Download El sentido del gusto es, al igual que el olfato, un sentido quimico
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Introducción El sentido del gusto y del olfato son sentidos químicos. Es decir, ambos se encargan de detectar mediante receptores la presencia de moléculas en el medio ambiente que producen su estimulación. A partir de ellos, se inician una serie de fenómenos que involucran la transmisión de esa señal hacia el sistema nervioso central y finalizan con la percepción consciente del estímulo en la corteza cerebral. Vía Gustativa La vía gustativa comienza con receptores que se encuentran distribuidos en la mucosa lingual y de la epiglotis: los corpúsculos gustativos, encargados de la detección de los estímulos químicos. Estas estructuras se encuentran distribuidas en una serie de elevaciones de la mucosa lingual, denominadas papilas gustativas, que según su forma, pueden ser fungiformes, filiformes, coroliformes (o circunvaladas), y foliadas. Un receptor es una estructura encargada de transducir señales externas del medio ambiente, en aquellas que puedan ser interpretadas por el sistema nervioso central. En el caso de la vía gustativa, se trata de señales químicas que están presentes en alimentos y bebidas, que se transforman, por medio del receptor, en señales eléctricas que comienzan en éste mismo (conocidas como “potenciales de receptor”) y se propagan luego por el resto de las neuronas de la vía que se conectan con él (conocidas como “potenciales de acción”). Los receptores gustativos responden ante cierto tipo de moléculas, por lo que conforman las “categorías elementales gustativas”, quienes desencadenan los potenciales de receptor: -Dulce: moléculas de glúcidos, endulzantes artificiales, aminoácidos y algunas proteínas. -Amargo: moléculas variadas presentes en compuestos amargos. -Salado: sodio -Acido: protones Accesoriamente encontramos la categoría “umamí”, que es aquella que responde al gusto producido por ciertos aminoácidos; e incluso se ha postulado que los corpúsculos gustativos pueden ser estimulados por el agua, cuando esta presenta diferentes concentraciones de solutos. El receptor se encuentra conectado a la primera neurona de la vía, que es pseudomonopolar, es decir que presenta una prolongación periférica y otra central. En el sentido del gusto, tres pares craneales recogen la información proveniente de los receptores por medio de la prolongación periférica, cada uno de los cuales se distribuye en un territorio determinado de la mucosa lingual: • Nervio Facial (VII Par): Se distribuye en los dos tercios anteriores de la lengua. • Nervio Glosofaríngeo (IX Par): Se distribuye en el tercio posterior de la lengua • Nervio Neumogástrico (X Par): Se distribuye en la raíz de la lengua y epiglotis. Dado que el Nervio Facial no llega a la lengua por ninguna de sus ramas, su prolongación periférica debe hacerlo por medio de otro par craneal. En este caso, se trata del Nervio Lingual (V Par): el nervio facial emite una rama colateral intrapetrosa, el nervio de la cuerda del tímpano, quien nace en la tercera porción del acueducto y desemboca en la pared posterior de la caja timpánica. Luego la cruza en sentido posteroanterior, medial al martillo, y emerge por la cara anterior de la caja, en dirección a la cisura petrotimpánica. Finalmente se ubica medial a la articulación temporomandibular, y en la fosa cigomática vincula sus fibras a las del Nervio Lingual, a quien aprovecha para llegar a la lengua. El nervio de la cuerda del tímpano se distribuye en los receptores que forman parte de las papilas fungiformes, ubicadas por delante de la V lingual y, al igual que los corpúsculos gustativos, sus fibras muestran selectividad por los estímulos a los cuales responden, lo que generalmente ocurre para el salado y el dulce. Es decir que hay ciertas fibras de este nervio que disparan potenciales de acción sólo cuando moléculas de sodio se distribuyen en la mucosa lingual, y otras que lo hacen cuando se colocan moléculas de glucosa. Sin embargo, rara vez lo hacen ante los otros estímulos. En el caso del neumogástrico y glosofaríngeo, ambos llegan a la lengua por medio de ramos propios. El primero, por medio de sus ramos colaterales cervicales, los nervios laríngeos superiores. El segundo, por sus ramos terminales, que se distribuyen en la mucosa lingual. Las fibras del nervio glosofaríngeo se distribuyen en las papilas circunvaladas que delimitan la V lingual, son no selectivas para las categorías gustativas, y transportan principalmente estímulos amargos y salados, pero responden poco ante el dulce y el acido. Las del neumogástrico responden además a estímulos mecánicos, lo que rara vez se observa para las fibras provenientes de los pares VII y IX, por lo que se las vincula a actos reflejos que protegen la vía aérea antes que determinar la composición química de los alimentos. Todas las prolongaciones periféricas se extienden proximalmente en busca del cuerpo de la primera neurona, que en el caso de la vía gustativa se encuentra en tres ganglios anexos a los pares mencionados: • Ganglio Geniculado: Anexo al Nervio Facial, se encuentra ubicado en el acueducto del nervio facial • Ganglio Petroso [Inferior]: Anexo al Nervio Glosofaríngeo, se encuentra ubicado inferiormente respecto del agujero rasgado posterior, en el espacio retroestíleo. • Ganglio Plexiforme [Inferior]: Anexo al Nervio Neumogástrico, su ubicación es inferior al agujero rasgado posterior, también en el espacio retroestíleo. De los cuerpos neuronales ubicados en estos ganglios emergen las prolongaciones centrales de las neuronas pseudomonopolares, que ingresan al Tronco del Encéfalo con las fibras del par craneal correspondiente: las del Nervio Facial, emergen por el conducto auditivo interno e ingresan al tronco del encéfalo a nivel del surco bulboprotuberancial, en la fosa supraolivar. Las del Glosofaríngeo y Neumogástrico ingresan por el agujero rasgado posterior y se dirigen hacia el surco retroolivar. Las proyecciones centrales de la primera neurona hacen sinapsis con la segunda neurona de la vía, que se encuentra en el Núcleo del tracto solitario, ubicado al mismo nivel por el que ingresan las prolongaciones centrales. Este núcleo se encuentra conformado por una porción ventral y otra dorsal. La primera es quien recibe la información gustativa, por lo que conforma el núcleo gustativo, y la segunda recibe aferencias viscerales torácicas y abdominales. El núcleo gustativo presenta neuronas que responden, cada una, ante una mayor cantidad de estímulos gustativos que las neuronas de primer orden, lo que indica que una gran cantidad de fibras aferentes hacen sinapsis con una sola neurona en este núcleo. Este fenómeno se denomina “convergencia”. Las neuronas del núcleo gustativo emiten fibras que ascienden por el tronco del encéfalo, ubicadas en el lemnisco medial, para alcanzar la tercera neurona de la vía, ubicada en núcleo ventral posteromedial del tálamo, en su región medial, ya que la lateral recibe información del sistema somatosensorial de la boca y de la lengua, proveniente del nervio trigémino. De hecho, un número importante de neuronas de este núcleo muestra convergencias gustativo-somatosensoriales, con respuestas de mayor complejidad que las encontradas en el núcleo gustativo. No obstante, la mayor parte de las fibras del mismo finalizan en el tálamo ipsilateral, es decir, del mismo lado. Las neuronas del núcleo ventral posteromedial emiten prolongaciones que transcurren por el sector lenticulotalámico del brazo posterior de la cápsula interna, y más tarde por la corona radiante, para alcanzar la cuarta y última neurona de la vía, que se encuentra ubicada en el área gustativa primaria [área 43 de Brodmann], al pie de la circunvolución parietal ascendente, donde finalmente se identifican los estímulos gustativos. La mayoría de las neuronas de la corteza cerebral tampoco son selectivas para los estímulos, y también existe en ellas el fenómeno de convergencia. Se ha demostrado que algunas proyecciones del núcleo ventral posteromedial terminan en la cara anterior del lóbulo de la ínsula, desde donde proyectan a la corteza orbitofrontal, en su parte posterior. Esta corteza se encuentra ubicada en la región ventral del encéfalo y corresponde a las circunvoluciones orbitarias que se apoyan sobre la fosa craneal anterior. Dado que estas cortezas reciben información multisensorial y del sistema límbico, que se encuentra relacionado con las emociones, se piensa que participarían en la apreciación del gusto de acuerdo al contexto motivacional en el cual se presenta. Las lesiones en el núcleo ventral posteromedial del tálamo y en la corteza gustativa primaria producen una marcada hipogeusia ipsilateral, es decir, disminución de la sensibilidad gustativa del mismo lado.
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