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XIII Congreso Nacional Farmacéutico Granada, 15-18 de octubre de 2002 Mesa Redonda: La Realidad Económica del Medicamento en España Ponencia: La oficina de farmacia y la economía del medicamento Javier Herradón Muñoz Tesorero del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos Mesa Redonda: La Realidad Económica del Medicamento en España La oficina de farmacia y la economía del medicamento Javier Herradón Muñoz Tesorero del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos La distribución de medicamentos en España se realiza a través de una red de más de 19.700 farmacias repartidas por todo el territorio nacional, lo que garantiza al ciudadano la plena disponibilidad del medicamento en cualquier lugar y momento del día y de la noche, sin recargo alguno en el precio. La red farmacéutica española, una de las mayores de Europa (España es el país europeo donde se han abierto más farmacias en los últimos años), cuenta además con un eficaz sistema de distribución a las oficinas de farmacia, que permite el perfecto abastecimiento de las mismas, lo que se traduce en un servicio más eficiente y de mayor calidad. El servicio farmacéutico es uno de los mejor valorados por el conjunto de la sociedad. Por otro lado, el precio de los medicamentos está regulado por la Administración, fijando un precio único y garant izando su distribución a toda la población en las mismas condiciones, sin incremento alguno. El precio de los medicamentos en España es uno de los más bajos de la Unión Europea. Este hecho es en parte, consecuencia de las distintas medidas adoptadas por el Gobierno en los últimos años para controlar el crecimiento del gasto en medicamentos forzando a la baja el precio de los mismos. A pesar de ello, su precio en España aumenta de forma progresiva como consecuencia de la sustitución de las especialidades más antiguas por otras más innovadoras, de mayor eficacia terapéutica y más caras. Las medidas administrativas, dirigidas a reducir artificialmente los precios de los medicamentos, no ayudan a disminuir el consumo de los mismos medido en unidades, y por el contrario, pueden incluso contribuir a incentivarlo acrecentando el problema. España es uno de los países europeos con mayor consumo de medicamentos, y paradójicamente, el gasto en unidades monetarias per cápita es uno de los más bajos. Esta combinación de precios bajos y consumos elevados puede resultar muy negativa a medio plazo. A medida que la diferencia actual entre los precios españoles y los europeos tienda a disminuir, como consecuencia del proceso de homogeneización de los precios en el espacio económico europeo, sus efectos sólo podrán paliarse mediante una reducción importante del consumo de medicamentos. En esta situación, la oficina de farmacia puede realizar una eficaz labor mediante el control del consumo a través de los programas de Atención Farmacéutica, que desarrollan los Colegios de Farmacéuticos, para ofrecer al ciudadano un servicio sanitario personalizado que garantice el uso racional de los medicamentos y de los productos sanitarios, así como un adecuado cumplimiento terapéutico, e impulse la promoción de la salud y los hábitos saludables. XIII Congreso Nacional Farmacéutico Granada, 15-18 de octubre de 2002 Con la implantación de este servicio, que requiere de la coordinación con el resto del equipo multidisciplinar de salud, se puede conseguir un ahorro económico importante, no sólo en las áreas de atención primaria y de atención especializada, que repercuten directamente en el gasto sanitario del país, sino también en otras áreas, no menos importantes, como el sistema de prestaciones sociales por bajas por enfermedad, costes laborales de las empresas tanto públicas como privadas,… Con una adecuada educación sanitaria de la población no sólo conseguiremos prevenir las enfermedades, sino también disminuir su incidencia, su tiempo de duración, la frecuencia de las consultas, los ingresos hospitalarios, las intervenciones quirúrgicas e incluso el tiempo de hospitalización. No podemos olvidar que entre un 15-20% de los ingresos hospitalarios por urgencias se deben a causas relacionadas con una mala utilización de los medicamentos. Asimismo, la profesión farmacéutica se ha ofrecido a colaborar en la implantación de la tarjeta sanitaria, que es el complemento idóneo para el desarrollo de la Atención Farmacéutica. Al margen de la importante contribució n que pueden realizar las oficinas de farmacia, desde la Administración deben adoptarse medidas adicionales que contribuyan a racionalizar el consumo de medicamentos, por ejemplo promoviendo y colaborando con los distintos organismos privados en la realización de estudios de farmacoeconomía, que permitan efectuar análisis más rigurosos sobre la eficiencia de distintas alternativas terapéuticas para el tratamiento de enfermedades. Hay que tener en cuenta que la inversión en salud es uno de los parámetros utilizados por la ONU para evaluar el desarrollo económico y social de un país. En este sentido, el gasto sanitario en España es inferior a la media europea lo que se traduce en largas listas de espera, escasez de camas hospitalarias, etc. Sin embargo, el gasto en medicamentos, que forma parte del gasto sanitario, se puede considerar el adecuado, con una calidad de servicio equivalente al resto de los países europeos. Como consecuencia de lo anterior, el gasto en medicamentos en España se sitúa en torno al 20% del gasto sanitario, “aparentemente” muy por encima de la media europea. La realidad, es que si en España se realizaran las inversiones necesarias para paliar las actuales deficiencias del sistema sanitario, la inversión en medicamentos se situaría muy por debajo del 20% mencionado anteriormente. Es importante destacar también que en España la calidad del servicio farmacéutico está directamente relacionada con la alta cualificación profesional de los farmacéuticos, y que cada vez se contratan más farmacéuticos adjuntos en las oficinas de farmacia (actualmente hay unos 10.000) factor que contribuye a una mejora sustancial en la calidad del servicio lo que nos permite contemplar el futuro con optimismo.