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Revista de investigación y
estudios históricos publipubl
cada por la Asociación de
Divulgación e InvestigacioInvestigaci
nes Históricas (ADIH)
Nº 22
30 de septiembre de 2014
Fundada en 2009
Apartado de Correos: 3047
30002 - Murcia – España
www.asociacionadih.es
[email protected]
Depósito Legal: MU. 489-2011
489
ISSN: 1989-5283
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Revista:
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MEDIEVO. Revista de Historia
El presente número ha sido obtenido por el
equipo de investigación de ADIH a través de
cientos de peródicos y revistas de antes,
durante y después de la Gran Guerra (como
fue llamada antes de que por desgracia
hubiese que ponerle número y pasara a ser
conocida como La Primera Guerra Mundial).
Como el lector podrá suponer, no ha sido un
trabajo precisamente fácil para el equipo de
investigación de ADIH documentar el presente
número, ya que para examinar periódicos y
revistas tan antiguas, se han tenido que visitar
hemerotecas de varias partes del mundo. Y eso
ha sido posible porque, al ser ADIH una
asociación de ámbito internacional, goza de
socios en casi todos los rincones del mundo.
Para no disminuir el valor fundamental de
cuanto sobre esta Gran Guerra se escribe, el
equipo de ADIH decidió dar a conocer las
noticas que fueron elegidas, y las fotos que
fueron obtenidas, tal y como los periodistas o
corresponsales de aquella época las publicaron
en sus respectivos medios infomátivos. Este
será el motivo por el cual el lector se
encontrará con añejas expresiones en la
lectura. Motivo que, según nuestro
discernimiento, creará en él una aureola de
misterio y curiosidad porque, al mismo tiempo
que vaya leyendo,
endo, irá viajando con las tropas,
conociendo a soldados y generales,
construyendo trincheras
ras y compartiendo
necesidades… En una palabra, será como viajar
hacia atrás y leer los periódicos de aquellos
tiempos.
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EDITORIAL
Fundada en el año 2009 por Antonio Galera Gracia, MEDIEVO.
Revista de Historia es una publicación que engloba la historia de
todos los pueblos y tiempos del
mundo. Editada por la Asociación
de Divulgación e Investigaciones
Históricas (ADIH), se difunde gratuitamente por Internet y es leída
por un número de subscriptores
que ha sobrepasado ya con creces
los 45 mil lectores provenientes
de casi todas las partes del mundo.
El interés que despierta MEDIEVO
entre los mencionados lectores y,
en general, en cuantas personas
se acercan a ella, es su variada
temática: desde la historia pormenorizada de los templarios y
de todas las órdenes militares y
religiosas que existieron en la antigüedad, pasando por la Alta,
Plena y Baja Edad Media, hasta
llegar a nuestra contemporánea
historia, sin olvidar a nuestros
hermanos hispano e ibero americanos, nuestros socios y escritores —expertos todos en los temas
que divulgan—, atraen precisamente por sus originales artículos, procedentes, la mayor parte
de ellos, de sus propias investigaciones.
MEDIEVO. Revista de Historia
Hasta la fecha actual MEDIEVO.
Revista de Historia venía publicando cuatro números al año:
marzo, junio, septiembre y diciembre. Desde la fecha actual en
adelante, ante la necesidad de
mejorar tanto la revista como su
contenido, solamente serán publicados dos: marzo y septiembre.
Por las razones expuestas, y ante
la necesidad de que la revista se
adapte y adquiera las nuevas fechas de publicación, este número
que hoy damos a conocer será el
último que se publicará este año.
La próxima revista verá la luz a
mediados del mes de marzo del
próximo año 2015. Su publicación
será comunicada a todos ustedes
por las mismas vías de difusión
que hasta el momento se han venido usando.
Durante los cinco años que la Revista lleva caminando junto a
quienes poco a poco han querido
acompañarla, se ha mantenido
fiel a sus principios fundacionales.
Hemos escrito sobre todas las religiones del mundo, pero no
hemos glorificado a ninguna;
hemos hecho manifestaciones
sobre política, pero sin decantarnos por un partido u otro; hemos
documentado la evolución de las
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diferentes razas humanas,
humana pero
sin fanatismo.
Durante estos cinco años,
años hemos
evitado, tal como prometimos,
que nuestros artículos careciesen
de xenofobia, patriotismo, hostihost
lidad, intereses personales, odio o
intransigencia.
nsigencia. Porque tal como
decíamos entonces, y todavía sseguimos afirmando, MEDIEVO n
nació para amar
ar la Libertad, sabie
sabiendo además que nadie puede afi
afirmar que ama la Libertad sin ser
respetuoso con la Libertad del
prójimo.
Para anunciarse en esta Revista: [email protected]
MEDIEVO. Revista de Historia
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INTRODUCCIÓN
Nada, en la situación europea de principios de julio de 1914, podía hacer
prever que en muy breve plazo de
tiempo estallaría el más formidable
conflicto de los que han ensangrentado
el mundo.
Entre la triple alianza había sido establecido un justo equilibrio, y todas las
causas de divergencias graves parecían
provisionalmente resueltas entre los
dos grandes agrupamientos europeos.
Los diplomáticos trabajaban al unísono
para llevar a cabo amigablemente el
arreglo de las múltiples cuestiones derivadas de la reciente guerra turcobalkánica.
Inglaterra se mostraba deseosa de evitar las dificultades externas, porque
tenía sobre el tapete la difícil cuestión
internacional del Home rute, es decir,
de la autonomía irlandesa, el más complicado problema de cuantos se le presentaron a la Gran Bretaña en su política interior.
Francia afirmaba más y más su pacifismo, parecían acallados para siempre
los anhelos de revancha que habían
siso su ilusión en otros tiempos. Ciertos
MEDIEVO. Revista de Historia
partidos políticos, convencidos de que
había acabado para siempre la era de
las grandes guerras, estaban convencidos de poder mantenerse amigos de
Alemania y se oponían resueltamente
al aumento de la potencialidad militar,
buscando consenso en los congresos
internacionales para fijar las reglas del
modus vivendi que podría presidir a las
relaciones pacíficas de los pueblos europeos. Rusia no había podido escapar
a la presión democrática que era una
de las características de aquella época,
y, después, en la creación del régimen
parlamentario, había resuelto importantes cuestiones de política interior
que la alejaban de toda idea de guerra.
Italia continuaba la difícil ocupación de
Tripolitania1, que absorbía por momentos una parte de sus recursos militares
y financieros.
Austria-Hungría estaba gobernada por
un soberano de avanzada edad, cuya
más legítima preocupación parecía ser
terminar en paz su largo reinado, fecundo en problemas y quebrantos.
Alemania obedecía ciegamente a su
emperador, que llevaba con orgullo el
sobrenombre de Emperador de la paz.
Diferentes veces peligró el equilibrio
europeo en aquellos años, y otras tantas pareció decisiva la intervención de
Guillermo II para restablecerla. Los Bal1
Tripolitania era en aquellos tiempos una región del
Magreb. Hoy pertenece a Libia.
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kanes, el Asía Menor, las cuestiones
africanas. Todo podía haber sido arrearr
glado mejor o peor por los esfuerzos de
la diplomacia. Sin embargo, el horizonhorizo
te se cerraba más cada día y, aunque
no tan pronto,
ronto, quizá por la necesidad
de proveerse de la inmensidad de eleel
mentos heterogéneos que las modermode
nas guerras exigen, era de temer que
un día u otro estallara la tormenta.
El equilibrio europeo era más aparente
que real. En las sombras se preparaba
la mundial
dial tragedia que, días después,
sembraría de terror y muerte las llan
llanuras de Bélgica, el suelo de Francia y las
estepas orientales.
EL ASESINATO DE SARAJEVO
Austro-Hungría
Hungría había fundado en Bo
Bosnia Herzegovina 480 escuelas de prim
primaria, tres liceos, dos colegios mayores,
nueve escuelas comerciales, una ac
academia comercial y numerosas escuelas
prácticas.
Cuando estalló la guerra, hacía ya treintrei
ta y siete años que los austro-húngaros
austro
habían penetrado en Bosnia.
Su obra material había sido consideraconsider
ble, pero no había hecho ningún propr
greso en la obra de asimilación moral.
Se habían creado cinco mil kilómetros
de buenas carreteras y se había conscon
truido una excelente red de ferrocarril,
para cuyas obras se habían votado en el
año 1913, un crédito de 270 millones
de coronas.
MEDIEVO. Revista de Historia
Todos estos establecimientos de ens
enseñanza eran otros tantos focos de de
reuniones secretas. Los atentados pol
políticos se sucedían con lamentable obst
obstinación. Austria escogía sus empleados
entre los croatas, cuya adh
adhesión a la
monarquía estaba probada y que
además conocían bien el idioma del
país, para servir en esta demarcación.
Bosnia fue anexionada a Austria el día 7
de octubre de 1908.
La propaganda serbia en Bosnia databa
desde los primeros tiempos de la oc
ocupación.
n. Hasta el extremo que, colocado
por los austriacos al frente de la Adm
Administración un serbio húngaro, el barón
Nikolitsch, gran señor, pero sin otros
méritos que la nobleza de su estirpe,
fue considerado por los serbios como
traidor y al cabo de dos años tuvo que
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abandonar Bosnia. Fue sucedido por un
alemán, el barón Kutschera, que ocupó
este puesto durante los veinte años
siguientes.
La llegada de la administración de Benjamín Kallay marcó una época feliz en la
historia de la provincia. Kallay, intentando ganarse primero la confianza de
los serbios, se inclinó después resueltamente hacia los croatas, buscando el
restablecimiento del equilibrio racial en
el país. Rigió por veinte años los destinos de Bosnia y murió el día 13 de julio
de 1913. Con su fallecimiento, la decadencia volvió a reinar en el país. Su sucesor fue el barón de Durán, ministro
en Atenas, cuyo principal mérito fue, tal
vez, ser yerno del barón Tajarvary. Lleno de buenas intenciones, pero débil
de carácter y falto de preparación, aumentó considerablemente la propaganda serbia. De Belgrado salían los
fondos que mantenían agitadores y
propagandistas. Los periódicos serbios
de Bosnia hablaban claramente de la
incorporación del país a Serbia y llamaban al emperador Francisco José, el
soberano de la monarquía vecina.
Una anarquía precursora del crimen
reinaba en toda la provincia. Anarquía
de raza y sobre todo de religión. Los
serbio bosnios, ortodoxos de nombre,
pero en general ateos, dirigían todo su
odio contra la religión católica; debían,
pues, ensañarse contra el archiduque
heredero y su mujer, que pasaban por
ser partidarios de los intereses de la
Iglesia. Los serbios componían en Bosnia el 42 por ciento de la población.
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Austria no se hizo amar de los bosnios;
envió a gobernarles empleados que
desconocían sus costumbres y su idioma. En el año 1878, el conde Andrassy
quiso conquistar el afecto de los bosnios, y lo que consiguió fue que estos
se aunasen y se convirtieran en militares en la clandestinidad.
Fácil era prever la catástrofe inicial con
tan ineptos gobernantes y tan rebeldes
gobernados. Los fermentos poderosos
de una oposición de raza crecieron con
los triunfos de los serbios en las guerras
balcánicas.
Bajo el pretexto de unas maniobras
militares, se organizó una entrada sensacional en Sarajevo del archiduque
Francisco Fernando y de su esposa, el
día mismo en que toda la nación serbia
enloquecía y se exaltaba con el recuerdo de victorias recientes y la esperanza
de victorias futuras.
Era el 28 de junio. El archiduque Francisco Fernando y su mujer, la duquesa
de Hohemberg, después de haber escapado a una bomba lanzada por Cabrinovic, fueron muertos de dos disparos de revólver, hechos a bocajarro, por
el estudiante Prinzip.
Los asesinos fueron detenidos. Procedían de Belgrado, donde habían recibido
las armas. En todo el mundo la impresión fue enorme. En el mismo Sarajevo,
musulmanes y católicos organizaron
marchas comuneras contra los serbios.
Muchas casas fueron saqueadas.
El Inglaterra y Francia se había prestado
la más viva atención a los incidentes y a
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las controversias que habían seguido al
atentado de Sarajevo.
El primero de julio, el señor Tavanovitch, ministro de Serbia, declaraba que
su gobierno tomaría medidas para impedir atentados terroristas.
Prinzip se declaró culpable y negó influencias extrañas, persistiendo en que
el crimen era consecuencia de sus ideas
anarquistas.
Las manifestaciones anti serbias continuaban. En Viena, 15 mil personas precedidas de banderas negras, recorrieron los principales barrios. Austria concentraba tropas a lo largo de la frontera
serbia, y en su capital se sucedían las
conferencias militares en presencia del
conde Berchtod. Se le dio un mayor
impulso a la línea estratégica de Panfchevo a Kovil, y el 7 de julio partió de
Budapest para Hungría meridional un
tren que llevaba cuarenta vagones con
material de artillería.
El día 10, el conde Tisza, contestando
en la cámara húngara a los condes Andrasey y Apponyi, pronunció un discurso ambiguo, diciendo que «los responsables de la política exterior de la monarquía tenían el honor de salvaguardar su prestigio y defender sus intereses vitales». Francis celebró en calma
su fiesta militar del 14 de julio.
El día 16 se aseguraba que Serbia había
movilizado a 70 mil reservistas, cosa
que negó rotundamente el señor Pochitch. El 20 declaraba este ministro
serbio que su país daría a Austria todo
género de facilidades para el descubrimiento y castigo de los asesinos de Sarajevo, porque Serbia quería a toda
costa la paz.
EL ULTIMÁTUM
De la instrucción criminal abierta por el
tribunal de Sarajevo contra Gravilo
Prinzip y sus cómplices, resultó que se
había formado un complot en Belgrado
para asesinar al archiduque, y que en
ese complot entraron Gravilo Princip,
MEDIEVO. Revista de Historia
Pradeljko Calvinovic, Milan Ciganovic y
Trifko Graben, con el concurso del comandante Voija Tankosic. Las seis
bombas y cuatro pistolas Browning, con
la munición de que los asesinos se sirvieron, les habían sido enviadas desde
Belgrado a los terroristas por Milan
Ciganovic y el comandante Tankosic.
Las bombas eran granadas de mano
que provenían del depósito del ejército
serbio en Kragujevac. Ciganovic había
enseñado a los asesinos el uso de las
granadas y les había dado lecciones de
tiro con pistola. Ciganovic hizo que los
asesinos y las armas pasaran clandesti-
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namente la frontera con ayuda de los
capitanes de la frontera de Schabatz,
Povic y Loznica, en conivencia con el
aduanero Kudivoy Grabic, jefe de la
aduana de Loznica.
El 23 de julio, por la noche, envió Austria-Hungría el ultimátum a Serbia. En
él se hacía referencia a los hechos, se
exigía al gobierno serbio que en el periodo oficial de 26 días publicase unas
declaraciones en las que se condenara
el crimen y se indicara al ejército y al
pueblo que el gobierno usaría la fuerza
contra cualquier tentativa de inmiscuirse en los destinos de las poblaciones de
cualquier parte de Austro-Hungría.
El gobierno serbio se debía comprometer, además, a suprimir toda publicación que excitase el odio hacia Austria;
a proceder enseguida a la disolución de
la asociación llamada Narodna Obrana,
confiscando todos sus medios de acción
y propaganda, y hacer lo mismo con
todas las sociedades serbias que hiciesen propaganda contra Austro-Hungría,
sin que las sociedades mencionadas
pudiesen continuar su actividad bajo
otro nombre y forma; a eliminar de la
instrucción pública lo que pudiese ser
margen de fomento de propaganda
contra Austria-Hungría; a alejar del servicio militar y de la administración en
general a todos los militares y funcionarios culpables de propaganda; a aceptar
la colaboración en Serbia de los órganos del gobierno austro-húngaro en la
supresión del movimiento subversivo
dirigido contra la integridad de la monarquía; a abrir un expediente judicial
contra los partícipes del complot del 28
MEDIEVO. Revista de Historia
de junio que se encuentran en territorio serbio, tomando parte en las pesquisas los órganos del gobierno autrohúngaro; a proceder con urgencia el
arresto del comandante Voija Tankosic
y de Milan Ciganovic, empleado del
Estado serbio; a impedir por medidas
eficaces el contrabando de armas y
explosivos, licenciando y castigando a
los funcionarios del servicio de fronteras, en Schabatz y Loznica, culpables de
haber ayudado a los autores del crimen
de Sarajevo, facilitándoles el paso; a
dar satisfacción al gobierno austrohúngaro sobre los propósitos injustificables de los altos funcionarios de Serbia que, a pesar de su posición oficial,
se habían expresado de una forma hostil contra Austria-Hungría.
Esperaría el gobierno de Francisco José
la contestación hasta el sábado 25 de a
las seis de la tarde.
El barón de Giest, ministro de AustriaHungría en Belgrado, tenía orden de
abandonar su puesto si antes de la hora
indicada no había obtenido contestación.
El día 24 dio conocimiento del texto de
la nota a la Cámara húngara el conde
de Tisza. En todos los lados de la cámara fue recibida la lectura de la nota con
viva aprobación.
El conde Andrassy, en nombre de todas
las fracciones de la oposición, declaró
que la situación frente a Serbia había
llegado a hacerse insostenible y aprobó
la actitud del gobierno. Ambos oradores fueron ovacionados.
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La sorpresa y la emoción fueron generales. Desde este momento se comprendió que la crisis revestía una gravedad inusitada. Así lo reconoció en
Belgrado el periódico Samomprava,
órgano del gobierno serbio. Este se
reunió en consejo permanente el día 24
a las diez de la mañana. Serbia seguía
llamando reservistas a filas, y Montenegro anunció su intención de estar en
todas las circunstancias al lado de Serbia. En Rusia, el Consejo de ministros,
que duró cuatro horas, acordó pedir a
Austria una prolongación del plazo. En
Alemania la opinión pública se pronunciaba por dar apoyo enérgico a Austria.
La Bolsa bajó extraordinariamente en
todos los pueblos. El 25 llegaba Pincaré
a Stokolmo, donde era recibido con
grandes honores. El mismo día participaba Alemania oficialmente su intención de hacerse estrechamente solidaria de la conducta de Austria. Rusia
hacia a esta la petición de ampliación
del plazo. El ministro de Austria en Belgrado abandonaba la ciudad y el ejército austriaco era movilizado en parte. El
mismo día publicaban los periódicos de
Viena un comunicado oficial que decía:
«El gobierno ruso ha pedido al austrohúngaro, por medio del embajador de
Austria-Hungría en san Petersburgo, el
conde Szapary, y de su representante
en Viena, que el plazo estipulado en la
nota sea prorrogado por algunas horas.
El gobierno austro-húngaro ha rehusado acceder a este deseo de una forma
cortés, pero firme. El Gobierto austrohúngaro se coloca en en el punto de
vista siguiente, a saber: que el arreglo
de sus negocios con Serbia constituye
MEDIEVO. Revista de Historia
un asunto que no interesa más que a
Austria y a Serbia. La monarquía está
decidida, desde luego, a mantener este
punto de vista cualesquiera que sean
las circunstancias y a rechazar toda
tentativa de intervención».
Poco antes de las seis de la tarde el
señor Pachitch llevaba en Belgrado a la
legación austro-húngara la contestación a la nota del día 25, aceptando
todas las bases, protestando de la participación de los funcionarios austriacos
en la causa que Servia instruía y pidiendo y pidiendo explicación de la medida
en que dichos funcionarios iban a tomar parte en la causa, y, además, el
gobierno serbio se remitía al Tribunal
de La Haya y a las diversas potencias
que habían firmado la declaración de
1909 relativa a Bosnia Herzegovina. El
ministro austro húngaro contestó enseguida que no le satisfacía la respuesta y se marchó con todo el personal,
encargando al ministro de Alemania la
protección de los intereses austriacos
en Serbia y declarando rotas las relaciones diplomáticas entre Austria y
Serbia. El gobierno serbio convocó inmediatamente a sus tropas. Belgrado
fue evacuado y se decretó la movilización general. En Viena, Budapest y
Berlín se acogió con entusiasmo la ruptura de relaciones.
En Francia se reunió por dos veces el
Consejo de ministros y se dispuso que
caducasen en el acto todas las licencias
de cuantos dependían del Estado. En
Inglaterra Sir Edward Grey se reunió
con el señor Cambon y el conde Bouckendorf, embajadores de Francia y Ru-
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sia, examinando los tres diplomáticos el
conflicto en todas sus fases y entendiendo que solo la intervención enérgica de Alemania haría cambiar la ruta de
los sucesos, y esta intervención parecía
dudosa. Rusia movilizó dos cuerpos de
ejército.
Pasó el domingo sin que nada diese a
entender que los acontecimientos se
dirigían hacia la paz o hacia la guerra.
En todas las capitales los diplomáticos
se reunieron. El canciller y el emperador Alemán regresaron a Berlín; el presidente de la República francesa interrumpió su viaje. Por la noche el embajador de Alemania y el ministro de
asuntos extranjeros de Francia, señor
Bienvenu Martín, tuvieron una entrevista en París, en el curso de la cual
buscaron los medios de acción de las
potencias para mantener la paz.
INFRUCTUOSAS TENTATIVAS DE MEDIACIÓN
Persistió Austria en su punto de vista
de que la cuestión planteada concernía
solo a ellos y a Serbia, y fueron vanas
las gestiones de paz de las demás potencias.
El día 27 se publicó en Rusia un comunicado oficial, en el que se decía que
estaba presta a responder por todos los
medios de que disponía una gran potencia, a todo acto que indicase menosprecio a sus legítimas demandas,
disponiéndose a auxiliar a Austria en
sus peticiones justificadas y a recomendar a Serbia que no fuera intransigente; pero que no permitiría jamás
que se castigase a todo el pueblo serbio
MEDIEVO. Revista de Historia
por el crimen de un particular. Austria
movilizó ocho cuerpos de ejército: los
de Praga, Leimerit, Gratz, Budapest,
Tamesvar, Agram, Sarajevo y Ragusa.
Cada uno poseía 40 mil hombres. En
total fueron unos 325 mil soldados.
Bélgica procedió por su parte a su movilización. Las flotas inglesas, francesas
e italianas se concentraron. El presidente de la República francesa dirigió telegramas de excusa a los reyes de Noruega y Dinamarca y regresó a Francia. La
prensa austriaca criticó a Serbia, en
cuya nota la acusaba de falta de sinceridad.
El Diario Oficial de Austria publicaba el
día 28 por la mañana la declaración de
guerra a Austria, firmado por el ministro de asuntos exteriores, conde Berchtold.
El mismo día, el emperador Francisco
José dirigía, por orden del ministro presidente, conde Stuergkn, un manifiesto
a su pueblo.
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El Nuncio de su Santidad en Viena no
pudo entrevistarse con el emperador
para recordarle de viva voz el llamamiento que el Papa Pío X le había dirigido en favor de la paz.
evitar la desdicha que sería una guerra
europea, te ruego, en nombre de nuestra antigua amistad, que hagas todo lo
posible para impedir a tu aliado ir más
allá».
La escuadra austriaca bloqueó Antívari.
El general en jefe serbio, Punnik, regresaba a su país y fue detenido a su paso
por Budapest y después puesto en libertad.
El gobierno austro-húngaro agradeció
al señor Edward Grey su pacífica proposición y no la aceptó por haber declarado ya la guerra a Serbia.
A las diez cuarenta y cinco de la noche
del día 28, Guillermo II dirigía a Nicolás
II un telegrama en el que, tras condenar
enérgicamente el crimen, le pedía ayuda para alejar las dificultades actuales.
El día 29 Rusia estimada necesario, sin
rechazar las proposiciones mediadoras
de Inglaterra, que pedía una conferencia europea, tomar precauciones militares en respuesta a la movilización parcial de Austria, y movilizó los siguientes
distritos: el de Odessa, al mando del
general Nikitine; el de Moscú, al mando
del general Plehva; el de Kiel, al mando
del general Ivanof; y el de Kasan, al
mando del general Salza.
Guillermo contestó a Nicolás el día 29 a
las seis y media de la tarde, diciéndole
que la guerra no era vergonzosa; que
Serbia no había cumplido nunca su palabra y que Alemania apoyaría una inteligencia directa del gobierno Ruso con
Viena; pero que las medidas militares
podrían ser consideradas por AustriaHungría como una amenaza que podría
provocar la desdicha que todos querían
conjurar.
El día 29, por la noche, comenzaron las
hostilidades entre Serbia y Austria. Dos
batallas tuvieron lugar sobre el Danubio
y el Save. Belgrado había sido bombardeado.
Estos catorce cuerpos de ejército estaba compuesto por cuatrocientos mil
soldados, más trescientos mil reservista. En total setecientos mil hombres.
La jornada del día 30 fue decisiva. Dos
hechos la señalan: la actividad diplomática y política en Inglaterra y la acentuación de las dificultades ruso alemanas.
A las diez de la mañana del día 29 el Zar
dirigía al Kaiser un telegrama pidiéndole ayuda. Decia: «Una guerra vergonzosa ha sido declarada a un país débil. La
indignación es enorme en Rusia. Yo la
comparto. Preveo que pronto no podré
resistir a las presiones que se ejercen
sobre mí y que me obligarán a tomar
medidas que provoquen la guerra. Para
Inglaterra había respondido a las proposiciones de Alemania. El señor Edward Grey declaró que Inglaterra no
podía aceptar las proposiciones de
Alemania para obtener su neutralidad
por numerosas razones: porque una
inteligencia con Alemania, con detrimento de Francia, sería una vergüenza,
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porque Inglaterra no podía dejar de
cumplir las obligaciones respecto a la
neutralidad de Bélgica, y que el mejor
medio de sostener las buenas relaciones entre los dos países era coadyuvar
ambos el sostenimiento de la paz.
En la cámara de los comunes hubo este
día una importante sesión, en la que las
oposiciones se asociaron patrióticamente al gobierno. El Zar y el Keiser
intercambiaron nuevos telegramas,
ambos a las trece horas. El primero
diciendo que las medidas militares eran
imposible de evitar porque habían sido
declaradas hacia ya cinco días, y, volviendo a pedir la presión de Alemania
sobre Austria. El segundo decía que
Austria se había movilizado contra Serbia. Y agregaba: «Si ahora tú movilizas
contra Austria, la misión que me has
confiado se hace imposible». Y concluía
diciendo que la responsabilidad de la
guerra o de la paz caería sobre el Zar.
Aun insistió este por la noche en otro
telegrama. Rogando la paz y asegurando que sus tropas no tomarían ninguna
actitud hostil, de lo que daba solemne
palabra.
A media noche Guillermo II contestaba
diciendo que la movilización rusa había
impedido su acción pacífica sobre Viena
y que, además, recibía nuevas sobre
preparativos bélicos de los rusos en sus
fronteras. «La responsabilidad de la
seguridad de mi Imperio —agregaba—
me obligan a tomar contra ti medidas
defensivas. Yo he hecho todos mis esfuerzos a favor del mantenimiento de la
paz. Yo tengo la responsabilidad de la
MEDIEVO. Revista de Historia
desgracia que amenaza al mundo civilizado. En este momento tú tienes la
posibilidad de conjurarla. Nadie amenaza el honor y la fuerza de Rusia, que
hubiera podido esperar al resultado de
mis esfuerzos. La amistad que para ti y
para tu país juré en el lecho de muerte
de mi abuelo ha sido siempre sagrada
para mí, y he seguido fiel a Rusia en los
momentos más difíciles, en la última
guerra especialmente. Hoy la paz europea no puede ser salvada más que por
ti, si Rusia se decide a detener las medidas militares que amenazan a Alemania y Austria-Hungría».
A la mañana siguiente Austria decidió la
movilización general. Imitándola Rusia
en la tarde del dicho día 31.
La guerra parecía inevitable, pero Inglaterra seguía presionando para la paz
sobre Alemania.
En la noche de este día, el gran orador
socialista francés Jaurés, fue villanamente asesinado en el restaurante de
la calle Montmatre.
El sábado, primero de agosto, Inglaterra insistía en sus esfuerzos para mantener la paz, e hizo una nueva proposición: el rey de Inglaterra recomendó a
los emperadores de Austria y Rusia, y el
gobierno inglés solicitó a los rusos,
franceses, alemanes y austriacos una
reunión de representantes en Londres
para decidir las condiciones en que se
instruiría la causa sobre el asesinato de
Sarajevo y se juzgaría a sus autores y
cómplices. Y, pedía, al mismo tiempo,
que las cuatro potencias se pusieran de
acuerdo para mantener en Serbia la
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integridad de su territorio, su indepenindepe
dencia y soberanía, deteniendo los
preparativos de guerra mientras duradur
sen las negociaciones.
Francia y Rusia se adhirieron a la propr
posición. Austria y Alemania la rechazarechaz
ron, y a las siete y diez de la tarde,
Alemania declaró la guerra a Rusia por
medio de su embajador en San PetersPeter
burgo. El Gabinete de Paris fue avisado
por el de Rusia, en la noche del viernes
al sábado, que la movilización alemana
había comenzado aquella misma non
che.
Francia, única potencia que nada había
hecho
ho hasta entonces, reunió rápid
rápidamente el consejo de ministros, y a las
tres y cuarenta y cinco de la tarde, se
ordenó movilización general e inmedi
inmediata.
A las 17 horas se colocaba el bando en
toda Francia, ordenando la movilización
de los ejércitos de mar y tierra y la requisición de animales, carruajes y
arreos.
LA GUERRA SE GENERALIZA
El presidente del Consejo francés, señor
Viviani, informó acto seguido al embaemb
jador alemán de la medida adoptada.
Este manifestó inquietud por posibles
incidentes de frontera, y aquél le aseas
guró que las tropas francesas ocuparían
posiciones a diez kilómetros de la línea
fronteriza.
Italia, cuyas tropas estaban en su mam
yor parte en Tripolitania, manifestó
deseos de guardar por completo una
neutralidad absoluta.
MEDIEVO. Revista de Historia
En la jornada del domingo las tropas
alemanas invadieron el territorio
francés por siete puntos diferentes. El
ministro de estado de Luxenburgo, el
señor Eyscher, presidente del gobierno
del Gran Ducado, comunicó al pres
presidente del gobierno francés
rancés que por los
puentes de Wasserbilig y Remich ha
habían penetrado en aquel territorio tropas
alemanas que se dirigían hacia el Sur.
El 2 de agosto, a las 19 horas, el mini
ministro de Alemania remitió al gobierno
belga su ultimátum, según el cual Al
Alemania sabía
ía que masas francesas iimportantes se disponían a operar por
Givet y Namur, y considerándose Al
Alemania precisada a tomar medidas d
defensivas, rogaba al gobierno belga le
hiciese conocer antes de las siete de la
mañana si Bélgica estaba dispuesta a
facilitarlee las operaciones.
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El gobierno belga contestó que le sorprendía esta afirmación, habiendo recibido de Francia la formal promesa de
respetar la neutralidad de Bélgica; y
además de rechazar toda facilidad a las
operaciones alemanas, protestaba contra la violación de su territorio, que
estaba dispuesto a defender enérgicamente.
Desde el 26 de julio Bélgica se preparaba. El día 31 decidió el gobierno poner
al ejército en pie de guerra. Dos días
antes habían sido llamados a filas un
buen número de hombres. La cifra total
de combatientes era en esta última
fecha de 250 mil, quedando todavía por
llamar a otros 100 mil.
Los trenes militares transportaron con
urgencia a Lieja y Namur tropas y material. Aquella noche se hizo un nuevo
llamamiento. Se reclutaron más de trece contingentes.
El presidente del consejo dijo que si el
territorio belga era violado, el rey tomaría el mando supremo de las tropas
y sería su jefe de estado mayor y segundo comandante el general Sellier de
Moranville. Desde que el gobierno
inglés tuvo conocimiento del ultimátum
dirigido a Bélgica ordenó la movilización de la flota y la aceleración del ejército, que ya había comenzado.
La cámara de los comunes acordó una
moratoria, y sir Edward Grey hizo historia de los sucesos, asegurando que había dado el día anterior al gobierno
francés la seguridad de que si la flota
alemana entraba en el Canal de la
Mancha o rompía por el mar del Norte
MEDIEVO. Revista de Historia
las hostilidades contra las costas o la
marina mercante francesa, la flota
británica le daría toda la protección de
su poder. Añadió que Inglaterra defendería a toda costa la neutralidad de
Bélgica, y concluyó diciendo: «Que Inglaterra tenía un grande y vital interés
en mantener la neutralidad de Bélgica.
Si Bélgica se veía obligada a someterse
a una violación de su neutralidad incondicional, la situación sería clara. El
gobierno no puede hacer una proclamación de neutralidad incondicional».
A las cinco y cuarenta y cinco, el embajador alemán, el señor Schoen, decía en
el ministerio de asuntos exteriores, al
señor Viviani y al señor Mangiorie que
su gobierno declaraba la guerra a Francia porque aviadores franceses habían
violado el espacio aéreo de Bélgica y
sobre territorio alemán, arrojando
bombas sobre Nuremberg, actos que
constituían una agresión y agresión del
suelo germano.
Francia telegrafió a su embajador en
Berlín, el señor Cambon, que solicitase
inmediatamente sus pasaportes y que
protestase contra la invasión de
Luxemburgo, con el pretexto de que
Francia tenía intención de invadirlo.
Alemania declaró, pues, la guerra a
Francia el día 3 de agosto a las seis y
cuarenta y cinco de la tarde.
Aquella misma noche, a las 22:10
horas, el embajador alemán en parís
viajaba en un tren especial. Al día siguiente, el gobierno inglés dirigía un
ultimátum a Alemania, invitándola a
hacer, respecto a la neutralidad belga,
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la misma declaración que Francia. Y
habiendo esperado inútilmente la respuesta hasta la media noche, Gran Bretaña entró en guerra contra el imperio
germánico.
bajador francés en Viena había sido
llamado, reclamando entonces sus pasaportes el conde de Szecsin y marchando aquella misma noche en tren
especial a Italia.
Hasta el 7 de agosto no declaró AustriaHungría la guerra a Rusia.
El 16 de agosto el gobierno japonés
notificó al gobierno alemán, por medio
de su embajador en Berlín, un ultimátum por el cual pedía que Alemania
retirase de aguas japonesas sus barcos
de guerra o las desarmase, y que evacuase en el plazo de un mes el territorio del protectorado de Kian Tchou.
El 9 de agosto se anunció desde Italia
que algunos regimientos austriacos
habían sido dirigidos contra las tropas
fronterizas de Alsacia. Esta situación
determinó el cambio de comunicaciones entre la embajada de Austria en
París y el ministro francés.
En la noche del 10 de agosto, el conde
Szecsin de Temeriz fue notificado de
que, en vista de las explicaciones dadas
por el gobierno austro-húngaro, el em-
A partir de esta fecha, nueve naciones
estaban en guerra. De una parte Alemania y Austria Hungría, y de la otra,
Francia, Rusia, Inglaterra, Bélgica, Serbia, Montenegro y Japón.
COMIENZA LA LUCHA
en todas sus partes. La lucha comenzó
sangrienta y pujante.
Todas las obras habían sido construidas
según proyecto del sabio general de
ingeniería belga Brialmont. Trincheras,
minas y fogatas enlazaban los fuertes
para la defensa móvil.
En la noche del 2 al 5 de agosto, en un
cierto número de puntos de París se
produjeron escenas de violencia, saqueando las turbas los almacenes y
tiendas cuyos propietarios eran alemanes o austriacos. El día 4 tuvieron las
cámaras francesas una corta sesión
patriótica. La movilización se cumplió
MEDIEVO. Revista de Historia
El séptimo y el octavo cuerpos germanos marcharon directamente sobre
Lieja, dirigiéndose principalmente sobre el intervalo de Barchon Evegneé. El
décimo cuerpo de Brendeburgo avanzó
desde Maimedy sobre Spa.
120 mil hombres al mando del general
Von Emmich, habían invadido Bélgica.
Este general hizo lanzar una proclama
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explicando la necesidad militar de la
invasión y prometiendo respetar la integridad belga.
En la noche del martes al miércoles las
masas alemanas se lanzaron al asalto
de los fuertes que componían el frente
de la derecha. Las tropas belgas de la
tercera división y las de Lieja, un total
de 35 mil hombres, detuvieron el empuje germano.
LA PRIMERA BATALLA GENERAL Y LA
RETIRADA DE LOS FRANCESES
ladar la línea formada hasta el Sambre,
entre Namur y Charteroi.
El general Von Hausen, que mandaba el
tercer ejército, y el duque de Wurtemberg, que iba al mando del cuarto, se
trasladaron desde la base MalmédySaint-Vith, sobre Dinant y Neufchatean,
a través de las Ardenas.
El verdadero ejército alemán, después
de haber desembarcado en la línea de
Aix-Chapelle-Malmédy-Tréves-MetzStrasburgo, se adelantaba con un frente enorme.
El general Von Kluch, que mandaba el
primer ejército, sin preocuparse de los
fuertes de Lieja, de los cuales el último
no se rindió hasta el 15 de agosto, pasó
el Mosa, batió en Aerachof a las tropas
belgas de campaña y ocupó Bruselas el
día 20 de agosto.
El general Von Bulow, que mandaba el
segundo ejército, franqueó el río en
Huy, viniendo de la región de Eupen,
para desplegarse después en el terreno
de la campaña de 1815 y después trasMEDIEVO. Revista de Historia
A su izquierda vino a colocarse el quinto ejército, que estaba concentrado en
Treves y Metz, atravesando Luxemburgo.
Al Este de Metz el el sexto ejército,
marchó contra el flanco del que mandaba el general Castelnau, que veía al
mismo tiempo amenaza su derecha por
el general Von Heeringer, que mandaba
el séptimo ejercito, y su izquierda por
elementos destacados del campo atrincherado de Metz. Fue en esta región
donde comenzó la acción general el día
20 de agosto.
Las tropas francesas atacadas por tres
partes a la vez, no pudieron continuar
su avance. Un cuerpo de ejército cedió
bruscamente y este descalabró provocó
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el retroceso de toda la línea. Sostenido
por refuerzos sacados de la guarnición
de Toul y del ejército de Duboil, el general Castelnau disputó palmo a palmo
el terreno al enemigo y le detuvo definitivamente sobre la línea de la gran
corona de Naney y de la Montagne el
día 7 de septiembre.
En el ala izquierda, los ejércitos franceses tercero y cuarto chocaban con las
columnas alemanas el día 21 y 22 de
agosto en el Luxemburgo belga. El terreno llenó de bosques no se prestaba
a los reconocimientos de la caballería,
ni de la aviación. La artillería se veía
falta de campo de tiro. La infantería
francesa se dejó sorprender en varios
puntos y cedió ante el número, siendo
rechada hacia la frontera.
Esta retirada descubrió el flanco derecho del quinto ejército francés, que
habiendo dejado atrás Charleroy y Dinant, llegaba casi a Namur. Su repliegue
ofreció pocas dificultades.
El cuerpo expedicionario inglés, obligado a seguir el movimiento general y
cogido por todo el ejército de Von
Kluck, se encontró el 26 de agosto seriamente en peligro entre Londrecies y
Cambral, costándole gran trabajo librarse de la acometida.
Todo había cambiado. A las ventajas
parciales de los primeros días sucedía
una serie de reveses sobre todo el
campo de bagtalla. ¿Qué iban hacer los
franceses para remediarlo y restablecer
el equilibrio en su favor?
MEDIEVO. Revista de Historia
Un jefe de valor ordinario hubiese elegido sin duda una sólida posición defensiva detrás del Mosa. Por ejemplo,
detrás del Aisne o apoyándose en la
plaza de Reims. Era expediente banal,
fácil, que se presenta naturalmente al
espíritu y necesidad, de parte del
mando, al mínimo de combinaciones y
de actividades; pero que no hace la
mayor parte de las veces, más que retrasar la hora del desastre final.
El generalísimo francés prefirió tomar
partido más enérgico y no volver a encontrar a su adversario, si no era
atacándole. Solución tan difícil de concebir como de ejecutar. No pudo llevarse a cabo más que sacrificando una
ancha zona de territorio nacional. Para
retirarse rápidamente sin dañar la moral de la tropa. Dirigiéndo el ejército
hacia el punto más favorable y detenerle en el momento oportuno: ni demasiado pronto ni demasiado tarde, y volver a la marcha contra el enemigo. Para
ello era preciso un golpe de vista infalible y una fiemeza de carácter poco
común.
El repliegue francés prosiguió felizmente. Algunos vigorosos golpes a fondo,
como el del ejército de Lanrezac al general Guardia y al décimo cuerpo prusiano una sangrienta derrota, detuvieron la persecución. Así pudieron tranquilamente llegar los franceses a París,
Verdúm y más allá.
A la resolución tomada por el alto
mando francés debía corresponder una
decisión del adversario. Hasta entonces
todo había salido bien a los alemanes y
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sus ejércitos, inmensos hormigueros de
cientos de miles de hombres, parecían
movidos por un mecanismo de relojería
impecable y seguro.
La movilización, la concentración, el
despliegue de la innumerable masa, su
marcha a través de Bélgica, se había
desarrollado en sus menores detalles
conforme a un programa previamente
establecido. La irresistible marea había
barrido la valerosa pero efímera resistencia de los belgas, y después, en su
primer empuje, rechazaba por todas
partes las fuerzas anglo francesas, sin
sufrir el menor tropiezo en una línea de
más de 300 kilómetros.
Los alemanes habían descontado que,
gracias a su superioridad numérica, a su
preparación más avanzada y a la dirección de su ataque, cogerían del revés a
los aliados y los envolverían todos o
parte de sus fuerzas, causándoles una
derrota aplastante.
Esta esperanza había fracasado. Los
ejércitos franceses no habían sido aniquilados y aunque habían sufrido serias
pérdidas, conservaban todavía sus lazos
tácticos y su valor combatiente.
EN LOS DARDANELOS
empresa de días no pudieron consumarla.
Para distraer las fuerzas del Canal de
Suez y para abrir a Rusia esa comunicación con sus aliados, las escuadras anglo francesas atacaron con denuedo a
los fuertes turcos de la península de
Gallipoli que defendían la entrada de
los estrechos de los Dardanelos.
Inútil fue todo esfuerzo: fracasó el primer intento de forzamiento por mar y
fracasaron más tarde los intentos terrestres. Los turcos, auxiliados por los
alemanes, supieron mantener a raya a
sus enemigos, y lo que parecía a estos
MEDIEVO. Revista de Historia
En la parte más estrecha tenían los
Dardanelos el fuerte Namazié, con las
baterías Veni-Medjidié y DeyrmenBonrounón, en la orilla europea. Y los
fuertes de Kale i-Sultaniéh de Nágara,
con las baterías de Anatoli-Medjidié y
de Hamidié, en la asiática.
En el cambio de dirección del Canal,
hacia el Mar de Mármara, había diversas baterías dispuestas en arco de
círculo a lo largo de la concavidad de la
costa europea.
El fuerte de Namazié y las baterías adyacentes, que están en costa baja, tienen la protección de los modernos emplazamientos, que impiden también la
toma del revés, desde la península de
Gallipoli, de las fortificaciones de la
orilla europea.
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El istmo lo cerraban los tres fuertes de
Bulair, cada uno con doce piezas de 15
centímetros y enlazadas por trincheras
y baterías intermedias.
Pasaban de sesenta las piezas, en su
mayor parte de gran calibre, que tenían
los otomanos en su fortificación del
estrecho.
La entrada estaba defendida por la batería del cabo Helles, artillado con dos
cañones de 23 centímetros; el fuerte de
Saddul Bahr, artillado
con seis cañones de
25; el de Orkarich
Dabia, con dos cañones de 23, y el fuerte
de Kum-Kalovsi, con
cuatro cañones de 25
y dos de 14.
En los últimos días de
febrero, destruyeron las escuadras
aliadas los cuatro fuertes de la entrada
y avanzaron, en rastreo de minas, hasta
más de ocho millas de la boca.
El primero de marzo los tres viejos acorazados ingleses, el Ocean, el Triumph y
el Albión, atacaron, destruyendo la batería del Farallón Blanco y el fuerte de
Dardanus, avanzando milla y media
más con el consiguiente rastreo de minas.
Desde el golfo de Saros bombardearon
los barcos franceses los fuertes Sultán y
Napoleón III, los más próximos al mar
de los tres istmos de Bulair.
El día 3, dentro del estrecho, tres acorazados ingleses, el Canopus, el Swi y el
Cornuwallis, batieron la batería de la
MEDIEVO. Revista de Historia
costa europea, prosiguiendo con el rastreo de minas.
Siguió la lucha el día 4, desembarcaron
tropas que desmantelaron Seddul-Bahr.
El día 5 el Queen Elisabeth, el Inflexible
y el Prince Gerorge bombardearon por
tiro directo, desde la costa occidental,
los fuertes del grupo de Kilid-Bahr, observando el tiro y observando correcciones desde dentro del estrecho cuatro acorazados. El Queen Elizabeth
llegó hacer veintinueve disparos con
sus cañones del calibre 38. El Sahire destruyó en el golfo de
Andramyste, en Asia
Menor, una batería
de campaña, y una
escuadra de cruceros
ingleses batió las
defensas turcas del golfo de Smirna. No
fue tan afortunada la acción de los barcos anglo franceses en sus ataques de
los días 18 y 19, pues aunque lograron
reducir al silencio algunos fuertes turcos, fue a costa de varios acorazados: el
Bouvent, francés, y el Gaulois, de la
misma nacionalidad, y otros dos ingleses.
Meses después desembarcaron en ambas orillas fuerzas aliadas, y los días 6, 7
y 8 de mayo atacaron a las huestes
otomanas frente a Krihtia y Achi-Baba.
En junio continuaron los ataques.
Por el lado del Egeo, las fuerzas inglesas
se vieron obligadas a abrirse paso a
través de la maleza. El día 21 el cuerpo
expedicionario francés atacó y tomó las
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primeras líneas de trincheras enemigas
hacia la posición fortificada llamada
Haricot, atacada desde hacía ya seis
semanas
manas y llave del barranco de KereKer
ves Dere, y allí siguieron combatiendo
en la estrecha península, por el sistema
de guerra de trincheras empleado en
Occidente.
ITALIA ENTRA EN LA GUERRA
Friul, pasando los italianos fácilmente
en el curso inferior y medio y adueñá
adueñándose de varios puntos de relativa iimportancia.
La neutralidad italiana tuvo su fin en los
mismos días de mayo. Trató de ponerle
precio, y en sus dimes y diretes se vio la
península de los Apeninos envuelta en
la contienda. El día 24 de mayo declaró
la guerra a su histórico rival AustriaAustria
Hungría.
Por el Norte se apoderaron de algunas
alturas y desfiladeros de la cordillera.
De todos modos, lass operaciones, tal
vez por lo abrupto del terreno, fueron
lentas y exageradas, sin que ninguno de
los dos adversarios sufriera descalabros
importantes.
Desde entonces, la lucha siguió lenta,
tenaz
az y parsimoniosa en Isonzo y el
LA ACCIÓN NAVAL Y EL CANAL
DE KIEL
Al estudiar el problema naval de la
Gran Guerra, hay que tener en cuenta
un factor importantísimo que permitió
a Alemania pasar a cubierto desde el
Mar del Norte al Báltico, o viceversa.
Este importante factor fue el canal de
Kiel, que los alemanes llamaban Kaiser
KaiserWIlhelm-Kanal,
Kanal, que aumentó el poder
ofensivo de su flota, hasta hacerl
hacerla igual
a la francesa e inglesa unidas.
MEDIEVO. Revista de Historia
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La construcción de este canal comenzó
el año 1887 y terminó en 1895, siendo
su coste aproximado de 195 millones
de francos. Cuando se construyó tenía,
en general, una profundidad de nueve
metros, aunque en algunos trozos llegaba a más de diez. Y una anchura, en
la superficie, de 67 metros, si bien en
diversos lugares tenía embarcaderos
que lo ensanchaba a 100 metros o más.
También estaba en varios sitios en comunicación con lagunas.
La longitud del canal era de 97,50 kilómetros, y estaba cruzado por cuatro
líneas férreas, que pasaban por encima
de puentes giratorios, dos de ellos, y
por los flujos de Grunenthal y Lavenshau, de 156,50 y 164 metros de altura,
respectivamente.
El puente más conocido era el de Levenshau, que producía al que lo contemplaba una impresión inmensa de
poder, pues su aspecto era de algo militar. A semejanza de los puentes antiguos, tenía en sus extremos enormes
arcos a modo de puertas, coronados
por torreones que se divisaban desde
lejos. Observado desde el canal, era
digno de ver cuando por bajo pasaba
un barco de guerra.
Durante la guerra, hubo que aumentar
las dimensiones del canal y darle las
necesarias para que por él pudiesen
navegar los nuevos barcos construidos
y proyectados para ser más grandes.
Construcción que se hizo con la mayor
reserva.
LA ACCIÓN AÉREA
ron un zeppelín a arrojar bombas sobre
la capital de Francia, repitiendo la acción el día 12 y 18 sobre Dunkerque y
Calais.
Los aviones ingleses ametrallaron a los
zeppelines de Friedrichshoefen el 23
de noviembre, y el 25 de diciembre en
Cuxhavan.
Los primeros bombardeos de París por
los Gotha germanos tuvieron lugar del
30 al 31 de agosto de 1914. En septiembre se repitieron entre los días 17 y
27. Y más tarde, el 8 de octubre envia-
MEDIEVO. Revista de Historia
Bombarderos y aeroplanos de uno y
otro bando seguían periódicamente
bombardeando poblaciones y posiciones, y el derribo de algún avión en las
líneas de Occidente era diario.
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LA GUERRA EN LAS COLONIAS
rrespondían a la metrópoli más de 175
millones, o sea cerca del 66 por ciento.
Los japoneses bombardearon Taing-Tao el
día 24 de agosto de 1914, plaza que asediaron tanto por mar como por tierra el primero de octubre, haciendo capitular a toda
la colonia el día 7 de noviembre. El 6 de
octubre, los mismos japoneses ocuparon
las islas Marshall: todo el vasto imperio
colonial de Alemania había caído en el
transcurso de esta guerra, a pesar del
heroísmo de los defensores.
Alemania había comenzado muy tarde a
poseer colonias; pero
en poco más de treinta
años había logrado
construir un Imperio
colonial muy importante.
Al comenzar la guerra
las posesiones alemanas en África, Asia y
Oceanía sumaban unos
tres millones de kilómetros cuadrados (seis
veces la extensión de España), con cerca de
12 millones de habitantes.
El comercio en todos los dominios alemanes representaba una suma anual de unos
264 millones de marcos, de los cuales co-
MEDIEVO. Revista de Historia
El día 10 de julio de 1915, el famoso general Botha derrotó a los alemanes en Tsummeb, a 55 kilómetros al Norte de Otavi,
que fue ocupada por el coronel Tyburgun.
Al mismo tiempo, el coronel Brits, dando
un rodeo hacia el Oeste, llegó a Namutón,
en el extremo oriental, con lo cual quedó
conquistada totalmente el África alemana
suroccidental.
El día 29 de agosto de 1914, en las proximidades de la isla de Heligoland, se batieron cuarenta drestroyer germanos y varios
cruceros con la flota inglesa. Los ingleses
comenzaron el ataque con las escuadrillas
destrooyer.
Protegiéndoles iba la primera escuadra de
cruceros pequeños y la primera escuadra
de cruceros de combate, que mandaba el
almirante Beatty, compuesta por el Lion, el
New-Zealand, el Queen
Mary y el Princesa Royal.
Los alemanes perdieron
además
del
Adriadne, los cruceros
pequeños Mains y
Köln.
El primero de noviembre la escuadra alemana del Pacífico batió
y destruyó en las costas chilenas a los cruceros ingleses Good Hope y Monmonth,
salvándose en la huída el Glasgou.
El día 10 de diciembre, una potenta flota
inglesa destruyó, cerca de las islas Falklan,
en las Malvinas, la escuadrilla germana del
Pacífico, compuesta por los cruceros Se-
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harnhorts, Gneisenau
isenau y Leipzing. La escuaescu
dra inglesa iba al mando del almirante
Sturdes y la alemana del
el almirante Spes.
Desde el 20 de febrero los submarinos
alemanes comenzaron a sostener un blobl
queo tenaz contra Inglaterra, habiéndole
echado a pique numerosos barcos merca
mercantes, entre los cuales se encontraba el Lus
Lusitania. También hundieron barcos de guerra
ingleses y franceses en el mar del Norte y
frente a los estrechos de los Dardanelos.
EPÍLOGO
Las predicaciones en los púlpitos de las
iglesias y la propaganda de las
l doctrinas
pacifistas dieron origen a la primera ConfeConf
rencia de la Haya, celebrada en el año
1899, en la que se pacto por una mayoría
absoluta una Convención para el arreglo
pacífico de los conflictos internacionales.
De acuerdo todos los países, se instituyó
in
un Tribunal permanente de arbitraje, que
comenzó a ejercer sus funciones el día 15
de septiembre de 1902.
Con el fin de que ese Tribunal tuviese una
decente Sede para alojarse de la forma que
correspondía a su elevada misión, el millomill
nario señor Carnegie,
rnegie, donó generosamente
la cantidad necesaria para que se construconstr
yese un edificio,, que sería llamado: El PalaPal
cio de la Paz (véanse fotoss), el cual fue
solemnemente inaugurado por la reina
Guillermina de Holanda, con la asistencia
del señor Carnegie, el día 15 de septiembre
de 1915.
Un año después de haber sido inaugurado
El Palacio de la Paz, estalló la Gran Guerra,
Guerra
tan terrible que,, al terminar, nadie podía
creer en las funestas pérdidas humanas
que eran publicadas por los diferentes
periódicos de los países
aíses que en ella participartic
paron: un total de 8.538.810 muertos, de
los cuales más del 45 por ciento fueron
mujeres, niños y ancianos; más de 21 mim
llones de heridos, muchos de los cuales
MEDIEVO. Revista de Historia
quedaron inválidos, tullidos o discapacit
discapacitados para el resto de sus vida
vidas, y 8 millones
de desaparecidos… Entre los pocos supe
supervivientes que hubo, se hallaba un cabo
llamado Adolf Hitler.. Y aquí es donde surge
la pregunta: ¿cómo un hombre que fue
testigo de tanto horror, pudo ser respo
responsable de un segundo horror de dimensi
dimensiones mucho más catastróficas?
Palacio de La Paz en Laa Haya en estos tiempos
Palacio de Laa Paz en La Haya en aquellos tiempos
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