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nobleza de desheredados desapareció. De un día para otro se
vio libre de presiones y pudo casarse y fundar su hogar, ya
sin control, pues tan solo el mayor, el jefe, tenía la responsa­
bilidad de resguardar el linaje y las pertenencias, puesto que
tan solo a él correspondían. Los menores, sin poder ya
reclamar bienes materiales, pudieron disponer libremente
de su persona. En torno a la casa madre se fundaron casas
modestas, y el número de hombres de buena cuna se multi­
plicó en los primeros decenios del siglo XIII.
Esto y mucho más nos enseña Duby, pero habrá que
leerlo para sacarle todo el jugo a un trabajo tan acabado.
B e a t r iz R ojas
El Colegio de Michoacán
Pierre Vidal-Naquet. Le chasseur noir; formes de pensée et
formes de société dans le monde grec. Paris 1980, ed.
Maspero, 488 pp.
En este libro el autor agrupa 16 textos suyos publicados
en los 20 últimos años y nos ofrece un bosquejo muy
importante para el conocimiento del mundo griego antiguo.
"El cazador negro”, le chasseur noir, es un personaje de la
mitología griega que se parece a héroes de muchas otras
mitologías: es un hombre joven que busca la aventura para
sufrir la iniciación, se ejercita en las técnicas de la "ruse”,
pero desaparece para no volver nunca más. Es el título del
artículo publicado por Vidal-Naquet en 1968 y que da hoy su
nombre al volumen. Así nos quiere manifestar el autor su
voluntad de llegar al mundo griego, no por la vía muy
concurrida del ágora, de la asamblea del pueblo, sino por
senderos marginales: los jóvenes, las mujeres, los artesanos,
los esclavos, los que viven lejos de la ciudad.
El subtítulo nos precisa el proyecto global: formas de
pensamiento y formas de sociedad. No se trata de estudiar
en si ni por sí el pensamiento griego, la poesía, la filosofía,
la mitología, ni la sociedad. Se trata de abrazarlas juntas, en
su relación, en el efecto de espejo que ejercen la una sobre la
otra. Al final del análisis, resulta obvio que la una no se
entiende sin la otra.
Todos los textos han sido reescritos para formar el
libro y no se trata de una colección errática. Los textos,
después de una introducción inédita, se agrupan según
cuatro temas: espacio y tiempo; jóvenes y guerreros; muje­
res, esclavos y artesanos (los de segunda); la ciudad pensada
y la ciudad vivida. Así surge la unidad de conjunto de un
proyecto que debe mucho a la antropología social y no deja
de recordar las preocupaciones de Georges Duby sobre la
Edad Media de la Europa noroccidental. Por un lado, textos
clásicos, narraciones míticas, descripciones; por otro ladp,
prácticas sociales: la guerra, la esclavitud, las instituciones
juveniles, los monumentos conmemorativos; el imaginario
de la ciudad con su significado muy real, y el mundo muy
concreto de los ritos, de la política, del trabajo, mundo
concreto que tiene también su dimensión imaginaria.
La meta: dar sentido, manifestar que hay un sentido,
que existe una relación nada simple, nada evidente, entre el
texto y la sociedad. Tal libro interesa a un público mucho
más amplio que el de los especialistas del mundo griego y
despierta cantidad de ideas y de preguntas, tanto sobre
nuestras sociedades contemporáneas, como sobre mundos
desaparecidos.
J e a n M e y er
El Colegio de Michoacdn
Universidad de Perpignan/IEM