Download Noviembre 2012 - Parroquia San Josemaría Escrivá

PÁGINAS WEB CON INFORMACIÓN ÚTIL SOBRE EL AÑO DE LA FE
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CONFIRMACIONES EN LA PARROQUIA EL 8 DE DICIEMBRE
— La preparación correspondiente para niños que ya hicieron su Primera Comunión hasta los que estén cursando quinto año de primaria será los días 23, 24 y 30 de noviembre, y 1 de diciembre.
CAMPANARIO
NOVIEMBRE , 2012
NOVIEMBRE: Mes de los difuntos
Morir es una cosa buena. ¿Cómo puede ser que haya quien tenga fe
y, a la vez, miedo a la muerte?... Pero mientras el Señor te quiera
mantener en la tierra, morir, para ti, es una cobardía. Vivir, vivir y
padecer y trabajar por Amor: esto es lo tuyo.
San Josemaría, Forja, n. 1037
— Para mayores de 18 años, será los días 23, 24 de noviembre y 1 de diciembre.
Requisitos: llenar la ficha de inscripción, fotocopia de fe de bautizo, fotocopia del acta de nacimiento y pago de
cuota de recuperación (niños: $400; mayores de 18 años: $1500).
MENSAJE DEL PÁRROCO
EL CONCILIO VATICANO II
CONFERENCIAS PROGRAMADAS EN NUESTRA PARROQUIA ESTE MES
● Conferencias impartidas por el P. ERNESTO MARÍA CARO, Fundador y director de Evangelización Activa, Institución dedicada a difundir la palabra de Dios y a Evangelizar usando el medio de
Internet así como diferentes publicaciones en audio (www.evangelizacion.mx):
— “AMOR CONYUGAL”, JUEVES 8, DE 10:00 A 13:00 HRS. Dirigida a señoras.
— “NOVIAZGO”, JUEVES 8 A LAS 20:00 HRS. Para jóvenes a partir de los 15 años.
***
● Conferencia de la SOCIEDAD MEXICANA DE DÉFICIT DE ATENCIÓN (www.smdah.com)
— “MANEJO DEL ENOJO”, LUNES 26 A LAS 20:00 HRS. Dirigida a padres de familia y a jóvenes a partir
de los 16 años.
Las conferencias anteriores tienen una cuota de recuperación de $100, y el día de inicio $125
***
— “EL AÑO DE LA FE”, JUEVES 15, 20:00 A 21:30 HRS.
Para los que no pudieron asistir el pasado 11 de octubre, les informamos que volveremos a tener la Conferencia
sobre el Año de la Fe, impartida por los sacerdotes de nuestra parroquia en el Salón de usos múltiples: ¿Qué es
el Año de la Fe? (P. Gustavo); Concilio Vaticano II (P. Rafael); Catecismo de la Iglesia Católica (P.
Bernardo).
HORARIOS DE MISA
Lunes a Viernes: 8:00, 13:15 y 19:00 hrs.
Sábados : 8:00 hrs. 18:00 hrs. (Misa Dominical)
Domingos: 11:00 (Misa de Niños), 12:30, 13:45, 18:00 y
19:30 hrs.
CONFESIONES
Lunes a Viernes: Durante las Misas de 8:00 y 19:00 hrs.
Sábados: 8:00 y 18:00 hrs.
Domingos: Durante las Misas.
HORARIOS DE OFICINA
Lunes a Viernes: 9:30 a 15:30 y 16:00 a 18:00 hrs.
El pasado 11 de octubre, en el día que se cumplían 50 años de la solemne apertura del Concilio Vaticano II, dio
comienzo el Año de la Fe, convocado por el Santo Padre Benedicto XVI, quien lo considera una ocasión propicia
para comprender que los textos dejados en herencia por los Padres conciliares, según las palabras del beato Juan
Pablo II, «no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y
asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia».
Los concilios anteriores se convocaron con el fin de resolver cuestiones muy concretas, pero el Vaticano II no
tenía que resolver un problema particular. Lo que preocupaba al Papa –el ahora Beato Juan XXIII– era que el
cristianismo parecía perder cada vez más su fuerza, se le veía cansado y daba la impresión de que el futuro era
decidido por otros poderes espirituales. El cometido era “actualizar” el cristianismo para que pudiera volver a ser
una fuerza que moldeara el futuro.
Se trataron temas que interesaban a los obispos: la doctrina sobre la Iglesia, la renovación litúrgica, el
ecumenismo (acercamiento con las confesiones cristianas), la Revelación divina (estudio de la Sagrada
Escritura, Tradición y Magisterio de la Iglesia), la relación entre la Iglesia y el mundo moderno…
Otro de los temas tratados, que se puso de relieve poco a poco con la recepción del concilio, fue el de la libertad
religiosa. Se propuso la libertad de elegir y practicar la religión, y la libertad de cambiarla, como derechos de las
libertades fundamentales del hombre. El Estado no puede decidir sobre la verdad y no puede exigir ningún tipo de
culto.
La Declaración “Nostra aetate”, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, resultaría
importante para el encuentro de la Iglesia con la modernidad. Inicialmente se pensó en un documento sobre las
relaciones de la Iglesia con el judaísmo, después de los horrores de la Shoah, pero también se vio necesario incluir
el Islam, el Hinduismo, el Budismo, así como el tema de la religión en general.
Hay otros documentos: sobre el ministerio de los obispos y sacerdotes, la educación, las Misiones, el
apostolado de los laicos, los medios de comunicación, etc. San Josemaría se llevó una alegría enorme cuando
leyó el n. 11 de la Constitución Dogmática “Lumen gentium” la confirmación de lo que venía predicando desde
1928: «Todos los fieles, cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan
poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección
de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre».
Aprovechemos el Año de la Fe para conocer y profundizar en los documentos del Concilio, como pide el Papa.
P. Gustavo Elizondo Alanís
PRINCIPALES FIESTAS Y CELEBRACIONES DE ESTE MES
Jueves 1 SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS.
Viernes 2 CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS.
Miércoles 21 PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.
Domingo 25 SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO.
Viernes 30 FIESTA DE SAN ANDRÉS, Apóstol.
EN EL AÑO DE LA FE – CONOCER EL CATECISMO
I. Lo que hay que creer – EL CREDO
nn. 1030 a 1032. Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener
la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación
final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: “Por eso mandó [Judas Macabeo]
hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado” (2 M 12, 46).
Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su
favor, en particular el sacrificio eucarístico, para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica
de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de
los difuntos.
II. Lo que hay que celebrar – LOS SACRAMENTOS
INTENCIONES DEL PAPA PARA ESTE MES
General. Para que los obispos, sacerdotes y todos los ministros del evangelio den valiente testimonio de fidelidad al Señor crucificado y resucitado.
Misionera. Para que la Iglesia peregrina en la tierra resplandezca como luz de las naciones.
SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS
En este mes de noviembre la Iglesia nos invita especialmente a ofrecer sufragios por los difuntos. Podríamos, por
ejemplo, aplicar por ellos las indulgencias que ganemos. Pero también les resultan de mucho provecho las Misas
que ofrezcamos por esa intención. En la parroquia tenemos la costumbre de anotar sus nombres en unos sobres
especiales para ese fin, los cuales se colocan en el altar durante todo el mes de noviembre, para que los sacerdotes los tengan presentes cuando celebran el Santo Sacrificio. Puedes encontrar esos sobres en la mesa donde se
guardan los misales. Anota los nombres de tus difuntos y deposita el sobre en la alcancía.
COOPERACIÓN DIOCESANA (Diezmo)
De la Circular n. 25 de la Arquidiócesis de México:
«Una vez más se vuelve a acudir a cada uno de Ustedes los católicos de esta Iglesia Local de la Arquidiócesis de
México, para pedirles que apoyen con su aportación económica el trabajo pastoral en esta gran Ciudad de México, en la perspectiva de lo que tradicionalmente ha sido llamado “Diezmo”.
»Esta aportación, contribución o cooperación económica responde al derecho-deber que tiene todo fiel cristiano
“de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, de modo que dispongan de lo necesario para el culto divino, las obras
de apostolado y de caridad y el conveniente sustento de los ministros”. (Can. 222 & 1).
nn. 1514 y 1515. La unción de los enfermos no es un sacramento sólo para aquellos que están a punto de morir.
Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez. Si un enfermo que recibió la unción recupera la salud, puede, en caso de nueva
enfermedad grave, recibir de nuevo este sacramento. En el curso de la misma enfermedad, el sacramento puede
ser reiterado si la enfermedad se agrava. Es apropiado recibir la Unción de los enfermos antes de una
operación importante. Y esto mismo puede aplicarse a las personas de edad avanzada cuyas fuerzas se debilitan.
»La evangelización es la tarea fundamental de la Iglesia; es por ello que, con la finalidad de disponer de los medios
suficientes y aptos para el desempeño de su misión, la Iglesia Arquidiocesana pide una vez al año a todos sus
miembros su aportación económica, la cual es una perspectiva de comunión y de sentido de la Iglesia.
III. Lo que hay que vivir – LOS MANDAMIENTOS
»Es necesario recordar a los fieles que el tiempo propio para entregar su cooperación serán los meses de NOVIEMBRE y DICIEMBRE del presente año, así como ENERO y FEBRERO del 2013».
nn. 2271 y 2272. Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta
enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como
un medio, es gravemente contrario a la ley moral. La cooperación formal a un aborto constituye una falta
grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.
“Incurre ipso facto en ella quien comete el delito” (CIC, can 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (cf
CIC, can. 1323-24). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y
a toda la sociedad.
IV. Lo que hay que rezar – LA ORACIÓN
n. 2854. Al pedir ser liberados del Maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos los males, presentes,
pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las
desdichas del mundo. Con la liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo. Orando así, anticipa en la
humildad de la fe la recapitulación de todos y de todo en Aquél que “tiene las llaves de la Muerte y del Hades” (Ap 1,18), “el Dueño de todo, Aquél que es, que era y que ha de venir” (Ap 1,8; cf Ap 1, 4).
»Nuestra Iglesia Arquidiocesana espera de la generosidad de cada uno de sus miembros, se colabore con al menos “un día de salario” o “un día de utilidades” además de toda otra forma de ayuda que cada quien quiera
ofrecer en la obra evangelizadora de la propia Parroquia o de la Iglesia Diocesana. Indudablemente que a quienes
no tienen un ingreso fijo o ganan un salario mínimo, se les pide aporten lo que sus posibilidades les permitan.
LIBROS PARA EL AÑO DE LA FE
— Catecismo de la Iglesia Católica y su Compendio: expresamente recomendados por el Santo Padre Benedicto XVI para profundizar en la fe durante este año.
— Camino Verdad y Vida. Autor: Ricardo Sada Fernández. Una explicación de la fe clara, amena y profunda.
Trata temas tan importantes para el creyente como Dios, la Santísima Trinidad, el hombre, el pecado, Jesucristo,
la Santa Iglesia, los mandamientos, los sacramentos… para terminar con la oración.
— Vida de Fe: Homilía de San Josemaría.
— El mensajero del Rey. Autor: Louis Wohl. Novela sobre la conversión de San Pablo.
— Cuando Dios llama a la puerta. Autor: Raúl Espinosa. Expone la sintomatología de muchos hombres de
nuestro tiempo que se han alejado de Dios. También, recoge la conversión de personalidades relevantes, como
San Pablo y San Agustín. A través de estas páginas, el lector encontrará un elemento común en estas conversiones: el anhelo que tiene todo ser humano de encontrar un sentido trascendente en su existencia.