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La prevención de dermatitis
en pacientes con incontinencia
evita complicaciones mayores
La incontinencia en ancianos se asocia,
inevitablemente, a ulceraciones y dermatitis, por lo que expertos en el cuidado de
este grupo de edad insisten en la importancia de la protección y el cuidado de la piel expuesta a agresiones.
La incontinencia es un problema que
afecta a más del 50% de los ancianos y va
inevitablemente asociada al desarrollo de
lesiones como úlceras, dermatitis y una
importante pérdida de calidad de vida,
tanto para las personas que la padecen
como para sus cuidadores. Los profesionales sanitarios insisten en la importancia
de la prevención y la protección de la piel.
“En 1988 la OMS declaró la incontinencia como una enfermedad, y está clasificada dentro de los síndromes habituales
en el anciano. Según el Instituto de Salud
Carlos III, la prevalencia de la incontinencia en mayores de 65 años es de un
14,5% en hombres y de un 16,1% en
mujeres, y va aumentando al incrementarse la edad”. Sin embargo, con una adecuada prevención, de la propia incontinencia y de sus complicaciones, se puede
mejorar de forma considerable la calidad
de vida de los pacientes, afirma Victoriana Gaztelu, médico de atención primaria
del centro de salud Federico Rubio de El
Puerto de Santa María, Cádiz.
Entre las complicaciones más frecuentes
que pueden aparecer en los pacientes que
sufren incontinencia están las irritaciones y las dermatitis. La función barrera
de la piel depende de la capa córnea, y
CON UNA ADECUADA PREVENCIÓN,
TANTO DE LA PROPIA INCONTINENCIA COMO DE SUS COMPLICACIONES, SE PUEDE MEJORAR DE FORMA
CONSIDERABLE LA CALIDAD DE VIDA
DE LOS PACIENTES.
ésta a su vez de la epidermis, que debe
estar sana para poder fabricarla. Según
Rafael Botella, dermatólogo y profesor titular de Dermatología de la Universidad
Miguel Hernández de Elche, la piel del
mayor, a diferencia de la de los jóvenes, se
caracteriza por tener “la capa córnea más
delgada y por presentar una menor cohesión entre epidermis y dermis, ya que
las papilas dérmicas que unen estas capas
se aplanan”. Además, en los ancianos “la
piel tiene menor permeabilidad a los nutrientes, problemas de oxigenación, falta
Victoriana Gaztelu, Justo Rueda y Rafael Botella
de colágeno y otros elementos, lo que incrementa el riesgo de deshidratación por
factores como la temperatura ambiental
y la exposición solar”, explica Justo Rueda, enfermero del centro de atención
primaria Tarrasa Norte, del Consorcio
Sanitario Tarrasa, Barcelona, y miembro
del comité director del Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en
Úlceras por Presión y Heridas Crónicas
(GNEAUPP). Gaztelu añade: “estos pacientes pueden tener múltiples patologías
que dificultan la circulación sanguínea,
como diabetes e insuficiencia vascular arterial o venosa, lo que dificulta la llegada
de los nutrientes a la piel”.
Si a esto le añadimos que el paciente sufre
de incontinencia sucede que “la capa córnea se empapa ya que tiene una capacidad
de retención de agua del 600%. Este exceso de humedad altera la función barrera, pues una hidratación excesiva produce
un aumento de la permeabilidad, permitiendo que los irritantes primarios (amoniaco, proteasas, ureasas) salven la capa
córnea, la epidermis, y tengan acceso a la
dermis produciendo vasodilatación, congestionando los vasos sanguíneos y favoreciendo la liberación de los principios de
la inflamación, de modo que la zona aparece eritematosa, edematizada y caliente.
También pueden aparecer erosiones, y no
son raras otras complicaciones como una
candidiasis, o incluso una sensibilización
alérgica a algún conservante, antiséptico
o perfume a través del tratamiento tó-
pico, lo que puede provocar, además, la
aparición de vesículas y molestias mayores al paciente”, explica Rafael Botella.
Para evitar esta situación, es necesario el
uso de productos que limpien, cuiden,
protejan y regeneren estas pieles expuestas a diferentes agresiones. La línea
Addermis biActiv de Indas, propone productos tanto para la limpieza como para
la protección de la piel: toallas húmedas y
manoplas impregnadas cuyo fin es el aseo
y el cuidado de la piel, y crema y aceite
para la prevención de dermatitis y ulceraciones. Está indicada para personas adultas, especialmente ancianos, encamados
y todos aquellos con riesgo de presentar
úlceras por presión y lesiones por incontinencia.
Rueda apunta que “la pérdida de los líquidos favorece la sobrehidratación cutánea, por incontinencia en este caso, y
se produce una dermatitis, que no es más
que un proceso inflamatorio en el que se
altera la función barrera de la piel. Esta
alteración también se ve favorecida por
la alcalinización de la zona, produciendo
cambios de pH”. Y añade Botella: “Este
manto hidrolipídico es una emulsión de
sebo y sudor, que tiene un pH discretamente ácido, por lo que la piel soporta
mejor los ácidos débiles que las bases
débiles, que son más agresivas. Ante esta
situación se debe lavar y secar bien, y si
hay dermatitis aplicar una pasta porosa”.
De ahí que la utilización de productos
con una formulación que permita hacer
frente a estas alteraciones y mantenga el
pH de la piel, sea básica para prevenir la
dermatitis. La crema Addermis biActiv
contiene óxido de zinc, favoreciendo la
creación de una barrera que aísla y protege la piel, eliminando la humedad e
impidiendo el crecimiento bacteriano.
Además, la formulación de la crema y del
aceite Addermis biActiv incluyen principios activos naturales, como grosella
negra, con un alto contenido de ácidos
grasos esenciales reestructurantes, equilibrantes y nutritivos, extracto de ambiaty
que refuerza la unión dermoepidérmica y
aloe vera que acelera la regeneración celular y posee un gran efecto calmante y
dermohidratante.
Importancia de la prevención:
Victoriana Gaztelu sostiene que “lo primero que hay que hacer con respecto a
PREVENIR LA INCONTINENCIA ES LO
MÁS BARATO, PERO SI SE INFRAVALORA EL PROBLEMA POR DESCONOCIMIENTO Y FALTA DE HERRAMIENTAS, SUPONDRÁ MÁS CARGA
DE TRABAJO Y MÁS CONSUMO DE
RECURSOS.
la incontinencia es prevenirla desde todos
los ámbitos asistenciales y tratar de evitar que una persona se haga incontinente
controlando las alteraciones de la próstata
en el caso de los hombres, y la hiperexcitabilidad del detrusor, las alteraciones
de los músculos de la uretra, el prolapso
uterino y los cistoceles en las mujeres. En
determinadas patologías, como las depresiones, o estados confusionales, o en caso
de sufrir insomnio, el tratamiento farmacológico con psicótropos, tiene acción en
mayor o menor grado sobre la función
vesico-esfinteriana. Los antagonistas del
calcio actúan con efecto inhibitorio sobre
la contractilidad del detrusor, los antiinflamatorios inhiben la síntesis de prostaglandinas y hay otros muchos fármacos
que también contribuyen a la incontinencia. Por otro lado, se ha de derivar a
los especialistas. Por ejemplo, a aquellas
mujeres que tengan un cistocele o un
prolapso uterino se les debe derivar al ginecólogo. Pero sobre todo, lo importante
es tener tiempo en la consulta para que
puedan comunicarlo y puedan ser exploradas por el médico de primaria”.
Para prevenir las complicaciones derivadas de la incontinencia, esta médico de
Familia recomienda “prescribir absorbentes que tengan una buena calidad porque es una cuestión de coste-efectividad.
Cuando llega el calor, los ancianos sudan
y empiezan las dermatitis, en zona de caderas y glúteos. El médico, al igual que
el enfermero, deben evitar la aparición
de estas lesiones. Por eso hay que utilizar
absorbentes de buena calidad, para evitar
las infecciones, las lesiones cutáneas y el
elevado coste económico que conlleva
su curación. Prevenir la incontinencia es
lo más barato, pues la dermatitis en esta
zona en los mayores tiene una prevalencia
entre un 3 y un 5 %, pero si se infravalora
el problema por desconocimiento y por
falta de herramientas, supondrá más carga de trabajo y más consumo de recursos
sanitarios. Mantener seca a una persona
mayor encamada e incontinente es fundamental. Eso es prevención. Y si además
aplicamos un producto barrera, mejor”.
Por otra parte, Gaztelu destaca que “la
incontinencia es la culpable del aumento
de las estancias hospitalarias, causa principal de institucionalización permanente en residencias, problemas familiares,
cambios psicológicos del estilo de vida,
morbilidad asociada y del elevado coste
económico de la atención”.
Según Rueda, “a nivel de enfermería hay
que hacer un control de la patología e
intentar prevenir las dermatitis cuando
el paciente ya es incontinente, porque supone un aumento del gasto sanitario, de
las cargas de trabajo y la claudicación de
los cuidadores, que son factores que no
se contemplan al hacer la evaluación de
costes y que si deberían estar presentes.
Un absorbente de calidad puede suponer
mayor esfuerzo económico para el sistema, pero si no se utiliza, el coste y el sufrimiento lo soportan las familias y el sistema entra en una situación de perversión
continua. La mayoría de estos problemas
se pueden evitar con las herramientas
necesarias primero para la prevención y
después para el tratamiento. Por ejemplo,
en pacientes encamados debería hacerse
HAY QUE PROMOVER LA EDUCACIÓN
DESDE EL PROFESIONAL SANITARIO
HASTA EL CUIDADOR.
LA
CLAVE
ESTÁ EN LA PREVENCIÓN Y EN LA
INFORMACIÓN.
una monitorización sobre el riesgo de
desarrollar úlceras y dermatitis”. Desde
el punto de vista de los cuidados, Rueda
señala que “hay que promover la educación desde el profesional sanitario hasta el
cuidador. La clave está en la prevención y
en la información. Los cuidados de la incontinencia requieren un abordaje multi-
disciplinar, desde el tipo de fármacos que
toma el paciente hasta saber a quién se le
puede derivar”.
Dado que la piel de una persona con
pérdidas continuas de orina no tiene el
mismo pH que la de una persona no incontinente, Rueda recomienda “buscar
productos con estabilizadores del pH
para la limpieza de la zona y que sustituyan la utilización, a veces abusiva, de
jabones. Estamos en tres áreas: incontinencia, lavado, e incluso estimulación
cutánea. En esta situación nos perdemos
desde el punto de vista clínico. Los jabo-
la regeneración cutánea. El enfermero de
Tarrasa afirma que “se ha demostrado que
los ácidos grasos esenciales son buenos a
la hora de recomponer la membrana lipídica de la piel. Como preventivos hay
muchos productos que contienen ácidos grasos (oleico, linoleico,…) que se
utilizan para revertir úlceras de grado I
y si se utilizan dentro de un absorbente
para incontinencia suponen un beneficio
añadido por su efecto anticongestivo”.
Y recuerda que “los cuidados juegan un
papel muy importante en la esperanza y
en la calidad de vida. Hemos mejorado
mucho en estos aspectos en los últimos
años, pero no hay que olvidar que a nivel
epidemiológico, la tasa de dermatitis por
incontinencia está entre un 3 y un 5 por
ciento, por lo que es básico el abordaje
multidisciplinar y conocer qué productos
estamos aplicando en la piel. El problema
es que hacemos lo mismo para prevenir
que para tratar”.
Ética profesional
Victoriana Gaztelu, centro de salud
Federico Rubio, Pto. Santa María, Cádiz
nes eliminan la grasa, por eso tenemos
que cambiar el chip. Parece que si no lavas
con un jabón emulsionante de grasas, no
lavas. Los productos limpiadores, que no
sabemos qué contienen, son los principales irritantes. Sabemos que hay que evitar
continuamente emulsionar las grasas de
la piel con la utilización abusiva del jabón
pero no sabemos qué contiene la alternativa y es importante conocer estos datos,
estudiar para qué tipo de pacientes están
Rafael Botella, dermatólogo y profesor titular de
Dermatología, Unv. Miguel Hernández de Elche
indicados y tratarlos de forma individualizada. Si no actuamos así, por una parte
se soluciona un problema pero por otra
parte se puede crear otro que conlleva un
peregrinaje del anciano dentro del sistema sanitario de un especialista a otro”.
Para no deteriorar el manto hidrolipídico
de la piel en el aseo del paciente encamado y/o incontinente, se hace necesaria la
utilización de productos que no contengan jabones dañinos para la piel, como
las toallas húmedas con aloe barbadensis
y las manoplas impregnadas con extracto
de centella asiática y aceite de prímula de
la línea Addermis biActiv. Estos productos no contienen jabones y están formulados con elementos naturales que cuidan
y limpian la piel sin agredir su barrera
natural, mantienen su pH y estimulan
“Como profesionales que nos dedicamos
al cuidado del paciente hay un aspecto
ético fundamental: debemos dar la me-
Justo Rueda, enfermero centro atención
primaria Tarrasa Norte
y a sus cuidadores gracias a diferentes aspectos. Como la incorporación de ácidos
grasos esenciales Omega 3 y Omega 6, en
la capa en contacto con la piel, que favoDEBEMOS DAR LA MEJOR OPCIÓN
DE TRATAMIENTO A UN PACIENTE Y
SIN TENER COMO PRIMER HÁNDICAP
EL TEMA DE LOS COSTES.
rece la protección activa desde el primer
momento. Esta emulsión, que se transfiere por contacto a la piel del paciente,
ayuda a generar una barrera protectora,
favorece la reestauración del film hidrolipídico y mejora la cohesión de las células dérmicas. Además, están diseñados
con tejidos transpirables en las zonas de
mayor riesgo, como caderas, e incorporan
un agradable aroma a talco que proporciona sensación de higiene a los pacientes y hace más agradable el trabajo de los
cuidadores”.
Sin embargo, todos estos beneficios no
parece que se consideren cuando se evalúa la incontinencia como un mero problema de gestión. Por eso, Justo Rueda,
que destaca la calidad de los profesionales
sanitarios, aspira a “que tengamos capacidad de opinar y de reflexionar sobre todo
aquello que podamos mejorar y que concierne a los pacientes más dependientes
que son los grandes consumidores de los
recursos sanitarios. Poder hacer uso de
productos que mejoren la calidad de vida
y los cuidadaos, debería ser un tema que
se debatiera en la calle, entre los profesionales implicados y que no se considerara
un tema puro de gestión”.
jor opción de tratamiento a un paciente y
sin tener como primer hándicap el tema
de los costes. No sólo hay que estudiar
cuál es el más barato, sino cuál es el que
nos ofrece mejores resultados siendo barato. A nivel ético nos surge un conflicto
cuando nos sugieren que utilicemos un
producto de baja calidad. Por otro lado
hay que comprobar que si se utiliza un
producto de baja calidad se incrementan
los costes, primero porque vamos a utilizar más producto y segundo porque hay
más problemas derivados. Hay que respetar la autonomía del profesional para
que utilice los productos más adecuados”,
afirma Rueda.
Finalmente, la inversión de la pirámide
de población que se ha producido en España obliga al sistema sanitario a mejorar, a reducir el impacto de los procesos
geriátricos y a invertir en su prevención.
Es el caso de las úlceras por presión, que
gracias a las políticas de prevención realizadas desde la década de los 90 en determinados centros sanitarios, se ha pasado de una prevalencia cercana al 20%
a datos que oscilan entre el 2% y el 5%.
Esta disminución del problema ha llevado consigo una reducción de los costes,
una mejora de la calidad asistencial, una
reducción de las cargas de trabajo y un
aumento de la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores.
Victoriana Gaztelu apunta al problema
que tienen los médicos de primaria con
la limitación de las prescripciones, que
“comienzan con el número de pañales: 3
de día y 1 de noche”, lo que no facilita el
trabajo al cuidador. Rueda destaca que “a
mayor nivel de dependencia, más riesgo
de complicaciones. Hoy tenemos muchos
datos sobre los pacientes con incontinencia gracias a la cantidad de estudios que se
han hecho en lesionados medulares, y los
productos que tenemos hoy han mejorado sustancialmente con respecto a los que
había hace años”. Y cita como ejemplo
“la gama de absorbentes IncoPack, que
aporta grandes beneficios a los pacientes
Esta experiencia debe trasladarse al área
de la incontinencia con el fin de hacer
visible un problema que sólo se hace evidente cuando se habla de que una persona incontinente consume entre 600 y
900 € anuales exclusivamente en absorbentes. Y la realidad va más allá. Si los
pañales son de baja calidad se aumentan
los consumos y los costes y también las
complicaciones como las dermatitis, infecciones... Por tanto, la calidad de los
absorbentes y el desarrollo de productos
para el cuidado de la piel en pacientes incontinentes suponen mejoras para todos
los actores que están implicados en el manejo de la incontinencia.
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