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VIRUS Y REPTILES: PATÓGENOS EMERGENTES O "¿ES HORA QUE EMPECEMOS A BUSCARLOS?" Mark A. Mitchell Louisiana State University Skip Bertman Drive, Baton Rouge, LA 70803 EE.UU. En las últimas 2-3 décadas ha habido un aumento del número de enfermedades emergentes y reemergentes infecciosas descritas en los reptiles. Las enfermedades infecciosas emergentes incluyen patógenos recién identificados, mientras que las caracterizadas como reemergentes incluyen las que pueden haber sido caracterizadas anteriormente, pero están siendo descritas con mayor frecuencia. Los veterinarios tienen un papel importante en el diagnóstico de enfermedades infecciosas en las colecciones herpetológicas y deben seguir de cerca la literatura para mantenerse al día de los nuevos descubrimientos e investigaciones en curso. El aumento de las enfermedades infecciosas emergentes en los reptiles se puede atribuir a varios factores, como el aumento del número de reptiles que están siendo importados a los Estados Unidos y Europa, los malos programas de cuarentena y saneamiento, y la mejora de las pruebas de diagnóstico. La popularidad de los reptiles sigue siendo alta en los Estados Unidos, con millones de reptiles importados anualmente. La popularidad de los reptiles ha derivado en el aumento de actos de intercambio, donde los amantes de los reptiles tienen la oportunidad de elegir entre un gran número de distintas especies de reptiles. En estas reuniones de intercambio se mantienen a un gran número de reptiles en áreas relativamente pequeñas con una mínima o nula bioseguridad. Los amantes de los reptiles manipulan diferentes especímenes de forma rutinaria sin lavarse las manos, pudiendo introducir y difundir patógenos a través de los reptiles. Los métodos de higiene que se utilizan para controlar o eliminar los patógenos en las colecciones de reptiles también pueden ser cuestionables. El uso inapropiado de desinfectantes puede derivar en el desarrollo de cepas microbianas resistentes. El número de pruebas de diagnóstico disponibles para el clínico que trata con reptiles ha aumentado espectacularmente en los últimos diez años. Históricamente, los clínicos tratan todas las "infecciones" en reptiles como enfermedades bacterianas. Sin embargo, en los últimos diez años, ha habido un aumento del número de descripción de virus y hongos en reptiles enfermos. La llegada de las pruebas de diagnóstico molecular ha impulsado el desarrollo de ensayos de inmunoabsorción ligados a enzimas altamente sensibles y específicos, reacción en cadena de la polimerasa (PCR), y PCR con transcriptasa inversa. La incidencia de las infecciones por herpesvirus en quelonios ha ido en aumento desde que se aisló en tortugas marinas en 1975. Las infecciones por herpesvirus han sido identificadas en el quelonios de agua dulce, marinos y terrestres. Se cree que la transmisión del herpesvirus es por vía horizontal, aunque se ha sugerido que también es posible una ruta de transmisión vertical. Los animales afectados pueden presentar rinitis, conjuntivitis, estomatitis necrotizante, enteritis, neumonía y enfermedad neurológica. Se han utilizado pruebas de diagnóstico moleculares, microscopia electrónica, y el aislamiento viral para el diagnóstico de las infecciones por herpes en quelonios. Los animales afectados deben recibir un soporte médico adecuado (por ejemplo, líquidos, productos enterales y antibióticos) para controlar los signos clínicos. El aciclovir se ha utilizado con cierto éxito para la reducción de la replicación viral. Sin embargo, no existe un tratamiento eficaz para este virus. Los animales afectados no deben ser liberados para prevenir la translocación del virus a los quelonios sin contacto previo. El atadenovirus de las pogonas se describió por primera vez en Australia en la década de 1980. El virus no se caracterizó en los Estados Unidos hasta una década más tarde. Desde ese momento, el virus se ha propagado a través de la población de pogonas en los EE.UU. y debería ser considerada endémica. La transmisión del virus es principalmente por la ruta directa (feco-oral), aunque la transmisión vertical también es posible. Los animales afectados pueden presentar anorexia, pérdida de peso, paresia de extremidades, diarrea y opistótonos. También se han observado Dependovirus e infecciones por coccidios concurrentes en pogonas recién nacidas. Las biopsias de hígado, estómago, esófago y riñón y pueden confirmar el diagnóstico (ante mortem). En la histopatología, los cuerpos de inclusión intranucleares basófilos son muy sugerentes de infección por adenovirus. Actualmente no existe ninguna prueba no invasiva de diagnóstico ante mortem para confirmar la presencia de adenovirus en un reptil. Sin embargo, el autor está trabajando actualmente en un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar adenovirus en las heces de los animales afectados. No existe un tratamiento eficaz para las infecciones adenovirales, aunque las medidas de soporte (por ejemplo, líquidos, productos enterales, antibióticos) pueden ser útiles para la contención de los efectos secundarios de la enfermedad. Una vez más, se sabe muy poco con respecto a la epidemiología de este virus. Por lo tanto, se deben tomar precauciones especiales cuando se trabaja con animales afectados. Como no existe un tratamiento eficaz, las pogonas afectadas deben ser apartadas de las poblaciones reproductoras. Los ranavirus son una enfermedad emergente de los quelonios. Este virus tiene una alta morbilidad y mortalidad. Se ha aislado tanto en quelonios cautivos y salvajes. Los animales afectados suelen desarrollar síntomas del tracto respiratorio superior (por ejemplo, edema palpebral, conjuntivitis), signos respiratorios inferiores, úlceras orales, edema cervical y signos gastrointestinales. Sólo podemos conocer la especie usando PCR. Actualmente no existe un tratamiento eficaz para los animales afectados.
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