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15/11/2016 Tirada: 322.214 Categoría: Catalunya Difusión: 259.775 Edición: Catalunya Audiencia: 779.325 Página: 40 AREA (cm2): 549,4 OCUPACIÓN: 50,9% V.PUB.: 30.726 Los canales de vídeos con niños que juegan acumulan miles de millones de visualizaciones. Cada vez más, las marcas pagan por aparecer en ellos CECILIA JAN, Madrid Muchos padres no entienden por qué sus hijos prefieren ver vídeos de otras personas jugando con juguetes mientras los suyos están abandonados en una estantería. Pero lo cierto es que algunos canales, como Ryan Toys Review o el español Mejores Juguetes, en los que se prueban juguetes o se abren cajas sorpresa, se cuelan habitualmente entre los más vistos de Youtube. ¿Quién está detrás de estos canales que acumulan miles de millones de visualizaciones? ¿Es una nueva forma de entretenimiento? ¿Cuánto hay de publicidad encubierta? “Nuestra familia vive lejos, y nos pedían vídeos para ver a los niños, así que subí uno a YouTube. Me llamó mi mujer y me dijo 'pues sí que le ha gustado el vídeo a tu padre que lo ha visto miles de veces”, recuerda Marcelo sobre el estreno como youtuber de su hijo, cuando no tenía ni cuatro años. Ese fue el germen de Juguetes Marce y Ali, un canal en el que Marcelo, de cinco años, aparece jugando, a veces con su hermana Ali, de dos años. Creado en 2014, tiene ya 11.000 suscripciones. “Da algún dinero, pero desde luego no para vivir", explica. En Marce, un niño de cinco años graba un vídeo para su canal. / FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA España, Los juguetes de Arantxa, una niña de seis años, por correo su responsable, que “Con cinco millones cuenta con más de 210.000 segui- prefiere no facilitar su nombre. De uno u otro formato, estos de reproducciones dores. Superdivertilandia, con Raquel y su hija Andrea, tiene vídeos, de entre cinco y 30 minusacas para vivir”, 460.000. Sin mostrar a ningún ni- tos, fascinan a los niños y muchos ño, solo unas manos que juegan, padres les dejan verlos como si dice una experta en España triunfa Mejores Jugue- fueran dibujos animados. Quizá tes, con 3,3 millones de suscripto- no lo tuvieran tan claro si supie- Las empresas ran que detrás de ellos hay, cada res, y Toys on the go, con 2,5. Iniciados muchas veces por vez más, acuerdos publicitarios abonan hasta 10.000 las familias como diversión o por con marcas de juguetes, sin que euros por salir probar un modelo que ha funcio- sea posible distinguir cuándo esnado en EE UU, estos canales pue- tán patrocinados. En estos tiem- en una filmación den llegar a generar ingresos sufi- pos de móviles y tabletas, los cientes para mantener a la fami- anuncios tradicionales ya no son lia. “Un canal en España con cin- la única vía, ni quizás la más efecco millones de visualizaciones al tiva, de vender un producto. Los mes podría dar para un sueldo vídeos de YouTube casi parecen normal”, afirma Cristina Bonaga, el medio ideal para los fabricande la agencia Divimove. Mejores tes: niños que, en vez de hacer Juguetes registra alrededor de zapping cuando llegan los anun130 millones de reproducciones cios, ven, de forma voluntaria, vímensuales. “Sí puedo decir que deos sobre sus productos. Al principio, lo normal era da para vivir de ello”, responde ‘Youtubers’ que juegan: ¿diversión o publicidad? NOTICIAS DE LA AEFJ mandar un juguete de forma gratuita al youtuber por si éste lo quería sacar, explica Clara Montesinos, cofundadora de Influencity, una web que intermedia entre marcas y blogueros y usuarios de redes sociales influyentes. “Pero el sector está cada vez más profesionalizado, y el youtuber lo entiende como un trabajo que hay que pagar”, afirma. “Muchos tienen sus tarifas, que pueden ir desde 500 euros a 6.000” por un vídeo, asegura Miguel González Durán, director de la agencia de publicidad infantil The Modern Kids & Family. Montesinos eleva la horquilla hasta los 10.000. “Antes, las marcas centraban toda la inversión en la campaña de Navidad. Ahora empiezan a dar importancia al mundo digital”, afirma González Durán. Pero todavía pesa mucho la publicidad tradicional. En 2015, el 95,4% de la inversión publicitaria en juguetes se destinó a televisión (34,7 millones de euros), frente a solo un 0,9% a Internet (333.472 euros), según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. Su directora de Marketing, Maite Francés, explica, sin embargo, que estas cifras no reflejan la realidad, ya que no hay un sistema fiable para medir la publicidad digital, que ha vivido una “eclosión en los últimos cinco años”. Pese a ello, el fenómeno no cuenta aún con una regulación específica. Una comisión formada por los jugueteros, Autocontrol y asociaciones de anunciantes y consumidores intenta incluirlo en el Código de Autorregulación de la Publicidad Infantil de Juguetes. Autocontrol recuerda que la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información ya establece que “las comunicaciones comerciales realizadas por vía electrónica deberán ser claramente identificables como tales” y también el anunciante. Sin embargo, en la práctica, los canales de juguetes españoles no identifican el contenido patrocinado y nadie vigila de oficio que se haga. Solo a posteriori.