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Acerca del “antisemitismo” Informe de Adrian Salbuchi (Marzo 2008) Contenido A modo de introducción 2 La acción psicológica 3 Confusionismo 5 “Antisemitismo” 6 Los judíos, ¿son semitas? 7 Combatiendo al “antisemitismo” 9 ¿Qué es entonces el “antisemitismo”? 11 El Estado de Israel 13 El “holocausto” 15 Conclusiones 17 Bibliografía 17 Anexo I: Informe sobre el ensayo “El lobby israelí y la 18 Anexo II: Capítulo sobre el sionismo del libro “Bienvenidos a 31 Anexo III: Carta Abierta enviada al presidente Néstor 35 política exterior de EEUU” (de S. Walt y J. Mearsheimer) la jungla: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial…” (de A. Salbuchi) Kirchner el 16-Nov-06 con motivo del caso AMIA-Irán Acerca del “antisemitismo” Informe de Adrian Salbuchi La discriminación por motivos de raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión pública, posición económica, condición social o caracteres físicos, es un flagelo que debe ser combatido por toda la Sociedad y con todos los elementos a su alcance. Que en una nación civilizada hombres y mujeres se vean segregados, agredidos o acosados por tales motivos es, sencillamente, inaceptable. Claramente, la mejor manera de combatir la discriminación en todas sus formas es con más educación y mayor concientización entre la opinión pública para que pueda mantenerse siempre alerta no solo ante manifestaciones flagrantes y burdas de discriminación, sino también ante casos más sutiles y, por ello, más corrosivos. Éstos últimos suelen basarse en falacias y distorsiones expresadas con gran hipocresía, a menudo encubriendo y soslayando los objetivos e intereses que persiguen determinados grupos y organizaciones. Cabe señalar también que si en toda comunidad es importante que ninguna minoría sea discriminada por la mayoría, no menos vital resulta que esa mayoría no caiga victima de la discriminación y agresión perpetrada por alguna minoría poderosa. Esto es particularmente relevante para la Argentina, país que ha conocido tristes episodios en que minorías antidemocráticas perpetraron vasta discriminación contra todo el pueblo argentino, como ocurrió entre 1976 y 1983 cuando un compacto régimen cívico-militar usurpó el poder. Dentro de este marco, el presente ensayo aborda uno de los fenómenos más complejos, confusos y distorsionados sobre el que mucho se declama pero poco se entiende: el asíllamado “antisemitismo”. A modo de introducción Los avances tecnológicos aplicados a las comunicaciones y a los medios de difusión, han hecho que éstos cobren un poder sin precedentes en la historia humana. El efecto conjunto y la retroalimentación mutua de los medios de difusión masiva – prensa gráfica, radio, televisión, Internet y otros – hoy permite formar, influir, y también deformar, la percepción colectiva de la realidad en todos los ámbitos de la vida. Esto lo podemos comprobar en los campos de la política, la economía, las finanzas, la sociología, la cultura y la religión, dónde se observa un amplio y creciente trastrocamiento de fundamentales valores éticos y morales, como así también en los usos, buenas costumbres e idiosincrasia de los pueblos del mundo. Como todo proceso de acción psicológica – pues de ello se trata – su implementación y dinámica han sido graduales, a fin de lograr creciente acostumbramiento en la comunidad, teniendo objetivos a largo plazo que abarcan generaciones enteras. Visto en su conjunto, el pasado siglo XX da elocuente testimonio de lo indicado, cuando observamos los profundos cambios experimentados a lo largo del mismo. La Argentina no es ajena al fenómeno descripto. Todo lo contrario, nuestro país pareciera estar entre las naciones elegidas como una suerte de laboratorio de experimentación tendiente a gradualmente modificar, distorsionar e incluso invertir sus valores éticos y morales, creencias religiosas, y alineamientos ideológicos. En fin, se están desarticulando los ejes del imaginario colectivo sobre los que se sustenta aquello que se ha dado en llamar la “argentinidad”; o sea, el 2 conjunto de ideas, estilos, símbolos y mitos que nos identifican como Nación y como comunidad organizada en el más amplio sentido del concepto. Cabe señalar que aunque los multimedios son la cara visible que conduce este fenómeno de acción psicológica, sin embargo la fuerza motriz no inmediatamente visible que lo sostiene y financia, suele hallarse entre entidades e individuos quienes invariablemente tienen objetivos e intereses muy concretos. A lo largo de más de treinta años, en la argentina uno de esos objetivos – logrado por cierto – ha sido el de debilitar, desarticular y erosionar al Estado Nacional en sus funciones vitales e indelegables. En el plano de lo que podríamos denominar “el alma de nuestra Nación”, esas funciones del Estado debieran centrarse en su obligación de representar y defender los auténticos valores culturales, éticos, morales, religiosos, sociales y políticos que desde hace casi cinco siglos nutren las comunidades asentadas en estas tierras. Destacamos que muchos aspectos de la acción psicológica colectiva promovida desde los medios de difusión – que a menudo cobra características de terrorismo intelectual reminiscente de las más crudas épocas de estalinismo soviético – conforma una suerte de sorda guerra psicológica librada contra la salud mental de los ciudadanos, ergo, contra la psicología colectiva de nuestro pueblo. Algunos la han dado en llamar “guerra discreta con armas silenciosas” Como decimos, este fenómeno no es casual ni espontáneo. Obedece a claros objetivos e intereses, las más de las veces no explicitados, por cuanto quiénes los promueven bien saben que si hablaran llanamente, quedaría desenmascarado el hecho de que sus metas tienden a debilitar la fibra espiritual de nuestra comunidad, desmoralizar a amplios sectores de nuestro pueblo, confundir a nuestra juventud y corromper las costumbres. De manera que si la opinión pública tomara cabal conciencia de tales objetivos encubiertos que, encima, se hallan íntimamente ligados a los intereses de potencias extranjeras y de organizaciones supranacionales mayormente contrarias al Interés Nacional Argentino, entonces seguramente habría una vehemente reacción colectiva contra tamaño ataque. De ahí que bien pueda comprenderse que esta guerra psicológica de alcances planetarios se libre silenciosamente, desde “detrás del telón”, como lo expresara magistralmente hace ya más de un siglo Benjamín Disraeli, aquél gran primer ministro de la británica reina Victoria. Sirva esta breve introducción para fijar el marco conceptual dentro del cual abordaremos el tema que nos ocupa: el así llamado “antisemitismo”. La acción psicológica A la acción o guerra psicológica – también conocida como “propaganda” –, se la puede identificar según un conjunto de características que delatan una clara metodología encaminada a persuadir y convencer a algún sector de la población, o a toda ella, respecto de lo buena o mala que es alguna idea o propuesta, a fin de que luego esos sectores poblacionales adopten ciertos patrones de comportamiento con alto grado de automaticidad. Luego y al mejor estilo del conocido experimento del perro de Pavlov(1), sólo hará falta activar algún símbolo, una imagen, una palabra o un sonido para disparar un amplio complejo de comportamientos previamente grabados y programados en el inconsciente de la psiquis de los blancos poblacionales. (1)Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) – Científico ruso quien recibiera el Premio Nobel de Medicina (en Fisiología) en 1904 por sus investigaciones sobre las leyes de conformación de los reflejos condicionados. Su estudio más conocido lo realizó sobre perros a los que se alimentaba repetidamente haciendo sonar previamente una campanilla. Tras una determinada cantidad de repeticiones, los perros aprendieron a asociar el sonido de la campanilla con su inminente alimentación. Pavlov demostró que, una vez condicionado este reflejo a través de la repetición, con solo hacer sonar la campanilla lograba que los canes comenzaran a salivar y su sistema digestivo se activase, aún cuando no recibieran alimento alguno. Estas lecciones fueron luego desarrolladas con mucha mayor sofisticación para lograr el “lavaje mental” de victimas y prisioneros, por parte de chinos, soviéticos, coreanos, estadounidenses y británicos en distintas guerras y persecuciones. Ver http://nobelprize.org/educational_games/medicine/pavlov/readmore.html 3 Correspondientemente, a todo ejercicio de acción psicológica se lo suele reconocer por ciertas características, tales como la repetición, la simplificación, la imposibilidad de verificar su veracidad, la contradicción y – en algunos casos – su lisa y llana irracionalidad: Repetición – La acción psicológica exige repetir una y otra vez aquella idea, imagen o supuesta “verdad” que se pretende imponer en la psiquis colectiva, taladrándola en los cerebros del blanco poblacional al que va dirigida. Su meta básica consiste en condicionar determinados reflejos al estilo del “perro de Pavlov”, aunque con mayor sofisticación y sutileza. Se aplica así la vieja máxima atribuida a Joseph Goebbels: “miente, miente, miente que siempre algo quedará…” Simplificación – La acción psicológica exige un altísimo nivel de unilateralidad, lo que implica simplificar ad absurdum temas y procesos harto complejos, en los que nunca puede haber una única verdad. Se trata del juego de “blanco o negro”, que excluye – prohíbe, incluso – toda gama de “gris” intermedio. Se fracturan los temas en discusión en una oposición maniquea entre “buenos y malos”, donde los “buenos” siempre ganan. Cuando se trata de bandos en guerra, nos enteramos que los “buenos” ganan justamente porque ejercen mayores niveles de violencia, muerte y sangre (sino, ¡no hubieran ganado!). Nos topamos así con la inadmisible contradicción de que los “buenos” son siempre quienes ejercitan mayores cuotas de violencia física con la que neutralizan y aniquilan a los “malos”. Aplicado a la política, la historia y el ámbito de las ideas, claramente estamos ante lo que muchos denominan la versión “Walt Disney” de la realidad, convenientemente sanititarizada para consumo masivo y simplificada hasta el infantilismo. Sus sellos son el fanatismo, el dogmatismo y el terrorismo intelectual, que no tolera y procura neutralizar toda opinión contraria a la propia. Ello explicaría la “lógica” detrás de la amenaza lanzada a los cuatro vientos por George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001: “A partir de ahora, cada Nación debe decidir si está con nosotros o contra nosotros…” Inverificabilidad – La acción psicológica suele basarse sobre mitos convenientemente impuestos a través de la repetición, con lo que se condiciona al imaginario colectivo de una comunidad que se ve así obligada a aceptarlos como “la verdad”, a pesar de que no solo no existen evidencias firmes que los avale sino, incluso, la evidencia visible a menudo demuestra todo lo contrario. Las acusaciones en 2002/2003 del gobierno Bush contra el régimen de Saddam Hussein en Irak por la supuesta posesión de “armas de destrucción masiva” conforma un ejemplo impactante, por cuanto se trató de una mentira política propagada desde el máximo nivel del gobierno de Estados Unidos, que ya ha costado más de 1.200.000 muertos iraquíes, amen de varios miles de muertos entre las fuerzas invasoras, y literalmente decenas de millones de heridos en todos los bandos.(2) (2). Casos análogos pueden verse en la “guerra contra el terrorismo” liderada por Estados Unidos, Gran Bretaña y el Estado de Israel, dónde los máximos atentados terrorista parecen tener ciertas características en común: nada parece poder probarse en forma fehaciente y las irregularidades exceden el marco de lo aceptable. Este patrón de circunstancias alimenta razonables sospechas de que muchas “evidencias” han sido fabricadas y colocadas en la escena del crimen, creando así falsas pistas que desvían las investigaciones hacia enemigos políticos de las dirigencias anglo-estadounidenseisraelí. Este sello que denominamos “inverificabilidad” – o sea, la carencia de evidencias concretas y creíbles, el cúmulo de irregularidades, mentiras y confusión, etc. – afecta a casos de altísimo perfil como los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington DC; del 11 de marzo de 2004 en la estación ferroviaria de Atocha en Madrid; del 7 de julio de 2005 en los subterráneos y ómnibus de Londres; y, en nuestras latitudes, los ataques terroristas contra la embajada del Estado de Israel en marzo 1992 y la sede de la AMIA-DAIA en julio de 1994. Existe cierta compleja “lógica” detrás de este tipo de atentado terrorista que muchos sospechan podrían ser del tipo “false flag”, o sea “bandera falsa”. Ello significa que bien podría tratarse de auto-atentados realizados por sectores extremos dentro de las propias naciones victimas con el fin de poder inculpar a determinados enemigos políticos contra quienes se pretende accionar militarmente, pero sobre quienes se carece de una excusa creíble ante la opinión pública local y mundial, que justifique atacarlos. Recomendamos el informe del Capital de Inteligencia del Ejército de EEUU, Eric H. May “False Flag Prospects, 2008 – Top Three US Target Cities” aparecido en GlobalResearch de Canadá – http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=8165 con cinco muy interesantes links a YouTube para que el lector luego saque sus propias conclusiones. Una vez consumados atentados terroristas de tamaña magnitud, los propios perpetradores luego se arrogan el derecho de definir cuáles naciones y organizaciones son “terroristas” y cuáles no. Práctica particularmente peligrosa cuando esos 4 Contradicción – La acción psicológica suele proclamar una cosa para luego impulsar exactamente lo contrario de lo que declama. Así, se impone la “democracia” en la política, pero se des-democratizan la economía y las finanzas. Se promueve la “paz”, pero hoy las grandes potencias gastan más en armas que en ningún otro momento en la historia. Se declama la protección de los “derechos humanos”, pero esos derechos nunca se han visto tan vulnerados como en los terribles tiempos que vivimos. Se habla de la “libertad”, pero se perpetran ocupaciones militares ilegales e injustificadas como las de Afganistán, Palestina e Irak. Irracionalidad – Si conceptos como “democracia”, “paz”, “derechos humanos” y “libertad” han quedado mayormente vaciados de su real sentido, más complejo resulta el caso del vocablo “antisemitismo” que – como veremos más adelante – hoy a menudo se usa de una manera que sólo puede calificarse de irracional (3). Utilizando técnicas de acción psicológica, a la palabra “antisemitismo” se le ha transferido una enorme carga de emotividad negativa, ya que al desviarle su verdadero sentido, se la utiliza para generar sentimientos de compasión y solidaridad hacia grupos y organizaciones judías, fuera de toda proporción, lógica y real necesidad. Se ha llegado al punto en que hoy ser calificado de “antisemita” o de promover el “antisemitismo” conforma un verdadero agravio, insulto y descalificación para aquella persona, institución o Nación que se vea así catalogada. Ser calificado de “antisemita” es casi tan grave como serlo de “nazi”, “fascista”, “mafioso” o asesino. Nadie en su sano juicio y de recta conducta, puede aceptar ser calificado de semejante manera. Confusionismo Comencemos por señalar que entre las técnicas de acción psicológica desatadas en torno al “antisemitismo”, tiene un lugar relevante la confusión que se promueve adrede que pretende mezclar – confundir - cuatro categorías muy distintas entre sí: 1. El judaísmo, como religión milenaria; 2. La etnia judía, como colectividad social dispersa en muchos países del mundo, cuyos miembros mantienen determinadas características culturales, sociales y religiosas, mas difieren – a menudo agudamente – en sus alineamientos ideológicos y políticos; 3. El sionismo, como ideología política nacionalista integrada en una poderosa red mundial de organizaciones de presión, choque y lobby, totalmente alineadas a los intereses del Estado de Israel(4); 4. El Estado de Israel, como entidad política nacional instalado en una determinada geografía; Destacamos que arbitraria e injustamente, las organizaciones sionistas suelen arrogarse la representatividad de todo el pueblo judío – entre el que hay muchos judíos anti-sionistas que se identifican poco, incluso nada, con el Estado Israel – pretendiendo falazmente que quienes se oponen al sionismo sean por ello “antisemitas”. propios Estados – notablemente Estados Unidos de Norte América, Estado de Israel y el Reino Unido de la Gran Bretaña –han aplicado y aplican terrorismo de Estado a nivel global desde hace décadas (incluso siglos en el caso del Reino Unido) (3) Brillante ejemplificación de lo que señalamos es el concepto llamado "Newspeak" - literalmente, "la jerga de las noticias" – sobre el cual nos alertara Leslie Blair (alias, George Orwell) en su fundamental obra "1984", escrito hace sesenta años, por allá por 1948. "Newspeak" es el uso y abuso de eufemismos, sofismas y frases hipócritas y rebuscadas, para soslayar, disimular y ocultar la verdad. Lentamente, Newspeak va acostumbrando al Pueblo a lo más terrible que le puede ocurrir: aceptar, convivir y adoptar a la mentira como si fuera verdad. (4) Entre estas organizaciones que operan como una red mundial resaltamos a entidades y “lobbies” tales como: Estados Unidos: AIPAC (American Israeli Public Affairs Committee), American Jewish Congress, B’Nai B’Rith, ADL (Anti-Defamation League), American Jewish Committee, Conference of Presidents of Major American Jewish Organizations, y la Zionist Organization of America; Mundiales: Congreso Mundial Judío, Comité Mundial Judío, Organización Sionista Mundial, Agencia Judía, Argentina: AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) y OSA (Organización Sionistas Argentina) 5 De esta manera, cada vez que surge alguna crítica a su accionar, se escudan diciendo que, o bien se ataca al judaísmo como religión, o al pueblo judío como etnia, cuando en realidad lo que hoy mueve a millones de personas al escándalo son las políticas de terrorismo de Estado practicadas sistemáticamente por Israel contra Palestina y el Líbano, y las ingerencias indebidas e ilegítimas de poderosas organizaciones sionistas en los asuntos internos de distintas naciones, la Argentina incluida. Digámoslo claramente: Es una obligación imperiosa en toda Nación civilizada oponerse a la discriminación por razones de religión o etnia. En el tema que nos ocupa, resulta inadmisible discriminar al judaísmo como religión, o a los judíos como pueblo pacífico dentro de nuestra comunidad; sin embargo, también: Es un derecho inalienable de todo ciudadano libre-pensante el poder criticar y desenmascarar las políticas genocidas de cualquier Estado que las practique, y de ideologías racistas y exclusivistas. En el caso que nos ocupa, debe defenderse el derecho a evaluar y comentar en amplios debates públicos, abiertos y respetuosos las bondades – o falta de ellas – de las políticas del Estado de Israel y de las propuestas y consecuencias de la ideología sionista, tanto para el mundo como para la República Argentina En nuestro país, la Ley 23.592 - contra la discriminación - es taxativa y clara al respecto: prohíbe la discriminación por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión pública o gremial, posición económica, condición social o caracteres físicos. Cabe destacar que el asíllamado “antisemitismo” ni siquiera es mencionado en dicha ley, lo que refleja la falta de una definición racional del mismo, según creemos haber demostrado en el presente ensayo. Quienes se escudan detrás de las acusaciones – a menudo groseramente vehementes – de “antisemitismo”, pretenden confundir una inexistente discriminación por razones de raza, religión o nacionalidad, cuando en realidad se soslaya que lo que amplios sectores de la opinión pública local e internacional critican, es un conjunto de políticas y creencias ideológicas puestas al servicio de organizaciones de presión y choque supranacionales – las organizaciones sionistas -, y a favor de una potencia extranjera puntual: el Estado de Israel. “Antisemitismo” Las definiciones tradicionales indican (5): Antisemitismo: Doctrina o tendencia de los antisemitas. Antisemita: adj. y com. [Persona] hostil hacia los judíos, o hacia la cultura e influencia de estos Antisemítico: adj. Del antisemitismo o relativo a esta doctrina: Estas definiciones son harto incompletas y ambiguas. Nos proponemos, entonces, comenzar por el principio diciendo, en primer lugar, que no se puede ser “anti” algo, si primero no definimos a ese “algo”. De manera que para definir al “antisemitismo”, necesitamos antes saber qué son el “semitismo”, el semita y lo semítico. “Semita” proviene de Sem quien, según el Antiguo Testamento, fue hijo primogénito de Noé de quien descenderían los hebreos, los asirios, los babilonios, los elamitas, los canaanitas, así como los pueblos árabes actuales en Oriente Medio: libaneses, iraquíes, sirios, jordanos, egipcios y palestinos, entre otros. En verdad, el término “semita” comenzó a utilizarse en el siglo XIX para describir una categoría lingüística, o sea para designar a los pueblos hablantes de lenguas semíticas y sus culturas. Pese a carecer de toda base étnica – al igual que sucedió con el término “ario” popularizado por el Conde Arthur de Gobineau en su ensayo “Sobre la desigualdad de las razas humanas” (1855) – la voz “semita” mutó de tener un significado lingüístico, adquiriendo un nuevo significado pseudoracial, por cuanto no existen “razas” dentro de la categoría homo sapiens que conforma, en sí, una (5) Ver Diccionario de la lengua española Espasa-Calpe S.A., Madrid, 2005) 6 única raza: la humana. De manera que “semita” a lo sumo puede utilizarse para describir a una etnia o lengua, mas no conforma ninguna “raza”. Definido así el amplio significado del término “semita”, vemos entonces que su contrapartida – “antisemita” – debiera definir a quiénes se oponen a la influencia y la cultura de los semitas. O sea, se trataría mayormente de los pueblos árabes y su mayoritaria religión islámica, y a solo un sector muy pequeño del pueblo judío (o sea, los sefardíes cuya descendencia puede rastrearse a los hebreos bíblicos). Dentro del marco de esta definición, las persecuciones y agresiones hoy se perpetran contra los pueblos semíticos en Irak, el Líbano y Palestina deben calificarse como genocidios antisemitas; o sea verdaderos casos de antisemitismo. Máxime si se considera que las potencias que los perpetran – Estados Unidos, Gran Bretaña y el Estado de Israel – están conformadas, al menos en sus máximas dirigencias, por líderes políticos que poco o nada tienen de “semitas”. Todo lo contrario: cuando observamos los caracteres físicos de líderes políticos como George W. Bush, Dick Cheney, Ehud Olmert, Ariel Sharon, Benjamín Netanyahu, Tony Blair, Richard Perle, John Negroponte, Douglas Feith, Richard Armitage, Paul Bremer III, Aviador Lieberman, Donald Rumsfeld, Gordon Brown, Ehud Barak, y Tzipi Livni, para nombrar a apenas unos pocos, comprobamos que se trata de individuos caucásicos – “arios” según diría Gobineau. Las más notables excepciones son Condoleeza Rice y Colin Powell quienes, claramente, no son ni arios ni semitas… Pero todos sabemos que cuando los multimedios mundiales y las organizaciones sionistas hablan de “antisemitismo”, de ninguna manera se refieren a la violencia sistemática perpetrada contra los pueblos semíticos en Medio Oriente por las democracias occidentales. Incongruentemente, “antisemitismo” solo puede utilizarse para describir la oposición a las políticas y el accionar de la comunidad judía la que, sin embargo y como veremos a continuación, sólo porta una porción pequeña de “sangre semítica”. En conclusión: En el ambiente de guerra psicológica hoy reinante, “antisemitismo” no puede utilizarse para describir la realidad, o sea la violencia concreta y verificable perpetrada contra los pueblos semíticos (los árabes en Irak, Palestina, el Líbano y Afganistán, entre oros), sino únicamente puede usarse para calificar un concepto falso: la supuesta oposición al pueblo judío (sólo mínimamente semítico) y su religión, mientras se encubre que lo que amplios sectores de opinión pública mundial critican es la ideología del sionismo y las políticas internas y externas del Estado de Israel. Incluso, mientras que por un lado se utiliza abusivamente esta palabra de gran poder “antisemitismo” - para describir e identificar a toda persona que se opone al accionar del sionismo y del Estado de Israel, no existe, sin embargo, ningún vocablo de similar potencia e impacto negativo que describa e identifique las agresiones perpetradas por el sionismo y el Estado de Israel contra diversas personas, pueblos y organizaciones. Claramente, estamos ante un enigma que sólo puede explicarse si se comprenden las razones por las que se pretende imponer a sangre y fuego la definición incongruente y falseada de “antisemitismo”. Ya el padre del movimiento universal sionista, Theodor Herzl, decía en su obra fundacional de 1896, “El Estado judío”, que “el antisemitismo moderno no debe ser confundido con la persecución religiosa de los judíos que existió antaño. De vez en cuando toma ribetes de discriminación religiosa en algunos países pero la corriente principal de este movimiento agresivo hoy ha cambiado. En los principales países en los que prevalece el antisemitismo, el mismo es resultado de la emancipación de los judíos”. Luego Herzl agrega algo muy importante en el contexto histórico relacionado al surgimiento del “antisemitismo” en el siglo XX, al decir que “cuando nos hundimos, nos transformamos en proletariado revolucionario, oficiales subordinados de todos los partidos revolucionarios; y al mismo tiempo cuando nos encumbramos también surge el poder terrible de la billetera.” De estas declaraciones pueden sacarse algunas conclusiones respecto de la evolución, tanto del comunismo y sus violentas revoluciones en la 7 primera mitad del siglo XX, como del capitalismo plutocrático cuyo gigantesco poder sigue intacto hasta nuestros días. Los judíos, ¿son semitas? Aquí cabe plantear entonces una pregunta fundamental que es si a los propios judíos se los puede calificar de “semitas”, para así poder siquiera determinar si corresponde definir como “antisemitismo” toda oposición a sus objetivos, intereses o acciones. Notablemente, la porción de individuos auténticamente semitas entre las comunidades judías en todo el mundo, y muy especialmente en el Estado de Israel, pareciera ser relativamente baja. Ello se debe a que únicamente los judíos sefardíes pueden reclamar una probable descendencia de los semitas antiguo-testamentarios. Sin embargo, los sefardíes conforman una minoría numérica y de relativamente baja representatividad e influencia dentro de las estructuras de poder judías, tanto en el Estado de Israel como en la Diáspora. Debe señalarse que la mayor parte de los judíos en el Estado de Israel, al igual que en Europa, Estados Unidos y Argentina, son de origen Ashkenazim(6). En última instancia, los Ashkenazim descienden de los kázaros, pueblo euroasiático de origen caucásico que en los siglos VII, VIII y IX logró conformar un magnífico imperio de vasta extensión pero fuertemente descentralizado por tratarse de un pueblo eminentemente nómada. Los kázaros eran regidos por un rey llamado genéricamente el Khagan, quien en el siglo VIII comprendió que la principal amenaza que se cernía sobre su pueblo era la de verse asimilados por alguno de los dos imperios políticos, militares y culturales euroasiáticos de la época: por una lado, el cristiano Imperio Romano Oriental regido desde Bizancio y, por el otro, el islámico Califato de Bagdad. Urdiendo una compleja trama de casamientos políticos, los kázaros supieron insertarse en el decadente poder bizantino, mas ellos siempre eligieron mantener su orgullosa independencia, uno de cuyos pilares era no haberse jamás subordinado ni al cristianismo bizantino ni al Islam, sabiendo en aquellos tiempos que la religión era el factor de poder de gran importancia política y social. Es así que los reyes kázaros desde su ciudadela en la ciudad de Itil a orillas del Mar Caspio, tomaron una medida revolucionaria, sin precedentes históricos, y única: en el año 740AD, los kázaros se convirtieron en masa al judaísmo como estrategia para frenar las peligrosas presiones cristiana y musulmana. Con el devenir de los siglos, el ocaso del imperio kázaro, la caída de Bizancio, y el fortalecimiento del Islam, los descendientes de los nómades kázaros se expandieron hacia Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Polonia e ingresaron a Europa Central y Occidental a través de Rumania y Alemania llegando a tener amplia presencia en muchas de las principales ciudades de Europa. Dónde iban los kázaros, portaban con ellos la religión de Moisés. Conclusión: los judíos Ashkenazim – mayormente rubios, de ojos claros, tez blanca, y a menudo pelirrojos (auténticos “arios” dirían quienes suscriben las anacrónicas teorías de Gobineau) poco o nada tienen que ver con los hebreos e israelitas de la Biblia. O sea, poca o nada sangre “semita” fluye por sus venas, y poca justificación histórica o étnica tienen para reclamar como propia a la Tierra Santa cananita. No así los judíos sefardíes minoritarios, quienes al menos pueden esgrimir una descendencia probable de los hebreos bíblicos; de aquellos judíos expulsados por el procónsul romano Tito Augusto en el año 70AD, iniciando así la Diáspora; su deambular por España (el vocablo sephardim viene de la palabra hebrea para Hispania - España: Sepharad), y otras partes del Mediterráneo y de Europa. Lo notable entonces es que hoy se aplique el vocablo “antisemitismo” para describir toda (6) Nombre hebreo de Alemania, también utilizado para describir a Armenia y el Monte Ararat – (Génesis 10,3., I Crónicas 1,6 / Jeremías 51,27) 8 oposición a los judíos, cuando la mayoría de ellos – y desde luego su alta dirigencia – ni siquiera tienen sangre “semita”, por cuanto descienden de los mayormente “arios” kázaros euroasiáticos.(7) Como indicio de la candente actualidad del tema de los orígenes reales de los judíos, lo que tiene fundamental impacto sobre la justificación que tiene el sionismo para reclamar el territorio en el que hoy se asienta el Estado de Israel, trascribimos nuestra traducción de tramos de un notable artículo recientemente aparecido en el diario israelí Ha’aretz(8) que rescata las investigaciones del historiador Shlomo Zand publicadas en un libro (9) en el que asevera que el pueblo judío es “un invento”, ya que “nunca hubo un pueblo judío, sino únicamente una religión judía, y el exilio jamás ocurrió, de manera que no pudo haber un regreso. Zand rechaza la mayoría de las historias utilizadas para la conformación de la identidad nacional contenidas en la Biblia…indicando que se trata de ficciones y mitos que sirvieron como excusa para el establecimiento del Estado de Israel.” Luego agrega Zand que “los primero judíos provenientes de Ashkenaz (Alemania) no se originaron en la Tierra de Israel y no llegaron a Europa Oriental desde Alemania, sino que se convirtieron al judaísmo bajo el Reino de los Kázaros en el Cáucaso. Zand explica cuáles son los orígenes de la cultura yiddish: no se trata de algo importado de Alemania sino que es resultado de la conexión de los descendientes de los kuzari y los alemanes quienes viajaron hacia el Este, algunos de ellos como mercaderes. Correspondientemente, concluimos que los miembros de un conjunto variado de pueblos y razas rubias y negras, marrones y amarillas se convirtieron al judaísmo en grandes números. Según Zand, la necesidad sionista de inventar para ellos un origen étnico compartido y una continuidad histórica generó una larga serie de inventos y ficciones, junto con la invocación de tesis racistas. Algunas fueron inventadas por las mentes de quienes concibieron el movimiento sionista, mientras que otras fueron ofrecidas como resultado de investigaciones genéticas realizadas en Israel.” ¿Estamos entonces ante una enorme falsificación de la historia por parte del movimiento universal sionista que ha sido utilizada como una de las armas para fundar y mantener con altísima violencia al Estado de Israel? Este creciente cuestionamiento al derecho de los sionistas sobre el territorio palestino pareciera explicar la también creciente vehemencia y violencia intelectual con la que atacan a todos sus críticos, aplicándoles el sambenito de “antisemita”. Combatiendo al “antisemitismo” Sirvan estos datos y comentarios iniciales para poder mejor comprender ciertos hechos relacionadas con la especie de cruzada de lucha mundial contra el “antisemitismo” lanzada recientemente por los Estados Unidos. Efectivamente, el 16 de octubre de 2004, el presidente George W. Bush sancionó una ley denominada Ley de Revisión del Antisemitismo Global (Global Anti-Semitism Review Act of 2004), mediante la cuál se creó un área especial dentro del Departamento de Estado (la cancillería estadounidense), que tiene como misión monitorear el "antisemitismo" en todo el mundo. (10) Como medida fundamental en la implementación de dicha Ley, el 22 de mayo de 2006 la secretaria de Estado Condoleeza Rice nombró a Gregg Rickman como “Enviado especial en el Depto. de Estado para monitorear y combatir el antisemitismo” en todo el mundo. La tarea del Sr. Rickman en su nueva función de gendarme mundial del pensamiento, se vio facilitada por el hecho de que ni siquiera necesita definir qué es el “antisemitismo”, toda vez que el propio Departamento de Estado admite no saberlo con precisión; no que ello les preocupe demasiado. El 8 de febrero de 2007, el Depto. de Estado emitió una “Working Definition of Anti-semitism” (o sea, una “definición provisoria del antisemitismo”), aclarando que "en su informe del 2004 sobre antisemitismo, el Centro Europeo para Monitorear el Racismo y Xenofobia (EUMC - European Monitoring Center on Racism and Xenophobia) señaló la falta de una definición común del antisemitismo y consecuentemente trató de armar una. Como resultado de ello, un pequeño conjunto de ONG's redactó una definición provisoria.....(que) (7) Koestler, Arthur - The Thirteenth Tribe: The Khazar Empire and its Heritage” – Picador Books, Londres 1977 (8) Artículo An Invention called “The Jewish people” (un invento llamado “el pueblo judío”) por el investigador Tom Segev en Ha’aretz, 28 de febrero de 2008 - – www.haaretz.com/hasen/spages/959229.html (9) Zand, Schlomo - profesor de la Universidad de Tel Aviv – “When and How was the Jewish People Invented” – Resling, Tel Aviv, 2007, en idioma hebreo. (10) 08-Oct-04, 108th Congress of the United States, 2nd Session, S.2292 9 consideramos brinda una guía inicial con la que el antisemitismo puede eventualmente ser definido y combatido y, por ende, presentamos esta "definición provisoria" como punto de partida en la lucha contra el antisemitismo". De manera que Estados Unidos, firmemente avalado por las organizaciones sionistas mundiales, pretende llevar a cabo una “lucha global contra el antisemitismo”, sin siquiera saber cómo definirlo con alguna precisión. Incluso, en una nota al pie en dicha declaración oficial, el Depto. de Estado aclara que "el hecho de que trascribamos la "definición provisoria" del EUMC sobre el antisemitismo no debe interpretarse como que aceptemos dicha definición" (sic!). Veamos qué dice esa “definición provisoria” que no hace más que agregar a la confusión programada con la que el sionismo aborda este tema: "El antisemitismo es una cierta percepción sobre los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Toda manifestación retórica y física de antisemitismo dirigida contra individuos judíos y no-judíos y/o sus bienes, hacia instituciones comunitarias judías e instalaciones religiosas":(11). Luminoso. A renglón seguido, la cancillería norteamericana describe una serie de creencias y opiniones que, según ella, conforman "antisemitismo" y que, por ende, deben ser anatemizadas y combatidas a nivel planetario, pero que en el marco de nuestro análisis no hacen más que agregar a la confusión y profundizar la irracionalidad reinante en torno al concepto de “antisemitismo”. Seguimos leyendo en el sitio oficial del Departamento de Estado www.state.gov, lo siguiente: “Ejemplos contemporáneos de antisemitismo en la vida pública, los medios, las escuelas, el trabajo y en la esfera religiosa podrían – tomando en cuenta el contexto general – incluir pero sin limitarse a, los siguientes ejemplos: Hacer comentarios mendaces, inhumanos, satanizados o estereotipados sobre los judíos, alegando que los judíos individualmente o a través de su poder colectivo conforman una conspiración mundial judía, o que los judíos controlan los medios de difusión, la economía, el gobierno u otras instituciones sociales; (12) Acusar a los judíos como pueblo de ser responsables por los crímenes reales o imaginados cometidos por algún individuo o grupo judío, o por incluso por actos cometidos por no-judíos; Negar el hecho, los alcances, el mecanismo (o sea, las cámaras de gas), o la intencionalidad genocida contra el pueblo judío a manos de la Alemania nacionalsocialista y sus acólitos y cómplices durante la segunda guerra mundial (o sea, el Holocausto); Acusar a los judíos como pueblo, o a Israel como Estado, de inventar o exagerar el Holocausto; Acusar a ciudadanos judíos de ser más leales hacia el Estado de Israel, o más leales hacia las supuestas prioridades mundiales de los judíos, por encima de los intereses de sus propias naciones; Algunos ejemplos de las formas en que se manifiesta el antisemitismo respecto del Estado de Israel tomando en cuenta el contexto general podrían incluir: Negar al pueblo judío el derecho a la autodeterminación (por ej., manifestando que la existencia del Estado de Israel conforma un proyecto racista); Comparar a las políticas actuales israelíes con las de los nazis; Considerar a los judíos responsables en forma colectiva por las acciones del Estado de Israel” (13) Lo notable de estas políticas oficiales estadounidenses, radica en el hecho de que buena parte de esta ley está orientada a proteger y a dar una suerte de “cheque en blanco”, ya no a una etnia, sino a una determinada potencia extranjera: el Estado de Israel. (11)Anti-[S]emitism is a certain perception of Jews, which may be expressed as hatred toward Jews. Rhetorical and physical manifestations of anti[-S]emitism are directed toward Jewish or non-Jewish individuals and/or their property, toward Jewish community institutions and religious facilities." http://www.state.gov/g/drl/rls/56589.htm (12)Según esta definición, el ex-presidente Jimmy Carter, el geopolítico y ex-asesor de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski, el ex-investigador estadounidense en la comisión de la ONU que buscó pero no halló las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak Scott Ritter; el investigador israelí Israel Shamir; el investigador judío estadounidense Norman Finkelstein, y altos miembros de las facultades de Ciencias Políticas de Harvard y Chicago, entre muchos otros individuos e instituciones, deberán considerarse como "antisemíticas". Queda claro que al confundir categorías religiosas, políticas y étnicas, se abre el camino a una peligrosa dictadura del pensamiento so pretexto que toda crítica al accionar políticomilitar del Estado de Israel o al accionar político-económico de las entidades y lobbies sionistas en todo el mundo podrá acallarse al considerarlo como una acto “contra los judíos” como religión o etnia, lo cual es una falsificación absoluta y una tergiversación de la realidad. (13) www.state.gov/g/drl/rls/56589.htm - Fact Sheet - Office to Monitor and Combat Anti-Semitism, February 8, 2007 10 Ello no sorprende cuando se profundiza el análisis de las estructuras de poder que hoy rigen en los Estados Unidos y sus principales aliados. El autor del presente ha escrito un amplio análisis histórico y político respecto de la influencia que detenta una nutrida red de poder privado que desde hace casi un siglo pareciera haber copado los resortes del poder real en los Estados Unidos. Esta red de poder es de amplias características pluri-étnicas y se describe en forma detallada en la obra “El cerebro del mundo: la cara oculta de la globalización”.(14) Más específicamente y como consecuencia de la política exterior del gobierno de Bush – en especial la “guerra contra el terrorismo global”, las invasiones de Afganistán e Irak, y el apoyo sistemático e irrestricto al Estado de Israel –, ha surgido en medios académicos de máximo nivel en Estados Unidos un creciente debate sobre lo que algunos describen como el “copamiento” o “secuestro” de ejes clave de la política exterior de ese país por parte de un conjunto de poderosas organizaciones privadas que priorizan los objetivos e intereses de una determinada ideología – la sionista – y de una potencia extranjera – el Estado de Israel. Estas políticas estadounidenses que pretenden monitorear y combatir el “antisemitismo”, sin embargo, evitan sistemáticamente considerar cuáles podrían ser la causas que generan aquello que la Ley de Revisión del Antisemitismo Global señala como “actos de antisemitismo en países de todo el mundo, incluyendo a algunas de las más fuertes democracias (que han) aumentado significativamente en frecuencia y amplitud en los últimos años”. Según este criterio, el “antisemitismo” surgiría espontáneamente como una patología psicológica que afecta a prácticamente todos los pueblos, a lo largo de siglos y milenios y en las más variadas geografías del mundo. En un importante informe publicado por la facultad John F Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, su decano Stephen Walt y el profesor John Mearsheimer a cargo de la cátedra de ciencias políticas de la Universidad de Chicago, analizan con rigor y objetividad la influencia del así-llamado “lobby israelí” no sólo sobre la política exterior del gobierno de Bush sino, históricamente, desde hace ya varias décadas. Walt y Mearsheimer llegan a un conjunto de conclusiones que parecieran demostrar que organizaciones pro-sionistas y pro-Israel como AIPAC – American Israeli Public Affairs Committee – habrían logrado “torcer ejes fundamentales de la política exterior de Estados Unidos para que priorice el interés nacional del Estado de Israel por encima del interés nacional de los propios Estados Unidos de Norte América”. Este paper de Harvard publicado en marzo 2006, fue luego ampliado a una extenso libro(15) generando un muy saludable debate en altos círculos académicos y políticos en la superpotencia del norte, hoy inmersa en una crisis sin precedentes en su política exterior debido a los gravísimos errores políticos, militares y económicos cometidos por sus máximos dirigentes. Con el fin de facilitar la lectura del presente informe, incluimos en el “Anexo I” una descripción de algunos de los ejes principales esgrimidos en el informe Walt/Mearsheimer quienes, como era previsible, hoy son ruidosamente acusados de “antisemitas” por los grandes medios de prensa casi exclusivamente pro-israelíes de Estados Unidos. Sin embargo, cabe destacar que figuras de altísimo prestigio como el ex-presidente Jimmy Carter y el geopolítico y ex-asesor de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski no solo salieron en defensa de Walt y Mearsheimer, sino que han declarado abiertamente que hoy resulta importante para Estados Unidos que se abra un amplio debate público sobre lo que muchos analistas consideran conforma una indebida ingerencia de los lobbies pro-Israel dentro del gobierno de ese país. Como era de prever, también a Carter y Brzezinski el amarillismo periodístico les colocó el sambenito de “antisemitas”. Otros intelectuales como Samuel Huntington, aunque no suscriben explícitamente las tesis de Walt y Mearsheimer, sin embargo señalan que resulta peligroso pretender acallar opiniones sobre temas políticos utilizando técnicas como las que se describen en el presente informe. (14) Ver del autor, “El cerebro del mundo: la cara oculta de la globalización”, Ediciones del Copista, 4ta. Edición, Córdoba, Argentina, 2003, 472 páginas. (15) Mearsheimer, John J – Walt, Stephen M. – “The Israel Lobby and US Foreign Policy” – Farrar, Straus and Giroux, New York, 2007 11 ¿Qué es entonces el “antisemitismo”? Estas notables definiciones del “antisemitismo”, únicamente aplicable a los judíos, que hoy hace el gobierno estadounidense obligan a tratar de identificar de dónde surge esa animosidad universal contra una comunidad numéricamente tan pequeña. Y, como vemos, tan universal y ubicua es esa animosidad “antisemita” que la superpotencia estadounidense ha creído necesario legislar a nivel mundial para monitorearla y combatirla. Aclaremos, en primer lugar, que si bien las persecuciones contra los judíos tuvieron una base religiosa en siglos pasados, ya hoy no puede decirse que el “antisemitismo” se refiera al ámbito de lo religioso, al menos no en Occidente y, desde luego, tampoco en nuestro continente, dónde felizmente la discriminación religiosa ha mermado casi por completo. En rigor de verdad, la verdadera y agresiva discriminación religiosa que hoy existe en Occidente no va dirigida contra el judaísmo, sino principalmente contra la religión islámica. Particularmente, desde los eventos del 11 de septiembre 2001, cuando Estados Unidos y sus aliados lanzaron su “guerra contra el terrorismo fundamentalista islámico”, entre cuyas armas observamos un amplio proceso de guerra psicológica que busca estereotipar y satanizar al Islam como religión, y a todos los pueblos árabes musulmanes de Medio Oriente. Otro factor importante es el hecho de que hoy en día la religión judía no genera animosidades entre las comunidades modernas, por la sencilla razón de que se trata de una religión no-evangelizadora y no-militante. Mucho más intrusivas – y por ende “molestas” y fastidiosas para mucha gente – son, por ejemplo, algunas de las confesiones y sectas cristianas pentecostales y evangelistas militantes, que procuran ganar adherentes, a menudo con un estilo vulgar a través de la televisión, la radio e incluso casa por casa. De manera que decir que el “antisemitismo” es un delirio persecutorio contra la religión judía, tampoco resiste un análisis serio, amen de que en todos los países del mundo lamentablemente hoy exista una multitud de actos criminales y delictivos – todos condenables por cierto – que incluyen la profanación de cementerios, las agresiones personales y actos vandálicos de todo tipo perpetrados por inadaptados y criminales contra amplios sectores de ciudadanos de todas las religiones, razas, etnias y clases sociales. Este triste fenómeno no solo afecta a las comunidades judías, sino que la creciente violencia en nuestras ciudades es un fenómeno mundial que afecta a todos los ciudadanos, y es alimentado por un complejo conjunto de factores que abarcan desde las adversas condiciones sociales reinantes hasta la instigación a la violencia, la inmoralidad y las perversiones de todo tipo instigados por los medios de difusión masiva, a menudo con la excusa de “entretener” al pueblo (16). Lo que hoy se denomina “antisemitismo” ya Herzl lo había descripto como “la cuestión judía”, muy en boga en la Europa del siglo XIX cuando Herzl lanzara el movimiento sionista universal. En “El Estado Judío”, Herzl señala que “la cuestión judía existe en todo lugar dónde vivan judíos en cantidades perceptibles. En los lugares en que la cuestión judía no existe, es portada por los judíos en el curso de sus migraciones. Esto es así en cada país y lo seguirá siendo, aún en aquellas naciones altamente civilizadas – por ejemplo, en Francia – hasta que a la cuestión judía se le halle una situación de bases políticas. Los desafortunados judíos están llevando actualmente las semillas del antisemitismo a Inglaterra; y ya las han introducido en América” (17) Por su parte, el sociólogo judío francés Bernard Lazare escribiendo también a fines del siglo XIX decía,“en todos los lugares en los cuales los judíos… se han establecido, en todos ellos se ha desarrollado el antisemitismo, o más bien el anti-judaísmo, pues antisemitismo es una palabra mal elegida, que sólo ha tenido razón de ser en nuestro tiempo, cuando se ha querido ampliar la lucha del judío y de los pueblos cristianos y darle una (16) Indudablemente, sería muy saludable y sano para todos los pueblos del mundo que se realizara una investigación a fondo sobre quienes son los que desde “el mundo del entretenimiento” promueven y financian esta suerte de condicionamiento psicológico masivo hacia crecientes cuotas de violencia y perversión desde centros industriales “del entretenimiento” como Hollywood, Nueva York, y también entre nuestros multimedios locales. (17) Herzl, The Jewish State, Nueva York, Doubleday, 1988 12 filosofía al mismo tiempo que una razón más metafísica que material. Si la hostilidad y hasta repugnancia sólo se hubieran manifestado con respecto a los judíos en una época y en un país sería fácil desentrañar las causas limitadas de estas cóleras; pero por el contrario, la raza judía ha sido objeto del odio de todos los pueblos en medio de los cuales se ha establecido. Ya que los enemigos de los judíos pertenecían a las razas más diversas, vivían en países muy apartados los unos de los otros, estaban regidos por leyes diferentes y gobernados por principios opuestos, no tenían ni el mismo modo de vivir ni las mismas costumbres y estaban animados por espíritus disímiles que no les permitían juzgar de igual modo todas las cosas, es necesario, por lo tanto, que las causas generales del antisemitismo siempre han existido en el mismo Israel y no en quienes lo han combatido.”(18) Efectivamente, un rápido repaso histórico consigna un mismo patrón de segregación, persecución y expulsión de las comunidades judías en a través del tiempo y la geografías planetaria: en la antigüedad, en Babilonia, Egipto, Judea e Israel (a manos de los romanos); en la Edad Media, hubo expulsiones en las islas británicas en el siglo XIII, en España y Portugal en el siglo XV; en épocas más recientes se produjeron persecuciones en Francia, Rumania, Rusia, Hungría, Serbia, Ucrania, Polonia, Alemania, y Austria a lo largo de los siglos XIX y XX, y en la actualidad son combatidos por los países islámicos en Medio y Lejano Oriente. Paralelamente y con mucha menor intensidad, también ha habido episodios dolorosos de rechazo y conflicto en países de América como Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, México, y Perú; algo notable en Latinoamérica que ha sabido acoger a todas las razas del mundo con un alto grado de libertad y tolerancia. Este fenómeno casi universal de rechazo a los judíos, está explícita reconocido por la legislación contra el “antisemitismo” sancionada por EEUU, lo que obliga a plantear una pregunta – obvia e incómoda – que es sistemáticamente ignorada por quienes propagan la falacia confusionista del “antisemitismo”: ¿Es razonable suponer que, a través de siglos y milenios, todos los pueblos que han tenido contacto con el pueblo judío sufran de alguna suerte de patología psicológica – denominada “antisemitismo” – que los lleva a rechazar e incluso expulsar violenta e irracionalmente a los judíos de su seno? Semejante aseveración pareciera unilateral e incompleta, pues no evalúa la alternativa – bastante más verosímil, por cierto – de que puedan existir patrones de comportamiento social entre ciertos sectores de las comunidades judías que generan tal rechazo. Insistimos: la pregunta es odiosa pero hace a la esencia misma del problema ya que su planteo permitiría empezar a desentrañar cuáles serían las verdaderas causas del así-llamado “antisemitismo” que tanto preocupa al gobierno estadounidense y a las organizaciones sionistas mundiales. Tal pregunta, que tiene algo del enigma de “si vino primero el huevo o la gallina”, pareciera tener tan sólo dos respuestas posibles: 1. Todos los pueblos del mundo que han convivido con los judíos a través de la historia, y aún hoy, son culpables y psicológicamente enfermos al tiempo que los judíos son sus victimas inocentes, o 2. Existen ciertos patrones de comportamiento propios de cierta cultura, idiosincrasia y tradiciones judías que, tarde o temprano, generan resistencia y rechazo entre las sociedades en las que esas comunidades judías procuran insertarse. Conclusión: Si lo primero es correcto, entonces el “antisemitismo” es una enfermedad que afecta a toda la humanidad, salvo los judíos; Si lo segundo es correcto, entonces el “antisemitismo” surge como reacción ante el comportamiento asocial de ciertos sectores judíos, especialmente sus dirigencias. He ahí la pregunta… (18) Bernard Lazare, “El Antisemitismo. Su Historia y sus Causas”, escrito en 1894 - Ediciones La Bastilla, Buenos Aires, 1974. Páginas 11 y 12): 13 El Estado de Israel Según muchas organizaciones sionistas, y sus voceros y simpatizantes en los multimedios y otros círculos, el “antisemitismo” se habría mutado manifestándose hoy a través de la crítica a las políticas internas y externas del Estado de Israel. Claramente, este concepto reviste alta peligrosidad pues si la acusación de “antisemita” sirve como arma silenciadora, descalificadora y de censura de las opiniones e ideas de un amplio sector de la comunidad, entonces estaríamos ante una situación altamente nociva pues se estaría haciendo crecientemente difícil, y profesionalmente riesgoso, realizar análisis, diagnósticos y criticas objetivas de la geopolítica del Estado de Israel. De esta manera, Israel adquiere una condición de privilegio ante otros Estados, lo que es conceptual y políticamente grave, dado que se trata de una Nación en permanente guerra con sus vecinos, que también ha logrado influir en forma indirecta pero riesgosa, sobre la política exterior de la República Argentina. Efectivamente, en torno al episodio de la voladura de la sede de la AMIA-DAIA en julio de 1994, a fines de 2006 el gobierno argentino acusó sorpresivamente a un ex-presidente iraní y siete de sus ministros de haber sido responsables de ese atentado terrorista, en base a “inteligencia” provista por los servicios secretos de Estados Unidos e Israel. Los orígenes de esa denuncia del gobierno Kirchner son muy dudosas y poco claros, por lo que en noviembre de 2006 el autor del presente cursó una “Carta Abierta” al entonces presidente Néstor Kichner solicitándole aclare cuáles son las razones y los compromisos asumidos por su gobierno con las organizaciones sionistas internacionales. En el Anexo III incluimos el texto de dicha Carta, que jamás fue contestada... Según esta lógica perversa, hoy se puede criticar – incluso vehementemente – las políticas de naciones como Estados Unidos, Gran Bretaña o Argentina, sin que ello implique una condena a sus pueblos – ni mucho menos a sus creencias religiosas. Pero no se puede criticar a Israel políticamente, porque ello significa cometer “antisemitismo” según se lo describe vagamente como discriminación o persecución de los judíos como etnia y religión. En rigor de verdad, sostenemos que rara vez los pueblos son “enemigos” entre sí. Usualmente, son sus dirigencias las que operan de manera adversarial hacia determinados grupos, pueblos, naciones, ideologías e individuos. Cuanto más poderosas son esas dirigencias, mayores cuotas de violencia política, psicológica y física pueden esgrimir contra sus adversarios. El núcleo de este pensamiento, entonces, pretende equiparar al sionismo y al Estado de Israel, con toda la comunidad judía mundial: una falacia perversa por cuanto el sionismo y el Estado de Israel son construcciones ideológica y política respectivamente, mientras que pueblo judío conforma una etnia de presencia global que, con distintos grados de intensidad, practica la religión judía. No todos sus miembros se identifican con los intereses y lineamientos ideológicos del sionismo y de Israel. Sería tan absurdo presuponer que la etnia judía se alinee 100% detrás de una ideología política y un Estado determinado, como sería absurdo presuponer que quienes no pertenecen a esa etnia sean todos contrarios a dicha ideología sionista y al Estado israelí. En consecuencia, podemos concluir que no todo judío es sionista y no todo sionista es judío. Para ampliar detalles sobre esta problemática íntimamente ligada a la ideología sionista, incorporamos como “Anexo II” al presente informe el texto del Capítulo VI de la obra del autor “Bienvenidos a la jungla: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial”(19). La República Argentina - verdadero crisol étnico - tiene una pequeña comunidad judía del orden de los 200.000 habitantes según fuentes oficiales judías(20), que convive pacíficamente con las demás (19) Salbuchi – “Bienvenidos a la jungla: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial” – Editorial Anábasis, Córdoba, 2005. (20) Según el sitio en Internet del Museum of the Jewish People (www.bh.org.il - Beth Hatefutsoth / The Nahum Goldman Meseum of the Jewish Diaspora), se indican las siguientes cifras: La población judía mundial es de 13.295.200 almas, lo que representa el 0,2% de la población mundial de 6.500.000.000). La población judía en la Argentina es de 198.000 almas, lo que representa el 0,5% de la población nacional de 39.000.000. 14 comunidades – sean mayoritarias como la española e italiana, o minoritarias como la de los alemanes, sirio-libaneses, armenios, chinos, ingleses, chilenos, peruanos, paraguayos, bolivianos, húngaros, coreanos, escandinavos, galeses, árabes, y muchas otras. Todos juntos conformamos un único Pueblo – el argentino –, lo que no impide que cada argentino tenga la capacidad y el derecho de criticar – ¡muy justificadamente por cierto! – a nuestros circunstanciales gobernantes, sin por ello arriesgar que se nos acuse de “anti-argentinismo” o, peor aún, de “anti-catolicismo” por ser la Argentina una Nación católica, al menos en sus orígenes(21). Esto es particularmente grave por cuanto Israel se encuentra en estado de guerra permanente desde su fundación forzada en 1948. Su creación fue realizada a costa de los palestinos cuya matanza, expulsión hacia otros países musulmanas – notablemente el Líbano, Siria, Jordania y Egipto – y su posterior ocupación por las fuerzas armadas del Estado de Israel, al margen de conformar una cruel injusticia y flagrante violación del derecho internacional, mancha de vergüenza a toda la humanidad. La realidad es que el Estado de Israel fue forjado por la fuerza de las armas a través de operaciones terroristas, tanto contra las autoridades del gobierno británico entonces a cargo del Mandato de Palestina, como contra los propios pobladores palestinos. Aquellas operaciones armadas fueron organizadas y ejecutadas por organizaciones terroristas como el Irgun Zvai Leumi, el Grupo Stern y La Hagannah (luego integradas para conformar el núcleo de las Fuerzas de Defensa Israelí – o sea, su ejército nacional), y por líderes guerrilleros como Menahem Beguin e Isaac Shamir (luego elevados al rango de primer ministros israelíes). El “holocausto” Resulta también necesario aclarar que si el “antisemitismo” es una de las herramientas en esta suerte de “terrorismo intelectual” esgrimido por el sionismo, entonces la otra es lo que el escritor e investigador judío-norteamericano Norman Finkelstein denomina “La Industria del Holocausto”(22) debido, según él, a la manera vergonzosa como las dirigencias sionistas y el Estado de Israel lo utilizan como instrumento para captar apoyo entre la opinión pública mundial. Este uso ilegítimo Finkelstein lo denomina “la explotación del sufrimiento judío”, palabras textuales del subtítulo de su obra. A su vez, ssegún el Departamento de Educación Sionista de la organización israelí The Jewish Agency for Israel (www.jafi.org.il), la población mundial judía en 2002 era de 13.296.000 personas, de las cuales el 37,8% (5.025.000) vive en el Estado de Israel y el 62,2% restante (8.271.100 personas) viven en la Diáspora en decenas de países de todo el mundo. De esta población total en la Diáspora, 5.700.000 viven en los Estados Unidos (lo que representa aproximadamente el 2% de la población estadounidense de casi 300 millones de personas); una cifra apreciable reside en Europa y el 2,7% del total – 369.800 personas – viven en Sud América. Estas cifras oficiales también indican que en la República Argentina viven 195.000 judíos (de los cuales 175.000 residen en la ciudad de Buenos Aires). http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Judaism/jewpop.html (21) Cabe señalar un elemento fundamental en este debate, que es el de la necesidad de hacer prevalecer el sentido común y autocontrol. En temas relacionados con discriminaciones y “anti” esto o aquello, debe haber límites lógicos y sensatos fijados por el buen sentido común y autocontrol de todas las personas. Cada uno de nosotros se puede sentir, en alguno u otro rubro o campo, como una “minoría”, sea por sus orígenes sociales, posición económica, alineamiento ideológico, o contextura física. Ello no significa, sin embargo, que tengamos el derecho a saltar como “leche hervida” cada vez que algo no nos complace, descalificando a quienes opinan distinto a nosotros acusándolos de ser “anti”…lo que fuera! A modo de ejemplo, a nadie sorprenderá saber que el autor del presente ensayo es nieto de italianos por parte de padre y madre. Sería ridículo, sin embargo, que armara una batahola dado que cada tanto los canales de televisión locales e internacionales proyectan ese magnífico tríptico cinematográfico que es “El Padrino” de Mario Puzzio, con los talentosos actores Al Pacino, Marlon Brando y Robert De Niro, aduciendo que en las mismas “se estereotipa a todos los italianos como asesinos, mafiosos, mentiros y violentos” con lo que “me siento herido, ofendido y afectado” por semejante “campaña de anti-italianismo” propagada desde la televisión. Cualquiera que oyera decir semejante estupidez seguramente haría callar rápidamente al tonto (o pícaro) que la propalara… (22) Finkelstein, Norman - profesor de teoría política en la City University of New York, Hunter College, “The Holocaust Industry: Reflections on the Exploitation of Jewish Suffering” (Nueva York, 2000) – Publicado también en castellano bajo el título “La industria del Holocausto: reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío” (Siglo Veintiuno de Argentina Editores, Buenos Aires, 2002). 15 Ese apoyo luego se concreta en enorme asistencia económica, política, financiera, diplomática y militar, especialmente del gobierno de Estados Unidos y de las organizaciones pro-Israel – tanto judías como no-judías – de todo el mundo. Nadie duda que el así denominado “holocausto judío” conforma una de las grandes y terribles persecuciones y matanzas del siglo XX, pero no fue ni la única ni la mayor. Cabe recordar asesinatos masivos como el genocidio armenio a manos de los turcos entre los años 1915 y 1917; la destrucción de 3.000.000 de campesinos kulaks por los comisarios políticos soviéticos de José Stalin; los 5.000.000 de camboyanos masacrados por el terrorismo de Estado de Pol Pot y el Khmer Rouge en Camboya entre 1975 y 1979; los 2.000.000 de vietnamitas muertos durante las invasiones de EEUU y China, y los bombardeos norteamericanos entre 1961 y 1975; el millón de civiles muertos en 1945 por los bombardeos norteamericanos sobre las ciudades abiertas de Dresde, Hiroshima y Nagasaki (éstas dos últimas con bombas atómicas); y los 40.000.000 de muertos que se estima costó la revolución comunista china llevada a cabo por Mao Tse-Tung entre 1945 y 1949. De entre todo este salvajismo monstruoso que en el siglo XX se estima le costó la vida de más de 100 millones de personas de todas las nacionalidades, resulta evidente sin embargo que el así llamado “holocausto” judío tiene una cobertura periodística gigantesca – notas, documentales, películas, dramatizaciones - y hoy, incluso, se lo impone como materia obligatoria en los planes de estudio oficiales primarios y secundarios en Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania, entre otras naciones. Así, el “holocausto” judío pareciera ser el único genocidio que cuenta con una suerte de marca registrada que lo separa de otras matanzas en masa, facilitando así su propagación urbi et orbi, al dársele un carácter sagrado, teológico y único. Los crecientes llamados para que se investigue la dimensión real del “holocausto” judío con mayor rigor histórico se deben a que el mismo ha sido utilizado como sustento ideológico de la geopolítica del Estado de Israel. Efectivamente, las imágenes del sufrimiento de los judíos europeos entre 1933 y 1945 a manos del nacionalsocialismo alemán, que han sido sistemáticamente grabadas a fuego en el imaginario colectivo de todo el mundo, conforman el poderoso argumentó máximo con el que se ha pretendido justificar la manera como se creó el Estado de Israel en 1948, y la manera como ese Estado y sus dirigencias se comportan hasta nuestros días. Claramente, si una investigación seria y equilibrada – aún pendiente de realización – llegara a concluir que dicho “holocausto” no fue ni de las características ni de la dimensión que el mito o la “industria del Holocausto” – según palabras de Finkelstein – le atribuyen, entonces amplios sectores de la opinión pública mundial concluirán que el Estado de Israel no se debiera haber fundado de la manera como lo fue: a través de la conquista militar, el terrorismo, el robo de territorios ajenos y la expulsión violenta de sus tierras de millones de palestinos hasta nuestros días. Así comienzan a ser entendibles las poderosas razones políticas que obligan al sionismo a mantener permanentemente avivada la memoria de aquellas terribles imágenes de persecución de los judíos europeos, y del “antisemitismo” que supuestamente la causara. Hasta hoy, sin embargo, nadie acierta a explicar un hecho absolutamente simple e insólito: si la Alemania de Hitler fue responsable por el genocidio judío, ¿por qué han debido pagar esas culpas alemanas los palestinos, entregando su sangre y su territorio a los sionistas? Claramente, los palestinos jamás tuvieron nada que ver con Hitler y el nacionalsocialismo alemán. Si realmente se deseara hacer justicia internacional, entonces ¿porqué no re-fundar un Estado sionista independiente en alguna porción de territorio alemán cedida a tal efecto, al tiempo que se devuelve Palestina a los palestinos? Innegablemente, ello conduciría a una rápida pacificación de todo Medio Oriente, amen de representar una reparación histórica justa y sensata, y de ser un paso concreto hacia la paz mundial. Conclusión: si quedara evidenciado que la realidad del “holocausto” y del “antisemitismo” no concuerdan con lo que las dirigencias sionistas e israelíes pretenden hacernos creer, entonces el Estado de Israel jamás debiera haber sido fundado de la manera como lo fue ni la comunidad internacional debiera tolerar su comportamiento actual. 16 Conclusiones Hemos pretendido describir el marco conceptual que permite comprender las razones por las que al “antisemitismo” se lo utiliza como una herramienta o arma dentro de las estrategias amplias y de alcances planetarios orientadas a promover y consolidar los objetivos, intereses y el poder de determinadas organizaciones políticas y Estados extranjeros. Visto desde esta óptica, se entiende porqué la acusación de “antisemitismo” es utilizada para acallar, censurar y descalificar a quienes pretenden criticar u oponerse a ese conjunto de objetivos e intereses señalados. Los individuos y las organizaciones que promueven tales intereses y objetivos suelen estar íntimamente ligados a las organizaciones sionistas mundiales – varias de las cuales operan en la República Argentina –, y a potencias extranjeras, notablemente el Estado de Israel y Estados Unidos. Bibliografía Carter, Jimmy – Palestine: Peace or Apartheid? Simon & Schuster, Nueva York, 2006 Dunlop, Douglas Morton – Profesor de Historia de Medio Oriente, Columbia University, “The History of the Jewish Khazars” (1954, Princeton Uiversity Pres.) Finkelstein, Norman – profesor de teoría política en la City University of New York, Hunter College, “The Holocaust Industry: Reflections on the Exploitation of Jewish Suffering” (Nueva York, 2000) – Hay versión en castellano: “La industria del Holocausto: reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío” (Siglo Veintiuno de Argentina Editores, Buenos Aires, 2002). Herzl, Theodor, “The Jewish State” – Doubleday, Nueva York, 1988 Koestler, Arthur - The Thirteenth Tribe: The Khazar Empire and its Heritage” – Picador Books, Londres 1977 Lazare, Bernard - “El Antisemitismo. Su Historia y sus Causas”, Ediciones La Bastilla, Buenos Aires, 1974 Mearsheimer, John y Walt, Stephen – “The Israel Lobby and US Foreign Policy” - Farrar, Straus and Giroux, New York, 2007 Poliak, Abraham N – Catedrático de Historia del Medio Oriente, Universidad de Tel-Aviv – “The Khazar Conversion to Judaism” (1941, en el periódico hebreo “Zion”). Salbuchi, Adrian – “Bienvenidos a la jungla: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial” – Editorial Anábasis – Córdoba, 2005 Salbuchi, Adrian – “El cerebro del mundo: la cara oculta de la globalización” – Ediciones del Copista, 4ta edición, Córdoba, 2003. © Adrian Salbuchi, Buenos Aires, Marzo 2008 – 17 ANEXO I LA AMENAZA DE LOS "LOBBIES" SIONISTAS PRO-ISRAELÍES Originalmente publicado por el autor en la edición No. 45 (24-Abril-2007) del boletí5n “El Traductor Gráfico” – la actual versión ha sido actualizada. LA ESTRATEGIA DEL CABALLO DE TROYA En tiempos recientes, se ha abierto los Estados Unidos un intenso debate al más alto nivel académico y en elevados círculos políticos, acerca de la grave amenaza que representan las poderosas organizaciones de influencia, presión y choque pro-Israelíes y pro-Sionistas para los intereses de esa Nación. El debate se ha tornado particularmente intenso a raíz de la debacle de las guerras estadounidenses contra Irak y Afganistán; la correspondiente caída estrepitosa del prestigio y credibilidad de la política exterior de Estados Unidos ante el mundo; y la alta probabilidad de inminentes y mayores agresiones militares contra Irán y Siria, entre otros países del Medio Oriente. El debate sobre la excesiva influencia del sionismo y del Estado de Israel sobre los Estados Unidos incluye a universidades del prestigio de Harvard y Chicago; y a figuras políticas como el expresidente Jimmy Carter, su ex-asesor de seguridad nacional e ideólogo de la Trilateral Commission, Zbigniew Brzezinski, congresistas como Ron Paul, y el miembro estadounidense del equipo de la ONU que buscó las inexistentes armas de destrucción masiva de Saddam Hussein en Irak, Scott Ritter. Los grupos de presión o "lobbies" sionistas y pro-Israel trabajan a nivel internacional y conforman una nutrida red de organizaciones que operan principalmente en Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea, el propio Estado de Israel y, también, en algunos países de nuestra región, notablemente la República Argentina. El Traductor Gráfico considera que abordar con claridad este tema es un asunto de máxima importancia para la Argentina, toda vez que el actual gobierno Kirchner habría asumido compromisos secretos ante ocho de las más poderosas organizaciones sionistas proisraelíes, durante una reunión secreta mantenida con los máximos dirigentes de las mismas en la Ciudad de Nueva York el pasado 22 de septiembre, a la que asistieron la primera dama/ciudadana y senadora (Prov. Bs. As.) Cristina Fernández de Kirchner, el Canciller, Jorge Taiana, y el propio presidente Néstor Kirchner. Según el rabino Israel Singer, presidente de una de esas organizaciones sionistas - el Congreso Mundial Judío / World Jewish Congress - la subsiguiente e inmediata acusación pública realizada por los fiscales Nisman y Martinez Burgos, el juez Canicoba Corral y el propio gobierno Kirchner, contra altas figuras del gobierno iraní haciéndolos responsables de la voladura de la sede de la AMIA-DAIA en julio 1994, representa el "cumplimiento" por parte de los Kirchner del "compromiso asumido" durante esa reunión secreta. El pasado 16 de noviembre, el MSRA - Movimiento por la Segunda República Argentina emitió una "Carta Abierta" al presidente Kirchner solicitándole aclarara si, efectivamente, existió semejante "compromiso" de su parte obligando al Poder Judicial a lanzar tales acusaciones contra Irán en base a "inteligencia" provista por los servicios de espionaje de Israel y Estados Unidos (ver Comunicado de Prensa No. 11 del MSRA). Como era de esperar, el presidente jamás contestó... Hoy, como contribución al debate que urgentemente debemos iniciar en nuestro país sobre este complejo tema, El Traductor Gráfico hoy presenta algunos de los principales conceptos vertidos en un importantísimo y ampliamente documentado informe publicado hace poco más de un año por la Universidad de Harvard, que describe el excesivo poder que ejerce el sionismo sobre Estados Unidos. Invitamos muy especialmente a la comunidad judía residente en nuestro país, a que haga pública su opinión y ayude a esclarecer los graves hechos indicados en este informe de Harvard. A su vez, invitamos a todos nuestros lectores a evaluar este informe con una 18 mente abierta, pues si según indica el Informe Harvard, el sionismo ha logrado ejercer tanto poder sobre la mayor potencia del mundo como es Estados Unidos, entonces seguramente le resultará mucho más fácil ejercer similar o mayor poder y control sobre los asuntos públicos de la República Argentina. Tengamos presente que las tres principales organizaciones sionistas que operan en la Argentina AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), DAIA (Delegación de Asociaciones Israelíes Argentina) y OSA (Organización Sionista Argentina) - suelen alinearse sistemáticamente con el Estado de Israel y sus intereses, al tiempo que se integran dentro de una poderosa red planetaria de organizaciones sionistas. A modo de ejemplo, señalemos que en el sitio oficial de una de las organizaciones sionistas estadounidenses - el American Jewish Committee (AJC - www.ajc.org Organización Judía Estadounidense) - se describe a la AMIA como uno de sus "socios internacionales", aclarando en que "en Diciembre 1998 el American Jewish Committee y la AMIA se integraron en una relación cooperativa para promover los intereses de las comunidades judías de la Argentina y de Estados Unidos, como así también la del pueblo judío en general." Comentando este enlace entre la AJC y la AMIA, el director ejecutivo del AJC, David A Harris manifestó que "Estamos complacidos en haber formado una asociación con la AMIA, lo que nos permitirá trabajar aún más estrechamente con una de las comunidades judías más importantes del mundo. Somos dos organizaciones que mantienen una sustancial congruencia entre nuestras respectivas misiones y enfoques programáticos, y observamos con gran expectativa nuestros esfuerzos de colaboración y la contribución que podremos hacer al bienestar de nuestras respectivas jurisdicciones y para la judería mundial". Luego la AJC aclara que su misión incluye "Proteger el bienestar y la seguridad de los judíos en los Estados Unidos, en Israel y en todo el mundo.... profundizando los vínculos entre judíos estadounidenses e israelíes". En forma conceptualmente simétrica, entre los siete objetivos declarados de la AMIA (www.amia.org.ar), el tercero indica: "Profundizar el vínculo con Israel y los lazos con otras comunidades judías del mundo." Entre los cinco puntos la Misión de la DAIA (www.daia.org.ar), se indica, "La tarea de la DAIA es esencialmente política y educativa para lo cual lleva adelante su gestión interactuando con todos los poderes públicos y con todos los sectores de la sociedad argentina, como así también a través de las relaciones con otras comunidades y/o entes representativos judíos del mundo, enfatizando los vínculos con el Estado de Israel, ratificando su condición de centro espiritual de la vida judía." (el resaltado es nuestro). EL INFORME HARVARD Brindamos nuestra traducción de algunos conceptos sobresalientes del Informe Harvard. Comenzamos por su "ficha técnica": Universidad de Harvard - Facultad John F. Kennedy de Gobierno (John F Kennedy School of Government) Serie de Trabajos de Tareas de Investigación de la Facultad No. RWP06-011 - Marzo 2006 Disponible en inglés en http://ksgnotes1.harvard.edu/Research/wpaper.nsf/rwp/RWP06011) - 41 paginas más 40 páginas con notas y referencias Título: "The Israel Lobby and US Foreign Policy" (El Lobby Israelí y la política exterior de los Estados Unidos) Autores: John J. Mearsheimer (Director, Departamento de Ciencia Política, Universidad de Chicago) y Stephen M. Walt (Decano Administrativo, John F Kennedy School of Government, Universidad de Harvard) Al año siguiente de su publicación, este Informe fue ampliado por los autores en un libro de 484 paginas titulado “The Israel Lobby and US Foreign Policy” (Farrar, Straus and Giroux, Nueva York, 2007). Como indicio del alto nivel del debate en cuestión, estimamos importante traducir algunos conceptos extraídos del Prefacio a dicho libro (pags. vii a xii): 19 “Prefacio “En todos los asuntos, resulta saludable cada tanto colocar un signo de interrogación sobre aquello que hemos tomado como un hecho indiscutible” - Bertrand Russell En el otoño de 2002, The Atlantic Monthly nos invitó a escribir un artículo de fondo sobre el Lobby Israelí y sus efectos sobre la política exterior de EEUU. Nosotros aceptamos la comisión con algunas reservas, sabiendo que este es un tema controvertido y que cualquier artículo que investigue al Lobby, el apoyo de EEUU a favor de Israel, o las políticas israelíes en sí, seguramente provocarían duras reacciones. De todos modos, consideramos que este era un tema que no podía seguir siendo ignorado, especialmente a la luz de los ataques terroristas del 11 de septiembre y la inminente guerra contra Irak. Si el apoyo de EEUU a Israel conformaba una fuente significativa de sentimiento anti-estadounidense en Medio Oriente y una fuente de tensión con aliados estratégicos clave en materia de política exterior de EEUU en esta región vital, entonces era importante poder abordar este tema abiertamente promoviendo un debate público sobre las acciones y el impacto del Lobby…. Trabajamos en el articulo intermitentemente durante los siguientes dos años en estrecha colaboración con los editores del Atlantic, y en enero 2005 les enviamos un manuscrito conforme a nuestros acuerdos previos con ellos e incorporando casi todas sus sugerencias. Pocas semanas después, nos vimos sorprendidos cuando el editor nos informó que el Atlantic había decidido no publicar nuestro trabajo y que no estaba interesando en que tratáramos de revisarlo. Evaluamos entonces proponer el articulo a varias otras publicaciones, pero terminamos concluyendo que era improbable que lo publicaran, sea por su contenido o por su extensión. También consideramos la posibilidad de convertir el articulo en una libro, pero las reacciones a nuestras consultas iniciales no fueron lo suficientemente entusiastas como para convencernos de comprometer el tiempo y esfuerzo adicional en tal proyecto… Entonces en octubre 2005, un distinguido académico estadounidense nos contactó sugiriendo que consideráramos publicar el artículo en el London Review of Books…. Nuestras premisas eran muy directas: tras describir el nivel excepcional de apoyo material y diplomático que Estados Unidos brinda a Israel, argumentamos que dicho apoyo no puede ser explicado en su totalidad según premisas estratégicas o morales. En vez, ese apoyo se debió mayormente al poder político del Lobby Israelí, una coalición informal de individuos y grupos que procuran influir sobre la política exterior estadounidense, en formas que beneficien a Israel. Al margen de procurar que EEUU apoye a Israel en forma más o menos incondicional, grupos e individuos dentro del Lobby desempeñaron roles clave en conformar las políticas estadounidenses en torno al conflicto Israelí-Palestino, la malhadada invasión a Irak, y las confrontaciones actuales con Siria e Irán. Nosotros sugerimos que estas políticas no son favorables al interés nacional de EEUU, y que de hecho también dañaban los intereses a largo plazo de Israel…. La respuesta a este ensayo fue excepcional. Para Julio de 2006, el sitio en Internet de la Escuela Kennedy de Harvard (23) había registrado más de 275.000 descargas de nuestro trabajo inicial, y habíamos recibido varios pedidos de traducir y reimprimir dicho articulo. Como era de esperar, este ensayo generó una verdadera tormenta de críticas de grupos o individuos prominentes en el Lobby, y se nos denunció como antisemitas por la Anti-Defamation League(24) y por redactores de opinión en los diarios Jerusalem Post, New York Sun, Wall Street Journal y Washington Post. The New Republic le dedicó cuatro artículos individuales a atacar el nuestro, y varios críticos nos acusaron equívocamente de haber cometido numerosos errores históricos o fácticos…. Otro conjunto amplio de lectores – tanto judíos como gentiles – salieron a apoyar nuestro artículo. No coincidían con todos los argumentos que desarrollábamos, pero casi todos ellos coincidían con que este examen hacía tiempo que se había hecho necesario. Como era predecible, las reacciones fuera de los EEUU fueron generalmente favorables. Y también hubo respuestas positivas en el propio Israel. Evaluaciones respetuosas aparecieron en New York Times, Financial Times, New York Review of Books, Chicago Tribune, New York Observer, National Interest y Nation, y la controversia eventualmente tuvo cobertura (23) Sitio en Internet de la facultad de ciencias políticas John F Kennedy School of Government de la universidad de Harvard dónde también se publicó el artículo original. (Nota del traductor) (24) La así-llamada “Liga Anti-Difamación” de Nueva York, una suerte de organización de choque y ataque contra quienes critican al sionismo y al Estado de Israel, que pertenece a la logia masónica exclusivamente judía de la B-Nai B’Rith. (Nota del traductor) 20 prominente en un amplio conjunto de diarios, desde Ha’aretz en Israel al National Public Radio en los EEUU…. En el curso del año 2006, se hizo cada vez más evidente que el debate sobre las políticas en Medio Oriente de Israel y los Estados Unidos, realmente estaba cambiando, y que se había tornado más fácil discutir el rol del Lobby en la conformación de las políticas de EEUU. Esto no fue todo debido a nuestra tarea, por supuesto, ya que la toma de conciencia sobre las actividades e impacto del Lobby se vio aumentada a raíz de la guerra desastrosa que libró Israel en el Líbano en el verano de 2006, la continuada debacle en Irak, los ataques personales contra Jimmy Carter tras la publicación de su libro “Palestina: Paz en lugar de Apartheid”, la guerra caliente de palabras entre Estados Unidos e Irán, y los esfuerzos conspicuos pero fallidos de silenciar o ensuciar a otros críticos prominentes del Lobby. Una cantidad creciente de personas parecía tomar conciencia que este tema necesitaba manifestarse, y más personas estaban dispuestas a hablar sobre el mismo. Igualmente importante resultó ser que muchos individuos pensantes comenzaron a comprender que el American Israeli Public Affairs Committee y otros grupos duros dentro del Lobby – incluyendo ciertos cristianos sionistas muy vehementes – no representaban a la opinión predominante dentro de la comunidad judía en los Estados Unidos, o la de los EEUU en términos amplios. Surgió un creciente debate acerca de si las políticas por las que estos grupos abogan estaban a favor de los intereses de los Estados Unidos o de Israel. Como resultado de ello, algunos grupos pro-Israel comenzaron a hablar más abiertamente acerca de la necesidad de desplazar el equilibrio de poder en direcciones más moderadas, y publicaciones prominentes como The Economist y The New York Times publicaron comentarios que sugerían que ya es hora de que surja una nueva relación entre Israel y los Estados Unidos, en beneficio de ambos…. Nos sentimos muy gratificados por este desarrollo, ya que escribimos el artículo original con el fin de promover un debate más claro y candido sobre este tema. Este debate se está poniendo en macha, aunque aún tienda a ser duro, confrontacional y muy personalizado.… …el presente libro contiene una definición más completa del Lobby, un análisis extenso del rol del sionismo cristiano, y una descripción más amplia sobre la evolución del lobby a través del tiempo. También brindamos al lector un relato más detallado del comportamiento de Israel en el pasado, y de su comportamiento en la actualidad, especialmente hacia los palestinos. No hacemos esto por ninguna animosidad hacia Israel o quienes la apoyan en los Estados Unidos, o porque deseemos enfatizar la mala conducta de Israel. En verdad, abordamos este tema dado que resulta central a algunos de los justificativos morales que suelen esgrimirse a menudo para justificar el nivel excepcional de apoyo de EEUU a favor del Estado judío. Nos centramos en el comportamiento de Israel, entonces, debido a que los Estados Unidos centran una cantidad excepcional de apoyo a favor de Israel. También abordamos el tema controvertido de la doble lealtad que no había sido evaluado en el artículo original…. ….el presente libro representa una oportunidad de evaluar de qué manera los Estados Unidos debiera promover sus intereses en Medio Oriente, de qué manera los estadounidenses y el resto del mundo debieran considerar la influencia del Lobby pro-Israel. Las apuestas son altas – tanto para los estadounidenses como para los demás pueblos – debido a que Medio Oriente es una región volátil y estratégicamente vital, y las políticas de EEUU hacia esa región inevitablemente tienen gran repercusión.. Tal como ha quedado demostrado con la guerra de Irak, los Estados Unidos pueden hacerse gran daño a si mismo y a otros, si sus políticas están mal guiadas. Este hecho torna en aún más importante la necesidad de identificar qué es lo que dinamiza las políticas de EEUU, y de comprender cómo debieran ser esas políticas. …. Aunque percibimos indicios positivos respecto de promover un debate más abierto sobre estos temas vitales, el Lobby sigue teniendo una influencia profunda sobre la política de EEUU en Medio Oriente….. Al final de este libro reconocemos una serie de deudas personales, pero hay una que deseamos registrar al principio. Durante más de veinticinco años hemos tenido la fortuna de disfrutar de la amistad y del apoyo de uno de los científicos sociales más exitosos de los Estados Unidos: Samuel P. Huntington. No podemos imaginar un mejor modelo de comportamiento académico que él. Sam siempre ha abordado las cuestiones grandes e importantes, y ha respondido a estas preguntas de manera que el mundo no ha podido ignorar. Aunque hemos estado en desacuerdo con él sen distintas ocasiones a lo largo de los años – y a veces lo hemos estado en forma vehemente y pública – él jamás considero que tales desacuerdos conformaran un factor contrario a nosotros, siendo siempre caballeroso con nosotros y apoyando nuestra obra. Él comprende que la calidad en lo académico no es un concurso de popularidad, y que el debate intenso pero respetuoso resulta esencial, tanto para el progreso académico como para la preservación de una democracia saludable. Estamos agradecidos a Sam por su amistad y por el ejemplo que él ha dado a lo largo de su carrera, por lo que nos complacemos en dedicarle este libro.” – John J. Mearsheimer (Universidad de Chicago) - Stephen M Walt (Universisdad de Harvard)” 21 EL LOBBY ISRAELI Y LA POLITICA EXTERIOR DE ESTADOS UNIDOS A continuación algunas citas directas del Informe. Nuestros comentarios se indican en cursiva. Todos los resaltados son nuestros: La política exterior de Estados Unidos influye sobre los eventos en todos los rincones del mundo. En ninguna parte es esto más cierto que en Medio Oriente, una región de inestabilidad recurrente y enorme importancia estratégica. ...La tentativa del gobierno de Bush de transformar la región en una comunidad de democracias ha ayudado a generar una insurgencia poderosa en Irak, un fuerte aumento en el precio mundial del petróleo, y atentados terroristas en Madrid, Londres y Amman. Habiendo tantas cosas en juego, todos los países necesitan comprender cuales son las fuerzas que dinamizan las políticas de Estados Unidos en Medio Oriente. El interés nacional de los EEUU debiera ser el objetivo primordial de la política exterior estadounidense. A lo largo de las últimas décadas, sin embargo, y especialmente desde la Guerra de los Seis Días de 1967, el objetivo central de la política de EEUU en Medio Oriente ha sido su relación con Israel. Una combinación de apoyo incondicional de EEUU a favor de Israel y un esfuerzo complementario de propagar la democracia en esa región ha inflamado la opinión pública árabe e islámica, al tiempo que se ha vulnerado la seguridad estadounidense. Esta situación no tiene parangón en la historia política de Estados Unidos. ¿Por qué razón EEUU se muestra dispuesto a dejar de lado su propia seguridad nacional a fin de promover los intereses de otro Estado? Uno podría suponer que existen intereses estratégicos compartidos entre ambos países o algún imperativo moral. Sin embargo, como demostraremos en el presente informe, ninguna de estas explicaciones parece justificar el nivel excepcional de apoyo material y diplomático que EEUU le brinda a Israel. En realidad, la dinámica general de la política de EEUU en la región, se debe casi íntegramente a la política interna de EEUU, especialmente a las actividades del "Lobby Israelí". ...Ningún lobby ha logrado jamás torcer la política exterior de EEUU de una manera tan alejada de lo que pareciera ser el verdadero interés nacional estadounidense ... Tanto los estadounidenses como otros pueblos necesitan comprender y abordar el problema de la influencia del Lobby (Israelí) sobre la política de EEUU. EL GRAN BENEFACTOR Desde la Guerra (de Yom Kippur) de Octubre 1973, Washington ha provisto a Israel con un nivel de apoyo infinitamente mayor al brindado a ningún otro Estado. Desde 1976, la asistencia directa de EEUU a Israel excede los 140.000 millones de dólares. Israel recibe unos 3.000 millones de dólares anuales en asistencia directa (o sea, un 20% de todo el propuesto de asistencia al exterior de EEUU). En términos per capita, los EEUU dan a cada ciudadano israelí un subsidio directo de 500 dólares por año. Encima, ...Israel recibe este dinero al inicio de cada ejercicio del Gobierno estadounidense (y no en cuotas trimestrales como ocurre con otros países), lo que le permite invertir esos fondos y percibir ingresos adicionales.... Israel puede usar aproximadamente el 25% de estos fondos de asistencia para subsidiar a su propio sector de defensa. Israel es el único país beneficiado de esta manera, que no debe rendir cuentas sobre la manera cómo gasta este dinero, lo que hace virtualmente imposible evitar que el mismo se utilice....para las construcción de asentamientos (de colonos israelíes) en el Margen Occidental (o sea en tierras palestinas, desplazando a los habitantes palestinos). EEUU le brinda a Israel casi 3.000 millones de dólares anuales para desarrollar sistemas de armamentos... y le da acceso a las armas más sofisticadas estadounidenses, tales como los helicópteros Blackhawk y los caza-bombarderos F16. EEUU le brinda a Israel acceso a inteligencia que no le facilita a sus propios aliados en la OTAN, al tiempo que mira para otro lado respecto de la adquisición de armas nucleares por parte de Israel. 22 A su vez, Washington le brinda una consistente cobertura diplomática a Israel. Desde 1982, EEUU ha vetado 32 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que condenaban el comportamiento de Israel... También ha bloqueado todo esfuerzo de las naciones árabes de colocar el tema del arsenal de armas nucleares de Israel en la agenda de la Agencia Internacional de Energía Atómica. EEUU ha acudido siempre en ayuda de Israel en tiempos de guerra, al tiempo que siempre toma partida por Israel al negociar cualquier acuerdo de paz.... Resulta difícil identificar alguna otra instancia en la historia en que un país haya dado a otro un nivel semejante de apoyo material y diplomático, durante un plazo tan extenso. En pocas palabras, el apoyo de Estados Unidos a favor de Israel es único en la historia. ISRAEL: UNA CARGA ESTRATÉGICA PARA ESTADOS UNIDOS Según AIPAC - American Israel Public Affairs Committee (Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos) - "EEUU e Israel han conformado una sociedad única para hacer frente a crecientes amenazas estratégicas en Medio Oriente.. Este esfuerzo de cooperación brinda beneficios para EEUU e Israel". Este concepto conforma un auto de fe entre quienes apoyan a Israel y es rutinariamente invocado por políticos israelíes, y por estadounidenses pro-Israel. La decisión de EEUU de brindar a Israel apoyo militar de emergencia durante la guerra de Octubre 1973 por 2.200 millones de dólares disparó el embargo petrolero de la OPEP que dañó muy significativamente las economías de los países occidentales. Hamas y Hezbollah no son una amenaza para EEUU salvo cuando EEUU interviene directamente en contra de ellos, tal como ocurrió en el Líbano en 1982. El terrorismo palestino no genera violencia indiscriminada contra Israel u "Occidente"; mayormente se trata de una respuesta a la campaña prolongada de Israel de colonizar el Margen Occidental y la Franja de Gaza. Decir que Israel y EEUU están unidos ante una amenaza terrorista compartida significa tomar la relación causal de los hechos al revés: en realidad, Estados Unidos tiene un problema de terrorismo en gran medida debido a que está aliado tan estrechamente con Israel. El arsenal nuclear de Israel es una de las razones por las cuales sus vecinos también desean tener armas nucleares. Amenazar a dichos Estados con imponerles un "cambio de régimen" no hace más que aumentar ese deseo (de tener armas nucleares). En Abril 2004, 52 ex diplomáticos británicos enviaron una carta al primer ministro Tony Blair diciendo que el conflicto entre Israel y Palestina había "envenenado la relaciones entre Occidente y los mundos islámico y árabe", y le prevenían que las políticas de Bush y del primer ministro Ariel Sharon eran "unilaterales e ilegales". En mayo 2004, unos 50 diplomáticos estadounidenses retirados enviaron una carta similar al presidente Bush. Israel ha transferido tecnologías altamente sensitivas estadounidenses a potenciales rivales como China, en lo que el inspector general del Depto. de Estado definió como "un patrón sistemático y creciente de transferencias no autorizadas". Según la Oficina General de Contaduría de EEUU, Israel también "lleva adelante operaciones de espionaje altamente agresivas contra EEUU...". LA CRECIENTE EROSION DE TODA JUSTIFICACION MORAL... ...Quienes apoyan a Israel dicen que ese Estado se merece el apoyo incondicional de Estados Unidos debido a cuatro razones principales, a saber: (1) Se trata de un Estado débil cercado por enemigos; (2) Israel es una democracia, que es la forma de gobierno moralmente preferida; (3) En el pasado, el pueblo judío ha sufrido las consecuencias de crímenes y, por ende, se merece un trato especial; y (4) El comportamiento de Israel es moralmente superior al de sus adversarios. Evaluemos si estas consideraciones son acertadas: 1) ¿Es débil Israel? Presentar a Israel como un débil y acorralado David judío, cercado por un Golíat árabe hostil, resulta falso. Desde un principio, los sionistas tuvieron fuerzas mayores, mejor equipadas y mejor conducidas durante la Guerra de Independencia de 1947-49; y las Fuerzas de Defensa 23 Israelíes (FDI - Fuerzas Armadas Israelíes) ganaron rápidas victorias contra Egipto en 1956 y contra Egipto, Jordania y Siria en 1967, aún antes de verse Israel beneficiada con el apoyo a gran escala de EEUU. Hoy, Israel es la mayor potencia militar en Medio Oriente. Sus fuerzas convencionales son superiores a las de sus enemigos y es el único Estado en la región que cuenta con armas nucleares. ...Según una evaluación realizada en el año 2005 por el prestigioso Centro Jaffee de Estudios Estratégicos de la Universidad de Tel Aviv, "el equilibrio estratégico decididamente favorece a Israel, que ha continuado ampliando la brecha cualitativa entre su propia capacidad militar y poder de disuasión, y las de sus vecinos". 2) ¿Israel es una democracia? Esta justificación puede sonar convincente, pero no resulta consistente a la luz de la historia política de Estados Unidos que en el pasado ha volteado diversos gobiernos democráticos (por ej., en Irán en 1953, en Guatemala en 1953, en Chile en 1973, e, indirectamente, en la Argentina en 1955 y 1976), al tiempo que ha apoyado dictaduras cuando creyó que con ello promovía los intereses de EEUU. Aún hoy, EEUU mantiene buenas relaciones con una serie de dictaduras (por ej., Egipto, Arabia Saudita y Kuwait). De todos modos, EEUU es una democracia liberal en la que se supone que toda persona de cualquier raza, religión o etnia goza de iguales derechos. En contraste, Israel fue fundado explícitamente como un Estado judío en el que la ciudadanía se basa sobre el concepto de la hermandad de sangre. Considerando este concepto de ciudadanía, no ha de sorprender que el 1.300.000 árabes que viven en Israel sean tratados como ciudadanos de segunda categoría, o que una reciente comisión del gobierno israelí concluyera que Israel se comporta de manera "negligente y discriminatoria hacia los árabes". Similarmente, Israel no permite que los palestinos que se casen con ciudadanos israelíes puedan transformarse, ellos mismos, en ciudadanos israelíes, y no brinda a los cónyuges el derecho de vivir en Israel. La organización israelí de derechos humanos N'tselem describió esta restricción como "una ley racista que determina quiénes pueden residir en este país según criterios racistas". Tales leyes pueden ser comprensibles considerando los principios fundacionales de Israel, mas no resultan consistentes con la idea estadounidense acerca de la democracia. La clasificación de Israel como una democracia también se ve debilitada por su propia voluntad de no dar a los palestinos un Estado viable propio. Israel controla las vidas de unos 3.800.000 palestinos en Gaza y en el Margen Occidental, mientras que coloniza las tierras que los palestinos vienen habitando desde hace mucho tiempo. Israel es formalmente democrática pero a los millones de palestinos que controla se les niega la totalidad de sus derechos políticos... 3) ¿El sufrimiento judío del pasado, justifica el comportamiento de Israel? Este factor es comprensible, pero debe señalarse que la creación del Estado de Israel implicó perpetrar crímenes contra un tercero, mayormente inocente: los palestinos. La historia de estos eventos es bien conocida. Cuando el sionismo político comenzó a cobrar fuerza a fines del siglo XIX, había apenas unos 15.000 judíos en toda Palestina. En 1893, por ejemplo, los árabes representaban aproximadamente el 95% de la población y, aunque se hallaban bajo control Otomano, venían estando en posesión continua de su territorio desde hacía 1.300 años. Cuando se fundó Israel, aunque los judíos representaban únicamente el 35% de la población de Palestina, eran propietarios del 7% de su territorio. Para poder consolidar su futura presencia, (el luego primer presidente de Israel) Ben-Gurion vio claramente este problema cuando en 1941 dijo que "resulta imposible imaginar una evacuación general de la población árabe sin que medie la coerción y la imposición brutal". En 1947-48, las fuerzas judías empujaron a unos 700.000 palestinos al exilio.....por cuanto el miedo a la muerte violenta a manos de las fuerzas sionistas hizo que la mayoría huyera. El hecho de que la creación del Estado de Israel implicara un crimen moral contra el pueblo palestino fue bien comprendido por los lideres israelíes. Luego, Ben-Gurion le comentó a Nahum Goldmann, presidente del Congreso Mundial. Judío, "si yo fuera un líder árabe, jamás llegaría a un acuerdo con Israel. Eso es natural, ya que les hemos quitado su 24 país.... Nosotros vinimos de Israel, pero eso fue hace dos mil años. ¿Qué puede importarles eso a ellos? Es verdad que hubo antisemitismo, los nazis, Hitler, Auschwitz pero, ¿fue eso culpa de ellos? Ellos solo ven una cosa: hemos venido aquí y les hemos robado su país. ¿Por qué habrían de aceptar eso?" Desde entonces, los líderes israelíes han procurado negarles repetidamente a los palestinos sus ambiciones nacionales. En las famosas palabras de la primer ministra Golda Meir, "los palestinos no existen...". 4) ¿Es Israel virtuosa? Las fuerzas israelíes asesinaron a cientos de prisioneros de guerra egipcios, tanto en la guerra de 1956 como en la de 1967. En 1967, expulsó a entre 100.000 y 260.000 palestinos de las tierras recién conquistadas en el Margen Occidental, y expulsó a otros 89.000 sirios de las Alturas del Golan. También fue cómplice en la masacre de 700 inocentes palestinos en los campos de refugiados en Sabra y Chatila, tras la invasión (israelí) del Líbano en 1982; y una comisión investigadora israelí concluyó que el entonces ministro de defensa Ariel Sharon era "personalmente responsable" por tales atrocidades. Personal israelí ha torturado a prisioneros palestinos; ha humillado y molestado sistemáticamente a civiles palestinos; y ha utilizado la fuerza indiscriminada contra ellos en numerosas ocasiones. Durante la Primera Intifada (1987-1991), por ej., las fuerzas armadas israelíes (FDI) distribuyeron palos y garrotes a sus tropas, instigándolas a quebrar los huesos de palestinos participantes en las protestas. La organización sueca "Save the Children" (Salven a los Niños), estima que "entre 23.600 y 29.900 niños debieron recibir tratamiento médico a raíz de las heridas recibidas durante las golpizas propaladas por los israelíes durante los primeros dos años de la Intifada", con casi un tercera parte de ellos sufriendo quebraduras en sus huesos. Casi un tercio de los niños golpeados tenían una edad de diez años o menos. Durante la Segunda Intifada (2000-2005), el propio diario israelí Ha'aretz señaló que "las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes) se están transformando en una máquina de matar, cuya eficiencia maravilla pero también shoquea. El FDI disparó un millón de balas en los primeros días de la insurgencia, lo que dista mucho de ser una respuesta mesurada. Desde entonces, Israel ha matado a un promedio de 3,4 palestinos por cada israelí muerto; la mayoría transeúntes inocentes. La relación entre niños palestinos muertos y niños israelíes muertos, es aún mayor: 5,7 palestinos por cada israelí. El propio ex-primer ministro Barak alguna vez admitió que si él hubiera nacido palestino, se "hubiera hecho miembro de alguna organización terrorista". Por último, no debe ignorarse el hecho de que los sionistas utilizaron el terrorismo cuando ellos se hallaban en una situación similarmente débil y trataban de conquistar su propio Estado. Entre 1944 y 1947, varias organizaciones sionistas perpetraron ataques terroristas con bombas a fin de expulsar a los británicos de Palestina, y mataron a muchos civiles inocentes. Terroristas israelíes asesinaron al mediador de la ONU, Conde Folke Bernadotte en 1948 porque se oponían a su plan de internacionalización de Jerusalén. Ello fue realizado por un grupo terrorista liderado por Yzakh Shamir (luego primer ministro de Israel), quien declaró abiertamente que "ni la ética judía ni la tradición judía pueden descalificar al terrorismo como medio de combate", en vez, "el terrorismo jugó un gran rol en nuestra guerra contra el invasor británico". Si el terrorismo que hoy usan los palestinos es moralmente reprobable, entonces también fue reprobable el terrorismo que utilizó Israel en el pasado, por lo que no puede justificarse el apoyo estadounidense en favor de Israel sobre el hecho de que su conducta en el pasado haya sido moralmente superior. Si ninguna de estas razones explica el apoyo que EEUU brinda a Israel, entonces, ¿cuál es la explicación? EL LOBBY ISRAELI La explicación de esta situación la hallaremos en el poder sin parangón del poder del Lobby Israelí. De no ser por la capacidad del Lobby Israelí de manipular el sistema político 25 estadounidense, la relación entre Israel y Estados Unidos sería mucho menos íntima de lo que hoy es. Utilizamos el termino "el Lobby" como una descripción breve y conveniente para describir aquella coalición informal de individuos y organizaciones que activamente trabajan para moldear la política exterior de EEUU en una dirección pro-israelí. Nuestra utilización de este término no pretende sugerir que "el Lobby" conforme un movimiento unificado con un liderazgo centralizado, o que los individuos dentro del mismo no tengan opiniones diferentes sobre ciertos temas. El núcleo del Lobby consiste de judíos estadounidenses que hacen esfuerzos significativos en sus vidas diarias para torcer la política exterior estadounidense de manera tal que promueva los intereses de Israel. Sus actividades van más allá del mero votar por candidatos pro-israelíes, sino que incluye... contribuciones financieras y el apoyo a organizaciones pro-Israel. ... No todos los judíos estadounidenses son parte del Lobby ya que, para muchos de ellos, Israel no es un tema fundamental en sus vidas. En una encuesta realizada en 2004, por ejemplo, aproximadamente el 36% de los judíos estadounidenses dijeron que estaban "no mucho" o "para nada" emocionalmente ligados a Israel. Pero organizaciones clave dentro del Lobby como AIPAC o CPMJO (Conference of Presidents of Major Jewish Organizations - Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías)) son conducidas por militantes que apoyan las políticas expansionistas del Partido Likud israelí. No ha de sorprender el hecho de que los líderes judíos estadounidenses a menudo consultan con funcionarios israelíes sobre la mejor manera que ellos puedan maximizar su influencia en los EEUU. Los judíos estadounidenses disponen de un conjunto impresionante de organizaciones para ejercer su influencia sobre la política exterior de EEUU, del que AIPAC es la más poderosa y mejor conocida. El Lobby también incluye a prominentes Evangelistas Cristianos como Gary Bauer, Jerry Falwell, Ralph Reed y Pat Robertson, como asi también a Dick Armey y Tom DeLay, ambos líderes mayoritarios de la Cámara Baja del Congreso de EEUU. Ellos creen que el renacimiento de Israel conforma parte de la profecía bíblica, apoyan sus políticas expansionistas y consideran que presionar a Israel es contrario a la voluntad de Dios. A su vez, el Lobby cuenta entre sus miembros a gentiles como John Bolton, el fallecido editor del Wall Street Journal, Robert Bartley, el ex-secretario de Educación William Bennett, la embajadora estadounidense ante la ONU Jeanne Kirkpatrick, y el columnista George Will LAS FUENTES DEL PODER Estados Unidos tiene un gobierno tripartito que ofrece muchas oportunidades de influir sobre el proceso de elaboración de políticas. Como resultado de ello, los grupos de interés pueden moldear tales políticas de muchas maneras diferentes - ejerciendo el "lobby" sobre legisladores y el poder ejecutivo, haciendo contribuciones a campañas políticas, votando en elecciones, moldeando la opinión pública, etc. El poder del Lobby Israelí emana de su capacidad sin parangón de jugar al juego de los grupos de interés políticos. ... Lo que pone al Lobby Israelí en una categoría única es su efectividad extraordinaria. El Lobby promueve dos grandes estrategias para promover el apoyo de EEUU a favor de Israel. En primer término, detenta influencia significativa en Washington, ejerciendo presión sobre el Ejecutivo y el Congreso para que siempre apoyen a Israel. En segundo término, el Lobby procura asegurar que el mensaje y discurso público sobre Israel siempre muestre a esa nación bajo una luz positiva, repitiendo los mitos sobre Israel y su fundación, y publicitando puntos vista favorables a Israel en el debate público. El objetivo consiste en evitar que comentarios críticos sobre Israel puedan tener una difusión equitativa en el escenario político. Controlar el debate público resulta esencial para garantizar el apoyo de EEUU, debido a que una discusión abierta y equilibrada sobre las relaciones entre EEUU e Israel, bien podrían llevar a muchos estadounidenses a favorecer otra política de gobierno. Un pilar fundamental en la efectividad del Lobby es su influencia sobre el Congreso dónde Israel es prácticamente inmune a toda crítica. Una razón de este éxito radica en que ciertos 26 miembros clave (del Congreso de EEUU) son Sionistas Cristianos, como Dick Armey quien en septiembre 2003 manifestó que "mi prioridad número 1 en política exterior es proteger a Israel". Se supone que la prioridad número uno de cualquier legislador estadounidense debiera ser la de "proteger a los Estados Unidos", pero eso no es lo que dijo Armey. ...AIPAC se asegura que sus amigos reciban fuerte apoyo financiero del sinnúmero de organizaciones de acción política pro-israelíes. Aquellos que se perciben como hostiles hacia Israel pueden estar seguros de que AIPAC contribuirá a las campañas de sus oponentes... Lo que no debe perderse de vista es el hecho de que AIPAC es un agente de facto de un gobierno extranjero y que tiene copado al Congreso de Estados Unidos. Un debate abierto sobre la política de EEUU hacia Israel no tiene lugar en dicho ámbito, aunque tales políticas tienen importantes consecuencias para todo el mundo. ...A pesar de sus números pequeños dentro de la población de Estados Unidos (menos del 3%), los votantes judíos hacen grandes donaciones a las campañas electorales de los candidatos de ambos partidos. The Washington Post ha estimado que los candidatos presidenciales del partido Demócrata "dependen del apoyo judío para el 60% de su dinero". La administración Bush incluye a individuos fervientemente pro-Israel como Elliot Abrams, John Bolton (ex-embajador ante la ONU), Douglas Feith (ex-No. 3 en el Pentágono), I. Lewis "Scooter" Libby (ex-jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, hoy procesado por delitos federales), Richard Perle (es-mentor de políticas del Pentágono en Medio Oriente), Paul Wolfowitz (exNo. 2 del Pentágono, y hoy cuestionado presidente del Banco Mundial) y David Wurmser. A su vez, todas estas personas son miembros del poderoso "think tank" Council on Foreign Relations (CFR), verdadero "cerebro" planificador del Nuevo Orden Mundial. MANIPULANDO A LA OPINIÓN PÚBLICA Paralelamente a ejercer influencia sobre las políticas gubernamentales, el Lobby procura moldear la percepción pública sobre Israel y el Medio Oriente. No desea que haya un debate abierto sobre temas que involucran a Israel debido a que cualquier debate abierto semejante bien podría derivar en que los ciudadanos estadounidenses cuestionen el nivel de apoyo que actualmente están brindando a Israel. Correspondientemente, las organizaciones pro-Israel trabajan arduamente para influir sobre los medios, los "think tanks" (bancos de cerebros) y las universidades, dado que dichas instituciones son fundamentales para moldear a la opinión popular. La posición y opinión del Lobby acerca de Israel se refleja ampliamente en los principales medios de comunicación social, en gran medida debido a que la mayoría de los formadores de opinión son pro-Israel. Esta actitud pro-israelí se ve reflejada en los editoriales de las principales publicaciones... como el Wall Street Journal, The Chicago Sun-Times, The Washington Times, Commentary, New Republic, Weekly Standard, y el New York Times. También la influencia del Lobby sobre los "bancos de cerebros" resulta importante... A lo largo de los últimos 25 años las fuerzas pro-Israel han establecido una presencia dominante en organizaciones como el American Enterprise Institute, The Brookings Institution, The Center for Security Policy, The Foreign Policy Research Institute, the Heritage Foundation, the Hudson Institute, the Institute for Foreign Policy Analysis y el Jewish Institute for National Security Affairs (JINSA). En las universidades, el Lobby se ha topado con ciertas dificultades para neutralizar el debate sobre Israel, debido al mayor ambiente de libertad intelectual imperante, lo que hace más difícil silenciar o amenazar a los académicos. Martin Kramer y Daniel Pipes - dos neoconservadores apasionadamente pro-Israel establecieron un sitio en Internet ("Campus Watch" www.campus-watch.org) en el que se divulgan los antecedentes de académicos y profesores que son sospechosos y sugieren a los estudiantes que denuncien todo comentario o comportamiento que pudiera considerarse como hostil hacia Israel. Quizás el aspecto más preocupante de toda esta campaña de eliminar las críticas hacia Israel en las universidades, sea el esfuerzo de grupos judíos de empujar el Congreso de EEUU a establecer mecanismos para monitorear lo que los profesores dicen sobre Israel. Universidades 27 que se considere que tienen una actitud anti-Israel verían retirado el financiamiento del gobierno central. Este esfuerzo de hacer que el gobierno de EEUU actúe como policía intelectual en las universidades aún no ha tenido éxito, pero el solo hecho de que se lo trate de imponer ilustra la importancia que los grupos pro-Israel dan a controlar el debate sobre estos temas.... En pocas palabras, el lobby ha hecho ingentes esfuerzos para aislar a Israel de toda crítica en las universidades. No ha tenido el mismo éxito en círculos académicos como lo ha tenido en el Congreso, pero viene trabajando para neutralizar toda crítica hacia Israel por parte de profesores y estudiantes, y hoy se escuchan muchas menos críticas en la universidad. EL GRAN SILENCIADOR Ningún análisis sobre la manera como opera el Lobby estaría completo si no se examina una de sus armas más poderosas: la acusación de antisemitismo. Toda persona que critique las acciones de Israel, o que diga que los grupos pro-Israel ejercen importante influencia sobre las políticas de EEUU en Medio Oriente - una influencia que AIPAC abiertamente celebra -, corre riesgo de ser llamado antisemita. En verdad, toda persona que diga que existe un Lobby Israelí corre el riego de ser acusado de antisemitismo, aún a pesar del hecho que los medios de difusión israelíes hablan abiertamente del "Lobby Judío" dentro de Estados Unidos. En efecto, el Lobby se enorgullece de su propio poder, mas luego ataca a cualquiera que llame la atención sobre el mismo. Esta táctica resulta muy efectiva, dado que el antisemitismo es despreciable y ninguna persona responsable desea ser acusado del mismo. LA COLA QUE MUEVE AL PERRO... El Lobby también ha procurado moldear los elementos fundamentales de la política general de EEUU en Medio Oriente. En particular, ha operado con gran éxito en convencer a los líderes estadounidenses de apoyar la represión permanente que Israel realiza contra los palestinos, y de apuntar a los principales adversarios regionales de Israel: Irán, Irak y Siria. Mantener el apoyo de EEUU a favor de las políticas de Israel contra los palestinos es uno de los objetivos principales del Lobby, pero sus ambiciones no se detienen ahí. También desea que EEUU ayude a Israel a seguir siendo el poder regional dominante. No sorprende que el gobierno israelí y los grupos pro-Israel dentro de EEUU trabajen mancomunadamente para moldear las políticas de la administración Bush hacia Irak, Siria e Irán, al igual que su plan maestro de reordenamiento del Medio Oriente. Irak Aunque la presión de Israel y del lobby pro-Israel no fue el único factor detrás de la decisión de EEUU de atacar a Irak en marzo 2003, sin embargo fue un elemento crítico. En gran medida, esa guerra fue motivada por el deseo de hacer que Israel estuviera más segura... El 16 de agosto de 2002, once días antes que el vicepresidente Cheney iniciara las campaña a favor de la guerra, The Washington Post informó que "Israel está urgiendo a los funcionarios estadounidenses para que no demoren el ataque militar contra Saddam Hussein de Irak". De esta manera, según Ariel Sharon, la coordinación estratégica entre Israel y EEUU había cobrado una "dimensión sin precedentes", y oficiales de inteligencia israelíes habían provisto a Washington con una serie de informes alarmantes acerca de los programas de Irak para fabricar armas de destrucción masiva. Como un general retirado israelí luego lo expresara, "la inteligencia israelí fue un socio completo en la conformación de la foto presentada a la inteligencia norteamericana y británica respecto de las capacidades militares no-convencionales de Irak.." Al mismo tiempo el ex primer ministro Ehud Barak escribió en el New York Times sobre Irak, alertando que "el mayor riesgo hoy yace en la inacción". Su predecesor Benjamin Netanyahu publicó un artículo editorial similar en el Wall Street Journal titulado "El caso a favor de derribarlo a Saddam" en el que declaraba "Hoy nada menos que el desmantelamiento de su régimen es aceptable", agregando que 28 "creo hablar en nombre de la vasta mayoría de los israelíes al apoyar un ataque preventivo contra el régimen de Saddam". O, como informara (el diario israelí) Ha'aretz en febrero 2003, "los líderes militares y políticos israelíes desean que haya guerra en Irak". Dentro de Estados Unidos, la principal fuerza detrás de la guerra contra Irak fue una banda pequeña de neo-conservadores, mucho de los cuales tienen estrechos vínculos con el Partido Likud de Israel. "Un informe elaborado por Perle y Wurmser en junio 1996 proponía un borrón y cuenta nueva en las estrategias de Israel, y le recomendaba al entonces entrante primer ministro Netanyahu que se concentrara en removerlo del poder a Saddam Hussein en Irak - lo que conforma un importante objetivo estratégico israelí en sí mismo. Llamaba a Israel a tomar pasos para reordenar a todo el Medio Oriente.... Feith, Perle y Wurmser estaban abogando para que el gobierno de Bush adoptara este plan, lo que llevó al diario Ha'aretz a señalar que Feith y Perle "están caminando por la delgada línea que separa su lealtad hacia el gobierno de Estados Unidos ... de los intereses israelíes". También Wolfowitz estaba totalmente comprometido con Israel, lo que llevó al diario Jerusalem Post a elogiar el hecho de que fuera un "devoto proisraelí", y nombrándolo Hombre el Año en 2003. Irán y Siria Actualmente, ocurre algo parecido en torno a estas dos naciones. Tan tempranamente como el año 2002, Sharon comenzó a empujar públicamente a Estados Unidos para que enfrente a Irán. Lo hizo durante una entrevista de alto perfil al diario The Times de Londres. Entonces, describió a Irán como "el centro mundial del terror...", diciendo que la Administración Bush debía aplicar fuerte presión sobre Irán "el día después" de conquistar a Irak. A fines de abril de 2003, el diario Ha'aretz informo que el embajador israelí en Washington pedía que hubiera un cambio de régimen en Irán. La administración Bush respondió a la presión del Lobby, trabajando horas extra para cancelar el plan nuclear de Irán. Pero Washington ha tenido poco éxito ... y el Lobby ha intensificado las presiones sobre el gobierno de Estados Unidos, utilizando para ello todas las estrategias de las que dispone ALGUNAS CONCLUSIONES No ha de sorprendernos que Israel y quienes la apoyan dentro de Estados Unidos, desean que esa potencia ataque a cualquiera y toda amenaza para la seguridad de Israel. Si sus esfuerzos por moldear la política de EEUU tienen éxito, entonces los enemigos de Israel se debilitan o son removidos del poder, al tiempo que Israel sigue teniendo mano libre contra los palestinos mientras que Estados Unidos se hace cargo de soportar la mayor parte de las guerras, de los muertos, de la reconstrucción y de pagar todos los gastos. ¿Puede limitarse el poder del Lobby? La realidad es que AIPAC y sus aliados (incluyendo los sionistas cristianos) no tienen una seria oposición en el mundo de los Lobbies. Saben que hoy resulta más difícil justificar los argumentos de Israel y están respondiendo a ello ampliando sus actividades y la cantidad de operadores. A su vez, los políticos estadounidenses siguen altamente sensibles a las contribuciones para sus campañas, y a otras formas de presión política; al tiempo que los grandes medios de difusión probablemente seguirán siendo favorables a Israel, independientemente de cuál sea su comportamiento. La campaña del Lobby para que se produzcan "cambios de régimen" en Irán y Siria, bien podrían hacer que EEUU ataque a esas naciones, lo que acarreará consecuencias potencialmente desastrosas. Estados Unidos no necesita otro Irak. Sin embargo, gracias al Lobby, EEUU se ha transformado en el apoyo de facto del expansionismo israelí en los territorios ocupados (palestinos), lo que lo hace cómplice en los crímenes perpetrados contra el pueblo palestino. Los esfuerzos de EEUU de limitar la proliferación nuclear resultan hipócritas, considerando su predisposición a aceptar el arsenal nuclear de Israel, lo que a su vez instiga a Irán y a otros a tratar de tener capacidades similares. La campaña desarrollada por el Lobby para silenciar el debate sobre Israel resulta poco saludable para la democracia. Silenciar a los escépticos, organizando listas negras y boicots 29 - o sugiriendo que tales críticos son "antisemitas" - viola el principio básico que hace al debate abierto, sobre el cuál se basa la democracia. La incapacidad del Congreso de EEUU de conducir un debate genuino sobre estos temas vitales paraliza todo el proceso de deliberación democrática. Quienes apoyan a Israel debieran tener la libertad de exponer sus ideas y de desafiar a quienes no están de acuerdo con ellos. Pero sus esfuerzos para silenciar el debate a través de la intimidación debe ser condenado abiertamente por quienes consideramos que la libertad de expresión y la discusión abierta deben prevalecer en temas de importancia pública. Aunque el Lobby sigue siendo una fuerza poderosa, los efectos adversos de su influencia son hoy crecientemente difíciles de esconder. Los Estados poderosos pueden mantener políticas equivocadas durante un largo tiempo, pero la realidad no puede ser ignorada permanentemente. Lo que se necesita, entonces, es un debate abierto y cándido acerca de la influencia indebida del Lobby y un debate más abierto sobre los intereses de Estados Unidos en esa región vital del mundo. 30 ANEXO II Capítulo VI – “El sionismo” de la obra del autor “Bienvenidos a la jungla: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial” – Editorial Anábasis, Córdoba, Argentina, 2005, 172 págs. "...es nuestra obligación hacer saber a todo el Mundo y que se comprenda, que los Sionistas no son la Nación de Israel... y es nuestra más sagrada obligación anunciar ante las naciones del mundo que los Sionistas definitivamente no son los voceros de la nación de Israel..." Gran Rabino Joel Teitelbaum25 Somos plenamente conscientes que abordar este tema llamará a algunos a cierto escándalo. Pues actualmente resulta “políticamente incorrecto” referirse al sionismo, sus intereses, objetivos y metodologías. Sin embargo, consideramos que conforma una clave fundamental para comprender la complejísima problemática mundial actual. El sionismo es un tema complejo y determinante sobre el cual existe una suerte de confusión hábilmente orquestada por las fuerzas que lo promueven, y que opera como mecanismo de auto-defensa. Hoy muchos pretenden equiparar lisa y llanamente, y de manera simplista y absurda, al sionismo político con la religión judía, cuando en verdad son dos cosas diferentes. Quienes tratan de equiparar a ambos le están haciendo un grave daño e injusticia a las comunidades judías en todo el mundo y, desde luego, a la importante comunidad que reside pacíficamente en nuestro país. Al tratar de equiparar sionismo con judaísmo, abren el camino hacia la potencial injusticia de endilgar a toda la comunidad judía – estimada en unos 40 millones de personas en todo el mundo- una falsa co-responsabilidad directa en los desvaríos y genocidios hoy cometidos por el gobierno del Estado de Israel, y perpetrados en nombre del sionismo por el actual gobierno de los Estados Unidos. Al abordar y tratar de aclarar este tema, lo hacemos convencidos de que estamos brindando un importante servicio a la comunidad judía residente en la República Argentina que convive en paz como parte de nuestro Pueblo, dentro del Territorio argentino y respetuosa de sus leyes. Distingamos, entonces, muy claramente entre el sionismo como movimiento político, étnico, racista, y mesiánico surgido hacia fines del siglo XIX cuyo principal objetivo fue fundar un Estado nacional independiente israelita, del judaísmo como religión milenaria practicada por varias decenas de millones de personas en todo el mundo. Al tratarse de dos categorías muy diferentes – la una, política (el sionismo), y la otra, religiosa (el judaísmo) – resulta fundamental no confundir las cosas, ni permitir que los poderosos intereses sionistas israelíes que operan dentro de nuestro país pretendan equipararlas y las confundan, tratando de hacer creer a nuestra opinión pública - bastante desinformada en estos temas - que sionismo y judaísmo son una misma cosa. Permitirles hacerlo conlleva un potencial peligro para la comunidad judía en nuestro país y en todo el mundo, por cuanto podrían verse afectadas por reacciones simplistas de ciertos estamentos sociales fanatizados y desinformados impresionados por los crecientes atropellos genocidas del sionismo en Palestina y – a través de Estados Unidos – en otras latitudes del mundo, notablemente en Irak y Afganistán. El Sionismo conforma la política oficial de un Estado-nación determinado y concreto: el Estado de Israel. Sus actuales gobernantes solo tienen el apoyo de una parte de sus ciudadanos y de solo una porción de las comunidades judías en todo el mundo, la Argentina incluida. Originalmente un movimiento político laico, en las últimas décadas se ha producido dentro del Estado de Israel una alianza entre el sionismo y la extrema derecha fundamentalista teocrática de ese país. Ambas fuerzas se han integrado dentro del partido ultraderechista Likud que hoy gobierna el Estado de (25) Kuntres Dibros Codees, citado en el sitio www.jewsagainstzionism.com 31 Israel bajo el liderazgo de su actual primer ministro Ariel Sharon. En síntesis, resaltamos un hecho fundamental que hoy se pretende desdibujar: No todo sionista es judío y no todo judío es sionista. A modo de ejemplo y como hemos visto, existe un conjunto notable, notorio y poderoso de personalidades alineadas de manera irrestricta con los preceptos, objetivos e intereses del sionismo israelí mientras que ellos mismos no son de religión judía: me refiero al presidente de EE.UU. George W. Bush, su vicepresidente Richard B. Cheney, su secretaria de estado Condoleeza Rice, su ministro de defensa Donald Rumsfeld, su director de inteligencia John Negroponte, su ex-secretario de estado Colin Powell, el ex presidente William Clinton, el senador Alphonso D’Amato, el ex-alcalde de Nueva York Rudolf Giuliani, el primer ministro británico Tony Blair, su canciller Jack Straw, el expresidente español José María Aznar, el canciller alemán Gerhard Schroeder, el presidente alemán Horst Köhler, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, y muchas otras personalidades influyentes, incluso en nuestro país. Simétricamente, existe otro conjunto también notable de personalidades de confesión judía que se declaran abiertamente anti-sionistas: Noam Chomsky, Norman Finkelstein, Gran Rabino Joel Teitelbaum, Israel Shamir, y los grupos True Torah Jews de Brooklyn (Nueva York), Israelí Women against Occupation, Women in Black, Peace Now, entre muchos otros. No todo sionista es judío; y no todo judío es sionista. Las raíces políticas de los orígenes del movimiento universal sionista se enraízan en muchos siglos de anhelos de las comunidades judías dispersas por todo el mundo – la así-llamada Diáspora -, especialmente en Europa Occidental, Central y del Este, de tener un Estado nacional propio. A partir de mediados del siglo XIX, el movimiento sionista desarrolla una propuesta concreta y comienza a buscar y hallar el apoyo de grandes banqueros israelitas de la época, notablemente los Rothschild y Warburg en Alemania, los Schiff en Estados Unidos y el Barón Hirsch en Francia; luego complementado por políticos de gran poder como el primer ministro inglés Benjamín Disraeli y el canciller Arthur Balfour. Hubo dos principales vertientes intelectuales que alimentaron los orígenes del sionismo: una proveniente de la entonces Rusia zarista de la pluma de León Pinsker en su obra Autoemancipación y la otra, de mayor influencia, a través de las gestiones y escritos del abogado vienés Theodor Herzl, que reflejaba un sentir más cosmopolita y con un fuerte enfoque geopolítico y a largo plazo. El movimiento mundial sionista considera a Herzl como el genuino padre del sionismo universal, el que dio fuerte consistencia y organización inaugurando los Congresos Mundiales Sionistas que comenzaron a realizarse en 1897 en Basilea (Suiza) y que siguieron hasta principios del siglo XX, incluso tras la temprana muerte de Herzl en 1904. En 1896, Herzl publica su obra fundacional “El Estado Judío”,26 en la que describe, elabora y propone un plan concreto para resolver el problema del “antisemitismo” que en aquella época estaba muy marcado por el resonante caso Dreyfuss en Francia. Herzl entonces proponía el “establecimiento de un Estado Judío libre en su patria histórica”. Herzl personalmente realizó gestiones ante los gobiernos de Alemania, Turquía e Inglaterra, buscó el apoyo financiero de los Rothschild, del barón Maurice Hirsh, de los banqueros Samuel Montagu y Claude Montefiore, y de Frederick Mochate (de la Anglo-Jewish Association). Herzl, con la visión de su época, definía al problema que deseaba resolver como “La cuestión judía” que él creía “existe allí donde judíos vivan en cantidades perceptibles. Donde no existe, es portado por los judíos en el transcurso de sus migraciones. Naturalmente, nos trasladamos hacia aquellos lugares donde no somos perseguidos y ahí, nuestra presencia genera la persecución. Esto es así en cada país y seguirá siendo así aun en aquellos países altamente civilizados – por ejemplo, Francia – hasta tanto la cuestión judía sea resuelta sobre una base política. Los desdichados judíos actualmente portan las semillas del antisemitismo a Inglaterra; ya la han introducido en América”27 (26) Originalmente publicado en alemán en Viena bajo el título “Der Judenstaat”, luego traducido a decenas de idiomas. Para este ensayo hemos utilizado la versión en inglés “The Jewish State”, publicado por el American Zionist Emergenuy Council, Nueva York, Doubleday Publications, 1988. (27) Ibid., pág. 75. 32 Tras evaluar los orígenes en la edad media del “antisemitismo”, Herzl señalaba – en 1896 – que “cuando nos hundimos, nos transformamos en un proletariado revolucionario, oficiales subordinados de todos los partidos revolucionarios; y al mismo tiempo, cuando ascendemos, surge también nuestro terrible poder de la billetera”.28 Esta notable observación cobró relevancia en el siglo XX cuando el poder mundial estuvo durante más de medio siglo repartido entre la comunista Unión Soviética y sus aliados por un lado, y la capitalista alianza anglo-estadounidense, por el otro. Innegablemente, algunos comentarios de Herzl suenan como una premonición de Ariel Sharon, cuando dice, “Si deseamos fundar un Estado, no hemos de hacerlo de la manera que solo hubiera sido posible hace mil años. Resulta tonto revertir a antiguas etapas de la civilización como les gustaría a muchos sionistas. Supongamos, a modo de ejemplo, que nos viéramos obligados a despejar a un país de bestias salvajes, pues entonces no debiéramos realizar esa tarea al estilo de los europeos del siglo quinto. No vamos a tomar lanzas y espadas y perseguir uno a uno a esos osos; en su lugar, hemos de organizar una gran y activa cacería, expulsar a los animales en su conjunto y lanzarles una bomba de melanita encima.”29 Por último y a los efectos de la presente Guía, nos permitimos destacar una de las propuestas concretas de Herzl en su obra fundacional de 1896 cuando Tierra Santa estaba aún en manos del Imperio Otomano Turco y una patria judía en Palestina parecía una verdadera utopía. Herzl, hombre pragmático y realista, propuso establecer el Estado israelita en territorio argentino, lo que hace que, considerando la alta coordinación de las fuerzas del sionismo internacional junto a su innegable gran poder económico-financiero, debamos al menos detenernos unos momentos en la centenaria propuesta de Herzl cuando en 1896 escribía lo siguiente: “¿Palestina o Argentina? ¿Hemos de elegir Palestina o Argentina? Tomaremos lo que se nos dé y lo que elija la opinión pública judía. La Jewish Society (con sede en Londres) determinará sobre ambos puntos. Argentina es uno de los países más fértiles del mundo, tiene una vasta extensión, una baja densidad poblacional y un clima templado. La República Argentina derivaría considerable beneficio si cediera una porción de su territorio a nosotros. La actual infiltración de judíos ha generado indudable descontento, y sería necesario esclarecer a la República (Argentina) respecto de la diferencia intrínseca de nuestro nuevo movimiento. Palestina es nuestro hogar histórico, siempre en nuestra memoria. El solo nombre de Palestina atraería a nuestra gente con una fuerza de maravilloso poder. Si Su Majestad el Sultán (de Turquía) nos entregara Palestina, nosotros a cambio asumiríamos regular todas las finanzas de Turquía.” Herzl no llegó a ver la primera guerra mundial que se desató sobre Europa a partir de 1914, que terminaría con los imperios alemán, austro-húngaro, ruso y turco. Tras aquella contienda, Palestina y otras zonas fueron entregadas a Gran Bretaña para que desempeñara un mandato colonial sobre ellas. Es así como en noviembre de 1917, el entonces canciller inglés, Lord Balfour, emite su conocida declaración en la que afirma que el gobierno británico veía con simpatía la conformación de un Estado Judío en Palestina. El sueño de Herzl finalmente se materializó en mayo de 1948, cuando tras una creciente inmigración judía a la “Palestina Británica” y gracias a la acción certera de grupos guerrilleros y terroristas liderados por personalidades como Yitzakh Shamir y Menahem Beghin – ambos luego serían primeros ministros de Israel -, se desembocaría en la creación del Estado de Israel en tierras Palestinas. Este proceso resultaría en una serie de sangrientas guerras con los países árabes y terminó con la ocupación de Palestina, la expulsión de buena parte del pueblo palestino de sus tierras milenarias y el genocidio de una parte importante de ese pueblo mártir. Este proceso hoy continúa y se ha agudizado en nuestros días a través de las políticas imperiales impuestas por el Estado de Israel. El hecho de que el sueño de Herzl se haya afirmado en el Estado israelí no debe interpretarse como que su objetivo integral haya sido logrado. La actual dirigencia sionista mesiánica israelí, especialmente la fundamentalista y racista que milita en el partido Likud, pretende ampliar las fronteras de Israel creando el Eretz Israel: la Israel imperial que se pretende abarque desde el Desierto del Sinaí egipcio hasta Bagdad y que – gracias al incondicional apoyo de Estados Unidos – hoy parece hallarse en vías de realización. Claramente, Israel es un Estado militante, imperial, expansivo, nuclear y guerrero. Se merece el debido respeto por ello. (28) Ibid., pag. 91 (29) Ibid., Pag. 94 33 Sin embargo, existen millones de judíos fuera de Israel que se oponen a este espíritu sionista de conquista y limpieza étnica practicada contra el pueblo palestino. Muchos ciudadanos israelíes manifiestan de manera muy vehemente su oposición a las políticas genocidas de Sharon, Netanyahu, Peres y Barak, que conforman permanentes disparadores de actos de violencia por parte de la Resistencia Palestina, y anhelan vivir de una vez por todas en paz. Podría inferirse de esta crecientemente aguda situación política y social, que el sueño sionista aún sigue buscando una nueva patria para aquellos de sus miembros que no tienen ese espíritu guerrero o que, teniéndolo, quisieran poder retirarse algún día a algún lugar que les ofrezca tranquilidad y sosiego. Y, así como en el Antiguo Testamento el Reino de Israel era militante y marcial y el Reino de Judá era más apacible y pastoril, podría inferirse que al imperial Estado de Israel le falta un Estado complementario - más pacífico por cierto - en algún lugar del mundo. ¿Será un objetivo del Sionismo Internacional aún por realizar, la creación de semejante Estado pacífico? ¿Una suerte de “Estado de Judea” – Nueva Judea - como reflejo de la milenaria historia descripta en la Biblia? ¿Se pretenderá conformar ese Estado de Nueva Judea en la Argentina – incluso en la Patagonia argentino-chilena -, siguiendo el centenario consejo de Herzl? ¿Experimentaremos crecientes presiones sobre nuestro territorio patagónico para ceder esa gran parcela propuesta por Herzl hace más de un siglo, a cambio de alguna compensación financiera, en momentos en que la Argentina sufre bajo el peso aplastante de una deuda externa impagable y de dudoso origen? Desde esta óptica, cobran una dimensión distinta las diversas incursiones de “mochileros” israelíes, las grandes adquisiciones de estancias, montes, montañas, ríos y extensiones en el sur argentino y chileno. ¿Cuál será, en verdad, el propósito ulterior de las grandes adquisiciones territoriales en la Patagonia argentino-chilena realizadas por supuesto “filántropos” y “ecologistas” como Douglas Tomkins, Ted Turner, Benetton, George Soros, y otros? 30 ¿Será ésa la razón que motiva la gran presión que sufren sucesivos gobiernos argentinos de “privatizar” el Banco de la Nación Argentina, sabiendo que con que sus futuros dueños privados tan sólo ejecuten las hipotecas morosas, les permitirá quedarse con la propiedad de vastas extensiones territoriales en todo el país, del orden del 4% de su total superficie, con una notable concentración en la Patagonia?31 (30) Ver capítulo “Argentina privatizada o el canje de deuda por territorio” en “El Cerebro del mundo…”. (31) El ministro de economía Roberto Lavagna viene buscando con insistencia la manera más “discreta” y “política” de cumplir con la exigencia del FMI de concluir con la “reforma de la banca oficial” que apunta directamente a la destrucción del Banco de la Nación Argentina y del Banco de la Provincia de Buenos Aires, las dos instituciones bancarias centenarias de nuestro país que conforman un bocado favorito de la banca internacional, igual que en su momento lo fue el Banco Hipotecario Nacional privatizado, precisamente, a los intereses de George Soros (CFR). Que el Banco Nación y el Banco Provincia necesiten amplias mejoras para eficientizarlos y limpiar la corrupción que los aqueja en una cosa, pero destruir su función y mandato constitucional es otra. El Banco Nación cumple una función estipulada en la Constitución, mientras que el Banco Provincia hunde sus raíces históricas en tiempos previos al nacimiento de la Nación Argentina. El Preámbulo de la Constitución Nacional dispone “promover el bienestar general, siempre que se relacione con el desarrollo económico y social y que sea influido por la moneda, el crédito y la actividad bancaria.” A su vez, el Art. 75, inc. 18, dispone la función de “promover la prosperidad del país, el adelanto y el bienestar de todas las provincias, promoviendo la industria, la construcción de ferrocarriles y vías navegables, la colonización de tierras nacionales, la introducción y establecimiento de nuevas industrias...”. Por último, del inc. 19, surge el fin de “promover el desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la defensa del valor de la moneda, y la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento, al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio, a promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones.” El instrumento crediticio natural impulsor de este mandato constitucional es, precisamente, el Banco de la Nación Argentina, que no tiene porqué regirse ni por la lógica propia de la banca privada ni, mucho menos, ser privatizado.. 34 ANEXO III Carta del autor fechada 16 de noviembre de 2006 dirigida al entonces presidente Néstor Kirchner por el caso AMIA-DAIA. Con motivo de la crisis surgida con la República de Irán por el caso del ataque terroristas contra la sede de la AMIA-DAIA, a través del Comunicado de Prensa No. 11 del MSRA – Movimiento por la Segunda República Argentina – el autor envió una Carta Abierta el entonces presidente Néstor Kirchner, tramos de cuyo texto reproducimos a continuación: “De nuestra mayor consideración: Nos dirigimos al Sr. Presidente de la Nación en torno a la gravísima situación diplomática internacional en que se halla la República Argentina a raíz de la denuncia y pedido de captura internacional promovidos por los Fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martinez Burgos, y el Juez Federal Rodolfo Canicoba Corral, contra una decena de altos funcionarios del Gobierno de la República de Irán, que incluye a su ex-presidente Ali Akbar Rafsanjani, a los que se acusa de ser responsables del atentado terrorista contra la sede de la AMIA-DAIA en julio 1994. “….muchos sospechamos …que el Gobierno Argentino hoy es cómplice en una amplia maniobra urdida por poderosas organizaciones sionistas internacionales y locales - la AMIA y la DAIA, incluídas - aliadas a los gobiernos de Estados Unidos e Israel. Esas maniobras pretenderían generar excusas falaces para justificar un ataque militar israelí y estadounidense contra Irán similar al liderado por Estados Unidos contra Irak en marzo 2003, notoriamente basado sobre mentiras flagrantes y desinformación burda promovida por exactamente las mismas organizaciones prosionistas internacionales y potencias extranjeras que hoy baten tambores de guerra contra Irán… “Como reflejo de lo antedicho, resulta elocuente el beneplácito con que Estados Unidos e Israel recibieron la noticia de las medidas de los fiscales y juez argentinos. Al decir de Tony Snow, vocero del presidente George W. Bush de Estados Unidos, "aplaudimos al sistema judicial de la Argentina por su tenaz persecución de justicia contra los perpetradores de este terrible ataque y estamos listos para apoyar el proceso acusatorio de cualquier modo que podamos, convocando a todos los gobiernos a apoyar al gobierno argentino". (La Nación 12Nov06). Similarmente y según su usual tono tremendista y estilo amenazador, el embajador de Israel en Buenos Aires, Rafael Eldad, recomendó al Gobierno "ser muy cuidadoso" y "tomar precauciones" ante la escalada diplomática entre la Argentina e Irán. Además, "esta gente (por los iraníes), si dispone de armas nucleares como está intentando... Mejor no pensar", deslizó el representante israelí durante un reportaje radial." (Clarin 14Nov-06)… “…Por ello, solicitamos al Sr. Presidente aclare urgentemente si son ciertas las palabras vertidas por el presidente del Consejo Político del Congreso Mundial Judío, rabino Israel Singer - una de las máximas autoridades políticas de la comunidad judía y sionista internacional - quien en comunicación con usted elogiara la decisión de los fiscales expresando que "el dictamen fiscal "ratifica el compromiso asumido en la reciente visita a la comunidad judía de los Estados Unidos del primer mandatario argentino, de la primera dama Cristina Kirchner y del canciller Jorge Taiana de luchar contra el terrorismo". (Clarin 02-Nov.06; el resaltado es nuestro) De esta manera, el Rabino Singer da a entender que tal compromiso habría sido asumido en la ciudad de Nueva York en Septiembre pasado cuando el Gobierno Nacional - a través de la Senadora y Primera Dama Cristina Fernández de Kirchner y el Canciller Jorge Taiana mantuvo reuniones con las principales organizaciones sionistas mundiales, notablemente el Congreso Mundial Judío (al que pertenece el Rabino Singer), el Comité Judío Estadounidense, la logia masónica B´Nai B´Rith, la ADL–Anti-Difamation League, y otros lobbies y organizaciones de presión y choque en EEUU, firmemente alineadas y consustanciadas con los intereses y objetivos del Estado de Israel. De ser esto cierto, entonces el Gobierno Argentino no estaría actuando en base a datos objetivos provenientes del ámbito de una Justicia imparcial, sino en obediencia a intereses, presiones y 35 eventuales amenazas realizadas por poderosas organizaciones sionistas proisraelíes dentro y fuera de nuestro país, y por dos potencias extranjeras: Estados Unidos e Israel. Dada la enorme gravedad de estos hechos, solicitamos al Sr. Presidente que por favor urgentemente informe al Pueblo Argentino sobre lo siguiente: 1. Si el Sr. Presidente, la Sra. Primera Dama y el Sr. Canciller asumieron algún tipo de compromiso con las mencionadas organizaciones sionistas en Nueva York previo al dictamen Nisman, según explícitamente lo declara el Rabino Israel Singer. De ser así, favor aclarar qué tipo de compromiso se asumió y por qué. 2. Al tratarse de medidas que afectan nuestras relaciones internacionales con la República de Irán (y potencialmente con otras naciones), pudiéndose prever, incluso, que la Argentina se vea involucrada en una eventual guerra internacional, ¿piensa el Sr. Presidente elevar este caso a consideración del Congreso de la Nación en cumplimiento de sus atribuciones y obligaciones constitucionales para este tipo de decisión? 3. Si el Sr. Presidente decidió involucrar a la Argentina en un potencial estado de guerra internacional, entonces favor aclare qué medidas diplomáticas, económicas e, incluso, militares adoptará el Gobierno, toda vez que reconociendo la gravedad de los hechos, hoy "puso en alerta a todas las fuerzas de seguridad federales y a la SIDE debido al conflicto diplomático desatado con Irán por la causa AMIA" (Clarín, 16-Nov-06). 4. Por último, y si efectivamente hubo presiones indebidas por parte de las organizaciones sionistas y de las dos potencias extranjeras arriba indicadas sobre el Presidente, la Primera Dama y el Canciller, entonces favor aclarar cuál es la naturaleza de dichas presiones o eventuales amenazas, considerando que las mismas no solo impactan sobre nuestras relaciones internacionales con las naciones directamente involucradas, sino también con países de la región como Venezuela cuyo presidente mantiene una postura digna, firme e independiente en torno a las agresiones militares de Estados Unidos e Israel contra Irán en particular, y el Medio Oriente en general. Por último y como elocuente reflejo de la gravedad de los hechos, nos enteramos de un nuevo comunicado oficial de Estados Unidos en el que "se comprometió ayer a cooperar con el Gobierno argentino y las autoridades de Interpol para arrestar al ex presidente de Irán Alí Rafsanjani, otros 7 iraníes sospechosos y un libanés de organizar y ejecutar el atentado contra la AMIA." (Clarin, 14-Nov-06). De esta manera, el Gobierno Argentino ha perdido toda posibilidad de control, maniobra e iniciativa diplomática en torno a este delicado caso, ya que si Estados Unidos detiene al expresidente y demás funcionarios iraníes acusados por Nisman, Martinez Burgos y Canicoba Corral, y luego se produce el anunciado ataque militar israelí-estadounidense contra Irán basado entre otros hechos - en este episodio diplomático, las consecuencias para la República Argentina serían incalculables. Dada la inusitada gravedad de todos estos hechos, solicitamos al Sr. Presidente brinde urgentes aclaraciones sobre este tema que hace al bienestar, seguridad y futuro desarrollo del Pueblo Argentino. Sin más, aprovechamos para saludar al Sr. Presidente con nuestra más distinguida consideración. por Movimiento por la Segunda República Argentina - (MSRA) – Adrian Salbuchi (Fundador)” ________________________________ 36