Download China, potencia negociadora en el comercio global
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DESAFIO OLIMPICO DE BUSH China afirma poderío en negociaciones internacionales Antonio Fernández Arce * Estados Unidos constantemente alentó y hasta presionó a China desde hace tiempo para que jugase un papel más importante en las negociaciones internacionales de comercio. Ahora que el gobierno chino lo hace, basado en su indiscutible poderío y su influencia económicos, Washington lo critica acremente. Y hasta recurre a sus consabida estrategia de represalias políticas. No de otra manera puede interpretarse la abrupta decisión de Washington de públicamente desafiar la tolerancia china y tratar asuntos internos de este país con connotados disidentes. Bush invitó a estos para tratar temas de derechos humanos, libertad y democracia en China, justo en vísperas de emprender viaje para asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en Beijing. Y aseveró en público que llevará esos asuntos de política interna china al evento olímpico. La reacción del gobierno chino ha sido inmediata. Ha protestado contra lo que califica como flagrante intrusión de Washington en asuntos internos chinos y ha reclamado prudencia al presidente estadounidense. ¿Por qué el entuerto? Hay quienes quieren ver en este gesto de torva diplomacia la intención de Bush de desafiar al gigante asiático para provocar un serio incidente que a última hora tense las relaciones, obstruya la actuación del equipo olímpico estadounidense y justifique su posible derrota en el puntaje final, que puede dar a China la previsible supremacía olímpica. Como varios legisladores en Washington han criticado el viaje de Bush y su familia para la inauguración de los Juegos Olímpicos en Beijing, en vez de boicotearlos por presuntas violaciones chinas a los derechos humanos, otros creen que la intromisión del presidente en asuntos chinos y la invitación a los disidentes, sirve para complacer a los críticos. El martes 29 de julio, Bush se reunió en la Casa Blanca con cinco activistas chinos en el exilio, como la independentista uygur Rabiya Kadeer, el escritor Wei Jingsheng (encarcelado en los años 80 y 90) y Harry Wu, entre otros. Bush dijo a la prensa dos días después del encuentro con los disidentes chinos que considera que los Juegos Olímpicos son un evento netamente deportivo que no debe ser politizado."He tomado la decisión de no politizar los Juegos; son para atletas". Pero agregó que durante su estancia en Beijing, del 7 al 11, "habrá tiempo suficiente para política". Medios de prensa en Beijing se preguntaron hoy si en ese tiempo dedicado a la política ekl presidente estadounidense podrá trtatar sobre derechos humanos en Guantánamo, Irak o Afganistán, que no son territorio ni asuntos internos de EE. UU. El ha asegurado a los periodistas que en sus encuentros con el presidente chino, Hu Jintao, "siempre" habla con él y su gobierno de la libertad religiosa y política. Guerra de Mercados El trasfondo inmediato de esta actitud de Bush hay que verlo en lo sucedido hace pocos días en las negociaciones sobre comercio global en Ginebra, donde se produjo un serio enfrentamiento entre China y EE. UU. Las negociaciones fracasaron y las recriminaciones fueron mutuas, Los dos países se culpan por el fracaso de esa reunión. China se alió en Ginebra con la India para exigir salvaguardas frente a la importación de productos agrícolas. La delegación de EE. UU. acusó a China por el fracaso de las negociaciones. La parte china culpó a Estados Unidos de plantear excesivas exigencias. A la vista está que, conforme se agiganta económicamente China, se acrecienta la guerra de mercados, ya que siendo el más grande país en desarrollo en el mundo, asume rol protagónico de primer orden ante la arrolladora incursión de productos subsidiados por países del mundo desarrollado. India y Chna han defendido sus desvalidos sectores agrícolas. La actitud pública de Beijing ha sido calificada como “inusual” por la prensa occidental más allegada a Washington. La agencia noticiosa AP (Associated Press) dice que China refleja en esa actitud “su nueva situación de potencia emergente en temas que van desde el cambio climático hasta Africa, y que se apoya en la rápida expansión de su economía”. Claro, no podía ser de otro modo. Cuando hace siete años China ingresó en la OMC (Organización Mundial de Comercio) tras 14 largos años de negociaciones, se temió que su atrasado sector agrícola sufriría con la importación de productos subsidiados en países desarrollados. El campesinado, que suma el 80 por ciento de la población china de 1300 millones, acusó el golpe y sigue relegado. Pero el gobierno ahora da prioridad a sus problemas y su desarrollo. Por lo tanto, tiene que desechar exigencias y presiones de naciones desarrolladas y de sus políticas proteccionistas. Muchos creen ver como extraña la combinación de una China exportadora de productos eficientes y competitivos con una China rural aún atrasada que reclama prioridad para su desarrollo. Alta prioridad Por tercera vez en la historia de la República Popular China, el campesinado ha dado su cuota de sacrificio en bien de la prosperidad nacional. Esta vez, al apoyar el avance tecnológico de la gran industria. Y ya es hora, como está sucediendo, que la China próspera traslade sus mejores esfuerzos al desarrollo de las vastas zonas rurales. No se permitirá que la alta competitividad de productos extranjeros subsidiados, arrase con la débil economía campesina. La AP, haciendo eco a las acusaciones de Washington, dice que China ha sido una de las principales beneficiarias de la liberalización del comercio, que contribuyó a garantizar el acceso a mercados extranjeros para sus productos. “Estados Unidos, la Unión Europea y otros socios comerciales – agrega-- consideran que Beijing ha violado sus compromisos de libre comercio al dificultar la competencia extranjera en los sectores de la banca, finanzas y otras industrias”. Afirma que se han elevado enormemente las importaciones chinas de soya, maíz y otros productos, pero Beijing es renuente a adoptar medidas que perjudiquen su agricultura, marginada de las tres décadas de rápida expansión económica. Asevera que cada año hay protestas masivas de los campesinos “debido a la pobreza y otros hechos”. No dice que esas manifestaciones de protesta son precisamente por la desigual competencia de productos agrícolas subsidiados, que atentan contra los intereses del agro chino. China se mantuvo en un segundo plano de los asuntos globales durante dos décadas desde su apertura y el lanzamiento de sus reformas económicas en 1979. Pero, en la última década, ha incrementado su presencia en el exterior gracias a una mayor participación en las gestiones de paz de las Naciones Unidas o la expansión de sus lazos comerciales y políticos con Africa y América Latina. Ahora, como ha sucedido en Ginebra hace pocos días, su presencia y sus decisiones son decisivas para limitar y frenar las maniobras especulativas a que nos tienen acostumbrados las naciones más desarrolladas. Fin (31 julio 2008) * Antonio Fernández, sinólogo y periodista independiente, es nuestro corresponsal académico en Pekín.