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Monseñor Romero El corazón de Monseñor Romero Como antesala al XXXIII aniversario del martirio de Monseñor Romero compartimos fragmentos de sus homilías, publicadas en el cuaderno 24 del Centro Monseñor Romero editado por Miguel Cavada No soy más que un predicador de la palabra de Dios «Para eso se predica en la Iglesia: para hacer una orientación cristiana, para cristianizar la vida de los que escuchan. Yo no tengo otra pretensión. No soy más que un predicador de la palabra de Dios y sé que el éxito está en ustedes, en la buena voluntad con que ustedes lo reciben y tratan de hacerlo vida» (3 de diciembre de 1978). ¡Quién pusiera elocuencia de profeta en mis palabras! «Queridos hermanos, ¡quién pusiera elocuencia de profeta a mis palabras para sacudir la inercia de todos aquellos que están como de rodillas ante los bienes de la tierra! Aquellos que quisieran que el oro, el dinero, las fincas, el poder, la política fueran sus dioses inacabables. ¡Todo eso se va a acabar!» (10 de diciembre de 1978). Mi mayor satisfacción y alegría es cuando escucho al pueblo… «¡Qué hermoso es ser cristiano! De veras, es abrazar la palabra de Dios encarnada, hacer suya la fuerza de salvación, tener esperanza aun cuando todo parece perdido. Por eso, mi trabajo, hermanos, aquí en catedral y en mi ministerio episcopal, y mi mayor satisfacción y alegría es cuando escucho al pueblo, como lo he escuchado en esta semana en diversas manifestaciones, que dicen que les transmitimos esperanzas, despertarnos su fe…» (16 de julio de 1978). 22 Monseñor Romero Mi posición de pastor me obliga a ser solidario con todo el que sufre «Mi posición de pastor me obliga a ser solidario con todo el que sufre y a acuerpar todo esfuerzo por la libertad y la dignidad de los hombres; y, en esta condición de pastor, he participado con gusto en la Comisión de Derechos Humanos para este trámite de la liberación de los secuestrados» (7 de enero de 1979). Si mi persona cae repugnante… «Si mi persona cae repugnante y, por eso, se quiere callar mi voz, no se fijen en mí, fíjense en aquel que les manda a decir: “Ámense unos a otros”. No es a mí a quien oyen, sino al Señor del amor, que nos quiere, precisamente, suyos por esta característica del amor» (12 de abril de 1979). Es muy bonito vivir una piedad de solo cantos y rezos… «Es muy bonito vivir una piedad de solo cantos y rezos, de solo meditaciones espirituales, de solo contemplación; ya llegará eso en la hora del cielo, donde no habrá injusticias, donde el pecado no sea una realidad que los cristianos tenemos que destronar. Ahora —les decía Cristo a los apóstoles, contemplativos en el Tabor, queriendo quedarse allí para siempre—, bajemos, hay que trabajar» (19 de noviembre de 1978). Traigo el corazón lleno de amor para todos «No les canso más, hermanos, muchas gracias por haber venido y a quienes se suman a esta muchedumbre que no cabe en la catedral —allá en el anonimato de sus aparatos de radio estarán muchos escuchando esta palabra—, sepan que traigo el corazón, como siempre, lleno de amor para todos, no guardo resentimientos para nadie» (16 de febrero de 1979). Suscripción de Carta a las Iglesias El Salvador: Personal Correo $ 4.00 $ 8.00 Centroamérica y Panamá $ 20.00 Norte y Suramérica $ 25.00 Europa y otras regiones $35.00 Precio por ejemplar $ 0.35 Si desea más información, puede ingresar a nuestra página web: www.ucaeditores.com.sv o escríbanos a la dirección electrónica: [email protected] Tel. 22106600, Exts 240,241,242, Telfax: 503- 22106650 23 ¡Quienes conocen su martirio! ¡Quienes admiran su obra dentro de la Iglesia Católica Salvadoreña y Latinoamericana! ¡Quienes mantienen en vivo su memoria, su valentía, su misión pastoral! ¡Quien levantó su voz en beneficio de los pobres, por la paz y la justicia social en El Salvador! ¡Quien criticó severamente la grave situación en que la nación vivía en la década de los 70-80! Monseñor denunció a los causantes de la violencia en contra del pueblo, situación caótica, producto de la misma injusticia social, de la falta de respeto a los derechos humanos y la represión militar que llevaría al pueblo salvadoreño a una sangrienta guerra civil con sentido de liberación naciona! XXXIII Aniversario de su martirio 24