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PATRIA INSURGENTE Y EL INSTRUMENTO POLÍTICO DE LOS
TRABAJADORES (IPT-COB)
POR LA INSURGENCIA DEL TRABAJO
Históricamente, los trabajadores han buscado participar directamente en
política, diferentes coyunturas se han presentado en la historia, para que
los trabajadores tomen en sus manos los destinos del Estado y crear una
sociedad desde la concepción de los trabajadores.
La COB es un hijo siamés de la revolución del 1952, los trabajadores a la
cabeza de la vanguardia minera, han marcado el ritmo y la dirección de
algunas decisiones políticas de los primeros años del gobierno
movimientista, como la nacionalización de las minas.
Durante los años de los gobiernos militares, la COB fue un baluarte
fundamental en la resistencia y ulterior organización para la recuperación
de las libertades democráticas, en ese camino se han ofrendado la vida de
muchos obreros y militantes de la FSTMB y la COB.
Durante los gobiernos neoliberales, aun después de la relocalización o
mejor dicho del despido de más de 70.000 obreros mineros y fabriles, la
dirección de la COB no claudico ni se resignó a la suerte que le imponía los
gobiernos neoliberales del MNR, ADN, MIR CONDEPA, UCS, NFR;
disminuidos en sus fuerzas -como consecuencia del chantaje patronal
privado y estatal- los trabajadores siempre estuvieron en la lucha por la
defensa de sus intereses y de la Patria, si no hubiera existido resistencia y
organización en el seno de los trabajadores, no hubiera habido necesidad
de dictar estados de sitio, leyes para imponer por la fuerza la
capitalización, reforma educativa, privatización de las empresas estatales.
La dirección de la COB y los trabajadores, en condiciones y ámbitos
totalmente adversos, tanto en el plano nacional e internacional no arriaron
las banderas del Socialismo y la lucha por el poder.
Durante quince años, la lucha de los trabajadores desgastó y debilitó a los
gobiernos neoliberales, sembraron y crearon las condiciones para una
derrota de los gobiernos de las transnacionales y de los organismos
multilaterales como el FMI y el Banco Mundial.
El año 2003 se dio un episodio importante en la lucha del pueblo boliviano,
sobre todo en la ciudad de La Paz, cuando fuerzas populares en
insurgencia urbana, rural y minera, principalmente de Huanuni, derrotó al
gobierno del MNR, MIR y NFR, huyendo Goni y dejando abierto la puerta del
Palacio Quemado para un cambio político.
El MAS -que un año antes repunto en el tablero electoral llegando a ser
segundo- capitalizo el descontento de la población, empezó a perfilarse
como una alternativa electoral para la gente del país, muchos de nosotros,
aun conociendo de la limitaciones ideológicas y políticas del mismo,
coadyuvamos y aportamos a su victoria, sabíamos que era un organización
política de los “sindicatos cocaleros”, que a su líder Evo Morales le faltaba
experiencia y trayectoria, y aun así, lo apoyamos sin condiciones;
percibíamos que entrar al juego electoral significaba la restauración de una
democracia burguesa; pero una vez más, no había la dirección y alternativa
propia de los trabajadores por ello es que el MAS llego a reemplazar y
embotar la lucha de trabajadores.
Desde el año 2006, vivimos una revolución política, donde efectivamente
hay cambios significativos en la re-institucionalidad democrática, se
cambió el nombre de República de Bolivia por Estado Plurinacional de
Bolivia. Hoy la mayoría de los asambleísta son de origen popular, se
incorporó y reconoció en la Constitución del Política del Estado (CPE) a las
36 naciones originarias, tanto sus formas de organización social,
económica, lingüística y cultural, hecho que ya se practicaba siempre en
nuestros pueblos, en suma hay cambios de forma y no de fondo, lo que
caracteriza a este gobierno es la política gatopardista, siempre lo hemos
dicho, “cambiar todo para que todo siga igual”.
Sostenemos, que no hay una revolución social y mucho menos una
revolución socialista en Bolivia, porque el núcleo de fuego del poder está
intacto, las relaciones sociales de producción basadas en la propiedad
privada de los medios de producción, están debidamente preservadas para
el potenciamiento y la configuración de una clase social mixta indios y
q´aras como una nueva clase dominante.
Con la definición de que este es un periodo de transición, caracterizado
por la “revolución democrática y cultural”, no se sabe cuándo, es que los
epígonos y gandules de este gobierno pretenden precisamente llegar al
socialismo. Nos dicen, que este es un gobierno de los movimientos
sociales, de los sindicatos, que ahora son ellos los que definen las
políticas, pero esto es una verdadera engañifa, lo que sostienen estos
ganapanes (ayer se reclamaban de izquierda y hoy velan por sus intereses
personales y de grupo, como los PCB, PCML, PRP y otras gavillas), no se
dan en la realidad, al punto que ni siquiera pueden cambiar a un solo
ministro, los llamados movimientos sociales.
En este sentido, PATRIA INSURGENTE, está dispuesto a contribuir en la
organización de la Instrumento Político de los Trabajadores (IPT) con la
experiencia de sus cuadros políticos, estaremos presentes en el debate
ideológico y teórico de la construcción del partido de los trabajadores,
consideramos que esta intención política está abierta a todas las fuerzas de
izquierda y revolucionaria, que la nominación de sus direcciones saldrá del
seno de las bases sindicales elegidas democráticamente.
Nuestra propuesta es clara: el IPT tiene como misión exclusiva llevar
adelante la Insurgencia del Trabajo, es decir, derrotar al capital y al
capitalismo. En torno a esto, se asumirán acuerdos, alianzas y pactos
de lucha.
¡Por la Insurgencia del Trabajo!
La Paz, 18 de febrero de 2013
Manuel Morales Alvarez
Lucio Gonzales Alanes
Carlos Pacajes
Carmen Guzmán M.
Raúl Alarcón Castro
Nina Guevara
Félix Encinas L. Oscar Vega