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Martin Heidegger (1889-1976)
Nacido en Messkirch, estudio de la Teología católica (1909-11) y filosofía (19111915). 1919 asistente de Husserl, 1923 Profesor en Marburgo. Estancia en Friburgo de
1928 a 1951 hasta su jubilación.
La pregunta central de Heidegger es por el sentido del “Ser”. Aristóteles ya había
mostrado que “ser” significa algo diferente cuando se usa para reforzar una expresión
(esto es así), o para determinar una cosa (A es B). Ya sea que se conlleve una
determinación de la esencia (Sócrates es un hombre) o una determinación adicional (Esta
mujer es pelirroja) o cuando se refiere a una posible realidad (Fulano es cantante, o está
cantando.
En la realización de sí mismo el ser está presente de modos muy diversos.
Somos los guardianes (pastores) de la simple y diversa apertura esencial por sí misma del
ser.
El ser humano crea cosmovisiones, va más allá del ente y se hace preguntas. La
actitud metafísica, propia de la naturaleza humana, es pregunta por el ser en cuanto tal,
“es conocimiento fundamental de lo que es en cuanto tal y en su totalidad”.
Antropocentrismo-lugar de la verdad- idea de la representación correcta de la
realidad, a costa del ser, desde el que habría que comprender al hombre.
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La crítica a la metafísica es impugnación de la filosofía subyacente de la cultura
científica técnica que encubre el ser (violencia ejercida por el pensamiento sobre la
realidad). Es necesaria una superación de la metafísica, alejándose del mundo
entificado y abriéndose a la pregunta por el ser.
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El nihilismo es la otra cara del ser del ente, cuando se equipara a éste con el ser
mismo. Teísmo y metafísica están vinculadas, porque toda metafísica es ontoteología. Lo onto-teológico y lo teo-lógico es el fundamento, con lo que lo divino
se convierte en la forma suprema del ser desde la perspectiva de la metafísica
como ciencia de los principios y la del ser supremo (cuya esencia capta la razón)
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Crítica a la causalidad y fundamento (Dios, ente máximo).
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Rechazo de la filosofía cristiana: Sólo es posible hablar del dios cristiano desde el
cruficicado, un ente histórico (J. A. Estrada, La pregunta por Dios, p.359).
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El ateísmo: conclusión de la modernidad, basada en la metafísica del ente.
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La onto-teología es la gran trampa en que ha caído la metafísica y el cristianismo,
el gran obstáculo para la apertura al ser, desde la que sería posible una nueva
revelación de Dios.
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El dios de la metafísica desvía de la ontología del ser, y cae en un panteísmo
naturalista (tipo Spinoza) o en el nihilismo, que se expresa en la voluntad de poder.
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Desde el hombre, a la luz del ser se denuncia la interpretación óntico-existencial de
la teología cristiana, que todo lo interpreta desde el crucificado, porque no hay
puente entre el ente y el ser, ni relación entre Dios y los entes, sino diferencia
onto-lógica entre el ser y los entes, que hace imposible cualquier afirmación
analógica del primero desde el segundo, como pretende la metafísica de la
participación cristiana. (Estrada, p. 361).
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¿Por qué hay ser y no más bien nada? Es la pregunta de Heidegger. No se puede
completar con otra, de relevancia en la tradición cristiana: ¿por qué hay mal y no
bien? Porque no hay lugar para la teodicea. Heidegger suprime, además, la
dimensión ética de la existencia. Se queda en la facticidad del sentido, sin poder
responder a las preguntas existenciales.
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Heidegger se aleja de la tradición cristiana a favor de la griega al hablar del dios
divino desde el ser cosmológico y natural, al margen del devenir histórico y del
sinsentido, que es desde donde se plantea la promesa cristiana.
“Sólo un Dios puede salvarnos”, fue la respuesta de Heidegger a la luz del mundo
tecnificado y sus consecuencias.