo médico de la Clínica Mayo. “La diabetes y la elevada presión sanguínea empiezan a afectar a la capacidad cogniti- va en la mediana edad. Si estas afecciones se pueden tratar cuanto antes, antes de la edad de 60, se pueden reducir los problemas cognitivos posteriormente”, indice Knopman. El estudio no encontró relación entre el consumo de cigarrillos, el colesterol alto o el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y el deterioro cognitivo. Los investigadores no están seguros sobre cómo la diabetes y la hipertensión arterial pueden afectar a la capacidad cognitiva. “Podría deberse a microinfartos, o pequeñas lesiones cerebrales en la materia gris”, según afirmaron los autores. Un gen relacionado con la alta presión sanguínea tiene también relación con la obesidad U 54 na variación natural de un gen que se relaciona con la alta presión sanguínea puede también predisponer a aquellos que lo portan a la obesidad, según un estudio. El descubrimiento podría derivar en nuevos enfoques preventivos de la alta presión arterial y de la obesidad. Investigadores de la Universidad de Essen han observado que las personas que heredan dos copias del gen, uno de cada padre, poseen un alto riesgo de obesidad. Sin embargo, el ejercicio (dos horas o más por semana) parece bloquear esta tendencia genética. “Se puede considerar que la obesidad no es solo una enfermedad genética, sino que hay ciertos genes, en conexión con el medio ambiente o la vida de la persona que pueden aumentar las tendencias a padecerla”, dice el director del estudio, el doctor Achim Buterhn. Los autores indican que la variación genética llamada GNB3-alelo 825T es una especie de genotipo almacenador que surgió en épocas en las que la humanidad realizaba más ejercicio físico en su vida cotidiana y no disponía de alimentos con la facilidad que ahora. El gen ayudó a nuestros ancestros a sobrevivir en épocas de escasez, pero ahora se ha vuelto inservible en los países industrializados en los que no se necesita mucha actividad física. El equipo de científicos alemanes ha relacionado el alelo 825T con la obesidad tras haber estudiado a 1.291 voluntarios jóvenes y sanos de una edad media de 30 años, con el fin de comprender por qué GNB3-825T se asociaba con un mayor nivel de riesgo cardiovascular.