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NOTA DE PRENSA
La Pedrera inicia la limpieza y restauración
general de la fachada
La Fundación Catalunya-La Pedrera pone en marcha un proyecto
orientado a la preservación y mantenimiento del edificio,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Las obras consistirán en la limpieza de la piedra de la fachada y
el arreglo de fisuras provocadas por el paso del tiempo y de los
forjados de los balcones.
Barcelona, 8 de enero de 2014. – La Pedrera inicia este mes de enero su tercera gran
restauración de la fachada. Con la instalación de un andamio comienzan los trabajos de
limpieza y restauración general, con una duración prevista de un año, aproximadamente.
El proyecto está impulsado por la Fundación Catalunya-La Pedrera, que este mes de
enero cumple también su primer año de vida, y dentro de la voluntad fundacional de
mantener y preservar para las generaciones futuras uno de los edificios de obra civil
más emblemáticos de Antoni Gaudí. Su singularidad y su valor patrimonial y artístico
quedan ampliamente acreditados cuando se incluye en el catálogo del Patrimonio
Artístico de la ciudad de Barcelona en 1962, con la declaración como Monumento
Histórico artístico de Interés Nacional por parte del Gobierno español en 1969, y la
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UNESCO que lo inscribe como Bien Cultural del Patrimonio Mundial en 1984, por su
valor universal excepcional.
La restauración de la fachada será compatible en todo momento con las actividades
culturales y la visita pública en La Pedrera. El edificio ha recibido durante el último año
un total de 1,15 millones de personas, ya sea para conocer la parte visitable (azotea,
Espacio Gaudí, el piso de época y patios interiores), contemplar las exposiciones
temporales (planta principal) o participar en alguna de las más de 200 actividades
culturales que se han realizado en el Auditorio, aulas educativas y otros espacios.
Proceso de restauración
Las obras consistirán en la limpieza de la piedra de la fachada, la restauración de
algunas fisuras producidas por el paso del tiempo, y la reparación de algunos forjados
de los balcones. El proyecto ha sido redactado por el arquitecto Francesc-Xavier Asarta
que ya participó en la restauración integral del edificio realizada a partir del año 1988.
Para entender las actuaciones que ahora se llevarán a cabo hay que conocer el sistema
constructivo de La Pedrera.
Estructuralmente , la Casa Milà se caracteriza por su fachada de piedra autoportante,
es decir , que se sujeta ( con unos hierros de gran resistencia) a los pilares
estructurales del edificio. Esto permite que el peso de la piedra no apoye sobre el resto
de la casa, que no tiene muros de carga y que debe soportarse en un entramado de
pilares de piedra y ladrillo. Este sistema constructivo permite, por un lado, grandes
aberturas en la fachada, que facilitan la entrada de luz a las viviendas, y por otro, la
estructuración de los diferentes niveles en planta libre.
El conjunto de la fachada exterior está formado casi exclusivamente por dos tipos de
piedra: en las partes inferiores y algunos de los elementos estructurales de las
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aberturas, se puede reconocer piedra caliza del Garraf, el resto está construida con
piedra de Vilafranca. Ambos materiales tienen un comportamiento mecánico muy
diferenciado y esta debe haber sido la razón de su elección y colocación en la fachada
por parte de Gaudí, es decir más porosas para la parte más visible de la fachada y
menos porosas para la base ya que también eran más resistentes.
Gaudí realizó una maqueta de yeso a escala 1/10, que sirvió para cortar las piedras que
conforman la fachada, pero una vez finalizada la colocación de éstas, las hizo ajustar
en la forma y en la curva por los canteros. Este hecho originó el problema de falta de
espesor de recubrimiento, en algunos puntos, de la estructura interior de soporte de la
piedra, que tienen diferentes grosores (de 2 a 20 cm.). La piedra está sujetada a la
estructura metálica mediante pasamanos doblados o hierros T, cogidos con mortero de
cal. Las piedras de la fachada están colocadas una encima de la otra y trabajan a
presión.
Con el paso del tiempo, la elevada contaminación atmosférica del sector, y el hecho de
que no hayan vierteaguas en la fachada, ocasionan manchas de suciedad y regueros
debido al vertido del agua de lluvia. La porosidad de la piedra hace que el agua se filtre
y llegue al hierro de los forjados que se hincha y provoca presión sobre la piedra
provocando grietas.
Sin embargo, los estudios previos realizados permiten asegurar que los dos tipos de
piedra utilizados en la fachada están en buen estado de conservación respecto a la
erosión. De hecho, la degradación de las piedras es suficientemente lenta como para
asegurar una elevada durabilidad y una estabilidad suficiente de las superficies
arquitectónicas. Pero en determinados puntos se ha detectado la presencia de sales.
También hay fisuras en diferentes puntos de la fachada. Y se da, además, un problema
de uniformidad cromática entre los materiales de piedra originales y algunas de las
reparaciones que se hicieron hace diez años con mortero integrador.
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El estado de conservación de la piedra es lo suficientemente bueno para hacer una
intervención que consistirá en una limpieza de la piedra y un saneamiento de las zonas
afectadas. Se aplicará mortero de base y se hará un tratamiento de las juntas. Habrá
que hacer intervenciones en las barandillas de hierro, con una limpieza previa, una
retirada del óxido, pequeñas reparaciones de soldadura y pintado final. El mismo
proceso con técnicas diferentes aplica a las carpinterías, básicamente las persianas. En
cuanto a los balcones, se realizará un tratamiento de hidrofugación y sustitución del
adoquín dañado.
La intervención es en la fachada principal del edificio, desde el Paseo de Gracia 92 hasta
la calle Provença 265, de planta baja a planta cubierta y paso de ronda en la planta
buhardilla. Se trata de una superficie de más de 2.600 metros cuadrados.
El proyecto tiene un presupuesto de 750.000 euros, importe previsto en el presupuesto
del año 2014 de la Fundación Catalunya-La Pedrera.
Intervenciones en la fachada
Esta restauración general de la fachada es la tercera desde que a finales de los años
ochenta del siglo pasado, y coincidiendo con el cambio de propiedad del edificio, se
emprendió una importante y completa rehabilitación del edificio.
La primera de las actuaciones en la fachada formó parte precisamente de la primera
intervención en el edificio, y según proyecto de los arquitectos E. Hernández-Cros y R.
Vila, con la colaboración de F.X. Asarta. En este momento se hicieron trabajos de
limpieza durante un año y medio (1988 y 1989) que permitieron incorporar también
iluminación en la fachada.
La segunda gran intervención en la fachada fue en los años 2001 y 2003, en cuatro
fases diferenciadas que permitieron la realización del Año Gaudí (2002), y fruto de una
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revisión exhaustiva a cargo de la Universidad de Barcelona (sección de investigación
Aplicada al Patrimonio Histórico, dirigida por Mario Vendrell).
Además de las grandes intervenciones, también se han hecho intervenciones
puntuales, como el año 2012, coincidiendo con el centenario del edificio, o bien
cuando en 1996, en la recta final de las obras de restauración de la buhardilla y la
azotea, se hicieron trabajos de limpieza en la parte alta del edificio, con la intervención
de especialistas que se descolgaron por la fachada con técnicas de escalada y hacer
una limpieza manual de las zonas afectadas por las obras.
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