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Viernes, 12 de septiembre de 2008. Año: XVIII. Numero: 6843. CIENCIA Hallan una proteína que puede proteger el corazón de un infarto El descubrimiento, logrado en ratas, servirá para desarrollar nuevos tratamientos CRISTINA DE MARTOS MADRID.- Durante un ataque de corazón, se forma gran cantidad de radicales libres que desencadenan una serie de reacciones que culminan en el daño y la muerte celular. Un grupo de investigadores ha localizado una enzima capaz de disminuir este efecto y de lograr, así, que los infartos sean menos graves. La idea de que debía existir algo capaz de atenuar los daños ocasionados por la isquemia (falta de oxígeno) en las células cardiacas partió de un interesante dato: los infartos que sufren las personas alcohólicas son más leves que los de la población general. Partiendo de esta base, un equipo de las universidades de Stanford e Indiana (ambas en Estados Unidos), diseñó un modelo sobre el que analizar el efecto del alcohol sobre el miocardio. El estudio minucioso del corazón de ratas tratadas con etanol y de su reacción ante la falta de oxígeno permitió localizar una proteína cardioprotectora, una enzima implicada en el metabolismo del alcohol llamada ALDH2. Los experimentos, descritos en el último número de la revista Science, muestran cómo la administración de alcohol a los roedores aumenta en un 21% la actividad de ALDH2. Al estimular esta enzima, el tamaño del infarto disminuyó un 27%. Se trata de una forma «completamente nueva de controlar el daño producido por los radicales libres, tal y como ocurre durante un ataque al corazón», ha señalado Daria Mochly-Rosen, profesora de química y biología de sistemas de Stanford. Después de comprobar que ALDH2 protege al tejido cardiaco frente a la isquemia, el equipo de Mochly-Rosen se lanzó a la búsqueda de algo que hiciera funcionar mejor a esta enzima. La sorpresa saltó con Alda-1, una pequeña molécula que, a través de su acción sobre la citada enzima, es capaz de reducir el daño de un ataque al corazón hasta en un 60% en los roedores estudiados. Según los autores, el minúsculo tamaño de Alda-1 debería facilitar su adaptación como fármaco, que podría ser útil también en el Parkinson, el Alzheimer y las cirugías en las que se debe interrumpir el riego sanguíneo. © Mundinteractivos, S.A.