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LECTURA ORANTE DE LA PALABRA
29º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C
Evangelio de Lucas 18, 1- 8
Ven Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles y
Enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu creador y renueva toda la tierra.
1. Lectura ¿Qué dice el texto?
Después de la lectura te pueden ayudar mirar estas preguntas:
o ¿Quiénes son los protagonistas de este texto?
o ¿Qué situación aborda Jesús?
o ¿Qué indicaciones da?
o ¿Qué muestra de su Padre?
En el texto que leemos hoy, el evangelista nos dice:
v1 Jesús les explica a los discípulos con un ejemplo la necesidad de orar siempre, sin
desanimarse jamás.
v2 Les dice que en una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaba nadie.
Por lo tanto era un hombre que no tenía obligaciones morales o religiosas con nadie
v3 Y agrega que en esa misma ciudad había una viuda que venía a él a pedir: Hágame
justicia contra mi adversario. Una viuda en ese tiempo es una mujer sola, desamparada,
que busca ayuda, en este caso es justicia.
v4 El juez no le hizo caso durante un buen tiempo. Pero al final pensó: Aún que no temo a
Dios y no me importa nadie. El juez estaba sordo ante los ruegos de la viuda, pero en
un momento revisa su actitud.
v5 esta viuda me molesta tanto que le voy a hacer justicia; así ya no volverá a
romperme la cabeza. La razón que considera el juez es la insistencia, la molestia que le
causa la demanda de la viuda. Él busca que no lo moleste más.
v6 Jesús termina la parábola y les hace notar a los discípulos: ¿Se han fijado en las
palabras del juez malo? Busca que los oyentes reconozcan las razones que obligan al
juez a hacerle justicia a la viuda.
v7 Ahora bien ¿Dios no les hará justicia a sus elegidos si claman a él día y noche,
mientras él demora en escucharles? Haciendo una pregunta a los discípulos Jesús
destaca un rasgo fundamental de su Padre, Él es un Padre misericordioso y compasivo.
v8 Todo lo contrario: pues les aseguro que Dios hará justicia en favor de ellos, y lo hará
pronto. Jesús confirma la fidelidad del Padre que escucha a los que sufren y piden su
amparo y está dispuesto a ayudarles con rapidez.
Y agrega una pregunta que los sitúa al final de los tiempos: Pero, cuando venga el Hijo
del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?.
2. Meditación ¿Qué me (nos) dice el texto?
Repite la palabra o frase que más te ha tocado el corazón. Esto te ayudará a
descubrir lo que el Espíritu Santo te quiere comunicar hoy
Cuando venga el Hijo del Hombre ¿hallará fe en la tierra?
Pregúntate:
¿A qué me invita este texto que he leído?
Me invita a confiar plenamente en Èl, a entregar mi vida, mis preocupaciones, mis
alegrías y mis tristezas, todo lo que soy.
¿Qué es lo que Jesús me pide?
Orar siempre, rogar, suplicar, agradecer, confiar sin reservas. Ser testigo y profeta
ante este mundo lleno de injusticias, desesperanza, violencia y temor. Ser luz para
quienes se sienten desanimados, ser discípulo y seguirlo en el amor para entregarlo
a los demás.
¿Cómo me fortalece mi amistad con Jesús?
Tranquiliza mi alma, me aquieta, me permite ser yo misma/o, confiando en su amor
incondicional. Sé que Él está siempre conmigo y responderá a mis oraciones. El está
disponible para un permanente dialogo de amistad, de amor. Me siento cobijada,
protegida, acompañada. El me escucha siempre y responderá a mis suplicas.
3. Oración ¿Qué le digo (decimos) a Dios?
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Después de escuchar su Palabra deja hablar a tu corazón. Puedes hacer una
oración de arrepentimiento, de súplica, de gratitud, de alabanza, de entrega…
Ayúdate también de oraciones o cantos que conoces: un Salmo, una frase bíblica
Te servirá escribir tu oración en algún cuaderno personal.
Señor, quiero cubrirme con tu Espíritu Santo, sentirte en mi día a día, y primero que todo
pedirte perdón por mi falta de oración y por consiguiente mi falta de confianza, de fe
y esperanza. Tú eres la fuerza de mi vida y sin oración esa fuerza me falta… Jesús mi
amigo, mi hermano, mi Dios. Eres la luz que ilumina mi vida, ayúdame a fortalecer mi
oración a dar testimonio de tu amor y de tu grandeza. Esta vida en la que estamos
inmersos, en la que corremos permanentemente haciendo muchas cosas, “no tenemos
tiempo” para nada, menos para acordarnos de orar y no nos damos cuenta que en ti
está la fuerza para seguir caminando y construyendo, solo en ti podemos construir sobre
roca firme y solo así vale la pena construir sin desanimarnos. Gracias Señor por seguir
aquí esperándome siempre, teniéndome paciencia y amándome como me amas.
Alabado seas Señor por tu amor y por seguir confiando en mí.
4. Contemplación ¿Qué deja en mi corazón esta Lectura Orante de la Palabra?
En este momento hacemos silencio para escuchar al Señor.
o Saborea el regalo que le Señor te ha hecho en esta oración. En silencio, con
calma
o Puedes contemplar una imagen en silencio
o Puedes repetir una frase a modo de eco
o Deja que Dios ilumine tu vida y que tu vida se ilumine a la luz de la Palabra
Puedo confiar en el Amor de Dios por mi, quiero responder a
su llamado para vivir y fortalecer mi comunicación con Él y así
enriquecer mi vida.
Llevemos la Palabra a la vida
o Después de orar la Palabra del Señor pregúntate:
¿Qué tengo que cambiar en mi vida para imitar a Jesús?
Comunicarme diariamente y en cada momento con Él, iluminar mi vida con su presencia.
Yo disminuir para que Él crezca, dejarme moldear a su medida con mi perseverante
oración.
o ¿Qué medios me regala Jesús para cambiar?
Mi vida, mi día a día, la naturaleza, mi voluntad, su gracia permanentemente presente,
el don de la fe en mi como su regalo, el amor por los demás, por la familia, por mi
proyecto de vida, mis ganas de ser útil en la construcción de su Reino y de servir donde
y como Él quiera.
o Prepara tu corazón para el próximo encuentro con la Palabra.
Hazme permeable a tu gracia y a tu Espíritu Santo. Quedo en tu presencia Señor.
Amén.
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Confíale a la Virgen María lo que meditaste para que te ayude a practicar lo que
has escuchado en la Palabra
Querida Mamá María, enséñame a ser dócil a tu Hijo, a meditar y a escuchar en el
silencio de la oración su Palabra y su voluntad. A ser luz y esperanza, para otros que
han o están perdiendo la fe por no confiar plenamente en su amor y en su presencia
permanente en nuestras vidas. Ayúdame a ser perseverante en la oración, humilde y
sencilla ante los demás. Amén