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El Cangrejo de Río:
Distribución, Patología, Inmunología y
Ecología.
Javier Diéguez-Uribeondo
Ph.D University of Uppsala (Suecia)
Dpto. de Patología Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de Zaragoza.
0. INTRODUCCION
El cangrejo de río es el mayor de los macroinvertebrados que habitan las aguas continentales. Este
hecho, unido a la alta apreciación de su carne, ha contribuido a que exista un gran interés en este
animal desde el punto de vista de la acuicultura, pesca deportiva, gastronomía, etc.
En general, las distintas especies de cangrejo de río viven en aguas poco profundas, con buena
vegetación de ribera y abundancia de refugios que son indispensables para su supervivencia. Los
cangrejos pueden vivir tanto en aguas limpias y frescas de curso rápido como en aguas más templadas
de curso lento y fondo limoso. Su actividad es crepuscular, período en el que buscan pequeños
animales, plantas acuáticas, y restos animales para alimentarse. En general, las distintas especies
presentan tallas medias de unos 8-12 cm. Si bien, los ejemplares de algunas especies, como el
cangrejo de Tasmania, Cherax gouldi, alcanzan entre los 3 y 6 kg. de peso (Sokol, 1988). En algunas
especies algunos individuos adultos pueden tener edades de más de 7 años y existen citas de
ejemplares de más de 15 años (Torre Cervigón et al. , 1964).
El cangrejo de río se encuentra distribuido de forma natural en todo el mundo, con excepción de
Africa. Existen más de 500 especies, de las cuales solamente cinco son originarias de Europa (Hobs,
1988). Es precisamente en este continente donde el consumo y pesca de este animal está más
arraigado y, de los cuales se tienen referencias en escritos y grabados ya en la edad media. No debe
extrañar, entonces, que la mayor parte de la producción mundial de cangrejos se canalice hacia
Europa, donde la demanda de este crustáceo no puede ser abastecida por la producción de las especies
autóctonas que están actualmente en regresión.
Posiblemente muchos de los lectores españoles recuerden los tiempos en los que se pescaba el
cangrejo autóctono en nuestra geografía. Su pesca, además de ser una actividad muy popular,
reportaba importantes ingresos a los pescadores y a las Administraciones que daban licencias para su
pesca. En 1962 en España, la producción en kilos de cangrejo de río autóctono estaba en alrededor de
las 10.000 toneladas, sin contar las capturas ilegales (Torre Cervigón et al., 1964). Lo que supondría,
hoy en día, un mercado de, al menos, 10.000 millones de pesetas. Sin embargo, la situación es bien
distinta en la actualidad. El cangrejo de río autóctono ha pasado de ocupar la mayor parte de los ríos
de la península Ibérica, a ser visto únicamente en pequeños tramos de río, arroyos de montaña,
pantanos o balsas.
Los motivos de la regresión de los cangrejos autóctonos europeos hay que buscarlos en la alteración
por el hombre de los ecosistemas fluviales (Holdich, 1988; Taugbol & Skurdal, 1993) y en la
introducción de especies de cangrejo exóticas, portadoras de enfermedades como la "peste de cangrejo
de río" (Smith & Söderhäll, 1986, Taugbol & Skurdal, 1993; Diéguez-Uribeondo et al., 1997). Esta
enfermedad, endémica de Norteamérica (Unestam, 1972; Diéguez-Uribeondo et al., 1995), ha
producido, en gran medida, la desaparición de las especies autóctonas de cangrejo de su área original
de distribución en Europa, y es el más claro ejemplo del riesgo que representa la introducción de
especies exóticas con distintas finalidades como acuicultura, pesca deportiva, acuarios, etc (Holdich,
1997).
Finalmente, la brusca desaparición de las importantes cantidades de biomasa que representan los
cangrejos ha puesto también de manifiesto el importante papel que estos desempeñan como
detritívoros en los ecosistemas acuáticos (Lindqvist, 1997). Los distintos intentos por recuperar las
poblaciones de cangrejo de río y controlar la enfermedad, han producido importantes avances en el
área del conocimiento general de distintos aspectos de su biología, ecología, patología e inmunología
y que, de forma resumida, presentamos en este artículo.
1. DISTRIBUCION NATURAL DEL CANGREJO DE RIO
Cuando hablamos de especies autóctonas nos referimos a especies que corresponden a una región
biogeográfica específica. Los cangrejos de río se encuentran repartidos en cuatro familias del orden
Decapoda: Astacidae, Cambaridae, y Parastacidae. La familia Astacidae se limita a Europa central a
excepción de una especie nativa de California, Pacifastacus leniusculus. Las especies de la familia
Cambaridae ocupan Norteamérica, siendo alrededor de unas 400 especies. En el hemisferio sur,
Australia, Nueva Zelanda, Madagascar y Sudamérica encontramos alrededor de 100 especies
pertenecientes a la familia Parastacidae. En el continente Africano, a excepción de Madagascar y en
los trópicos no se encuentran naturalmente ninguna especie de cangrejo de río (Hobs, 1988).
Distribución general de los diferentes géneros de cangrejos (según Ortmann, en André, 1960)
1.1. Especies autóctonas europeas.
Austropotamobius pallipes
Nombre común: Cangrejo autóctono, o cangrejo de
patas blancas.
Coloración: Muy variable: verde oliva, gris-verdosa,
incluso azulada.
Identificación: Base de las pinzas blancas y superficie
de las pinzas rugosa. Suturas longitudinales del
caparazón separadas. Espinas en ambas caras de la zona
apical del dorso del cefalotórax.
Distribución: Europa meridional y occidental: España,
Francia, Grecia, Islas Británicas, Italia, Suiza.
Actualmente, esta especie se encuentra recogida en el Libro Rojo de Especies Animales
Amenazadas de la IUCN, catalogada como "Vulnerable", y en los anexos II y IV de la Directiva
de Hábitats y de la Fauna y Flora Silvestres de la Comunidad Económica Europea.
Austropotamobius torrentium
Nombre común: Cangrejo de los
torrentes.
Coloración: Muy variable. Similar al
A. pallipes.
Identificación: La distinción entre A.
torrentium y A. pallipes no es
sencilla. La principal diferencia es
que el A. torrentium carece de
espinas en ambas caras del área
apical dorsal del cefalotórax que se
observan como tubérculos.
Distribución: Europa central y Península Helénica.
También recogida en el Libro Rojo de Especies Animales Amenazadas de la IUCN,
catalogada como "Vulnerable" y en los anexos II y IV de la Directiva de Hábitats y de la Fauna
y Flora Silvestres de la Comunidad Económica Europea.
Astacus astacus
Nombre común: Cangrejo noble o de patas
rojas.
Coloración: Muy variable: verde oliva, grisverdosa, azulada, castaña oscura.
Identificación: Base de las pinzas rojas. Suturas
longitudinales del caparazón separadas.
Distribución: El cangrejo noble se distribuye en
el Norte de Europa y Europa Central.
También recogida en el Libro Rojo de
Especies Animales Amenazadas de la IUCN,
catalogada como "Vulnerable", y en los anexos
II y IV de la Directiva de Hábitats y de la Fauna y Flora Silvestres de la Comunidad Económica
Europea.
Astacus leptodactylus
Nombre común: Cangrejo turco, cangrejo ruso o de patas largas.
Coloración: Muy variable, desde castaña clara a verdosa.
Identificación: Pinzas alargadas. Suturas longitudinales del caparazón
separadas.
Distribución: El cangrejo turco se distribuye en el este de Europa y
Turquía, aunque debido a la acción humana también puede encontrarse
en Francia y Gran Bretaña.
1.2. Especies europeas introducidas
Orconectes limosus
Nombre común: Cangrejo de los canales.
Origen: E.E.U.U.
Coloración: Verdosa y castaña con manchas de color
más intenso en las pinzas.
Identificación: Suturas longitudinales del caparazón
unidas. El dorso de cada segmento del caparazón,
correspondiente a la sección abdominal, posee una
franja transversal parda.
Esta especie también es portadora de la peste del cangrejo de río (Vey et al., 1983). Se
introdujo en Europa en 1890 en el río Oder (Alemania) y desde allí se ha extendido por toda
Alemania Francia y Países bajos.
Pacifastacus leniusculus
Nombre común: Cangrejo señal.
Origen: California (E.E.U.U.)
Coloración: Castaña, con tonos azulados, y base de las
pinzas rojas.
Identificación: Mancha blanca en el dorso de las
pinzas, superficie de las pinzas lisa y coloración de
la base de las pinzas roja. Suturas longitudinales del
caparazón separadas. Este cangrejo es portador de la
afanomicosis en forma de infección crónica, y no es
totalmente resistente a ella (Persson & Söderhäll, 1983). La enfermedad puede causar graves
pérdidas en sus propias poblaciones. Su primera introducción en Europa fue, en 1969, en Suecia
desde donde se distribuyó comercialmente a otros países. Desde su introducción, se han
observado nuevos casos de afanomicosis debidos a su presencia (Huang et al., 1994; Oidtmann,
1997; Diéguez-Uribeondo & Temiño, 1998).
Procambarus clarkii
Nombre común: Cangrejo rojo, o de las marismas.
Origen: Louisiana (E.E.U.U.).
Coloración: Normalmente roja, aunque pueden observarse
tonalidades castaño verdosas y azuladas. Parte inferior
siempre rojiza.
Identificación: Suturas longitudinales del caparazón unidas.
Espinas grandes en las pinzas.
Esta especie también es portadora de la "peste del cangrejo
de río" (Diéguez-Uribeondo & Söderhäll, 1993). Esta especie se introdujo en Europa en 1973,
en Sevilla y Badajoz, y desde allí se ha extendido por toda a gran parte de Europa debido a su
comercialización en vivo.
Cherax destructor
Nombre común: Yabbie.
Origen: Australia.
Coloración: Tonalidades azuladas con base de las pinzas de
tonalidad rojiza
Identificación: Carece de sutura longitudinal dorsal.
Ausencia de pleópodos en el primer segmento
subabdominal.
Al igual que las especies europeas también es altamente
susceptible a la "peste del cangrejo de río". Se ha introducido en Europa esporádicamente y de
forma muy localizada durante los últimos 15 años. Este crustáceo cava grandes galerías y
produce un importante impacto allí donde es introducido, por lo que su presencia debe
considerarse como un grave riesgo.
2. PATOGENOS DEL CANGREJO DE RIO
Las principales enfermedades de los cangrejos tienen origen fúngico:
1. la "peste del cangrejo" producida por Aphanomyces astaci,
2. la saprolegniasis, producida por Saprolegnia spp,
3. la psorospermiasis, producida por los enigmático parásito Psorospermium spp, etc.
Se presentan también otras afecciones causadas por parásitos, como el microesporidio,
Thelohania contejeani, y algunos epibiontes que, en ocasiones, pueden dar problemas si se
encuentran en densidades altas, por ejemplo, anélidos: Branchiobdella spp , protozoos:
Cothurnia spp.
Las enfermedades de origen bacteriano no son comunes y, generalmente, son infecciones
secundarias. A continuación se detallan las características más importantes de las enfermedades
observadas en los cangrejos de río:
La peste del cangrejo de Río
Etiología: Aphanomyces astaci: hongo oomycete parásito obligado del cangrejo de río
(Unestam, 1969).
Ciclo vital:
Este hongo carece de reproducción sexual y su supervivencia depende exclusivamente de la
producción de zoosporas asexuales y de la presencia de cangrejos de río. El calificativo de
aguas crónicamente infectadas por este hongo es erróneo dado que A. astaci sólo se encuentra
de forma crónica en las especies de cangrejos portadoras, al no ser capaz de sobrevivir fuera del
cangrejo de río (Cerenius et al., 1987). Al sucumbir las especies europeas en porcentajes del
100%, una vez muertos los cangrejos la peste desaparece con ellos, hecho que ha sido
corroborado en experiencias de campo (Cerenius & Söderhäll, 1992).
Especies Europeas
Especies Americanas
Virulencia: En especies americanas causa
infección crónica que puede volverse letal en
condiciones de estrés. En el resto de la especies
causa la muerte en el 100% de los casos.
Patobiología: La infección comienza sobre la
cutícula no esclerotizada. Las zoosporas
germinan y producen un micelio aseptado que
rápidamente crece dentro de la cutícula, hasta
alcanzar la cavidad corporal interna.
Diagnóstico: Observación en la cutícula de: (1)
hifas aseptadas de diámetro uniforme, ca 8-10
mm, (2) y ápice de la hifas redondeados, (3) crecimiento dentro de la cutícula, (4) el
diagnóstico final requiere el aislamiento del agente patógeno y la realización de ensayos de
reinfección (Cerenius et al., 1987).
Diversidad fisiológica y genética:
En Europa existen, al menos, cuatro grupos de cepas de este
hongo (Huang et al., 1994; Diéguez-Uribeondo et al., 1995). Un
grupo de cepas (grupo "A") aisladas de brotes surgidos en
poblaciones de las especies autóctonas A. astacus, y A.
leptodactylus. Otro grupo de cepas (grupo "B") aisladas de
ejemplares de la especie P. leniusculus importados de EEUU y
de brotes aparecidos en poblaciones de las especies autóctonas.
astacus y A. pallipes, y un tercer grupo "D" aislado de
ejemplares de la especie P. clarkii procedentes de España.
Recientemente se ha observado que la mayor parte de los
nuevos casos de peste examinados en Suecia, Finlandia,
Alemania, Gran Bretaña y España han sido originados por cepas
del grupo "B", es decir originarias del cangrejo señal (DiéguezUribeondo & Temiño, 1997).
Saprolegniasis
Etiología: Saprolegnia spp (Oomycetes).
Ciclo vital:
El micelio vegetativo se compone de hifas
aseptadas de diámetro irregular, ca 8-20 mm. La
reproducción asexual representa la fase de
mayor relevancia infectiva (Diéguez-Uribeondo
et al., 1994 a). Los esporangios forman esporas
que son liberadas como zoosporas apicalmente
biflageladas, zoosporas primarias, que enquistan
en la proximidad del esporangio formando
quistes primarios. Estos liberan una zoospora
lateralmente biflagelada, zoospora secundaria.
Las zoosporas de los Oomycetes pueden orientar
sus movimientos hacia un substrato potencial
donde germinar. Allí la espora se enquista y puede adherirse al substrato mediante la propia
adherencia del quiste y en la especie S. parasitica mediante filamentos característicos
terminados en estructuras que recuerdan a ganchos. Si el estímulo que ha inducido el
enquistamiento de la espora no lleva a la germinación, la espora puede formar una nueva
zoospora un número determinado de veces, EZR (Diéguez-Uribeondo et al., 1994 a).
Patobiología: Distintas situaciones de estrés pueden favorecer su presencia como patógeno en
el cangrejo de río(Diéguez-Uribeondo et al., 1994 b). El proceso infectivo normalmente
comienza en áreas del animal donde existen erosiones.
Diagnóstico: Observación en la cutícula de (1) hifas aseptadas de diámetro no uniforme. ca 820 mm, (2) y ápice de las hifas generalmente no redondeados, (3) crecimiento dentro de la
cutícula y superficial. El diagnóstico final requiere del aislamiento y del agente patógeno y la
corroboración mediante reinfección (Diéguez-Uribeondo et al., 1994 b).
Virulencia: Generalmente baja, menor de un 10 % aunque en condiciones de estrés puede
alcanzar mortandades de 80% de la población (Diéguez-Uribeondo et al., 1994 b).
Tratamiento de la "peste" y saprolegniasis
Los hongos Oomycetes tiene raíces filogenéticas comunes con las algas Cromofitas. Ello debe
ser tenido en cuenta a la hora de seleccionar fungicidas adecuados para estos organismos, ya
que muchos de ellos, siendo efectivos para hongos superiores, no lo son para los Oomycetes.
Lamentablemente, las afecciones debidas a saprolegniáceas son de difícil tratamiento.
Algunas de ellas son razonablemente fáciles de controlar mediante la aplicación de terapias con
verde malaquita. Sin embargo, debido a su toxicidad, el uso de este producto en acuicultura está
prohibida.
La aplicación de cloruro magnésico se ha empleado experimentalmente en la prevención de la
propagación de la "peste" en la acuicultura (Rantamoki et al., 1992). Este tratamiento permite
frenar el crecimiento del hongo y prevenir la transmisión de la enfermedad. Aunque su uso no
se a realizado comercialmente, este tratamiento puede ser de gran importancia para el
mantenimiento de poblaciones en peligro de extinción, ya que permite salvar los ejemplares
todavía sanos de las cuencas afectadas. Esto, a su vez permitiría, poner a salvo el material
genético en peligro de desaparición.
Psorospermiasis
Etiología: Psorospermium spp. Organismos que tienen sus raíces filogenéticas en la dicotomía
entre del reino animal y los hongos (Ragan et al., 1996).
Psorospermium haeckeli
Virulencia: Su presencia causa inmunoestrés en el cangrejo haciendo que el animal presente
una mayor susceptibilidad a contraer otras infecciones. existe una correlación positiva entre la
disminución de capturas y la abundancia de este parásito (Cerenius & Söderhäll, 1993).
Patobiología: En estados avanzados de la enfermedad pueden observarse importantes áreas
melanizadas debido a la presencia de este parásito.
Diagnóstico: Observación en distintos tejidos de estructuras ovoidales, ca 100 mm, con una
gruesa pared celular de unas 15 mm (Henntonen, 1996).
Telonioais o "enfermedad de la porcelana"
Etiología: Thelohania cotenjeani.
Virulencia: Su efecto es siempre letal y todos los animales
infectados acaban muriendo. Los niveles de infestación en
las poblaciones afectadas suelen ser bajos, entre un 0.01 %
y un 2 %, aunque existen referencias acerca de un 30-80 %
de la población afectada (Alderman & Polglase, 1988).
Patobiología: Este parásito se desarrolla intracelularmente
y produce gran cantidad de esporas que dan a los tejidos del
animal una coloración blanquecina característica (Vey & Vago, 1972).
Diagnóstico: Los animales en estadios de infeción avanzados son fácilmente reconocidos por la
tonalidad blanca del abdomen.
3. SISTEMA INMUNOLOGICO: EL SISTEMA DE LA
PROFENOLOXIDASA
El cangrejo de río dispone de eficientes mecanismos
para defenderse frente a patógenos. Los progresos
recientemente alcanzados con el manejo in vitro de los
hemocitos, y el aislamiento y purificación de varios
factores responsables de las reacciones de defensa,
hacen posible que hoy podamos conocer los aspectos
moleculares de la reacción inmunológica en los
crustáceos con precisión (Söderhäll & Cerenius, 1992).
El sistema conocido como, de la profenoloxidasa es el
sistema de reconocimiento y defensa en invertebrados
(Söderhäll et al., 1994). Los hemocitos juegan un papel
crucial en la reacción inmunológica, ya que además de
participar en los procesos de fagocitosis, formación de
nódulos, encapsulación y de mediación en la
citotoxicidad, poseen gránulos que contienen
fenoloxidasa, enzima responsable de la reacción de
melanización (Söderhäll & Cerenius, 1992).
El sistema inmunológico del cangrejo puede reconocer a organismos invasores gracias a que
compuestos pertenecientes a la pared fúngica o bacteriana, tales como los b,1-3 glucanos, o el
lipopolisacárido o el peptidoglicano pueden activar el sistema de la profenoloxidasa (Söderhäll,
1982). Esta repuesta está mediada por varias proteínas componentes del sistema de la
profenoloxidasa o asociadas a éste. Estas proteínas han sido aisladas, purificadas, caracterizadas
y secuenciadas (Söderhäll et al., 1994); por ejemplo, la b-1,3-glucan binding protein, bGBP,
que se une a los b-1,3 glucanos y activa la degranulación de los hemocitos granulares (Duvic &
Söderhäll, 1990). Otra proteína que puede producir la exocitosis de las vesículas de las células
granulares es la proteína 76 Kd (Johansson & Söderhäll, 1988). Esta proteína esta presente en
los hemocitos del cangrejo en una forma biológicamente inactiva y, además de activar el
sistema de la porfenoloxidasa, actúa como factor de adhesión celular y de degranulación. El
control del sistema de la preofenoloxidasa realiza mediante factores inhibidores de proteínas
tales como el inhibidor de tripsina, a2M (Hall & Söderhäll, 1982), y Kazal inhibidor (Johansson
et al., 1994). El componente final del sistema es la enzima fenoloxidasa (Aspan & Söderhäll,
1990), enzima redox capaz de oxidar fenoles y quinonas, que espontáneamente forman
melanina sin necesidad de ningún enzima para su catálisis. La melanina y sus intermediarios
son compuestos altamente reactivos que inhiben el crecimiento fúngico y sus proteinasas,
quitinasas extracelulares (Söderhäll & Ajaxon, 1982).
Como conclusión, mencionar que las reacciones del sistema inmunológico en los crustáceos
comienzan a conocerse con detalle y, en concreto las del cangrejo de río. es muy posible que las
información que tenemos nos permitirá muy pronto desarrollar métodos para prevenir la
enfermedades y el desarrollo de individuos más resistentes para la conservación y recuperación
de los "stocks" autóctonos y para la astacicultura.
4. ECOLOGIA (Lindqvist, 1997)
Los cangrejos tienen una vida bastante larga si la comparamos con la de otros invertebrados y,
a menudo, son el componente dominante en un río o lago. Los cangrejos pueden llegar a
representar más de la mitad de la producción total de invertebrados y, en ocasiones, su biomasa
puede ser incluso mayor de la que representan los peces. Por ejemplo, la biomasa de los
cangrejos puede llegar a ser de 500 kg por hectárea, lo que da idea de la importancia que tiene
la presencia de este macroinvertebrado en el ecosistema.
Los cangrejos hacen que el medio y la columna de agua se vuelvan cada vez es más
oligotróficos y que el fondo se vaya enriqueciendo en oxígeno. Es posible imaginar lo que
ocurriría si desaparecieran los cangrejos, las modificaciones serían terribles, con efectos muy
profundos en todo el ecosistema.
Por otro lado, la introducción de cangrejos en aguas, pueden llevar mucho tiempo dado que la
dinámica de una población cangrejera como del ecosistema son lentas. Cuando se habla de
introducción de una especie no hay que considerar períodos de 5 a 10 años sino mucho más
largos. Hay que tener en cuenta que, en Europa, las poblaciones de cangrejos son de reciente
introducción, surgidas después de la acción de la "peste" o de la recuperación de sus hábitats.
Son necesarios unos 20 años hasta que se alcanzan las condiciones óptimas para una población
de cangrejos, es decir hasta que una población alcance su madurez. Este es un aspecto
importantísimo que hay que tener presente a la hora de pensar en cómo conservar y recuperar
las poblaciones de cangrejos.
La mayor parte de la aguas europeas han sido alteradas en los últimos 30-40 años, es decir,
que son ecosistemas en desarrollo. Es una regla general que la composición en especies de los
ecosistemas maduros e inmaduros sea distinta. En los ecosistemas inmaduros tenemos especies
pioneras, es decir, especies de estrategia "R" que tienen una madurez más temprana, un
crecimiento más rápido y mucha descendencia. Por ejemplo las especies americanas P.
leniusculus y P. clarkii son especies de estrategia "R" mientras que las europeas son de
estrategia "K". Esta es una de las razones por la que las especies americanas han colonizado tan
fácilmente las aguas europeas. La otra, sin duda es la acción de la "peste", de la cual son
portadoras estas especies norteamericanas.
La tendencia general es que las especies de cangrejo autóctonas europeas queden relegadas a
aguas marginales: áreas montañosas, cuerpos de agua cerrados y aislados. Actualmente tres
especies autóctonas, A. pallipes, A. torrentium y A. astacus, se encuentran recogidas en el Libro
Rojo de Especies Animales Amenazadas de la IUCN, catalogadas como "Vulnerables". La
Comunidad Económica Europea a través de la Directiva de Hábitats, así como el Consejo de
Europa a través del Convenio de Berna, han establecido las medidas necesarias para contribuir a
la conservación y recuperación de las especies autóctonas de cangrejo de río europeas y varios
Estados europeos como Alemania, Francia, Gran Bretaña, Noruega, Suecia y en España, la
Comunidad Foral de Navarra, están desarrollado distintos planes de acción para la conservación
y recuperación de las especies autóctonas.
5. SITUACION ACTUAL Y FUTURAS ACTUACIONES EN EUROPA
Se puede considerar que actualmente existen en Europa dos situaciones bien distintas según la
especies de cangrejo de río considerada: una regresión de las especies autóctona y una
expansión de las especies americanas introducidas.
Ante esta situación es posible imaginarse dos posible escenarios futuros para el cangrejo de
río en Europa (Taugbol & Skurdal, 1998):
1. una situación en la que la gran mayoría de los hábitats adecuados para el cangrejo se
encuentren ocupados por las especies exóticas y donde las especies autóctonas
permanezcan en pequeñas áreas protegidas y en permanente riesgo de extinción, y
2. un segundo escenario en el que las especies autóctonas permanezcan en áreas importantes
como países enteros (actualmente Irlanda, Noruega, Dinamarca, Estonia), regiones
(actualmente, Norte de Suecia, y Finlandia) o áreas protegidas (área de cangrejo
autóctono en Navarra). En este último escenario las poblaciones exóticas se encontrarían
también bien establecidas en algunos países o áreas, y su presencia sería aceptada en
aquellas regiones o países donde se encontrasen, siendo su explotación regulada de
manera que el impacto sobre las especies autóctonas fuera reducido al mínimo posible.
Dado que las especies autóctonas de cangrejo de río se encuentran recogidas en el libro rojo
de especies invertebradas amenazadas (Wells et al., 1983), en la Directiva de Hábitats de la
Comunidad Económica Europea (Real Decreto 1997/1995, B.O.E. 310), y en el Convenio de
Berna, resulta necesario orientar las actuaciones hacia la conservación y recuperación de las
especies autóctonas de cangrejo de río europeas, y una adecuada gestión de la especies de
cangrejo exóticas, de manera que éstas no incidan negativamente en las áreas de cangrejo
autóctono existentes.
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Artículo publicado en la Revista AquaTIC nº 3, mayo 1998