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Parábolas para la actualidad
Peter van Gorder
«Entonces les habló por parábolas de muchas cosas…y no les hablaba de otra manera»1.
Del pasaje anterior podemos concluir que las parábolas eran uno de los instrumentos de enseñanza
favoritos de Jesús. Un tercio de Sus palabras que registra el Nuevo Testamento son parábolas. Él sabía
que una parábola es más fácil de recordar que un sermón. Un relato se asemeja a un rompecabezas que
uno va armando para comprender la idea general. Al escuchar un relato probablemente se habrán
preguntado: ¿Qué habría hecho yo en una situación similar?»
Hoy en día estamos muy familiarizados con la mayoría de las parábolas de Jesús; algunos aspectos
de ellas se han arraigado en nuestro idioma. Por ejemplo relatos como los del Buen Samaritano, el
hombre rico necio, el Buen Pastor y el hijo pródigo han sido contados y desmenuzados una y otra vez.
Dichas parábolas hacen hincapié en la forma en que debemos amar al prójimo y orar. Sirven para
ayudarnos a ver lo maravilloso que es el reino de Dios y, más que todo, a entender lo mucho que Él nos
ama.
Por definición una parábola es un relato corto alegórico que contiene valores morales e ilustra ideas
abstractas por medio de imágenes concretas y descripciones vívidas.
Existe un paralelo físico para casi todo principio espiritual. Nuestros cuerpos son de la tierra; por lo
tanto dependemos mucho de nuestros sentidos y experiencias para formar valores y creencias. «En la
tierra como en el cielo»2. Lo invisible se hace claramente visible3.
Por las lecturas del Evangelio podemos ver cómo Jesús se identificaba con las personas de su
época, es fácil imaginar al Maestro Relator dirigiéndose al agricultor que cultiva los campos de las
colinas cercanas, o a los pescadores que lanzan sus redes en el lago Tiberiades. Si Jesús anduviera
entre nosotros hoy en día, me pregunto qué tipo de parábolas relataría. ¿Qué imágenes utilizaría para
explicar los conceptos espirituales? Algunas podrían ser las siguientes:
La parábola del teléfono celular
El reino de los cielos es como dos hombres que portaban sus celulares donde quiera que fueran.
Uno de ellos era sabio y el otro necio6.
El necio no recargaba su teléfono, por lo tanto cuando le llegaba un mensaje importante, su teléfono
no repicaba. Debido a que quien llamaba no lograba comunicarse, éste dejaba de llamar y se perdía la
oportunidad de cerrar un trato importante.
El hombre sabio al salir de casa siempre se aseguraba de que su celular tuviera plena carga. De esa
forma al entrar la llamada pudo escuchar el tono del timbre y se pudo realizar tan importante negocio.
Grande fue la recompensa de este hombre por su fidelidad en tener su teléfono recargado.
La parábola del virus en la computadora
Ahora escuchen la parábola del virus en la computadora. Cuando una computadora no está
debidamente protegida de los riesgos de la Internet, puede infectarse con un virus, trojano o gusano. Los
creadores de los virus continuamente intensifican sus ataques y con frecuencia los ocultan tras atractivas
imágenes o programas interesantes. Si uno no tiene cuidado y no se mantiene alerta, los virus pueden
terminar por infectar su computadora.
De la misma forma, el Diablo anda siempre tratando de destruir la comunicación entre ustedes y Yo y
los demás, y de derribar sus defensas con el fin de inutilizarlos. Para mantenerse libre de dichos
ataques, deben mejorar sus defensas espirituales. De la misma manera que el hombre sabio con
frecuencia actualiza su escáner contra los virus, pueden pedirme que les indique métodos más
modernos de combatir al enemigo de su alma que busca formas de infectarlos sin que lo noten.
Así que, «practiquen el dominio propio y manténganse alerta»4, «oren sin cesar»5, ¡y manténganse
actualizados con las más recientes formas de protección contra los virus!
La parábola del trapeador
Y Jesús tomo un trapeador y lo colocó en medio de la muchedumbre. Dijo: «Un trapeador nuevo está
limpio y libre de toda suciedad. Así vine al mundo, como el Cordero de Dios, totalmente limpio de los
pecados de la humanidad.
»De la misma forma que el trapeador se introduce y agita dentro del balde con desinfectante, Yo me
sumerjo en la oración, en el amor purificador de Mi Padre celestial. Y así como el trapeador no tiene
voluntad propia, permití a Mi Padre que me guiara donde fuera: a los más oscuros y sucios rincones del
mundo. Al igual que este trapeador, tuve que permitir que se me pusiera en contacto con la mugre y la
suciedad para poder convertirme en la ofrenda por sus pecados con el fin de que ustedes fueran
justificados delante Dios por medio de Mi.»7
La parábola del Wi-Fi
Todo creyente que recibe instrucciones acerca del reino de Dios es como un computador con
conexión inalámbrica que puede enviar y recibir mensajes en el espacio. Debido a que ha sido
programado con la configuración precisa, puede transmitir y recibir un gran flujo de información a través
de las ondas invisibles. Aunque el computador posee poca potencia en sí mismo, debido a que está
firmemente conectado a la fuente principal de información, puede lograr mucho y funcionar sin
problemas.
Cuando surjan fallos técnicos o se rompa la conexión, tomen el teléfono y llamen al Técnico. Él
acudirá rápidamente para corregir el problema de forma que los mensajes vuelvan a fluir con facilidad.
La parábola del rally a campo traviesa
El reino de los cielos es como un equipo de un auto de carreras compuesto por varios miembros.
Algunos son mecánicos, otros son personal de apoyo y otros pilotos. No obstante, todos trabajan en
unidad para que el auto se desempeñe durante la carrera a un nivel óptimo.
Aunque el bólido ha sido construido a medida para que aguante las duras travesías por terrenos
escarpados, requiere de paradas para cambiar los neumáticos, el líquido de la transmisión, el aceite, y
para cargar combustible. Aunque las marchas sirven para que el auto se adhiera a la carretera cuando
recorre pronunciadas colinas, y pese a que el piloto puede equivocarse en una curva y terminar perdido,
siempre tiene la oportunidad de volver a la ruta correcta. Si se guía por el GPS que le entregara el Líder
del rally «y corre con perseverancia la carrera que tiene por delante»8, puede alcanzar la meta y ganar el
gran trofeo que le esperan a él y a su equipo.
El Líder del rally entonces le dirá: «¡Bien hecho! Has conducido bien por muchos kilómetros de rutas
polvorientas y peligrosas. ¡Entra al podio de los ganadores y gózalo al máximo!»
Les hablo en serio cuando les digo que cuando llegue el día, la celebración de la victoria será tan
gloriosa que jamás se olvidará.
La parábola del disco duro
Ahora escuchen la parábola del disco duro. Tal y como el disco duro almacena datos, he guardado
en lo profundo de ti la información acerca de todo lo que has dicho y hecho en tu vida. Algún día volverás
a tener acceso a ella, después de que pases por el túnel de luz y te sea abierto el libro de tu vida.
Cuando llegue ese día, te juzgaré por todo lo que hayas hecho en tu vida, lo cual estará registrado
en el «libro de la vida»9. Por lo tanto, toma conciencia de lo que haces y dices, puesto que cada
pulsación quedará registrada y guardada en tu disco duro.
Para asegurarte de que tu información no te avergüence, vive por aquello que es eterno.
Se pueden utilizar muchísimos elementos en una parábola; incluso aparatos modernos y tecnología
de punta que sirvan para ilustrar verdades infinitas. Todo lo que se requiere es tomar conciencia del
hecho de que Jesús aún nos habla, y detenernos a escuchar los relatos que a Él le gustaría contarnos.
Si se te ocurre alguna «parábola moderna» que creas que Jesús utilizaría hoy en día, compártela con
nosotros en la sección de comentarios al final del artículo.
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4.
5.
6.
7.
8.
9.
Notas a pie de página
1 Mateo 13:3, 34 RVA.
2 Mateo 6:10 NVI.
3 Romanos 1:20.
4 1 Pedro 5:8 NVI.
5 1 Tesalonicences 5:17 NVI.
6 Veáse Mateo 25.
7 2 Corintios 5:21 NVI.
8 Hebreos 12:1 NVI.
9 Apocalipsis 20:12.
Traducción: Luis Azcuénaga y Antonia López.
© La Familia Internacional, 2012
Categorías: La Palabra de Dios