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CONCEPTOS BÁSICOS MACROECONÓMICOS
The Economist,1993
“El PIB debería significar en realidad: Producto Ilusorio Bruto”
1. Productos nacionales
La actividad económica total puede medirse de tres maneras distintas, que son,
sin embargo, equivalentes. Tal vez, la manera más clara sea sumar el valor de todos
los bienes y servicios producidos en un periodo de tiempo dado, como por ejemplo, un
año. Pueden imputarse valores monetarios a servicios tales como el de la sanidad, en
los que no se intercambien atenciones por dinero. Dado que el output (la producción)
de una empresa (por ejemplo, el acero) puede ser el input (factor de producción) de
otra (por ejemplo, los automóviles), se evita la doble contabilización utilizando
únicamente el «valor añadido», que para una actividad cualquiera se define como el
valor total de su producción menos el coste de sus inputs, tales como materias primas
y componentes, valorados en otra actividad previa.
Una segunda manera consiste en sumar los gastos en que incurren los
compradores a quienes se vende el output. Pero teniendo en cuenta que todos esos
gastos se perciben como ingresos, una tercera alternativa seria la de valorar los
ingresos percibidos por los productores, de tal forma que: output = gastos = ingresos
La definición exacta de la actividad económica varia. Los tres conceptos
fundamentales son: el Producto Interior Bruto, el Producto Nacional Bruto y el
Producto Nacional Neto.
Producto Interior Bruto. El PIB representa la actividad económica total de un
país, sin tener en cuenta quién posea los activos productivos. Por ejemplo, el PIB
británico incluye los beneficios de una empresa extranjera situada en el Reino Unido,
aunque haya repatriado los mismos a su empresa matriz, radicada en otro país.
Producto Nacional Bruto. El PNB representa el total de los ingresos percibidos por
los residentes de un país, sin tener en cuenta dónde se encuentren situados los
activos. Por ejemplo, el PNB británico incluye los beneficios de las empresas británicas
que operan en otros países.
Producto Nacional Neto. La palabra «bruto» en el PIB y en el PNB indica que no
existe ninguna deducción por la depreciación (consumo de capital); esto es, por la
cantidad de recursos de capital incorporados al proceso de producción, ya sea por el
uso, los daños accidentales, la obsolescencia, o el retiro de activos fijos. El Producto
Nacional Neto es así el PNB menos la depreciación.
La relación entre las tres magnitudes es la siguiente:
PIB (Producto Interior Bruto) + ingresos netos derivados de propiedades
en el extranjero (rentas, intereses, beneficios y dividendos) = PNB (Producto
Nacional Bruto)- consumo de capital (depreciación) = PNN
1
Consumo de capital. El consumo de capital no se identifica mediante un conjunto
de transacciones; únicamente se puede imputar mediante un sistema de convenciones.
Por ejemplo, cuando la inversión en una nueva máquina, por importe de un millón de
dólares, se incluye en las cifras de las estadísticas de la contabilidad nacional, estiman
una depreciación en ella de, por ejemplo, 100.000 dólares al año durante todos y cada
uno de los próximos 10 años. Esto proporciona una idea de la disminución en su
capacidad productiva. Al cabo de cinco años, la máquina puede que siga produciendo a
plena capacidad, pero las cuentas nacionales la considerarán solo capaz de producir la
mitad de lo que podía cuando era nueva.
2. La elección entre PIB, PNB y PNN
El Producto Nacional Neto (PNN) es el indicador más representativo de la
actividad económica, pero ofrece un escaso valor práctico debido a los problemas
derivados de contabilizar la depreciación. Los conceptos brutos resultan por ello más
útiles.
Los analistas tienden a decir que el PIB es un indicador mejor que el PNB,
aunque en la práctica, la elección entre los dos depende en gran manera de las
convenciones de cada economía nacional. Entre los países más industrializados,
únicamente Alemania y Japón trabajan con el PNB, el resto prefieren el PIB (Estados
Unidos utilizó el PNB hasta finales de 1991). La diferencia entre el PIB y el PNB
suele ser relativamente pequeña, quizás de un 1% del PIB, pero existen algunas
excepciones; por ejemplo, en 1989, el PNB de Kuwait fue un 35% mayor que su PIB
debido a los elevados ingresos generados para este país por sus activos en el
extranjero. A corto plazo, un gran cambio en los ingresos netos de los activos
públicos tiene sólo un efecto reducido en el PIB. Cuando se consideran las
tendencias a largo plazo es aconsejable revisar dichos ingresos netos derivados de
los activos públicos, para ver si hacen crecer al PNB más rápidamente que el PIB.
3. Producción, gasto e ingreso
3.1. Producción
La medida de la producción del PIB se obtiene sumando el valor añadido (el valor
de la producción menos el coste de los factores) de todos los sectores: agricultura,
minería, industria y servicios. Los datos de la producción suelen presentarse bajo la
forma de números índices (esto es, tomando un año base, como por ejemplo 1985
igual a 100).
Sectores
En general, los países poseen un sector agrícola mayor durante las primeras
fases de su desarrollo económico (por ejemplo, en el África subsahariana). La
participación en la producción del sector industrial aumenta conforme se desarrolla la
economía (Asia-Pacífico), y el sector de los servicios representa la mayor parte de la
producción en las economías maduras (Estados Unidos).
A menudo se dispone de datos sumamente detallados. La producción de decenas
o centenas de empresas de bienes y servicios puede registrarse individualmente. Por
ejemplo, es probable que exista un índice en la composición de la producción del PIB
que permita comparar el rendimiento de una empresa de fabricación de muebles con la
industria considerada como un todo. Las naciones industrializadas publican
generalmente estadísticas más detalladas (y más actualizadas) que los paises menos
desarrollados.
2
Clasificaciones
La información económica tiene que agruparse por categorías, pero la
clasificación correcta no siempre es evidente por si misma. Por ejemplo, ¿debe
registrarse la manufactura de fibras derivadas del petróleo en el sector textil (tal y
como se solía hacer antes) o en el de productos químicos (como se hace ahora)?
Se han introducido normas homogéneas para tratar estos problemas y para
conseguir cierta consistencia en los datos. La producción industrial, el comercio al por
menor, las importaciones y las exportaciones se clasifican de acuerdo a normas
estándar. Muchos países siguen ahora la clasificación industrial estándar internacional
de las Naciones Unidas (CISI), mientras que las naciones europeas tienden a utilizar la
normativa equivalente de la CE, o nomenclatura general de actividades de las
Comunidades Europeas (CNAE). Estas clasificaciones son lo suficientemente detalladas,
pero necesitan revisarse cada cierto tiempo.
Por ejemplo, si la clasificación industrial estándar (CIS) introducida en el Reino
Unido en 1948, no se hubiera revisado varias veces, la industria de los ordenadores
estaría clasificada como material de oficina, lo que significaría formar parte de los
componentes no eléctricos.
Al realizar comparaciones sectoriales entre dos o más países, hay que comprobar
que los sectores estén compuestos por las mismas actividades, ya que, de otra
manera, se obtendrían comparaciones inconsistentes.
3.2. Gasto
La medida del gasto del PIB se obtiene sumando todos los gastos:
Consumo (gasto en artículos, como la comida o el vestido) + inversión (gasto
en casas, fábricas, etc.) = gasto interior total + exportaciones de bienes y servicios
(gasto de los extranjeros)= gasto final total - Importaciones de bienes y servicios
(gasto en el extranjero)= PIB
Consumo público
El nivel del gasto público refleja el papel del Estado. El consumo público
representa normalmente entre un 10 y un 20% del PIB aunque es mayor en países
como Dinamarca o Suecia, en los que el Estado proporciona muchos servicios públicos.
Los cambios en el gasto público tienden así a reflejar más las decisiones políticas que
las fuerzas del mercado.
Consumo privado
Se le llama también consumo personal o gasto de los consumidores.
Normalmente es el mayor componente individualizado del gasto (no obstante, véanse
más abajo las exportaciones). En los países industrializados, el consumo supone
aproximadamente un 60% del PIB. Esta ratio es mucho mayor en los países pobres, en
los que se invierte menos y se consume más.
Inversión
La inversión es quizás el componente estructural clave del gasto, dado que sienta
las bases para la producción futura. Se incluyen en este concepto los gastos en
fábricas, maquinaria, equipamiento, viviendas y existencias de materias primas y de
otros artículos, La inversión supone aproximadamente un 20% del PIB en los países
industrializados, aunque se acerca al 30% del PIB en los países de rápido crecimiento,
como los países de Asia-Pacífico.
3
¿Consumo o inversión?
Existen algunas anomalías en la identificación del consumo y la inversión. El
gasto público en carreteras, defensa y educación se considera normalmente como
consumo más que como inversión. El gasto del consumidor en coches y en otros bienes
de consumo duraderos (artículos con duración mayor a un año) se considera como
consumo. Los activos de capital adquiridos por una institución financiera y alquilados
para su utilización a una empresa industrial se suelen clasificar también como
consumo. Por todo ello, el consumo tiende a estar excesivamente representado y la
inversión infravalorada.
Gasto Interior Total (GIT).
El consumo más la inversión se conoce como el gasto interior total. Este es un
concepto útil porque mide el gasto interior, parte del cual se dirige a la importación de
bienes y servicios minusvalora las ventas, porque no incluye aquellos bienes y servicios
que son vendidos en el extranjero (exportaciones).
Exportaciones e importaciones.
Las exportaciones originan entradas de moneda extranjera, mientras que las
importaciones son una aplicación del gasto nacional en la producción de otro país.
Estas transacciones externas pueden tener un efecto importante sobre el PIB.
Algunos países tienen una escasa dependencia del comercio exterior. Las
importaciones y las exportaciones norteamericanas suponen, cada una de ellas,
aproximadamente un 10% del PIB. Otros países, especialmente los del cinturón del
Pacifico, dependen en gran medida de los flujos externos. Hong-Kong y Singapur,
economías ambas con un gran intercambio comercial, generan importaciones y
exportaciones que representan, en cada uno de los casos, aproximadamente entre un
100 y un 200% del PIB (muchas importaciones son reexportadas). Estas son
economías abiertas, mientras que la norteamericana es relativamente cerrada. Las
economías abiertas tienen mayores oportunidades para un crecimiento expansivo por
las exportaciones, pero son también más vulnerables a los shocks externos.
3.3. Ingresos
Los ingresos medidos por el PIB se basan en el ingreso total derivado de la
producción. Fundamentalmente es la cuantía total de:

sueldos y salarios de los trabajadores dependientes;

ingresos de los trabajadores por cuenta propia;

beneficios de explotación de las empresas;

excedentes de explotación de las corporaciones y empresas públicas;

ingresos por rentas.
Esto es lo que se conoce como renta de los factores. El PIB no incluye pagos por
transferencias, como intereses y dividendos, pensiones u otras prestaciones sociales.
El desglose de los ingresos nos aporta nueva información sobre el comportamiento
económico, porque es la contrapartida del gasto, lo que los economistas llaman el flujo
circular de la renta. Nos proporciona también una base útil para predecir la inflación.
4
3.4 Discrepancias
En un mundo perfecto, las medidas de la producción, el gasto y el ingreso
deberían ser iguales. En la práctica, sin embargo, existen discrepancias entre ellas,
debido a los defectos inevitables en la toma de datos, a las diferencias temporales en
la información sobre las transacciones y a la economía sumergida. La discrepancia
entre cualquier pareja de medidas suele oscilar, normalmente, entre un 1 y un 2% del
PIB. Puede también ser mucho mayor, tal y como sucedió en muchos países a
mediados de los años 70, en los que la toma de datos era más complicada, debido a
los grandes incrementos en los precios del petróleo y a la rápida inflación.
Teniendo en cuenta que los datos de la producción, el gasto y los ingresos se
recogen, usualmente, de forma independiente, el enfoque más seguro consiste en
calcular la media de los tres datos como un indicador de las tendencias económicas
generales. Sin embargo, son pocos los gobiernos que publican tales medias, y puede
que no sea práctico el calcularlas. Consecuentemente, es necesario centrarse en una
de ellas.
La medida de la producción es habitualmente el indicador más fiable de los
cambios a corto plazo (de hasta un año), dado que los datos recogidos son bastante
más concretos. Para períodos más largos, la medida del gasto es probablemente
mejor, principalmente porque las ponderaciones utilizadas para agregar los indicadores
de la producción son sólo puestas al día a intervalos poco frecuentes, lo que hace que
se queden atrasados. La medida del ingreso suele ser la última disponible y la menos
fiable.
4. Precios
4.1 Precios de mercado y coste de los factores
Muchas transacciones son susceptibles de gravamen y de subvenciones. Un
impuesto sobre las ventas o sobre el valor añadido (IVA) así como las subvenciones a
las viviendas son claros ejemplos de ello. La medida del gasto del PIB se registra a
precios de mercado, lo que incluye esos impuestos y subvenciones. La medida del
ingreso y de la producción está generalmente registrada al coste de los factores (esto
es, sin impuestos ni subvenciones). La relación entre ambos conceptos es muy clara:
PIB a precios de mercado - impuestos indirectos + subvenciones = PIB a coste
de los factores
El ajuste en el coste de los factores
El ajuste en el coste de los factores (el importe neto del total de impuestos y
subvenciones) permite convertir fácilmente las medidas del ingreso, del gasto y de la
producción, del coste de los factores a los precios de mercado, y viceversa. Esto
permite comparaciones consistentes y destaca el efecto de la intervención del
Gobierno.
Convenciones nacionales
Los norteamericanos tienden a medir la actividad económica a precios de
mercado a lo largo todo el proceso de cálculo del producto nacional neto.
Posteriormente lo ajustan por los impuestos y las subvenciones, para calcular la renta
nacional al coste de los factores. Por ello, una referencia al del americano significa
normalmente hacerlo al PIB a precios de mercado. En el otro extremo, en cambio, se
encuentran los británicos, que publican sus cifras tanto al coste de los factores como a
precios de mercado a lo largo de todo el proceso de cálculo. Las referencias aisladas al
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del británico significan, en general, la medida del gasto a precios de mercado. El PIB
sobre la base de los ingresos o de la producción se realiza habitualmente al coste de
los factores, mientras que la medida del gasto se hace a precios de mercado; no
obstante, la única manera de estar seguro de la valoración efectuada es la de revisar
los fundamentos de las cifras en cuestión.
4.2. Precios corrientes y constantes
Las cifras del PIB se presentan normalmente registradas a precios corrientes y
constantes.
 Los datos de la producción están generalmente recogidos tanto en precios
corrientes como constantes. Las cifras a precios constantes de cada industria se
obtienen valorando la producción corriente mediante los precios aplicables en un año
base; como, por ejemplo, 1982 ó 1985.
 Los datos de gasto están en su mayoría recogidos a precios corrientes. Se
convierten en precios constantes a través del mismo proceso de ajuste utilizado con
los datos de la producción, o —de manera algo distinta— deflactando cada componente
por un indicador de precios estimado. Una vez disponibles las versiones de los precios
corrientes y constantes de la medida del gasto, éstas se utilizan para calcular un
deflactor general (que es el índice de precios), que a su vez es utilizado para la medida
del ingreso.
 Los datos de los ingresos se recogen a precios corrientes y son convertidos a
precios constantes utilizando los deflactores derivados de la medida del gasto
El deflactor
El deflactor del PIB calculado por medio de la cifra del gasto al coste de los
factores, se conoce también como el deflactor implícito de los precios. Constituye una
medida útil de las tendencias inflacionistas de toda la economía, pero se ve afectado
por los cambios producidos en la composición del PIB.
El ajuste de la inflación es menos fiable en las épocas en las que los precios
cambian rápidamente. Pequeños errores en las medidas de los valores corrientes y en
los precios pueden combinarse y crear grandes errores en las series de precios
constantes. Hay que sentar reglas en el tema de la precisión del deflactor de los
precios. Por ejemplo, un 12% de crecimiento nominal del PIB con una inflación de un
10%, origina un crecimiento real de un 2% del PIB. Si la inflación es ligeramente más
alta, un 11%, el crecimiento real del PIB se reduce en más de un 1%.
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