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42 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES Número. Es la forma que toma el nombre, según que se hable de un solo objeto o de varios. En latín hay dos números: singular y plural; el singular denota un solo objeto como: Líber: Libro. El plural, más de uno, como: Libri: Libros. Caso. Es la forma que toma el nombre o sustantivo según el oficio que desempeñe en la oración, o sea, la terminación que tiene cada una de las palabras declinables. Podríamos decir que el caso es la caída de las palabras. En latín hay cinco (5) casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo y ablativo. Nominativo: Denota la persona o cosa que ejerce la acción expresada por el verbo; es el sujeto de la oración, por ejemplo: Luis canta (Luis es el nominativo o sujeto). Genitivo: Se trata de la persona o cosa de quien depende o a quien pertenece algo; es el llamado complemento del nombre, por ejemplo: libro de Pedro. Dativo: Es la persona o cosa en cuyo daño o provecho recae la acción del verbo; es el complemento indirecto, por ejemplo: un regalo para María. Acusativo: Es la persona o cosa que padece la acción, o recibe directamente la acción del verbo, es el complemento directo, por ejemplo: veo a Pedro. Ablativo: Son las circunstancias de tiempo, modo, lugar, etc., en que se manifiesta el verbo; es el complemento circunstancial, por ejemplo: cayó en la calle. En algunas declinaciones hay un sexto caso llamado vocativo, sirve para nombrar a la persona a quien dirigimos la palabra. En las declinaciones que no tienen vocativo se suple con el nominativo, por ejemplo: ¡oh María!, ven a mi. Declinación. Declinar es formar los casos de un nombre, así en singular como en plural. Hay en latín cinco declinaciones, que se distinguen por la terminación del genitivo singular: La primera hace el genitivo en ae: Rosa – Rosae. La segunda en i: Dóminus – Dómini. La tercera en is: Lábor – Labóris – ovis – ovis. La cuarta en us: Fructus – Fructus. La quinta en ei: Dies – Diei.