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Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien común: los caminos
paralelos de la Economía del Bien Común y las Empresas B.
Oscar Sanabria Garro*
* Estudiante Doctorado Direccion de Empresas. Escuela de Administración,
Tecnológico de Costa Rica
Por favor dirigir correspondencia a:
Oscar Sanabria Garro
Escuela de Administración, Tecnológico de Costa Rica
[email protected]/ +506 8910 1582
Mayo 2016
2
Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien común: los
caminos paralelos de la Economía del Bien Común y las Empresas B.
Resumen
El necrocapitalismo, forjado y alimentado en el crisol del egoísmo y la competencia,
concentrado en el retorno del accionista ha traído consecuencias nefastas al bien común.
Para cambiar la forma usual de hacer negocios nacen las organizaciones híbridas que han
emergido no solo para permanecer compitiendo por la calidad de los bienes y servicios
que venden, sino que, a partir de esto, poner como objetivo superior de su estrategia, la
generación un cambio social y ambiental en los grupos de interés y clientes que atienden,
cambiar la forma usual de hacer negocios. Proponen una forma diferente de plantear la
estrategia empresarial desde la perspectiva de la sostenibilidad. En menos de 10 años, han
surgido movimientos a ambos lados del Atlántico promoviendo las organizaciones
hibridas, con un impacto significativo en la forma de formular y gestionar estrategia de
sostenibilidad corporativa. Esta propuesta, considera a las Empresas B y a la Economía
del Bien Común como modelos de organizaciones híbridas, buscando identificar y
armonizar sus semejanzas y ver su futuro potencial armonizado en acciones y resultados
conforme sus objetivos fundamentales. Las Empresas B y la EBC tienen elementos
comunes en términos de la misión y objetivos estratégicos en pos del bien común que
deben ser estructurados, puntualizados y armonizados. Su homologación teórica y
práctica en la investigación propuesta, potencia sus contribuciones a una nueva manera
de formular estrategia empresarial en el campo de Direccion de Empresas, que no es otra
cosa que incidir en la forma de pensar y enseñar a las nuevas generaciones de gerentes y
directores de la empresa, es allí donde el mayor impacto debe gestionarse.
Palabras Clave: Necrocapitalismo, Organizaciones híbridas, Empresas B, Economía
del Bien Común, LOHAS
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Formas híbridas de empresa: del reinado del accionista al del bien común: los
caminos paralelos de la Economía del Bien Común y las Empresas B.
Introducción
El necrocapitalismo, forjado y alimentado en el crisol del egoísmo y la competencia,
concentrado en el retorno del accionista ha traído consecuencias nefastas al bien común.
Eso ha conducido a un deterioro de la confianza en las empresas, organizaciones y
gobiernos, al agotamiento y daño acelerado de los recursos naturales, un uso desmedido
de las energías fósiles necesarias para mantener operando una globalización que potencia
el cambio climático y sobre todo la inequidad socioeconómica mundial. Un panorama
gris, que demanda de la academia y del mundo empresarial un abanico de soluciones,
alternativas que resuelvan la problemática planteada, de un capitalismo centrado en el
accionista prevaleciente en el siglo 20, generar un punto de inflexión, para migrar a un
capitalismo de siglo 21, basado en los grupos de interés, creando simultáneamente valor
social y ambiental. (Coen, 2010).
Las organizaciones híbridas, llamadas así porque, han emergido no solo para permanecer
compitiendo por la calidad de los bienes y servicios que venden, sino que, a partir de esto,
poner como objetivo superior de su estrategia, la generación un cambio social y ambiental
en los grupos de interés y clientes que atienden, cambiar la forma usual de hacer negocios.
Proponen una forma diferente de plantear la estrategia empresarial desde la perspectiva
de la sostenibilidad. En menos de 10 años, han surgido movimientos a ambos lados del
Atlántico promoviendo las organizaciones hibridas, con un impacto significativo en la
forma de formular y gestionar estrategia de sostenibilidad corporativa. Esta propuesta,
considera a las Empresas B y a la Economía del Bien Común como modelos de
organizaciones híbridas, buscando identificar sus semejanzas y las diferencias, y ver su
futuro potencial armonizado en acciones y resultados conforme sus objetivos
fundamentales.
Las Empresas B, debido al marco legal corporativo en los Estados Unidos, amplían la
responsabilidad fiduciaria de los accionistas y los directores, para adicionar intereses no
financieros, se comprometen a crear impacto material positivo social y ambiental,
operando con altos estándares de gestión y transparencia, al mismo tiempo que buscan el
mejor rendimiento financiero y permite la repartición de utilidades entre sus accionistas
y sus grupos de interés. Lo trascendental es que el cambio del deber fiduciario se
incorpora en forma vinculante a los estatutos de creación de la empresa, lo cual asegura
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el compromiso y protege la misión frente al escalamiento y/o cambios en la propiedad.
(Abramovay, 2013).
La Economía del Bien Común (EBC) es un sistema que integra alternativas ideológicas
y de gerencia al sistema neoliberal predominante. Constituye un movimiento empresarial
que busca reorientar la misión, estrategias y visión actual de las empresas en los contextos
económicos-científicos, cultural-ético, político-democrático y el natural-ecológico.
(Felber, 2012). El génesis y potenciador del movimiento se remonta a la crisis económica,
que se ensaño por el año 2008, cuyos orígenes tienen ramificaciones que deben ser
primero identificadas, luego señaladas y combatidas para mitigar y eliminar sus efectos.
Se cuentan entre ellos, las burbujas especulativas, el desempleo, la inequidad, el cambio
global, consumismo, perversión de valores y el deterioro de los principios democráticos.
La EBC responde con un enfoque holístico poniendo al bien común como objetivo ético
supremo tanto para la sociedad en general como para la economía en especial, como lo
señala Felber, (2012), acotando a la Constitución del Estado Bávaro, “toda la economía
sirve al bien común”. Se pasa de un plano de pensamiento económico a la práctica, en el
contexto de la realidad económica.
La investigación pretende establecer coincidencias para identificar puntos de encuentro y
armonización respecto a la contribución de las Empresas B y la EBC a la creación de
valor social y ambiental al bien común. Ambas ofrecen una alternativa para transformar
el mundo a través de la herramienta del mercado. Su planteamiento también revoluciona
la manera de formular estrategia empresarial y las vías de forjar alianzas. Los resultados
de la investigación propuesta, sumariza los puntos de coincidencia de ambos sistemas en
potenciar el bien común, para que puedan interactuar conjuntamente en foros distintos.
Tanto las coincidencias como las posibles diferencias de fondo, permitirán entender mejor
como ambos planteamientos potencian el bien común, independientemente de una ú otra
óptica.
Cuestión de investigación
La relación entre sociedad y sistemas, enfocando la evolución del capitalismo, pasando
en el siglo 20, de un capitalismo enfocado exclusivamente en la maximización de los
intereses del accionista, a un capitalismo en el siglo 21, enfocado en los grupos de interés,
creando un punto de inflexión donde se les brinde valor desde la perspectiva social y
ambiental, al mismo tiempo que a los accionistas. (Coen, 2010). Esta evolución ha
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posibilitado el surgimiento vigoroso de las empresas hibridas de triple impacto por medio
de un enfoque holístico que convierten el mercado en una herramienta para potenciar
cambios sociales y ambientales positivos.
Marco teórico-conceptual
Las organizaciones híbridas
La degradación de la confianza en la clase empresarial para generar bienestar y
prosperidad. La evolución empresarial concentrada en el interés del accionista y basada
en la competencia ha traído a nuestros días, múltiples problemas que van de desde la
degradación ambiental, hasta el uso de prácticas de gestión que han lesionado patrimonial
y socialmente a millones de personas. En el primer caso, las practicas industriales y
comerciales basadas en la economía del petróleo han llevado el planeta al borde un
abismo ambiental de consecuencias incalculables, para las cuales la capacidad de
respuesta y recuperación son, aparte de diversas, muy cuestionadas por los diversos foros
políticos y científicos. En el segundo caso, la evidencia de las malas prácticas originadas
en la crisis financiera de 2008-2009, lleva a la sociedad a niveles de desconfianza en los
negocios muy altos. La publicación “2104 Edelman Turst Barometer” reporta que solo,
uno en cuatro miembros del público general, confía en los lideres empresarios para
solucionar problemas de los negocios, y solo, uno en cinco, confía en que están diciendo
la verdad y que toman decisiones éticas y morales correctas. (Hollensbe et al, 2014). Esta
desconfianza también se manifiesta en las cifras record de multas impuestas a
corporaciones financieras e industriales por sus prácticas tendientes a generar retornos
económicos marginalmente altos a costa del bien y la confianza común, no solo
perjudicando la salud, y el patrimonio, sino que impide la habilidad del sector empresarial
de tomar los riesgos apropiados y necesarios para potenciar la innovación y contribuir al
desarrollo económico y social, al tiempo que se protegen al ambiente. (Hollensbe et al.
(2014).
El propósito de las organizaciones. Hollensbe et al. (2014), proponen un cambio en la
forma de abordar las prácticas de los negocios desde la perspectiva académica y
corporativa, enfocándose en el propósito ultimo de las organizaciones, en el sentido que
ellas son parte de la sociedad y no aparte de ella, y que por lo tanto los estándares de
comportamiento de ellas deben ser obtenidos de la sociedad para favorecer el bien común,
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su propósito en términos de identidad y valores sociales, ambientales y empresariales
para que sean transparentemente compartidos y, no al contrario. La falta de confianza
refleja una relación fracturada entre la gente y los negocios. Al enfocarse en el propósito,
establecen una serie de desafíos para las empresas en términos de promover el bien
común. (Daly y Cobb, 1994, mencionados por Hollensbe et al, 2014). Su valor reside en
el servicio a la sociedad, como ella los potencia, inspirando y permitiendo innovación
tecnológica y ambiental, así como justicia distributiva, al mismo tiempo retornos
financieros apropiados. El enfoque del propósito necesariamente parte de la gente, las
organizaciones no solo producen bienes y servicios, también “producen” personas. Los
trabajadores son influenciados por los ambientes y la cultura organizacional en el trabajo,
constituyen ambientes de aprendizaje, donde las buenas prácticas (y las malas) son
absorbidas, por lo que la comunicación del propósito por parte de los directivos de la
organización impacta directamente en el compromiso, la dedicación y las relaciones con
la fuerza laboral en lograr que la empresa cumpla su propósito para el bien común.
(Hollensbe et al, 2014)
Las organizaciones hibridas. Los procesos de reflexión del mundo académico y
empresarial ha derivado en movimientos y acciones que, aparte de señalar la
disfuncionalidad entre organizaciones y el bien común, han propuesto y generado nuevas
formas de empresa, que no solo compiten en términos de sus propuestas de valor en bienes
y servicios, sino que también en su habilidad para generar cambios sociales y ambientales,
estableciendo una frontera difusa entre las organizaciones que persiguen el lucro, de
aquellas que no, llamadas empresas hibridas. (Haigh, 2012). Estas organizaciones, nacen
de la realidad de que tanto, las empresas orientadas al lucro como aquellas que no, son
incapaces de darle un tratamiento apropiado a los problemas sociales y ambientales que
enfrentan. Las organizaciones híbridas generan ingresos necesarios como empresas
orientadas al lucro como medio para cumplir su misión en función al bien común. Han
nacido ligadas a un nuevo grupo demográfico que valora de sobremanera una forma de
vida saludable, bajo una justicia social y ambiental, ecológicamente sostenible en los
bienes y servicios que ellos compran, las compañías en las cuales invierten, los políticos
y políticas que apoyan, los lugares en los cuales trabajan, el estilo de vida que llevan, que
han sido etiquetados como LOHAS (lifestyles of healthy and sustainability), con un valor
de mercado creciente, que para el año 2011 hacían transacciones del orden de US$290
billones. (Haigh, 2012). Este grupo se ha evolucionado a empresarios y directivos
consientes y propensos a desarrollar nuevas formas de organización y su manejo,
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desarrollándolas para ser comercialmente viables para crear un cambio social y ambiental,
enfocado al bien común, de allí su calificación de híbridas, más allá de las prácticas
mampara de responsabilidad social y “greenwashing” para ocultar practicas
mercantilistas que atentan contra el bien común. (Haigh, 2012).
Fundamentos del modelo de negocios de las empresas híbridas. Las organizaciones
híbridas basan su estrategia de negocios en el cambio ambiental y social, utilizando el
mercado para reformular estos sistemas para un beneficio mutuo desde la perspectiva de
la generación del lucro, orientada al largo plazo y el desarrollo autónomo de la propuesta
de valor, para asegurar que la misión permanece a través de un liderazgo positivo e
intensamente vinculante. Otro rasgo diferenciador, es la forma de establecer relaciones
proactivas con sus grupos de interés que, no obstante persiguen una gran autonomía en
su gestión, estructuran relaciones intensas con las comunidades, los empleados, los
clientes y vecinos; enseñando y practicando acciones de sostenibilidad y altas normas de
desempeño social para fomentar el aprendizaje, la innovación y la resiliencia para renovar
la prosperidad en los sistemas ambientales y sociales relacionados. (Haigh, 2012).
Desafío al status quo en la forma tradicional de hacer negocios. Las organizaciones
híbridas tienen una manera totalmente diferente de hacer negocios, tanto en forma como
en fondo respecto a las estructuras organizacionales clásicas y, de lo que para ellas
significa la sostenibilidad. Las organizaciones hibridas no presuponen un crecimiento
exponencial sostenido en las operaciones, contrariamente se orientan a la atención de un
mercado viable y de crecimiento mesurado que pueda conducir a un cambio positivo
favoreciendo el bien común, (más que las utilidades generadas por el crecimiento). El
manejo apropiado del crecimiento permite tener la autonomía necesaria para ello, que
además facilita la adecuada internalización de los contextos sociales y ambientales,
valorando la naturaleza más allá de su concepción como un recurso disponible adicional,
que permita la maximización del retorno de los accionistas. Finalmente, el desafío
trascendental se circunscribe a la noción de que el lucro es el fin último de la organización,
la maximización del valor de las acciones. Los promotores de las organizaciones hibridas
contradicen esta noción, estableciendo negocios que no solamente generen utilidades,
sino que vayan más allá, creando un valor superior del bien común. En su empeño, han
logrado en varios lugares del mundo cambios importantes en la legislación impositiva y
comercial que permiten un propósito renovado de las organizaciones, dando nacimiento
a las organizaciones hibridas, tales como las empresas B y la Economía del Bien Común.
(Haigh, 2012).
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Desafíos al modelo de negocios de las organizaciones híbridas. La modificación de los
marcos jurídicos impositivos y comerciales, el crecimiento del segmento de
consumidores LOHAS, la posibilidad de poder certificar las operaciones bajo el formato
híbrido, abre un campo muy fértil para las organizaciones híbridas, pero también trae
consigo amenazas al modelo. La transparencia implícita en la operación, facilita la
posibilidad de que las propuestas de valor pueden ser fácilmente copiadas e
indirectamente degradadas por organizaciones tradicionales, como productos social y
ambientalmente sostenibles. La posibilidad de poder ser adquiridas por jugadores de
mayor tamaño y con ello apropiarse del valor que traen por medio de procesos hostiles,
es uno de los riesgos más significativos, lo mismo la razón de tener que servir a varios
“amos”: mantener la viabilidad económica, simultáneamente a los objetivos superiores
de significancia social y ambiental y, mantenerse enfocada en ellos. (Haigh, 2012).
No obstante que estos objetivos pueden modularse conforme el desempeño económico de
la organización hibrida, la posibilidad escalar a tamaños con una variedad de productos y
servicios trae consigo interrogantes respecto al control y enfoque de la organización que
deben ser cuidadosamente elaborados para no perder su norte de tener un triple impacto.
(Haigh, 2012).
Las empresas B
Historia de las empresas B y B-Lab. Jay Coen Gilbert, Bart Houlahan y Andrew Kassoy
fueron los tres fundadores de B-Lab, en el 2006. Con la venta de su empresa de
implementos deportivos AND1 sufrieron de una gran decepción, luego que los posteriores
dueños desmantelaran todas las mejoras de impacto ambiental y social que habían creado
con ella. Este proceso coincidió con la venta en el año 2000 de la famosa heladería “Ben
& Jerry” a Unilever, una adquisición hostil que confirmo el objetivo primario de todo
negocio de maximizar los rendimientos financieros de los accionistas. (Marquis, 2010).
Hace casi un siglo, la Corte Suprema de Michigan (en el caso Dodge vs. Ford Motor
Company) estableció que la responsabilidad social de la firma es incrementar la
rentabilidad de sus accionistas. Cuarenta años después, Milton Friedman, subrayó este
argumento, adicionando que la era responsabilidad del Gobierno resolver los problemas
sociales. (Haigh, 2012). Los fundadores de “Ben & Jerry” habían edificado su negocio
donde el impacto social y ambiental, así como la relaciones con sus colaboradores eran
los impulsores de la compañía. Los fundadores no pudieron esquivar la oferta de compra,
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al no poder demostrar que el modelo de gestión iba a maximizar los rendimientos de los
accionistas. Bajo la legislación de los Estados Unidos, las organizaciones, sus directores
y gerentes deben enfocarse en la maximización de los retornos, cualquier acción que sea
contraria y que conduzcan a su reducción, conlleva el riesgo de ser acusados de
incumplimiento de su responsabilidad fiduciaria. (Abramovay, 2013).
Esto condujo a que los emprendedores Coen, Houlahan, y Kassoy en el 2006 se avocaran
a buscar nuevas alternativas para que las empresas con fines de lucro tuvieran una
contribución a la sociedad, más allá de los rendimientos financieros. Inicialmente
identificaron la necesidad de ampliar la responsabilidad de los accionistas y los directores
para poder dar solución a la problemática social y ambiental en el corto plazo, a sabiendas
que estas acciones conducirían a mejorar los rendimientos financieros de largo plazo.
(Abramovay, 2013).
La Empresa B, amplia la responsabilidad fiduciaria de los accionistas y los directores,
para adicionar intereses no financieros, se compromete a crear impacto material positivo
social y ambiental, operando con altos estándares de gestión y transparencia, al mismo
tiempo que busca el mejor rendimiento financiero y permite la repartición de utilidades
entre sus accionistas y grupos de interés. Lo trascendental es que el cambio del deber
fiduciario se incorpora en forma vinculante a los estatutos de creación de la empresa, lo
cual asegura el compromiso y protege la misión frente al escalamiento y/o cambios en la
propiedad. (Abramovay, 2013).
Las Empresas B persiguen ánimo de lucro, pero califican su propósito. Para caracterizar
la diferencia entre las empresas con fines de lucro de aquellas que no lo persiguen, se
plantean 3 preguntas para su tratamiento: 1- Utilidades: ¿para qué? Redefinición de su
propósito. Las Empresas B tratan las utilidades como la herramienta para lograr sus
objetivos y no un fin en sí mismas, redefinen el propósito al redefinir su sentido de éxito.
2- Utilidades: ¿para quién? Las Empresas B, amplían el espectro distributivo de las
utilidades, privilegiando el reparto de ellas entre los colaboradores y las comunidades,
acortando también significativamente la brecha salarial entre los directores y los
colaboradores operativos más sencillos. 3- Como se obtienen las utilidades? Califican a
su vez, la forma de funcionar, gestionando con las mejores prácticas en un proceso de
mejora continua. (Abramovay, 2013).
10
B-Lab, las B-Corp (certificadas) y las Benefit Corporations. “B”, es el acrónimo de
“Benefit”. La estrategia seguida por los fundadores fue establecer una organización sin
fines de lucro que se llamó B-Lab cuya función fue establecer una comunidad de
empresas que a partir de la certificación de empresa B pasaba a ser una B-Corp que luego
al modificarse el marco legal que permitiera crear en los Estados Unidos un nuevo tipo
de empresa, se podrían constituir en las Benefit Corporations. (Abramovay, 2013).
También desarrollaron un brazo de inversión de impacto B, el “Global Impact Investment
Rating (GIIRS)”, un servicio de evaluación de impacto para inversionistas que buscan
empresas con un impacto material social y ambiental positivo. La empresa B, en esencia
amplia la responsabilidad fiduciaria para maximizar valor de los grupos de interés de la
empresa y del medio ambiente. Para convertirse en una empresa B, se pueden seguir dos
caminos: (Abramovay, 2013)
i-
Obteniendo la certificación que otorga B-Labs, para lo cual los accionistas se
comprometen a mantener el propósito de forma vinculante, modificando el
contrato de constitución de la persona jurídica,
ii-
La persona jurídica de la empresa se constituye como Empresa B desde su
génesis, cuando la legislación del país lo permite.
Las dos categorías, Empresas B y Benefit Corporations generan confusión, comparten el
concepto central, pero tienen diferencias claras. La certificación B es otorgada por B Lab,
mientras que las Benefit Corporations, son personas jurídicas autorizadas por el Estado y
no requieren necesariamente se certificadas como Empresas B, aunque la mayoría opta
por el proceso. (Abramovay, 2013). En las palabras de Kassoy y Gilbert: “el marco legal
de la B Corporations hornea los valores de la compañía en su ADN y las Empresas B,
tienen un compromiso intrínseco de crear beneficios a la sociedad por medio de las
prácticas y desempeño de alto impacto”. (Bauer, 2015). La primera legislación referente
a las Benefit Corporations fue aprobada en Maryland en el 2010. Para principios del 2016,
31 Estados más el Distrito de Columbia han conocido y/o aprobado legislación referente
a las Benefit Corporations. Se tiene información que, a mayo del 2015, había registradas
cerca de 1,550 Benefit Corporations. (Bauer, 2015). Desde la perspectiva internacional,
para finales del 2011, había 450 empresas certificadas en 3 países, para agosto del 2013,
se contaban 830 empresas en 29 países certificadas como empresas B, operando en 60
industrias, con más de 8,000 empresas que han usado las herramientas de evaluación
social y ambiental de B-Lab. (Abramovay, 2013).
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La evaluación de impacto. Para poder convertirse en una Empresa B, se debe pasar por
un proceso de certificación, que determina si una empresa cumple con los requerimientos
en sus dimensiones sociales y ambientales para obtenerla. Se tienen seis pasos para
completar el proceso (www.sistemab.org, 2016). Arranca con los procedimientos legales
de constitución como empresa. Luego se completa el proceso de evaluación, para lo cual
se tiene un instrumento de puntuación en diferentes áreas de la empresa que contempla
aproximadamente 100 preguntas, a saber: (www.sistemab.org, 2016)

Gobernanza. Se evalúan: Responsabilidad corporativa y transparencia

Trabajadores. Se evalúan: Compensación, beneficios y capacitación.
Participación accionaria de los trabajadores. Ambiente de trabajo.

Comunidad. Se evalúan. Productos y servicios a la comunidad. Proveedores y
distribuidores. Participación local. Creación de trabajo. Diversidad.
Participación cívica y donaciones.

Medio ambiente. Se evalúan. Productos y servicios ambientales. Tierra, oficinas,
e instalaciones. Insumos. Salidas. Transporte, distribución y proveedores.
Se obtiene una calificación total de impacto que conduce a la revisión del puntaje con
el acompañamiento de personal de B-Lab. Se obtiene la certificación si se obtiene una
puntuación de 80 sobre 200. (www.sistemab.org, 2016). A este proceso, se le añade
la fase de documentación, donde se respalda y verifica lo manifestado en el
instrumento de evaluación. Luego se procede a la inducción como Empresa B
certificada con los derechos y responsabilidades que le atañen. Si la legislación del
país lo permite, el paso final consiste en la modificación de los estatutos de la persona
jurídica para considerar a los trabajadores, la comunidad y al medio ambiente de
manera vinculante en la toma de decisiones.
Otras consideraciones. La mayoría de las Empresas B, son de creación reciente con
menos de 5 años de operación, pequeñas con menos de 10 empleados, con ventas menores
a dos millones de dólares y más de la mitad de ellas están en el sector de servicios.
(Abramovay, 2013).
Se tienen figuras jurídicas similares en otros países que también utilizan herramientas de
mercado para potenciar la misión social y ambiental de las empresas:

Reino Unido. En el año 2005, se crean un marco legal para las empresas sociales,
con las “Community Interest Companies”. Sus principales características estriban
12
en que sus actividades y utilidades benefician principalmente a la comunidad,
tienen limitada la capacidad de repartir utilidades y son fiscalizadas por un
regulador. (Abramovay, 2013)

Estados Unidos. En adición a lo descrito, también se tienen las L3C, “low profit
limited liability Company” con propósitos educacionales y de caridad, donde el
resultado financiero no es una cuestión relevante. Luego están las “flexible
purpose corporation”, diseñadas para el beneficio público en temas religiosos,
científicos, literarios, educacionales y otros de bienestar público, tienen menos
exigencias que una Benefit Corporation en asuntos relacionados con la
transparencia. (Abramovay, 2013)

Italia. En el 2005, se crea la Ley #118, donde se crea el marco legal para las
empresas sociales que las define como “organizaciones privadas sin fines de lucro
que ejercen como actividad principal y de manera constante una actividad
económica y de producción, o de intercambio de bienes y servicios de utilidad
social, para la realización de objetivos de interés general”. (Abramovay, 2013).

España. La ley # 44 del año 2007, establece el marco legal de la empresas de
inserción (EI) que se aplica a toda sociedad mercantil que realice actividad
económica cuyo fin primordial sea la integración y formación socio-laboral de
ciudadanos en situación de exclusión social.
La Economía del Bien Común (EBC)
Objetivos y alcance. La economía del bien común es un sistema que integra alternativas
ideológicas y de gerencia al sistema neoliberal predominante. Constituye un movimiento
empresarial que busca reorientar la misión, estrategias y visión actual de las empresas en
los contextos económicos-científicos, cultural-ético, político-democrático y el naturalecológico. (Felber, 2012). Nace formalmente en el 2010, principalmente en el seno de la
organización ATTAC, que derivó en una expansión del modelo que abarca más de 800
empresas en 15 diferentes países, formándose aproximadamente 70 grupos impulsores
fuera de España, entre los que se cuentan, Austria, Alemania, Suiza e Italia. (Gomez,
2013).
El génesis y potenciador del movimiento se remonta a la crisis económica, que se ensaño
por el año 2008, cuyos orígenes tienen ramificaciones que deben ser primero
13
identificadas, luego señaladas y combatidas para mitigar y eliminar sus efectos. Se
cuentan entre ellos, las burbujas especulativas, el desempleo, la inequidad, el cambio
global, consumismo, perversión de valores y el deterioro de los principios democráticos.
Consecuentemente surge la pregunta, acerca del rumbo que se debe buscar. La EBC
responde con un enfoque holístico poniendo al bien común como objetivo ético supremo
tanto para la sociedad en general como para la economía en especial, como lo señala
Felber, 2012, acotando a la Constitución del Estado Bávaro, “toda la economía sirve al
bien común”. Se pasa de un plano de pensamiento económico a la práctica, en el contexto
de la realidad económica. (Felber, 2012).
La EBC persigue tres objetivos principales: (Felber, 2012)

Ofrecer una alternativa completa y coherente al modelo existente actual.

Proponer un proceso concreto de implementación democrática que deja el modelo
abierto a la combinación y cooperación con otras alternativas, incluyendo aquellas
del sistema actual que funcionan apropiadamente,

Brindar a cada persona, empresa, organización e institución una forma concreta
de cocrear la transición hacia una economía más social, sostenible, humana y
democrática.
Los objetivos configuran un modelo de la EBC que se compone de 20 elementos clave
que derivan en el primer orden democrático económico.
Instrumentos. La EBC propone un modelo económico basado en la cooperación, para lo
cual las empresas además de continuar realizando sus balances contable-financieros,
realizan también el balance del bien común (BBC), que a partir del principal valor
humano representado en la dignidad, el instrumento es capaz de medir su contribución a
estos valores, en el tanto la actividad económica debe estar al servicio del ser humano.
(Felber, 2012)
Los cinco valores que se miden en el BBC están fundamentados en las Constituciones y
leyes fundamentales: dignidad humana, solidaridad, justica, sostenibilidad medio
ambiental y democracia. El BBC, mide la forma en que las empresas “viven” estos
principios con relación a sus grupos de interés, personas que pueden verse afectadas por
las actividades de la empresa y que sostienen una relación directa con ella, tales como los
proveedores, los financiadores, empleados (incluyendo propietarios), clientes,
competidores, asociaciones locales, futuras generaciones y el medio ambiente. Estos dos
14
arreglos conforman la matriz del BBC. En la parte horizontal superior los valores que
privan y en la parte vertical izquierda los grupos de interés afectados por la actividad de
la empresa, lo que arroja en las intersecciones matriciales, 17 criterios positivos y 16
criterios negativos que se han de medir. Cada uno de esos indicadores, pueden alcanzar
cuatro niveles: principiante, avanzado, experimentado y ejemplar. Como resultado, las
organizaciones e instituciones pueden conseguir como un máximo de 1000 puntos en
total, que serían publicitados en todos sus bienes y servicios, brindando información a sus
clientes acerca del comportamiento ético de la empresa cuyo producto o servicio van a
comprar, amén de verse favorecida por tratos y preferencias legales e impositivas. Aparte
de medir impacto, el BBC provee un instrumento de autoevaluación que permite los
ajustes necesarios en la conducta con respecto a los valores y objetivos. (Felber, 2012)
Rol del balance financiero. El papel de los informes contable-financieros es colateral (el
dinero es un medio para producir) y subyacente el BBC, da la información necesaria para
proceder a la distribución de los beneficios en los usos permitidos en función al bien
común.
Auditorias. El proceso de auditoría del BBC es similar al clásico desde la perspectiva
contable-financiera. Se compila internamente por empleados responsables del bien
común y después se auditan de manera externa por auditores del bien común. Con la
opinión limpia de los auditores la empresa es clasificada para los fines pertinentes
tributarios, arancelarios, crediticios y otros. El nivel de transparencia que está asociado al
proceso y a la EBC, permite a su vez un control cruzado con el público y los grupos de
interés, limitando la posibilidad de corrupción y fraude.
Impacto. Durante el año 2015, se abrió una ventana para la implementación de los
instrumentos de la ECB, aprobando la Unión Europea una directiva sobre informes no
financieros OBLIGATORIOS para empresas con al menos 500 empleados, posiblemente
a partir del 2017.
15
Justificación
Las empresas hibridas tienen como misión y objetivo estratégico el cambio social y
ambiental en los sistemas económicos al que pertenecen, caracterizado por horizontes de
largo plazo, desarrollo autónomo del modelo de negocios y un liderazgo participativo y
transformacional de la dirección. Deben crear relaciones de mutuo beneficio con los
grupos de interés de empleados, clientes y otros actores de los sistemas sociales y
ambientales. Deben así mismo interactuar sistémicamente con los mercados,
competidores e instituciones de la industria. (Haigh, 2012) y ser lo suficientemente
confiables para poder formular y ejecutar modelos de negocios que contradicen la forma
usual de hacer negocios y las nociones actuales de lo que significa ser sostenible. (Haigh,
2012). La evolución de una empresa tradicional a una empresa hibrida requieren de
cambios profundos en la misión de la organización, por medio de una transformación no
solo de los estilos de liderazgo y ofertas de valor, sino que de las estructuras legales que
conforman la persona jurídica de la organización de manera tal que el bien común sea el
pilar que potencia la empresa y, que todas las transformaciones y operaciones sean
posibles de certificar por terceros autónomos sea en la plataforma de empresas B ó del
EBC. Las Empresas B y la EBC tienen elementos comunes en términos de la misión y
objetivos estratégicos en pos del bien común que deben ser estructurados, puntualizados
y armonizados. Su homologación teórica y práctica en la investigación propuesta,
potencia sus contribuciones a una nueva manera de formular estrategia empresarial en el
campo de Direccion de Empresas, que no es otra cosa que incidir en la forma de pensar y
enseñar a las nuevas generaciones de gerentes y directores de la empresa, es allí donde el
mayor impacto debe gestionarse.
Pregunta de investigación
¿Cuáles son los factores que potencian una armonización en la contribución de las
Empresas B y la EBC en la creación de valor social y ambiental al bien común?
Método
Se propone un análisis cualitativo de dos etapas. La primera, sobre la base de una revisión
de literatura comparada, se estructuran los principales fundamentos de cada una de los
enfoques teniendo como factor común las acciones y objetivos que determinan el bien
común: el Análisis de Impacto para el caso de las Empresas B y luego el Balance del
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Bien Común para el caso de la EBC y se configuran conforme las hipótesis planteadas.
En una segunda etapa, se conforma un marco muestral de empresas certificadas para
ambos sistemas y sobre esta base se constituyen estudios de caso para cada una, que son
sujetas a comparación con el instrumento generado en la primera etapa. Se obtienen los
puntos coincidentes y los que no.
Resultados esperados
Tanto las Empresas B, como la Economía del Bien Común, ofrecen una alternativa para
transformar el mundo a través de los negocios. Su planteamiento también revoluciona la
manera de formular estrategia empresarial y las vías de forjar alianzas. Los resultados de
esta investigación sumarizan los puntos de coincidencia de ambos sistemas en potenciar
el bien común, para que puedan interactuar conjuntamente en foros distintos. Las
diferencias identificadas, también permitirán identificar las razones de no coincidencia,
permitiendo eventualmente la adopción de modificaciones que permitan una
armonización sincronizada para los fines del bien común y nuevos campos para la
investigación en Direccion de Empresas.
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