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CAPÍTULO V.
Auxiliares: Enfermeros.
“El enfermero/a es la persona que colabora con el profesional de la
medicina, en la asistencia y/o rehabilitación de las personas enfermas o en
la preservación o conservación de la salud de las sanas, dentro de los
límites establecidos por el ordenamiento jurídico...” –
(Dicc. De la Lengua Española)
El marco normativo de los enfermeros, se encontraba regido por la ley
17.132 –sobre ejercicio de la medicina, odontología y actividades de
colaboración en la Capital Federal y Territorio Federal-, arts. 58 a 61. En
el año 1991, la enfermería fue desprendida de la ley 17.132, pasando a
ser regida por la ley 24.004.
La ley 24.004, dispuso que serían aplicables las disposiciones del arts 131
y ss. De la ley 17.132, respecto al régimen disciplinario.a)
Normas reglamentarias:
En el orden provincial las distintas provincias han reglamentado el ejercicio
de los enfermeros, siguiendo en grandes rasgos los lineamentos de la ley
nacional 24.004; a saber:
-Ciudad de Bs. As., ley 298.-Provincia de Bs. As., Ley. 12.245.-Corrientes, ley 4710,
-Chubut, ley 3498.-Chaco, ley 3520.-Córdoba, ley 6222.-Entre Ríos, Ley 8899.-Formosa, ley 1136.-Mendoza, ley 6836.-
-Neuquén, ley 2219.-Rió Negro, ley 2999.-Santa Cruz, ley 340.-Santa Fé, ley 5447.-San Luis, ley 5153.-San Juan, ley 6763.-Tucumán, ley 6656
-Salta, ley 3911.-
b)
Niveles de ejercicio de la enfermería
(art. 3 ley 17.132).Antes de ingresar a la problemática de fondo, respecto del alcance y
extensión de la responsabilidad del “enfermero”, debemos resaltar que,
normativamente, existen dos categorías de estos auxiliares, con funciones
propias y específicas para cada una de ellas.
La correcta delimitación de cada una de las categorías será de
importancia, para analizar si el auxiliar enfermero/a, desplegó su
actividad dentro o fuera de las funciones asignadas a cada una de ellas,
por la normativa vigente.
Sin perjuicio de lo expuesto, al momento de valorarse su responsabilidad ;
el juez deberá echar mano de los principios generales que rigen la
responsabilidad médica.
Reiteradamente se ha dicho que “no existe una categoría autónoma” de
responsabilidad:
“...En lo referente a la individualización – o apreciación- de la culpa de los
médicos, no es dable distinguir una culpa “profesional “(transgresión de las
reglas de orden científico trazadas por el arte médico) de otra supuesta
categoría identificada como culpa “común”. Por consiguiente, la culpa de
los médicos está gobernada por las reglas generales orientadoras de la
especie; el Juez deberá echar mano al art. 512 del C.C. y merituará “in
concreto” la naturaleza de la obligación y las circunstancias de persona ,
tiempo y lugar. A esos efectos, servirá de auxilio la norma del art. 902
del C.C. para mesurar la extensión del deber de previsión del sujeto..”
( CNCiv. Sala D, 28_10_82, Mackinson Jorge C. Wilk Alfredo JA 1983-II676 L.L. 1983, B- 554, JA 1983, II 676 )
En principio, el art 3 de la ley 24.004, reza:
Artículo 3° - Reconócense dos niveles para el ejercicio de la enfermería:
a) Profesional: consistente en la aplicación de un cuerpo sistemático
de conocimientos para la identificación y resolución de las situaciones
de salud - enfermedad sometidas al ámbito de su competencia.
b) Auxiliar: consistente en la práctica de técnicas y conocimientos
que contribuyen al cuidado de enfermería planificados y dispuestos
por el nivel profesional y ejecutados bajo su supervisión.
Por vía reglamentaria se determinará la competencia específica de cada
uno de los dos niveles, sin perjuicio de la que se comparta con otros
profesionales del ámbito de la salud. A esos efectos la autoridad de
aplicación tendrá en cuenta que corresponde al nivel profesional el
ejercicio de funciones jerárquicas y de dirección, asesoramiento, docencia e
investigación.
Asimismo corresponde al nivel profesional presidir o integrar tribunales que
entiendan en concurso para la cobertura de cargos del personal de
enfermería
El decreto reglamentario N- 2497/93, viene a fijar las funciones
específicas de cada categoría; a saber:
...”Art. 1) El ejercicio libre y autónomo de la enfermería queda reservado al
nivel profesional establecido en el art. 3 inc. a), pudiendo desarrollarse en
gabinetes privados, en el domicilio de las personas, en locales, instituciones
o establecimientos públicos o privados, y en todos aquellos ámbitos donde
se autorice el desempeño de sus competencias, exigiéndose en todos los
casos habilitación de los lugares y la pertinente autorización para ejercer.
Los locales o establecimientos dedicados a las actividades de enfermería
deberán contar con un enfermero/a profesional a cargo, debidamente
matriculado, cuyo diploma o certificado será exhibido convenientemente...”
“...Son deberes de dicho profesional, los siguientes:
a) Controlar que los que se desempeñen como profesionales o
auxiliares, estén matriculados, autorizados para ejercer por la
autoridad sanitaria de aplicación y que realicen sus actividades
dentro de los límites de su autorización.
b) Velar porque los pacientes reciban el más correcto, adecuado y
eficaz tratamiento, garantizando por parte del personal, actitudes
de respeto y consideración hacia la personalidad del paciente y sus
creencias.
c) Adoptar las medidas necesarias a fin que el establecimiento reúna
los requisitos exigidos por las autoridades, controlando las
condiciones de higiene y limpieza de cada dependencia.
d) Adoptar los recaudos necesarios para que se confeccionen los
registros adecuados para la documentación de las prestaciones.e) Denunciar los hechos que pudiesen tener carácter delictuoso,
accidentes de trabajo, enfermedades o cualquier circunstancia que,
según las normas vigentes, pudieran comprometer la salud de la
población adoptando las medidas necesarias para evitar su
propagación .
La responsabilidad del profesional a cargo de los locales o
establecimientos, no excluye la de los demás profesionales, o auxiliares,
ni la de las personas física o ideales propietarias de los mismos.
La habilitación de locales o establecimientos y la aprobación de su
denominación deberá estar sujeta a: condiciones de planta física,
higiénico-sanitarias y de seguridad, contar con equipos, materiales y
sistemas de registros adecuados a las prestaciones que se realicen y en
general se ajustará a las normas mínimas del organismo de aplicación.
...”
“...Art. 2: La docencia, la investigación, el asesoramiento y la
administración de servicios estarán a cargo de los profesionales incluidos
en el nivel establecido en el inc. a) del art. 3 de la ley reglamentaria...”
“. Art. 3: Es de competencia específica del nivel profesional lo
establecido en las incumbencias de los títulos habilitantes de
licenciado/a en enfermería y enfermero/a . A todos ellos les está
permitido lo siguiente:
1.- Planear, implementar, ejecutar, dirigir, supervisar y evaluar la
atención de enfermería en la prevención recuperación y rehabilitación
de la salud.
2.- Brindar cuidados de enfermería a las personas con problemas de
salud de mayor complejidad asignando al personal a su cargo acciones
de enfermería de acuerdo a la situación de las personas y al nivel de
preparación y experiencia del personal.
3.- Realizar la consulta de enfermería y la prescripción de la atención
de enfermería.
4.- Administrar servicios de enfermería en los diferentes niveles del
sistema de servicios de salud, utilizando criterios tendientes a garantizar
una atención de enfermería personalizada y libre de riesgos.
5.- Organizar y controlar el sistema de informes o registros pertinentes
a enfermería.
6.- Establecer normas de previsión y control de materiales y equipos
para la atención de enfermería.
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Planificar, implementar y evaluar programas de salud juntamente
con el equipo interdisciplinario y en los niveles nacional y local.
Participar en la programación de actividades de educación
sanitaria tendientes a mantener y mejorar la salud del individuo,
familia y comunidad.
Participar en los programas de higiene y seguridad en el trabajo
en la prevención de accidentes laborarles, enfermedades
profesionales y del trabajo.
Participar en el desarrollo de la tecnología apropiada para la
atención de la salud.
Planificar, organizar, coordinar desarrollar y evaluar los
programas educacionales de formación de enfermería en sus
distintos niveles y modalidades.
Participar en la formación y actualización de otros profesionales
de la salud, en áreas de su competencia.
Realizar y/o participar en investigación sobre temas de enfermería
y de salud.
Asesorar sobre aspectos de su competencia en el área de la
asistencia, docencia, administración e investigación de enfermería.
Participar en comisiones examinadoras en materias específicas de
enfermería, en concursos para la cobertura de puestos a nivel
profesional y auxiliar.Elaborar las normas de funcionamiento de los servicios de
enfermería en sus distintas modalidades de atención y auditar su
cumplimiento.
Integrar los organismos competentes de los Ministerios de Salud y
Acción Social y de Cultura y Educación relacionados con la
formación y utilización del recursos humanos de enfermería y los
organismos técnicos y administrativos del sector.
18. Realizar todos los cuidados de enfermería encaminados a
satisfacer las necesidades de las personas en las distintas etapas
del ciclo vital, según lo siguiente:
a) Valorar el estado de salud del individuo sano o enfermo, y
diagnosticar sus necesidades o problemas en el área de su
competencia e implementar acciones tendientes a satisfacer las
mismas.
b) Participar en la supervisión de las condiciones del medio
ambiente que requieren los pacientes de acuerdo a su
condición.
c) Controlar las condiciones de uso de los recursos materiales y
equipos para la prestación de cuidados de enfermería .
d) Supervisar y realizar las acciones que favorezcan el bienestar
de los pacientes .
e) Colocar sondas y controlar su funcionamiento.
f) Control de drenajes.
g) Realizar control de signos vitales.
h) Observar , evaluar y registrar signos y síntomas que
presenten los pacientes , decidiendo las acciones de
enfermería a seguir.
i) Colaborar en los procedimientos especiales de diagnósticos y
tratamientos.
j) Planificar, preparar, administrar y registrar la administración
de medicamentos por vía enteral, parental, mucosa, cutánea y
respiratoria, natural y artificial, de acuerdo con la orden
médica escrita , completa, firmada y actualizada.
k) Realizar curaciones simples, y complejas, que no demanden
tratamiento quirúrgico.
l) Realizar punciones venosas periféricas.
ll) Controlar a los pacientes con respiración y alimentación
asistidas y catéteres centrales y otros.m) Participar en los tratamientos quimioterápicos, en diálisis
peritoneal y hemodiálisis.
n) Brindar cuidados de enfermería a pacientes críticos con o sin
aislamiento.
ñ) Realizar y participar en actividades relacionadas con el control
de infecciones.
o) Realizar el control y el registro de ingresos y egresos del
paciente.
p) Realizar el control de pacientes conectados a equipos
mecánicos o electrónicos.
q) Participar en la planificación, organización y ejecución de
acciones de enfermería en situaciones de emergencia y
catástrofes.
r) Participar en el traslado de pacientes por vía aérea ,
terrestre, fluvial y marítima.
s) Realizar el registro
de evolución de pacientes, y de
prestaciones de enfermería del individuo y de la familia,
consignando: fecha , firma y número de matrícula.
Es de competencia del nivel de auxiliar de enfermería , de
acuerdo a lo dispuesto en el inc. B) :
1.- Realizar procedimientos básicos en la internación y egresos
de los pacientes en las instituciones de salud.
2.- Preparar y acondicionar los materiales y equipos de uso
habitual para la atención de los pacientes.
3.- Ejecutar medidas de higiene y bienestar del paciente.
4.- Apoyar las actividades de nutrición de las personas.
5.-Apoyar las acciones que favorezcan la eliminación vesical e
intestinal espontánea en los pacientes.
6.- Administrar enemas evacuantes, según prescripción médica.
7.- Realizar los controles y llevar el registro del pulso, respiración,
tensión arterial, peso, talla y temperatura.
8.- Informar a la enfermera/o y/o médico acerca de las
condiciones de los pacientes.
9.- Aplicar inmunizaciones previa capacitación.
10.- Preparar al paciente para exámenes de diagnóstico y
tratamiento.
11.- Colaborar en la rehabilitación del paciente.
12.- Participar en programas de salud comunitaria.
13.- Realizar curaciones.
14.- Colaborar con la enfermera en procedimientos especiales.
15.- Participar en los procedimientos postmortem
acondicionamiento de cadáver, dentro de la unidad o sala.
de
16.- Informar y registrar las actividades realizadas, consignado
nombre, apellido, número de matrícula o registro.
17.- Aplicar procedimientos indicados para el control de
infecciones.
Únicamente las personas contempladas en el cap. VI art. 23 inc. a)
disposiciones transitorias podrán continuar en el ejercicio de las funciones
de enfermería en el plazo establecido por el inc. b) del mismo artículo , sin
poseer título, diploma, o certificado habilitante o auxiliares de enfermería
que estén ejerciendo actividades fuera de su nivel...”
“...Art. 5.Inc. A) Los títulos habilitantes son enfermero/a universitario, licenciado /a
en enfermería y los que en el futuro se obtengan a partir del título de
grado.
Inc. c) La reválida de títulos estará a cargo del estado...”
c)
Alcance de responsabilidad del “Enfermero”:
objetiva, o autonomía profesional?.-
Dependencia
La actividad específica y propia de este auxiliar, el enfermero/a, en
principio, creemos, no desvela al jurista; sin perjuicio de ello, como venimos
diciendo respecto a los demás auxiliares del equipo médico, hay
innumerables situaciones que en la práctica médica, pueden comprometer
seriamente la responsabilidad civil en forma exclusiva y excluyente con la
del médico, o en forma solidaria con aquel, y a su vez entre ambas
categorías de “enfermero/as” .
Debemos dejar en claro, desde ya, que la actividad del enfermero será
siempre la de “auxiliar”, con lo que, va de suyo, toda delegación del
médico de lo que fuere “su” tarea específica, deja inexorablemente
comprometida la responsabilidad de ambos:
La del médico, por delegar lo indelegable; (la ley 17.32,
establece que queda prohibido a los profesionales que ejerzan la medicina
“delegar en su personal auxiliar, facultades, funciones, o atribuciones
inherentes o privativas de su profesión –art. 20 inc. 22”
La del enfermero por asumir una actividad cuyo ejercicio le
está vedado por ley. (En este caso, incluso, el médico está obligado a
denunciarlo cuando considere que su actividad queda fuera de la norma
jurídica art. 4 ley 17.132) Con acierto ha dicho Vazquez Ferreyra “...El médico sólo podrá delegar en
el personal de enfermería aquellas tareas que son de competencia propia
de dicho estamento, y para las cuales reúne la capacitación suficiente...”.
En este orden de ideas, el citado autor, transcribe un fallo que sostiene esa
división de facultades;
“...La responsabilidad por la culpa o negligencia de las enfermeras en el
ejercicio de sus funciones, no puede recaer bajo la órbita del médico de
cabecera, salvo cuado su dependencia fuera expresa, que, de quedar
limitada en todo en cuanto se refiera a la actividad puramente profesional
de éste, y en cambio lo que caiga bajo una prestación técnica de servicios,
la responsabilidad pesa sobre el locador de servicios...”
(Cam. 1. Civ. Y Com. Bahía Blanca , Sala B, 9/4/81, REP. LL XLI, 918, sum.
245.)
(Daños y Perjuicios en el ejercicio de la Medicina. Ed. Haburabí, pag. 80.-)
Encontramos otro fallo que ha conceptualizado y delimitado la función
específica del enfermero en este sentido:
“...Se define como ejercicio de la enfermería profesional la ejecución
habitual, como personal colaborador de médico y odontólogo, de
actividades relacionadas con el cuidado y asistencia del individuo enfermo,
en las que podrán actuar según los distintos niveles que establece el art.
60, y únicamente, por indicación y bajo control médico en los límites de la
autorización de su título y en las condiciones que se reglamentan ( arts. 58
y 59).
(CNEsp. Civil y Com. Sala II, 15-8-85, Fruscheter, Moises C. Asoc. Española
de Socorros Mutuos d Buenos Aires..JA 1986-I-116.-)
Algún sector de la doctrina ha entendido que:
“...el enfermero actúa con el principio de razonabilidad científica que
impone a aquel que esta más capacitado científicamente ( el médico), el
dar las órdenes o directivas médicas de cada caso a quien le presta una
tarea de asistencia o colaboración (enfermero profesional o auxiliar)...”.
“...Creemos que el análisis varia según los casos. En principio, existe una
dependencia estratégica –científica- objetiva en el trazado y puesta en
práctica del plan terapéutico de atención del enfermo, en relación que
vincula al médico y al enfermo. Pero , no obstante , el enfermero
profesional realiza su actividad autónomamente en la esfera de su
competencia...” –
(Ejercicio de la Enfermería- Oscar Garay. Ed. Ad- Hoc.,pag 181.-)
Por su parte, Alberto Bueres, citado por el referido autor, “...se inclinó por
marcar la autonomía de estas profesionales , puesto que no son
subordinadas del cirujano jefe, no obstante lo cual realizan trabajos
necesarios para la preparación del trabajo de éste y de su equipo ...”
(Bueres Alberto, Responsabilidad Civil de los Médicos , Abaco, Buenos
Aires 1979, p. 179.-)
Nosotros pensamos que, pese a existir autonomía científica en ambas
especies de enfermero/as, (auxiliares o profesionales, art. inc. A y B, ley
24.004), debemos centrar nuestro análisis en la labor específica llevada a
cabo, en nexo causal con la lesión provocada, las funciones que le estaban
permitidas, y las instrucciones impartidas, o no; por el médico.
Es decir el análisis debe partir por determinar:
- si el enfermero/o, -auxiliar o profesional- actúo dentro o fuera de la
esfera de su actividad y funciones (o niveles, como prefiere denominar la
reglamentación vigente) específicos;
-sí el daño provocado lo fue dentro de sus actividades
específicas o no;
-o funciones-,
-Sí cumplió las instrucciones impartidas por el médico o no, etc.
-Sí pudo o no , conocer que el acto a practicar sería lesivo para el
paciente. Etc.
Estamos convencidos que no podemos analizar “en abstracto” la existencia
de responsabilidad civil en este auxiliar, partiendo de la categoría que
detente; y de allí pretender enrostrarle responsabilidad civil, por haber
actuado fuera de las funciones permitidas a su “nivel”.
No podemos desconocer el pensamiento de otro sector de la doctrina que
divide las responsabilidades según sea enfermera/o “auxiliar”, o
“profesional”.
“...La enfermera/o auxiliar no posee autonomía. Depende funcional y
jerárquicamente del enfermero profesional. Debe realizar las tareas
acordes a su competencia. Si es contratada para realizar tareas para las
cuales no está capacitada, la institución será responsable. En su caso , si el
médico le asigna labores (a la enfermera auxiliar) de la propia
competencia médica, o que son conformes a la función de la categoría
“enfermero profesional”, o si está bajo su dependencia, o control objetivo,
será responsable de los daños que origine....”
( obra citada, p. 182.)
“...La enfermera/o profesional de la ley 20.004, reviste la categoría de
autonomía. Se aplica al respecto lo sostenido por la doctrina con relación a
las notas distintivas del “profesional”: habitualidad, reglamentación,
habilitación, presunción de onerosidad, autonomía técnica, sujeción a
normas reglamentarias y éticas....”
“...Creemos que no hay dudas sobre la característica de autonomía con que
desarrolla su labor el enfermero profesional. Será responsable entonces, de
los actos (dolosos y culposos: negligencia, imprudencia , impericia) que
realice en el ámbito de su competencia...”
“...Igualmente, la enfermera/o profesional es responsable por los daños
que produzca el personal auxiliar de enfermería, ya que las tareas por
éstos realizadas son dispuestas por el nivel profesional y ejecutados bajo
su supervisión (art 3, inc. B ley 24.004); por lo tanto debe conocer la
competencia del personal auxiliar de enfermería a quines asigna
determinadas tareas para asegurar la calidad de la atención manteniendo
una supervisión adecuada....”
(Garay Oscar. Ejercicio de la Enfermería P. 182/183. Ed. Ad hoc.-)
Apresuramos nuestro pensar, diría mi progenitor jurídico, Jorge Mosset
Iturraspe, para disentir con esta última corriente de interpretación.
Creemos que ambas categorías de enfermera/os –auxiliar y profesional-,
tienen “autonomía” profesional dentro de la función específica asignada
o permitida a cada uno de los niveles por la reglamentación vigente.
Empero, no existen dudas que el “enfermero auxiliar”, depende
directamente del “enfermero profesional”; pero ello no puede significar
que cada uno, o ambos, respondan independiente, o solidariamente, de
acuerdo a las circunstancias fácticas del caso.
También pensamos que ambas categorías, del inc. A y B del art. 3,
responderán por su obrar “doloso” o “culposo”: negligencia, impericia,
imprudencia etc..
Podremos discutir sí esa responsabilidad alcanzará, o no al médico “jefe”
que hubiera impartido las indicaciones; obviamente, si lo hubiera.
Caso contrario, de tratarse de un enfermero/a que, cumpliendo su función
específica en el ente sanatorial, o en forma privada, causare un daño, y
este lo fuese por negligencia, impericia, imprudencia, etc.; será responsable
por su obrar directo, y en el caso de contar con un superior jerárquico,
“enfermero profesional”, este será, a su vez, responsable por la actitud de
quién debía ser supervisado por él.
Pero no creemos, y estamos convencidos de ello, que pueda eximirse de
responsabilidad al “enfermero denominado, auxiliar”, por actuar bajo el
poder de dirección y supervisor de otro enfermero, denominado
“profesional”.
Ambos, y cada uno de ellos, tienen funciones específicamente previstas en
la reglamentación de la ley, que deben cumplir; de allí que su
responsabilidad devendrá, no solamente por haber actuado fuera de su
función específica, sino por el cumplimiento defectuoso o negligente de su
actuación profesional.
Con relación a este auxiliar “el enferemero/a”, el problema central, en
nuestro criterio, pasará por el análisis fáctico y normativo, a fin de
delimitar y separar ambas responsabilidades; ya que, en principio,
sostendríamos que el enfermero “principal”, será responsable por el obrar
negligente del “enfermero auxiliar”, que debería actuar bajo su dirección y
control.
Vazquez Ferreyra, parecería enrolarse en esta posición, al sostener:
“...La típica relación en la cual se ve la división del trabajo vertical es la
que se da entre el cirujano jefe, los médicos ayudantes y el personal de
enfermería... ...En estos casos, estando presente esa relación supra y
subordinación, será más fácil responsabilizar al jefe de equipo por la culpa
del subordinado, aunque bien puede darse una situación contraria cuando
la división de funciones surja con toda nitidez, así, por ejemplo, cuando la
tarea del subordinado haya sido sumamente específica y haya escapado
a todo control por parte del médico jefe.
“...La elección de los dependientes , en el caso enfermeras, que deben
prestar importantes servicios a los médicos , dada la instrucción técnica que
reciben, rindiendo examen para obtener sus diplomas , se hallan
habilitadas para poder apreciar motu propio, aquellas circunstancias
elementales de atención a los pacientes, de rigurosa y cuidadosa
observancia, pues el valor que está en juego es la salud de terceros...”
(Cam. Apel. Civ. Y Com. Bahía Blanca Sala II, 1981-04-09, Crugeiro Oscar
c. Hospital Regional Español, DJBA 121-210- ED 94-278)
Para Wilhem, los elementos estructurales que caracterizan esta modalidad
vertical de la división del trabajo son:
1) El orden jerárquico de distribución de deberes como los de
instrucción, control y vigilancia ...
2) la relación de dependencia de los subordinados en el contexto de
supra-subordinación;
3) La delegación que afecta no sólo a la actividad del colaborador
subordinado, sino también a lo que puede suponer de
desplazamiento de competencia que lo equipara al director de
orquesta, o “capitán del barco”, pero esto lo decimos sin perjuicio de
las diversas particularidades del cada caso concreto. Como hemos
dicho, aquí también resulta fundamental determinar qué cometidos
son específicos del personal subordinado, es decir aquellas tareas en
la cuales este personal goza de absoluta autonomía...”
(–Daños y Perjuicios en el Ejercicio de la Medicina. Vázquez Ferreyra,
pag. 78, ed Hamburabí.)
d)
Fallos; condenatorios y absolutorios: Importancia de los
antecedentes fácticos.
Como sustento de lo que hasta aquí venimos exponiendo, respecto a que
nada es absoluto en el campo de la ciencia médica, y debemos estar al
análisis puntual de cada caso, sus antecedentes fácticos, normativas y
reglamentación que los rige, reseñaremos fallos que eximen de
responsabilidad al enfermero/a, y otros que los condenan.
No obstante ello, del análisis jurisprudencial que hasta ahora llevamos
practicado, no encontramos antecedentes en los que delimiten uno y otro
nivel, para enrostrarles o eximirles responsabilidad civil .
1.- Eximen de responsabilidad civil al enfermero:
(Zarazola, Elba Lidia c. Farmacia Vantage s/ daños y perjuicios
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil Sala: C
Fecha: 1/6/2004
Cita: EDJ12767 (ED, 211-135) )
Sumario:
1–El origen de la designación del perito, efectuada de oficio, permite
adjudicar mayor credibilidad al experto oficial, y puesto que el consultor
de la actora no desarrolló su postura en presencia de los tres facultativos
especialistas que se encontraban presentes en oportunidad del examen,
llevan a aceptar la opinión del perito referido y tener por demostrado que
no existe relación entre el estado de la actora y la aplicación del específico
medicamento
que
se
menciona
en
la
demanda.
2–La responsabilidad de los profesionales de la salud es consecuencia del
incumplimiento de los medios, diligencias o actividades del médico y de sus
auxiliares que sean adecuados para la recuperación del enfermo, pero sin
que ello implique asegurar la obtención del resultado esperado.
3–Generará responsabilidad, el incumplimiento del médico o de sus
asistentes de sus deberes, consistente en el proceder negligente, imprudente
o erróneo, que no respeta las reglas del arte que rigen la profesión médica
y que produce el fracaso de la recuperación esperada y un perjuicio para
el
paciente.
4–Debe atribuirse al profesional un proceder o una omisión concreta que
debió haber tenido presente para que se genere la responsabilidad,
resultando injustificado exigir que encuentre soluciones o arbitre
alternativas que impidan la producción del daño, ya que no se trata de un
supuesto de responsabilidad objetiva por no mediar un riesgo o un peligro
que pueda imputarse al facultativo, que no puede asumir el factor de
riesgo que todo tratamiento supone y que debe ser aceptado por el
paciente,
en
pos
de
su
restablecimiento.
5–Si no existe un método eficaz para prevenir los accidentes que produce
la aplicación del medicamento inyectado a la actora y si la enfermera
debe seguir lo recetado por el profesional, no puede adjudicarse
responsabilidad a quien no tiene posibilidad de discutir el tratamiento
recomendado ni forma eficiente de evitar los efectos nocivos que éste
puede generar. M.M.F.L.
Fallo:
En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, a los 1
días del mes de junio de dos mil cuatro, reunidos en Acuerdo los Sres. jueces
de la sala C de la Cámara Civil, para conocer del recurso interpuesto en
autos: “Zarazola, Elba Lidia c. Farmacia Vantage s/daños y perjuicios”,
respecto de la sentencia corriente a fs. 575/80, el tribunal estableció la
siguiente cuestión a resolver: ¿Se ajusta a derecho la sentencia apelada?
Practicado el sorteo, la votación se efectuó en el orden siguiente: Sres.
jueces de Cámara, doctores Burnichón, Galmarini y Posse Saguier.
Sobre
la
cuestión
propuesta
el
doctor
Burnichón
dijo:
I. La sentencia de fs. 575/80 admitió parcialmente la demanda promovida
por Elba Lidia Zarazola contra Farmacia Vantage y Social Cuenca S.C.A.,
su director técnico y la empleada que aplicó la inyección de Benzetacil L.A,
que le fuera recetada por el Dr. D. L., médico flebólogo que la asistía. Tras
recibir el medicamento por vía intramuscular profunda se produjo un fuerte
calambre en su pierna derecha, una oleada de calor de pies a cabeza, un
gran dolor, quedando sus piernas paralizadas, como consecuencia de la
mala aplicación de la aguja inyectora. Fue trasladada en ambulancia al
Hospital Israelita donde le diagnosticaron paraplejia. Se reclama a los
accionados el pago de la indemnización por la incapacidad y el daño
moral experimentados y los gastos, que el fallo fija en $100.000, con sus
intereses
y
las
costas.
Este pronunciamiento fue recurrido por ambas partes, constando a fs.
669/71, los agravios de Cuenca S.C.A., que pide su revocatoria
rechazando la demanda, y subsidiariamente, la reducción de los
resarcimientos, mientras la actora requiere a fs. 677 su incremento. Sólo fue
contestada la primera presentación con la respuesta de fs. 679/82 de la
demandante.
II. Los demandados negaron que el 8 de septiembre de 1994 la contraria
hubiera recibido la última de las cuatro inyecciones de Benzetacil L.A. aun
cuando se reconociera que las tres aplicaciones anteriores se habían
realizado en el local de la farmacia sin que existiera ningún inconveniente
ni
anomalía.
La actora fue asistida el 8-10-94 en el Hospital Israelita (fs. 327) y luego
en el Centro Médico Ulme, donde se asentara a fs. 241 la historia clínica
de la paciente, describiendo el cuadro como secundario a inyección
intramuscular.
Aparte de ello, el reconocimiento que efectuara la representante de
Cuenca S.C.A. cuando absolvió la posición 15ª de fs. 285 vta., al aceptar
que en la última oportunidad en que la Sra. Zarazola concurriera a la
farmacia le fue aplicada la inyección, constituye la prueba por excelencia
de este extremo, como se hace notar en el fallo, sin que medien agravios
sobre este punto, ni se realice explicación alguna respecto de la confesión.
Ello permite tener por comprobada la aplicación de la mencionada
inyección.
III. El doctor F., perito médico designado por el Juzgado, sostuvo que el
cuadro que presentaba la paciente constituía un síndrome pluriradicular y
no la mielitis transversa que afirmaba la actora (fs. 461), y como lo sostenía
el consultor técnico de ésta, agregando el experto que “no encontró una
relación directa causa-efecto entre la aplicación de la inyección y el cuadro
clínico-neurológico en el que se encontraba la actora cuando realizó su
evaluación
médica”
(fs.
461
vta.).
El consultor técnico de la actora, que estuvo presente durante la revisión de
la enferma en su domicilio sin formular objeción alguna según expresa el
perito a fs. 461 vta., presentó siete meses más tarde su informe de fs.
438/43 en el que llega a una conclusión distinta sobre la base de la
contemporaneidad entre la inyección y el síndrome que ostenta la paciente.
El origen de la designación del perito, efectuada de oficio, permite
adjudicar mayor credibilidad al experto oficial, y puesto que el consultor
de la actora no desarrolló su postura en presencia de los tres facultativos
especialistas que se encontraban presentes en oportunidad del examen (fs.
427 vta.), llevan a aceptar la opinión del doctor F. y tener por demostrado
que no existe relación entre el estado de la actora y la aplicación del
específico
medicinal
que
se
menciona
en
la
demanda.
IV. Más allá de la carencia de nexo causal señalada, tampoco aparece
probada la culpa de la enfermera que genere la responsabilidad de las
accionadas.
Como acertadamente se destaca en el mismo fallo, la responsabilidad de
los profesionales de la salud es consecuencia del incumplimiento de los
medios, diligencias o actividades del médico y de sus auxiliares que sean
adecuados para la recuperación del enfermo pero sin que ello implique
asegurar la obtención del resultado esperado (ver Bueres,
“Responsabilidad Civil de los Médicos”, Ábaco, 1979, pág. 186; CNCiv.,
sala H: “Ances c. M.C.B.A.”, del 30-8-96 (L. 187.305); íd. sala K: “Bravo c.
De
Grosi”,
del
30-12-02
(L.
90.547);
entre
otros).
Este incumplimiento del médico o de sus asistentes de sus deberes consiste
en el proceder negligente, imprudente o erróneo, que no respeta las reglas
del arte que rigen la profesión médica y que produce el fracaso de la
recuperación esperada y un perjuicio para el paciente.
Ello implica que debe atribuirse al profesional un proceder o una omisión
concreta que debió haber tenido presente, para que se genere la
responsabilidad, resultando injustificado exigir que encuentre soluciones o
arbitre alternativas que impidan la producción del daño, ya que no se trata
de un supuesto de responsabilidad objetiva por no mediar un riesgo o un
peligro que pueda imputarse al facultativo, que no puede asumir el factor
de riesgo que todo tratamiento supone y que debe ser aceptado por el
paciente,
en
pos
de
su
restablecimiento.
De las advertencias que la empresa fabricante de la penicilina formula en
los prospectos que acompañan al medicamento (fs. 226), surge que los
efectos colaterales adversos, que pueden configurar una lesión neurológica
permanente, son consecuencia de la aplicación de la inyección en una
arteria o en un nervio o en sus adyacencias. Así se recomienda que después
de introducir la aguja y antes de inyectar el contenido de la jeringa, se
aspire para cerciorarse si se encuentra en un vaso sanguíneo, pero ello no
advertiría si se encontrara en las proximidades de éste o de un filete
nervioso (fs. 225). Esta reflexión posiblemente llevó a los facultativos
autores de los trabajos publicados en las revistas profesionales
especializadas, que adjuntara la propia empresa que produce el
específico, a propiciar la proscripción de estas inyecciones en prematuros o
desnutridos o a su aplicación en la cara lateral del muslo (fs. 229), e incluso
a sostener, que la prevención de estos accidentes es muy difícil, pues se han
producido éstos con una buena técnica de administración, recomendando
“una correcta indicación para limitar el número de pacientes en riesgo” (fs.
237).
Estas publicaciones médicas, que agregara espontáneamente la misma
fabricante de Benzetacil L.A., demuestran acabadamente que no puede
atribuirse sólo a una deficiente administración el resultado disvalioso, ni que
tampoco puede atribuirse responsabilidad a la enfermera que coloca la
inyección dispuesta por el médico, que no puede alterar ni cambiar en
modo alguno, dada la situación de subordinación en que se encuentra con
respecto a la decisión del facultativo, que debe acatar.
Si no existe un método eficaz para prevenir los accidentes que produce la
aplicación de este medicamento y si la enfermera debe seguir lo recetado
por el profesional, cuya autenticidad se reconoce a fs. 217, no puede
adjudicarse responsabilidad a quien no tiene posibilidad de discutir el
tratamiento recomendado ni forma eficiente de evitar los efectos nocivos
que éste puede generar, lo cual me lleva a propiciar la revocatoria de la
sentencia de fs. 575/80 y a rechazar la demanda, con costas a cargo de
la vencida en ambas instancias (art. 68, cód. procesal).
Por razones análogas, los doctores Galmarini y Posse Saguier adhirieron al
voto
que
antecede.
Y Vistos: Por lo que resulta de la votación que instruye el Acuerdo que
antecede, se revoca la sentencia de fs. 575/80 y se rechaza la demanda,
con costas a cargo de la vencida en ambas instancias (art. 68, cód.
procesal). Una vez regulados los honorarios de primera instancia, se fijarán
los de la alzada. Notifíquese y devuélvase. – Ricardo L. Burnichón. – José L.
Galmarini. – Fernando Posse Saguier.
“...Debido al conocimiento que el enfermero tenía del paciente, debió
actuar con mayor diligencia , máxime si como lo reconoce en su declaración
en sede penal desconocía la composición química del medicamento
suministrado. Frente a su ignorancia y el peligro de vida que ello implica
para el paciente, debió consultar al médico de guardia si el medicamento
indicado contenía la droga a la cual era alérgico. En tales condiciones no
puede pretender eximirse de su responsabilidad manifestando que cumplió
estrictamente con las indicaciones médicas de las que no se podía
apartar...”
(Cam. Nac. Apel. Sala H, 1994-10-24, Mendoza de Lallera, Adelfina c.
Municipalidad de Bs. As. JA 1995-III-377.- )
“...Resulta improcedente responsabilizar a la enfermera por la paraplejia
sufrida por un paciente luego de la aplicación de una inyección , toda vez
que no se logró acreditar la relación de causalidad existente entre sus
síntomas y la administración del medicamento por vía intravenosa ni la
culpa de la enfermera...”
(Cam. Nac. Apel. Sala c, 2004-06-01; Elba L. C. Farmacia Vantage LA LEY
2004-10-04, 7.-)
2) Otorgan responsabilidad civil al enfermero:
En otro fallo, citado por Oscar Garay, se condena al enfermero por la
evidente negligencia
y desidia en el tratamiento del paciente,
(suministrarle un remedio al cual era alérgico) lo cual, a la postre, ocasionó
el fallecimiento del paciente.
“...El paciente en un primer momento fue medicado con novalgina, lo que
provocó una reacción alérgica inmediata, que cesó con el uso de corticoides
y aminofilinas, modificándose a parir de allí las indicaciones médicas. En
una segunda internación el enfermero demandado le suministró Lisalgil,
falleciendo el paciente al ser incontrolable el cuadro de shock que le
produjo, a pesar de la atención recibida. De la prueba examinada surgió
que el enfermero tenía conocimiento de que la paciente había
experimentado una reacción alérgica cuando se le suministró Novalgina
pues figuraba en la hoja de enfermería que era alérgico a la dipirona, y
que antes de suministrar el medicamento indicado, la hija de la víctima le
había recordado que su padre era alérgico a la droga mencionada. El
tribunal sostuvo que debido al conocimiento que el enfermero tenía del
paciente, debió haber actuado con mayor diligencia, máxime si, como lo
reconoció en el propio sumario penal, desconocía la composición química
del Lisalgil. Ante tal ignorancia , el enfermero debió haber consultado al
médico de guardia si el medicamento indicado contenía la droga a la cual
era alérgico el paciente. En el fallo se dijo que el enfermero no debió
haber actuado mecánicamente en cumplimiento de las indicaciones del
médico si éstas ponían en peligro la vida del paciente. La Cámara sostuvo
que : “...los enfermeros, que deben prestar importantes servicios a los
médicos , sus diplomas, se hallan habilitados para apreciar motu propio
aquellas circunstancias elementales de atención de los paciente , de
rigurosa y cuidadosa observancia, pues el valor que esta en juego es la
salud de los terceros. La Cámara Condenó al enfermero.”.
(Cnciv
Sala H, 24/10/1994, Mendoza de Llarera Adelfinina C,
Municipalidad de Buenos Aires y otros JA 1995 –III-377.- Citado por
Garay Oscar, Ejercicio de la enfermería. Ed. Ad Hoc. Pag. 191.-)
“…La responsabilidad de la enfermera que cambia el paciente y no
informa al médico del cambio, no libera de culpabilidad al facultativo
interviniente en la operación...”
(Cam. Civ. Com. Rosario, Sala 2, 4/8/83, Juris, 72-181)
“...Existe responsabilidad concurrente en el accidente que provoca la muerte de
un menor por quemaduras cuando se llevaba a cabo un tratamiento masivo de
vacunación al haberse encendido sus ropas con un mechero a alcohol que se
usaba en esa ocasión respecto a la madre bajo cuya vigilancia se hallaba el
menor y a la enfermera que no advirtió el ingreso del mismo en el recinto
debiendo por lo tanto responder también la municipalidad responsable de los
actos de sus dependientes y de la cosa productora del daño...”
(Cam. Nac. Apel. Sala C, 1983-06-16, R.M. c. B.de a. Y/o Municipalidad de
la Capital. ED 105-256).“... La responsabilidad por la culpa o negligencia de las enfermeras en el
ejercicio de sus funciones, no puede recaer bajo la órbita del médico de
cabecera, salvo cuando su dependencia fuera expresa, que debe quedar
limitada en todo en cuanto se refiere a la actividad puramente profesional de
éste, y en cambio lo que caía bajo una prestación técnica de servicios, la
responsabilidad pesa sobre el locador de servicios...”
(Cam. Apel. Civ. Y Com. Bahía Blanca Sala II, 1981-04-09, Crugeiro Oscar,
c. Hospital Regional Español DJBA 121-210, ED 94-279.-
Apreciaciones personales al respecto:
De los antecedentes jurisprudenciales comentados, y otros tantos consultados,
advertimos que, al momento de condenar o eximir de responsabilidad al
auxiliar enfermero, no se distingue el “nivel” –previsto en el art. 3 de la ley
17.312-, que cada uno de ellos tiene.
Los considerandos se detienen en el análisis de los antecedentes fácticos del
caso, de los cuales se extrae, o no, el obrar culposo, negligente, imperito del
enfermero; y en su caso la extensión solidaria de responsabilidad al médico, o
institución sanatorial, o a ambos.
No obstante ello, creemos que es importante tener presente las “funciones”
realizadas por el auxiliar, y si ellas se encontraban entre las que, legal y
reglamentariamente, podía realizar de acuerdo a su “nivel”.
Zanjada esta duda, podremos delimitar sí, obrando en los límites de sus
atribuciones, actúo o no, con culpa; negligencia, imprudencia o impericia.
Con mayor rigor será la mirada del juzgador, si el auxiliar excedió las
funciones de su “nivel” de auxiliar, y además lo hizo negligentemente.En conclusión, el juez al examinar la conducta del enfermero, deberá colocarse
en una situación abstracta, y compararlo –como dice Bueres-, con el papel de
otro profesional -de la misma categoría, diligente, probo, etc.
“...Para individualizar la culpa en que incurrió el médico –el enfermero en este
caso-, una vez analizada la conducta del deudor “en concreto” el juez debe
imaginar un tipo “abstracto” de comparación: el profesional diligente,
prudente, cuidadoso, medio del ramo, esto es, de la categoría o clase en que
pueda encalillarse la conducta del deudor...”
“...La norma contenida en el art 909 del C.C., primera parte, quiere significar
que las condiciones personales o subjetivas del deudor son irrelevantes, cuando
las debilidades, torpeza, falta de formación técnica apropiada, etc. del
médico lo sitúan por debajo del modo abstracto exigible en grado mínimo....”
(Daño Medico., de nuestra autoría, Ed. Mediterránea, pag. 92.)3) Responsabilidad Solidaria del Médico y del enfermero:
Tal vez sea la situación más frecuente: la condena del auxiliar enfermero, y
la médico, por deficiente control de sus subordinados; en forma solidaria con
la institución sanatorial por aquello del “deber de garantía” que impone.
“...En un caso en el cual dos pacientes que debían ser intervenidos
quirúrgicamente por diferentes causas, fueron operados de modo inverso al
que correspondía . El caso es que cada uno de los pacientes fue operado de la
patología que padecía el otro. La responsabilidad por negligencia fue de los
enfermeros que al preparar a los pacientes, equivocaron la identidad de éstos,
y del médico que no tomó la precaución de cerciorarse si la operación a
llevarse a cabo se correspondía con el paciente y su enfermedad. También fue
responsable el sanatorio en el cual se realizaron las intervenciones
quirúrgicas...”
(Cciv. Y Com Sala II, Rosario, 4/8/1983, Juris 72-181. Citado por Garay
Oscar, Ejercicio de la Enfermería. p. 193.)-
Ley 24.004.Para concluir este capítulo, nos parece de utilidad transcribir la normativa
legal que rige su ejercicio en el orden Nacional. Con respecto a las distintas
reglamentaciones que han llevado a cabo las provincias, simplemente hemos
citados los decretos reglamentarios para facilitar su búsqueda.
Ejercicio de la Enfermería está regido por la referida ley, la cual fue
sancionada: Septiembre 26 de 1991, y promulgada: Octubre 23 de
1991.Por la finalidad que inspira la obra, nos parece apropiado transcribir su
normativa:
Capítulo I
CONCEPTOS Y ALCANCES
Artículo 1° - En la Capital Federal y en el ámbito sometido a la jurisdicción
nacional el ejercicio de la enfermería, libre o en relación de dependencia,
queda sujeto a las disposiciones de la presente ley y de la reglamentación
que en su consecuencia se dicte.
Artículo 2° - El ejercicio de la enfermería comprende las funciones de
promoción, recuperación y rehabilitación de la salud, así como la de
prevención de enfermedades, realizadas en forma autónoma dentro de los
límites de competencia que deriva de las incumbencias de los respectivos
títulos habilitantes.
Asimismo será considerado ejercicio de la enfermería la docencia,
investigación y asesoramiento sobre temas de su incumbencia y la
administración de servicios, cuando sean realizados por las personas
autorizadas por la presente a ejercer la enfermería.
Artículo 3° - Reconócense dos niveles para el ejercicio de la enfermería:
a) Profesional: consistente en la aplicación de un cuerpo sistemático
de conocimientos para la identificación y resolución de las situaciones
de salud - enfermedad sometidas al ámbito de su competencia.
b) Auxiliar: consistente en la práctica de técnicas y conocimientos
que contribuyen al cuidado de enfermería planificados y dispuestos
por el nivel profesional y ejecutados bajo su supervisión.
Por vía reglamentaria se determinará la competencia específica de cada
uno de los dos niveles, sin perjuicio de la que se comparta con otros
profesionales del ámbito de la salud. A esos efectos la autoridad de
aplicación tendrá en cuenta que corresponde al nivel profesional el
ejercicio de funciones jerárquicas y de dirección, asesoramiento, docencia e
investigación. Asimismo corresponde al nivel profesional presidir o integrar
tribunales que entiendan en concurso para la cobertura de cargos del
personal de enfermería.
Artículo 4° - Queda prohibido a toda persona que no esté comprendida en
la presente ley participar en las actividades o realizar las acciones propias
de la enfermería. Los que actuaren fuera de cada uno de los niveles a que
se refiere el artículo 3° de la presente ley serán pasibles de las sanciones
impuestas por esta ley, sin perjuicio de las que correspondieren por
aplicación de las disposiciones del Código Penal.
Asimismo las instituciones y los responsables de la dirección, administración,
o conducción de las mismas, que contrataren para realizar las tareas
propias de la enfermería a personas que no reúnan los requisitos exigidos
por la presente ley, o que directa o indirectamente las obligaren a realizar
tareas fuera de los límites de cada uno de los niveles antes mencionados,
serán pasibles de las sanciones previstas en la Ley 17.132 sin perjuicio de
la responsabilidad civil, penal o administrativa que pudiere imputarse a las
mencionadas instituciones y responsables.
Capítulo II
DE LAS PERSONAS COMPRENDIDAS
Artículo 5° - El ejercicio de la enfermería en el nivel profesional está
reservado solo a aquellas personas que posean:
a) Título habilitante otorgado por universidades nacionales,
provinciales o privadas reconocidas por autoridad competente.
b) Título de enfermero otorgado por centros de formación de nivel
terciario no universitario, dependientes de organismos nacionales,
provinciales o municipales, o instituciones privadas reconocidos por
autoridad competente.
c) Título, diploma o certificado equivalente expedido por países
extranjeros, el que deberá ser revalidado de conformidad con la
legislación vigente en la materia o los respectivos convenios de
reciprocidad.
Artículo 6° - El ejercicio de la enfermería en el nivel auxiliar, está
reservado a aquellas personas que posean el certificado de Auxiliar de
Enfermería otorgado por Instituciones nacionales, provinciales, municipales o
privadas reconocidas a tal efecto por autoridad competente. Asimismo
podrán ejercer como Auxiliares de Enfermería quienes tengan certificado
equivalente otorgado por países extranjeros, el que deberá ser reconocido
o revalidado de conformidad con la legislación vigente en la materia.
Articulo 7° - Para emplear el título de especialistas o anunciarse como tales,
los enfermeros profesionales deberán acreditar su capacitación
especializada de conformidad con lo que se determine por vía
reglamentaria.
Artículo 8° - Los enfermeros profesionales de tránsito por el país
contratados por Instituciones públicas o privadas, con finalidades de
investigación, asesoramiento o docencia, durante la vigencia de sus
contratos estarán habilitados para el ejercicio de la profesión a tales fines,
sin necesidad de realizar la inscripción a que se refiere el artículo 12 de la
presente.
Capítulo III
DE LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES
Artículo 9° - Son derechos de los profesionales y auxiliares de la
enfermería:
a) Ejercer su profesión o actividades de conformidad con lo
establecido por la presente ley y su reglamentación.
b) Asumir responsabilidades acordes con la capacitación recibida, en
las condiciones que determine la reglamentación.
c) Negarse a realizar o colaborar en la ejecución de prácticas que
entren en conflicto con sus convicciones religiosas, morales o éticas,
siempre que de ello no resulte un daño inmediato o mediato en el
paciente sometido a esa práctica.
d) Contar, cuando ejerzan su profesión bajo relación de dependencia
laboral o en función pública, con adecuadas garantías que aseguren
y faciliten el cabal cumplimiento de la obligación de actualización
permanente a que se refiere el inciso e) del artículo siguiente.
Artículo 10° - Son obligaciones de los profesionales o auxiliares de la
enfermería:
a) Respetar en todas sus acciones de dignidad de la persona
humana, sin distinción de ninguna naturaleza.
b) Respetar en las personas el derecho a la vida y a su integridad
desde la concepción hasta la muerte.
c) Prestar la colaboración que le sea requerida por las autoridades
sanitarias en caso de epidemias, desastres u otras emergencias.
d) Ejercer las actividades de la enfermería dentro de los límites de
competencia determinados por esta ley y su reglamentación.
e) Mantener la idoneidad profesional mediante la actualización
permanente, de conformidad con lo que al respecto determine la
reglamentación.
f) Mantener el secreto profesional con sujeción a lo establecido por
la legislación vigente en la materia.
Artículo 11° - Les está prohibido a las profesionales y auxiliares de la
enfermería:
a) Someter a las personas a procedimientos o técnicas que entrañen
peligro para la salud.
b) Realizar, propiciar, inducir o colaborar directa o indirectamente
en prácticas que signifiquen menoscabo de la dignidad humana.
c) Delegar en personal no habilitado facultades, funciones o
atribuciones privativas de su profesión o actividad.
d) Ejercer su profesión o actividad mientras padezcan enfermedades
infectocontagiosas o cualquier otra enfermedad inhabilitante, de
conformidad con la legislación vigente, situación que deberá ser
fehacientemente comprobada por la autoridad sanitaria.
e) Publicar anuncios que induzcan al engaño del público.
Particularmente les está prohibido a los profesionales enfermeros actuar
bajo relación de dependencia técnica o profesional de quienes solo estén
habilitados para ejercer la enfermería en el nivel de auxiliar.
Capítulo IV
DEL REGISTRO Y MATRICULACION
Artículo 12° - Para el ejercicio de la enfermería, tanto en el nivel
profesional como el auxiliar, se deberán inscribir previamente los títulos,
diplomas o certificados habilitantes en la Subsecretaría de Salud del
Ministerio de Salud y Acción Social, la que autorizará el ejercicio de la
respectiva actividad, otorgando la matrícula y extendiendo la
correspondiente credencial.
Artículo 13° - La matriculación en la Subsecretaría de Salud implicará para
la misma el ejercicio del poder disciplinario sobre el matriculado y el
acatamiento de este al cumplimiento de los deberes y obligaciones fijados
por la ley.
Artículo 14° - Son causa de suspensión de la matrícula:
a) Petición del interesado.
b) Sanción de la Subsecretaría de Salud que implique inhabilitación
transitoria.
Artículo 15° - Son causa de cancelación de la matrícula:
a) Petición del interesado.
b) Anulación del título, diploma o certificado habilitante.
c) Sanción de la Subsecretaría de Salud que inhabilite
definitivamente para el ejercicio de la profesión o actividad.
d) Fallecimiento.
Capítulo V
DE LA AUTORIDAD DE APLICACION
Artículo 16° - La Subsecretaría de Salud, será la autoridad de aplicación
de la presente ley, y en tal carácter deberá:
a) Llevar la matrícula de los profesionales y auxiliares de la
enfermería comprendidas en la presente ley.
b) Ejercer el poder disciplinario sobre los matriculados.
c) Vigilar y controlar que la enfermería, tanto en su nivel profesional
como en el auxiliar no sea ejercida por personas carentes de títulos,
diplomas o certificados habilitantes, o no se encuentren matriculadas.
d) Ejercer todas las demás funciones y atribuciones que la presente
ley le otorga.
Artículo 17° - La Subsecretaría de Salud, en su calidad de autoridad de
aplicación de la presente, podrá ser asistida por una comisión permanente
de asesoramiento y colaboración sobre el ejercicio de la enfermería, de
carácter honorario, la que se integrará con los matriculados que designen
los centros de formación y las asociaciones gremiales y profesionales que
los representan, de conformidad con lo que se establezca por vía
reglamentaria.
Capítulo VI
REGIMEN DISCIPLINARIO
Artículo 18° - La Subsecretaría de Salud ejercerá el poder disciplinario a
que se refiere el inciso b) del artículo 16 con independencia de la
responsabilidad civil, penal o administrativa que pueda imputarse a los
matriculados.
Artículo 19° - Las sanciones serán:
a) Llamado de atención.
b) Apercibimiento.
c) Suspensión de la matrícula.
d) Cancelación de la matrícula.
Artículo 20° - Los profesionales y auxiliares de enfermería quedarán
sujetos a las sanciones disciplinarias previstas en esta ley por las siguientes
causas:
a) Condena judicial que comporte la inhabilitación profesional.
b) Contravención a las disposiciones de esta Ley y su reglamentación.
c) Negligencia frecuente o inaptitud manifiesta, u omisiones graves en
el cumplimiento de sus deberes profesionales.
Artículo 21° - Las medidas disciplinarias contempladas en la presente ley se
aplicarán graduándolas en proporción a la gravedad de la falta o
incumplimiento en que hubiere incurrido el matriculado. El procedimiento
aplicable será el establecido en el título X - artículos 131 y siguientes - de
la Ley 17.132
Artículo 22° - En ningún caso será imputable al profesional o auxiliar de
enfermería que trabaje en relación de dependencia el daño o perjuicio que
pudieren provocar los accidentes o prestaciones insuficientes que
reconozcan como causa la falta de elementos indispensables para la
atención de pacientes, o la falta de personal adecuado en cantidad y/o
calidad o inadecuadas condiciones de los establecimientos.
Capítulo VII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Artículo 23° - Las personas que, a la fecha de entrada en vigencia de la
presente, estuvieren ejerciendo funciones propias de la enfermería, tanto en
el nivel profesional como en el auxiliar, contratadas o designadas en
instituciones públicas o privadas, sin poseer título, diploma o certificado
habilitante que en cada caso corresponda, de conformidad con lo
establecido en los artículo 5° y 6°, podrán continuar con el ejercicio de esas
funciones con sujeción a las siguientes disposiciones:
a) Deberán inscribirse dentro de los noventa (90) días de la entrada
en vigencia de la presente en un registro especial que, a tal efecto,
abrirá la Subsecretaría de Salud.
b) Tendrán un plazo de hasta dos (2) años para obtener el
certificado de auxiliar de enfermería y de hasta seis (6) años para
obtener el título profesional habilitante, según sea el caso. Para la
realización de los estudios respectivos tendrán derecho al uso de
licencias y franquicias horarias con un régimen similar al que, por
razones de estudio o para rendir exámenes, prevé el Decreto
3413/79, salvo que otras por normas estatutarias o convencionales
aplicables a cada ámbito fueren mas favorables.
c) Estarán sometidas a especial supervisión y control de la
Subsecretaría de Salud, la que estará facultada, en cada caso, para
limitar y reglamentar sus funciones, si fuere necesario, en resguardo
de la salud de los pacientes.
d) Estarán sujetas a las demás obligaciones y régimen disciplinario
de la presente.
e) Se les respetarán sus remuneraciones y situación de revista y
escalafonaria, aún cuando la autoridad de aplicación les limitare sus
funciones de conformidad con lo establecido en el inciso c).
Capítulo VIII
DISPOSICIONES VARIAS
Artículo 24° - A los efectos de la aplicación de normas vigentes que, para
resguardo de la salud física o psíquica, establecen especiales regímenes de
reducción horaria, licencias, jubilación, condiciones de trabajo y/o provisión
de elementos de protección, considéranse insalubres las siguientes tareas de
enfermería:
a) Las que se realizan en unidades de cuidados intensivos.
b) Las que se realizan en unidades neuropsiquiátricas.
c) Las que conllevan
infectocontagiosas.
riesgo
de
contraer
enfermedades
d) Las que se realizan en áreas afectadas por radiaciones, sean
estas ionizantes o no.
e) La atención de pacientes oncológicos.
f) Las que se realizan en servicios de emergencia.
La autoridad de aplicación queda facultada para solicitar, de oficio o a
pedido de parte interesada, ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, la ampliación de este listado.
Artículo 25° - La autoridad de aplicación, al determinar la competencia
especifica de cada uno de los niveles a que se refiere el artículo 3°, podrá
también autorizar para el nivel profesional la ejecución excepcional de
determinadas prácticas, cuando especiales condiciones de trabajo o de
emergencia así lo hagan aconsejable, estableciendo al mismo tiempo las
correspondientes condiciones de habilitación especial.
Artículo 26° - El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en un plazo
de ciento ochenta (180) días corridos, contados a partir de su
promulgación.
Artículo 27° - Derógase el Capítulo IV, del Título VII - artículos 58 a 61 - de
la Ley 17132 y su reglamentación, así como toda otra norma legal,
reglamentaria o dispositiva que se oponga a la presente.
Artículo 28° - Invítase a las provincias que lo estimen adecuado a adherir
al régimen establecido por la presente.
Artículo 29° - Comuníquese al Poder Ejecutivo - Alberto R. Pierri - Eduardo
Menem - Esther H. Pereyra Arandía de Pérez Pardo - Hugo R. Flombaum.
Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a los
veintiseis días del mes de septiembre del año mil novecientos noventa y uno.