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Documento 3
El siguiente texto corresponde a la transcripción del contenido del reportaje visual
“Cáncer en la cuidad”. Realice una lectura comprensiva, destaque los puntos más
relevantes y luego utilice estos apuntes para completar el cuestionario que se le ha
entregado.
Cientos de toneladas de más de un centenar de diferentes sustancias tóxicas, se acumulan
cada día sobre el aire de Santiago, poniendo en peligro la salud de sus casi cinco millones
de habitantes.
Esa es parte de nuestra vida diaria, pero un reciente descubrimiento hace que esta situación
sea más alarmante aún, puesto que investigadores chilenos identificaron seis compuestos
químicos altamente peligrosos y que son muy comunes en el aire de nuestra capital, los
hidrocarburos policíclicos aromáticos.
Las concentraciones de estos hidrocarburos que nosotros hemos encontrado en Santiago,
son muy elevadas y muy superiores a lo que se ha descrito en publicaciones en trabajos
realizados especialmente en Estados Unidos y Europa. Según la organización mundial de la
salud, el ser humano no debería estar expuesto a estas sustancias, ni siquiera en las más
bajas concentraciones, la razón es que pueden producir cáncer
El cáncer es la segunda causa de muerte en nuestro país, después de los accidentes
cardiovasculares
Para 30.000 personas que deben enfrentarse cada año a esta enfermedad de alto costo y de
arduos sufrimientos, sólo el 55% logra sobrevivir.
Dentro del material hereditario que posee cada célula existen unos genes llamados
oncogenes que dirigen la división celular, existen también los antioncogenes que detienen la
división de la célula, sin embargo, este mecanismo puede perder su equilibrio y la célula
comienza una loca carrera de divisiones.
En el cáncer hay algunos de estos genes, los cuales no se pueden controlar porque o se
expresan en forma constante o han sufrido mutaciones, y eso produce un desbalance en la
célula. Ésta se empieza a comportar como una célula tumorogénica o una célula
cancerígena.
En general, para la aparición de esta enfermedad –que cada año aumenta sus víctimas– se
requiere sumar a lo genético, un factor ambiental.
Podríamos decir que la causa del cáncer no se conoce, pero hay una serie de factores que
podrían intervenir en la formación o en la aparición de un cáncer, por ejemplo: el medio
ambiente, el smoke, etc.
Lo que estamos viendo es una muestra obtenida al filtrar el aire de nuestra capital, una
muestra de lo que hoy día los santiaguinos estamos respirando. Entre esa mugre, los
científicos han detectado la presencia de los peligrosos agentes cancerígenos.
Para lograr este descubrimiento, los científicos utilizaron un raro tipo de bacteria que sólo se
reproducen si cuentan con suficientes agentes cancerígenos. Al tratar estas bacterias con
muestras del aire de Santiago, su crecimiento aumentó en forma preocupante. Además los
investigadores trabajaron con células humanas, las que fueron expuestas a un extracto de
este aire y los resultados fueron aterradores: graves e irreparables daños del material
genético, la conclusión es inevitable: el aire de Santiago puede provocar cáncer.
Además los cambios que provoca nuestro aire a nivel celular son hereditarios y pueden
transmitirse de padres a hijos aumentando la probabilidad de abortos espontáneos,
enfermedades genéticas y malformaciones en las futuras generaciones.
La probabilidad de producir una modificación genética, es decir, una mutación depende de la
concentración del agente mutagénico y del tiempo de exposición, de modo que si en
Santiago por ejemplo los niveles de concentración de estos agentes son altos y el tiempo de
exposición es prolongado, por ejemplo, muchos años, esto constituye un factor de riesgo
importante para la persona.
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Estos agentes cancerígenos son producidos por vehículos de todo tipo, chimeneas, quemas
de basura y otras.
Se estima que existen alrededor de un millón trescientas mil fuentes en Santiago. La fuente
más peligrosas son los micros, ya que no sólo producen gran cantidad de estos agentes
cancerígenos, sino que además aportan el 70% de las partículas de polvo de pequeño
tamaño, que son las que utilizan estas peligrosas sustancias para desplazarse por el aire y
penetrar hasta el pulmón. En cambio si los hidrocarburos se unen a partículas de polvo de
mayor tamaño, éstas son detenidas antes de causar daño.
Las partículas más pequeñas penetran profundamente en el aparato respiratorio llegando
hasta los alvéolos, que es en donde se produce el intercambio gaseoso. Estas partículas si
contienen este tipo de compuestos, pueden liberarlos directamente a nivel del alvéolo
pulmonar donde son muy peligrosos. Aquí estos hidrocarburos pueden pasar a la sangre y
distribuirse a todo el organismo, los daños que producen los agentes cancerígenos pueden
permanecer en el organismo por 30, 40, 50 o más años, entonces decenas de años después
aún cuando la persona ya no esté, por ejemplo, respirando el mismo aire, puede
desencadenarse el cáncer.
Sin embargo, también puede ocurrir que el daño no se manifieste nunca o que sea reparado
por el propio organismo. El cuerpo puede defenderse de este tipo de agresiones, esta
capacidad es genética y varia de una persona a otra.
Los tumores malignos y en general los tumores en el ser humano, si uno ve la complejidad
del organismo humano son muy bajos, porque hay una serie de mecanismos que están
evitando que se produzcan y uno de los mecanismos que produce - que es muy poderoso es el sistema inmunológico.
Como parece imposible por ahora evitar respirar el aire contaminado, lo que se puede hacer
es tomar medidas que mejoren el sistema de defensas del organismo. Una de las más
importantes es la dieta.
Poder favorecer el consumo de dieta rica en fibras como las que están contenidas en las
frutas, en vegetales, o dietas que contengan altos contenidos de vitamina A, C y E que se ha
visto que favorecen a aquellos mecanismos de protección contra la producción de tumores.
Por otra parte, estudios han demostrado que algunos productos contienen sustancias
anticancerígenas, como por ejemplo el repollo, el brócoli, la coliflor y, otros agentes
anticancerígenos han sido encontrados en algunas frutas, por ejemplo la frutilla, la mora, la
uva, etc.
Pero mejorar la dieta no es lo único que se puede hacer, a nivel personal no es
recomendable barrer las calles sin mojar previamente, también es importante evitar la quema
de basura, y en el hogar no usar carbón o leña. Se debe tratar en lo posible de disminuir el
uso del automóvil y favorecer el uso de vehículos de transporte masivo, especialmente el
metro.
Son soluciones simples, pero también soluciones que si bien ayudan, no lograrán
descontaminar nuestra capital. La respuesta definitiva a este problema la tienen finalmente
las autoridades, y de no tomarse medida urgentes, millones de santiaguinos seguirán
corriendo cada día el riesgo de contraer cáncer, ya sea hoy, mañana, en 10 ó 40 años,
incluso de sufrir mutaciones genéticas y traspasarlas a los hijos que están por nacer.