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Alimentos integrales para niños y adolescentes El niño pequeño que comienza a comer alimentos sólidos es receptivo a sus sabores, olores y texturas. Es el momento ideal para ofrecerle desde el principio alimentos integrales, desde el pan hasta el arroz integral. Si el objetivo es mejorar los hábitos, el cambio hacia lo integral debe ser progresivo para que se mantenga en el tiempo, ya que el niño está acostumbrado a otros sabores y enseguida notará la diferencia, que puede ser la razón de su rechazo. Los cambios deben ser sutiles pero constantes para que el niño se acostumbre poco a poco a una alimentación más saludable. En los desayunos. Una opción para incorporar alimentos integrales es realizar preparaciones caseras que son de su agrado, por ejemplo galletitas, bizcochuelos, magdalenas, mezclando partes iguales de harina refinada (harina blanca) y harina integral. Otra opción puede ser sustituir los cereales más azucarados por otros completos, del tipo müeslix, con granos enteros de arroz inflado o de avena. Se puede comenzar por mezclar una cucharada de estos nuevos cereales con los cereales de siempre y aumentar de manera gradual la cantidad. Los almuerzos, meriendas y cenas. El pan de molde integral o el pan normal integral son una opción acertada para la preparación de los sándwiches de los más pequeños. Son más saludables que los panes blancos, tienen más del doble de fibra, menos grasa saturada y son menos calóricos. También pueden ser preparaciones con arroz integral, pastas integrales o masas para pizzas elaboradas con harina integral para que el niño se acostumbre a su sabor y textura. Cualquier receta de pasta o de arroz se puede elaborar con las versiones integrales de estos alimentos. El incremento de la fibra en la dieta debe hacerse de manera gradual, ya que el exceso puede provocar flatulencia, distensión y dolor abdominal, además de heces blandas e incluso diarrea. La fibra dietética se encuentra exclusivamente en los alimentos de origen vegetal: cereales integrales y sus derivados, frutas (particularmente en la cáscara), verduras y hortalizas, legumbres, frutos secos y frutas desecadas. Los alimentos integrales poseen varios beneficios para el organismo: Ayudan a prevenir el estreñimiento en los niños ya que aumenta el bolo fecal y acelera el movimiento intestinal. Tan importante como aumentar la cantidad de fibra es tomar abundantes líquidos para evitar que la fibra se aglutine en el intestino y forme una masa seca y dura que agrave más el estreñimiento. Sacia más y ayuda al niño a controlar su apetito. Ésta es una importante medida preventiva frente a la obesidad infantil. Los hidratos de carbono que contienen los alimentos integrales, como el pan, el arroz, la pasta o las legumbres, se absorben de forma lenta. El niño recibe la glucosa (la energía) de forma gradual y este efecto le ayuda a calmar su apetito durante más horas. Ayuda a reducir los niveles de colesterol que, aunque es un trastorno propio de las personas adultas, cada vez son más los niños que lo tienen elevado. Esto se relaciona con el desarrollo de trastornos cardíacos. Andrea Pérez Mantero Lic. en Nutrición. M.N: 4033