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RESFRIADO COMÚN INFORMACIÓN PARA FAMILIARES El resfriado común o catarro de vías altas es muy frecuente en la infancia, especialmente en los primeros años de guardería. Por término medio, los niños menores de 6 años sufren unos 6 a 8 resfriados al año. Cursa con congestión y destilación nasal, dolor de garganta y tos. Es frecuente la fiebre, especialmente en niños pequeños. Pueden producirlo más de 100 virus diferentes. Suele durar menos de 2 semanas. ¿Cómo hay que tratar al niño cuando tiene un resfriado? Al estar producido por virus, no es efectivo el tratamiento con antibióticos. Además, la mayor parte de los medicamentos que se utilizan en adultos en el resfriado no se pueden emplear en niños por motivos de seguridad y baja efectividad. Las medidas que se pueden emplear para aliviar los síntomas son: 1. Lavados nasales con suero fisiológico o agua marina. 2. Elevar la cabecera de la cuna o cama 3. Algunos remedios tradicionales parecen efectivos, como beber líquidos calientes (caldo, infusiones…) o la miel (advertencia: es peligroso dar miel a niños menores de un año). 4. Medicamentos: Generalmente no hacen falta, salvo los antitérmicos si tiene fiebre. Cuando su pediatra considere necesario que el niño tome algún medicamento se lo indicará. ………………………………………………………………………………………………………………………………… ¿Cuándo se debe volver a consultar? Aunque no es frecuente, el resfriado puede ser el inicio de una enfermedad más compleja. Por eso, conviene que consulte con el pediatra el los siguientes casos: Decaimiento del niño, con somnolencia excesiva. Fiebre elevada, especialmente si se produce después de los 3 primeros días del resfriado. Dificultad para respirar, con respiración más rápida de lo habitual. Dolor de oído, que en los niños pequeños se manifiesta como llanto intenso e irritabilidad. Los mocos y la tos duran más de 2 semanas. ¿Cómo prevenirlo? Al ser una enfermedad infecciosa puede transmitirse de una persona a otra, especialmente en los primeros 2 a 4 días del resfriado. Se contagia por el aire, con la tos. También se transmite por el contacto directo, especialmente a través de las manos. Por eso hay que extremar las medidas de higiene habituales, sobre todo el lavado de las manos antes y después de las comidas y tras estornudar o toser.