Download documento - Historia Universal III

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Unidad V
Primera Guerra Mundial (1914-1919)
En el periodo de 1914 a 1918, la rivalidad imperialista por colonias y zonas de
influencia hace crisis. Las grandes potencias europeas se disputan la supremacía, pero
ésta es conquistada por los estados Unidos de América. Mientras, se inicia el primer
gran experimento socialista.
Política
Bloques de alianza:
Triple Alianza (Alemania, AustriaHungría e Italia) vs. Triple Entente
( Gran Bretaña, Francia y Rusia)
Intervención de los E.U.A.
Sociedad
Gran movilización para sostener la
economía de guerra. Creciente
participación de las mujeres.
En Rusia: formación de los soviets
y lucha socialista.
Economía
Economía industrial de guerra.
Planificación centralizada de la
economía por los gobiernos.
Ideología
Propaganda y justificaciones
imperialistas.
Plan de paz de los 14 puntos del
presidente W. Wilson
Ecosis
Grave destrucción de materias
primas, espacios urbanos y
medios de producción. Más de
10 millones de muertos.
1 y 2. Antecedentes y estallido de la primera guerra mundial
Causas económicas.- La rivalidad imperialista de las grandes potencias industrializadas fue el
factor determinante de la Gran Guerra que estalló en Europa en 1914. Dichas potencias habían
desarrollado una creciente necesidad de colonias y zonas de influencia para conseguir materias
primas para su industria, mercados cautivos para sus manufacturas, y regiones donde colocar
inversiones y préstamos en pos de aumentar sus capitales. Además, la expansión colonialista
iniciada desde finales del siglo XIX había motivado el desarrollo cada vez mayor de la industria
de armamentos: comenzaba a conformarse una economía industrial de guerra, que fatalmente
empujaba hacia una carrera armamentista y estimulaba a los altos círculos militares a planear las
mejores estrategias para un futuro “ajuste de cuentas”.
En particular, tres países estaban cada día más inconformes con el reparto colonial
configurado a finales del siglo anterior. Alemania, de reciente unificación, que apenas contaba
con algunas regiones costeras en África e insignificantes posesiones insulares en Asia; Italia,
también recientemente unificada, que sólo dominaba algunas márgenes costeras en el África
Oriental; el Imperio Austro-húngaro, de poco desarrollo industrial y sin posesiones fuera de
Europa, pero con fuertes intereses en la Península de los Balcanes, al sureste de Europa. Por su
parte, Gran Bretaña, Francia y Rusia constituían un bloque interesado en mantener el reparto
colonial con las menores variaciones posibles.
Causas socio-culturales. Durante la llamada “bella época” (1871-1914) un espíritu de
nacionalismo romántico y agresivo se generalizó entre la población de las diferentes potencias
europeas. Se exaltaban los impulsos y sentimientos del alma por encima de la razón y la
prudencia; el patriotismo se entendía no sólo como aprecio de la propia cultura nacional, sino
también como desprecio hacia las naciones vecinas. En algunos casos, como el de Francia y
Alemania, existían rencores tradicionales (por ejemplo el que se originó con la guerra de 18701871, cuando Francia perdió los territorios de Alsacia y Lorena, ricos en minerales). En otros,
como el de los pueblos eslavos de la región balcánica existía un sentimiento nacionalista
decidido en contra de las ambiciones expansionistas de Austria-Hungría. La generalidad de los
pueblos estaban dispuestos a seguir a sus gobernantes y a sus ejércitos a una guerra de la que
creían que podrían obtener ventajas territoriales, económicas o políticas.
Causas políticas.- En los últimos años del siglo XIX, Alemania, Austria-Hungría e
Italia negociaron una coalición político-militar: la Triple Alianza, compromiso defensivo para el
caso de que alguna de las tres fuera atacada por otra potencia. A principios del siglo XX, Gran
Bretaña, Francia y Rusia negociaron también la creación de una Triple Entente, en previsión de
un posible enfrentamiento de grandes proporciones. Pese a declarar que tales bloques solamente
se proponían salvaguardar la paz, lo cierto es que, al formarse, crearon al riesgo evidente de que
una confrontación entre cualesquiera de sus miembros arrastrara a la guerra a casi todo el
continente. Episodios como la disputa franco-alemana por el dominio de Marruecos (en los
primeros años de nuestro siglo), anunciaban una gran guerra.
Estallido. El pretexto ocasional para iniciar la guerra lo dio la inestable situación
política de los Balcanes. En 1912-1913 se libraron las dos guerras balcánicas. En la primera de
ellas, los pueblos eslavos se rebelaron contra el dominio turco y lograron su independencia; en
la segunda, los eslavos se enfrentaron entre sí, correspondiendo a Servia la victoria y las
ventajas territoriales. Los servios eran enemigos acérrimos del expansionismo de AustriaHungría, que se había anexionado Bosnia en 1908.
En junio de 1914 agentes servios (con la anuencia secreta de su gobierno) asesinaron al
archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero de la corona austro-húngara en
Sarajevo (o Zagreb, en Bosnia). El Imperio, apoyado por Alemania, exigió a Servia el castigo de
los culpables y otras condiciones que anulaban su soberanía: ésta fue apoyada por Rusia y el
mecanismo de las alianzas arrastró a la guerra a las grandes potencias, excepto Italia (agosto de
1914).
V.3. Desarrollo de la primera guerra mundial
1ª Etapa. Guerra de movimientos (ago.-dic. 1914). Cuando se iniciaron las hostilidades, los
altos mandos de las potencias beligerantes pusieron en operación sus planes estratégicos
largamente estudiados y preparados. Todos deseaban una victoria rápida, y en especial
Alemania, rodeada por dos poderosos enemigos (Francia y Rusia) y con pocas materias primas
y demás recursos vitales que escasearían si el conflicto se prolongaba. Por ello, los alemanes se
volcaron contra Francia, tratando de vencerla rápidamente, antes de que el imperio ruso pudiera
hacer pesar la ventaja de su enorme territorio y población. A principios de septiembre las
vanguardias alemanas se aproximaban a París. Sin embargo, los rusos apresuraron sus ataques
contra Austria-Hungría y el este de Alemania. Gracias a esta intervención, y a un decidido
contraataque, los franceses salvaron su capital y restablecieron el frente. Alemania infligió a
Rusia terribles derrotas, pero sin adentrarse en su territorio, mientras que los austro-húngaros
tampoco lograban imponerse decisivamente a los servios en los Balcanes.
2ª Etapa. Guerra de posiciones (1915-1917). Sobrevino entonces una prolongada
guerra de desgaste militar y económico. Armas como la ametralladora y los avances en la
construcción de fortificaciones (trincheras) daban enorme ventaja a las tácticas defensivas: por
meses y años, los ejércitos permanecían alineados uno frente a otro en frentes de cientos de
kilómetros, causándose grandes bajas sin lograr avances territoriales de importancia. Se buscó
entonces agotar la capacidad económica y la voluntad combativa del adversario, mediante
diversas tácticas:
- El bombardeo a retaguardia del enemigo, primeramente con artillería pesada y más tarde con
aeroplanos y dirigibles de creciente capacidad destructiva.
- Gran Bretaña, cuya flota de guerra era ampliamente superior, impuso un bloqueo naval para
impedirles que se abastecieran de materias primas de sus colonias. En respuesta, Alemania
emprendió una campaña de ataques con buques sumergibles para desquiciar el comercio
marítimo.
- La apertura de nuevos frentes (como el intento alemán de penetrar en las posesiones
francesas e inglesas del Cercano Oriente) y nuevas alianzas. La Triple Entente consiguió que
Italia atacara a Austria-Hungría. Las Potencias Centrales, por su parte, lograron el apoyo
activo de Turquía. Sin embargo, ninguna de las dos consiguió avances de importancia.
3ª Etapa. Internacionalización y resolución de la guerra. Durante 1917 Rusia,
exhausta por el esfuerzo militar y la revolución interna, tuvo que ceder. El nuevo gobierno
bolchevique encabezado por V.I.U. Lenin firmó (marzo de 1918) la paz de Brest-Litovsk, con
grandes ventajas para Alemania.
En abril de 1917 el presidente estadounidense Woodrow Wilson declaró la guerra a las
Potencias Centrales. La razón esencial de su decisión eran los enormes compromisos financieros
(más de 7 mil millones de dólares) adquiridos por Francia y Gran Bretaña ante banqueros
norteamericanos: la derrota de estas potencias les impediría pagar, lo que provocaría un terrible
colapso. Además, Alemania dio dos pretextos: 1) mediante su guerra submarina (que costó
muchos barcos y vidas a los E.U.A.); y 2) mediante su intento de provocar una guerra entre el
régimen de Washington y México, que impediría a aquél intervenir en Europa (escándalo del
telegrama Zimmermmann, descubierto y denunciado por los servicios secretos de la Gran
Bretaña). Aprovechando su enorme potencial industrial, los Estados Unidos organizaron en
poco tiempo un ejército de millón y medio de hombres, enviándolo a Europa.
En la campaña de 1918, Alemania intentó por última vez romper la resistencia francesa.
No lo logró y a partir de agosto la amplia superioridad numérica de los Aliados la fueron
haciendo retroceder, al tiempo que Austria-Hungría daba ya claras muestras de agotamiento.
Ante disturbios internos que parecían anunciar una revolución, el gobierno alemán tuvo que
pedir un alto al fuego. Éste se firmó en noviembre de 1918, en condiciones de derrota para
Alemania y sus aliados.
V.4. Consecuencias de la primera guerra mundial
Económicas. Destaca el encumbramiento de los Estados Unidos como primera potencia del mundo
capitalista. La intervención estadounidense había decidido el resultado de la guerra; vencedores y
vencidos aceptaban el plan del presidente Woodrow Wilson como base para los tratados de paz; el
centro financiero del mundo se trasladó claramente de Londres a Nueva York; la producción
industrial estadounidense, que no sufrió las destrucciones de la guerra, amplió su ventaja respecto a
las de Europa.
En dicho continente, el panorama era mucho más sombrío. La destrucción de vidas y de
recurso resulta muy difícil de contabilizar hoy con precisión. Las estimaciones más cuidadosas citan
aproximadamente 10 millones de muertos, y por lo menos el doble de heridos, mucho de ellos
discapacitados de por vida. En lo material, los cálculos de daños sobrepasan ampliamente los
trescientos mil millones de dólares de aquél tiempo: sobre todo, debe considerarse la seria depresión
que sobrevino al terminar la guerra, y se prolongó en toda Europa por lo menos de 1919 a 1921, años
de fuerte desempleo y pobreza.
Sociales. Los sacrificios de las clases trabajadoras durante la guerra fueron muy notorios: al
terminar el conflicto, los movimientos sindicales proclamaron la necesidad de que el pueblo en
general recibiera compensaciones en su nivel de vida, especialmente en los países vencedores. Sin
embargo, responder a tales demandas resultó muy difícil en medio de la depresión económica sufrida
en general por Europa. En algunos casos (Alemania y Hungría), se agudizaron los conflictos sociales
y hubo intentos de organizar una revolución de tendencia socialista, lo que recrudeció la violencia
política interna.
Por otra parte, la movilización masiva de combatientes estimuló el trabajo asalariado de
millones de mujeres, y los servicios. Aunque muchísimas de ellas regresaron al hogar después de la
guerra, la importancia de su contribución y la experiencia de trabajo dio un poderoso impulso a los
movimientos que reivindicaban la dignidad y los derechos femeninos, entre otros, los de
participación política.
Políticas. El presidente Wilson había propuesto un Plan de Catorce Puntos para concertar la
paz. Éstos se pueden agrupar en tres grandes aspectos: a) principios generales de política
internacional (soberanía y autodeterminación de los pueblos, fin de la diplomacia secreta, libertad de
los mares); b) arreglos específicos de fronteras y del equilibrio político europeo; y c) creación de un
organismo internacional que garantizara la paz mediante el arreglo pacífico de las controversias.
De acuerdo a ese marco general (interpretado a conveniencia de los vencedores), se
realizaron en Versalles (Francia) durante varios meses de 1919, las conferencias de paz, presididas
por el gobernante de Francia Georges Clemenceau y con la asistencia de los de los otros tres grandes
vencedores (Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia) y de representantes de las demás naciones
involucradas. Al conjunto de tratados elaborados y firmados en tales conferencias se les conoce
como paz de Versalles, por ser el Tratado de Versalles (firmado entre los vencedores y Alemania) su
documento clave.
Se consideró a Alemania como culpable de la guerra, imponiéndole gravosas condiciones:
disminución de su territorio (en favor de Francia y Polonia); reparto de sus colonias entre los
vencedores; desarme general (ejército de 100 000 hombres sin artillería pesada, aviación, marina ni
academia de altos mandos, desmilitarización de la frontera con Francia); pago de una elevada
indemnización de guerra, calculada (aprox. 150 mil millones de marcos oro) para evitar una
recuperación económica que a su vez permitiera el rearme alemán. Además, los vencedores
precipitaron la caída de la dinastía Hohenzollern y la fundación de la llamada República de Weimar.
El Imperio Austrohúngaro fue disuelto, y los Habsburgo arrojados del poder. La Europa
Oriental fue reorganizada, reconociendo la independencia de Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania,
Polonia, Checoslovaquia, Hungría y el Estado servio-croata-esloveno, llamado después Yugoslavia.
La Sociedad de Naciones fue creada en 1919, pero nació muy débil por no incluir a
Alemania (como culpable de la guerra), a la Unión Soviética (aislada por su régimen socialista) ni a
los Estados Unidos (cuya Cámara de Senadores rechazó todo nuevo compromiso internacional)
V.5. Orígenes de la revolución soviética
El estallido revolucionario de Rusia, el enorme país europeo y asiático, en 1917, fue producto
de la combinación de 5 grandes conflictos económicos, políticos y sociales.
1) El conflicto agrario: la lucha de una gran masa de campesinos desposeídos y sujetos a
condiciones semejantes al feudalismo medieval, contra la nobleza terrateniente, por lograr
la libertad y las tierras.
2) El conflicto obrero, la lucha de los trabajadores asalariados de la incipiente industria rusa
contra los patrones capitalistas. La industrialización del país, financiada en proporción
importante por capitales franceses y suizos, avanzaba a costa de una fuerte explotación del
proletario, que trataba de organizarse en pos de mejores condiciones de vida.
Cabe destacar que desde principios de siglo campesinos y obreros comenzaron a agruparse
en soviets o consejos populares para defender sus intereses de clase. Estos soviets
constituyeron más tarde la base social de la revolución.
3) El conflicto político, que consistía en el choque entre el gobierno autocrático del zar
Nicolás II Romanov y las aspiraciones reformistas o revolucionarias de diversos grupos y
partidos políticos.
Ya en 1905 los movimientos de oposición habían obligado al zar a admitir el
establecimiento de una Duma o congreso legislativo. Diversos partidos políticos luchaban
por alcanzar la mayor influencia. Entre ellos hay que destacar al Partido Social-Demócrata,
dentro del cual existía un ala conocida como los bolcheviques (mayoritarios). Bajo el
liderazgo de Vladimir Ilich Ulianov @ Lenin, este grupo adoptó los postulados del
socialismo marxista, que preconizaba una amplia organización popular para tomar el poder
(de ser necesario por la fuerza) para instaurar una dictadura del proletariado, régimen que
procedería a abolir la propiedad privada de los medios de producción a fin de establecer
una administración colectiva de las actividades y recursos económicos.
4) El conflicto de las nacionalidades no rusas, es decir de pueblos europeos o asiáticos que
deseaban liberarse del dominio imperialista del zar.
5) El conflicto imperialista de Rusia como potencia europea y asiática frente a otras naciones
con intereses expansionistas. En especial, Alemania y Austria-Hungría se oponían a las
ambiciones rusas en Europa, mientras que el Japón lo hacía en el continente asiático. La
modernización industrial de Rusia dependía apreciablemente de las inversiones francesas y
suizas, lo que implicaba una sensible fragilidad de su economía frente a los conflictos con
sus competidores.
Ya en 1905 la derrota de Rusia en su guerra contra el Japón había precipitado una serie
de rebeliones populares, junto al desprestigio y el debilitamiento del régimen zarista. La
participación de Rusia en la primera guerra mundial agravó al extremo los conflictos internos.
El esfuerzo económico fue resentido por las clases trabajadoras, tradicionalmente explotadas y
empobrecidas. Numerosos campesinos fueron reclutados en los ejércitos y llevados a combatir
en una guerra cuya utilidad muchas veces no comprendían. Las sangrientas derrotas sufridas a
manos de Alemania, aunadas al deterioro del nivel de vida y los sufrimientos de las mayorías,
llevaron a la exasperación a las fuerzas de oposición, e hicieron ya insostenible la autoridad de
Nicolás II.
En febrero de 1917 el monarca abdicó. Un nuevo gobierno reformista, dirigido por
Alejandro Kerensky, intentó la implantación de reformas políticas que apaciguaran los ánimos
del pueblo mientras proseguía la guerra contra las potencias centrales. Fracasó en ambos
sentidos. Lenin, que después de haber sido perseguido, encarcelado y deportado había
conseguido regresar a Rusia con ayuda de los alemanes, llamó a los soviets a la toma del poder.
En noviembre de 1917 derrocaron al régimen de Kerensky en Petrogrado, y su autoridad
comenzó- a extenderse por todo el país. A principios de 1918 proclamaban la fundación de la
República Federal Soviética y Socialista de Rusia (RFSSR), iniciando un programa de
nacionalizaciones de los recursos naturales, la industria y los bancos.