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emprender
Jorge Peralta
Construcción del
ecosistema
emprendedor
A
sí como en un ecosistema se suelen formar una serie de cadenas para que todos puedan sobrevivir, en el mundo empresarial se necesita la armonización, entre otros, de empresas, sociedad, emprendedores, tecnólogos y universidades, para que
en este ecosistema emprendedor todos ganen.
Las Pymes,
nacimiento y mortandad
En México, 99% de las empresas son
micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), emplean cerca de
64% de la fuerza laboral y representan el 40% del PIB (Instituto Nacional
de Estadística y Geografía [INEGI],
2009). Dada la importancia de las
Pymes en la economía, durante los
últimos 20 años se ha implementado
una gran variedad de programas gubernamentales con el objetivo de impulsar su crecimiento, así como también el nacimiento de nuevas
empresas a través de programas
orientados al desarrollo de emprendedores; sin embargo, no están claros
los impactos obtenidos con esos programas, ya que son escasos los
procesos de evaluación y en su
mayoría se trata de evaluaciones
cualitativas (López y Tan, 2010).
No obstante este esfuerzo, de las
200 mil empresas que nacen cada
año en México, solamente 35 mil sobreviven sus dos primeros años de
operación (Tan y López, 2007; Gómez, 2006), y de ellas sólo 25% tiene
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escasas posibilidades de desarrollo y
10% cuenta con oportunidades de
desarrollarse (Secretaría de Economía, 2008). Según Olmeda (2009),
cada año desparecen ocho de cada
10 nuevas empresas que surgen.
De las 165 mil empresas que fallan
en los dos primeros años, 65% son
por falta de una capacitación adecuada y oportuna, relacionados con baja
capacitación empresarial y desconocimiento del mercado, así como factores de riesgo asociados a un modelo de negocio sin ventaja competitiva
sostenible (Isaías Morales Najar, 2011)
(véase gráfica 1).
México y su
dinámica poblacional
De acuerdo con el último censo de
población realizado por el INEGI en
2010, los mexicanos hemos rebasado
los 112 millones, con lo cual México
Gráfica 1. Número de empresas en México, por tamaño
y aportación al PIB
La dinámica poblacional de México
necesita la generación de al menos un millón
de empleos cada año, sin tomar en cuenta
los rezagos o ajustes de años anteriores
Gráfica 2. Evolución del PIB anual per cápita en México
(En pesos corrientes)
se ubica en el lugar número 11 en la lista de los países más poblados del mundo. En términos del tamaño de nuestra economía, que tiene un valor de 1,567
mil millones de dólares de Producto Interno Bruto (PIB), estamos ubicados en
la misma posición; sin embargo, cuando hablamos del PIB per cápita del país,
nuestra posición desciende al lugar 84, con un valor de 8,143 dólares anuales,
monto menor que el de otras economías de similar desarrollo (véase gráfica 2).
En México hay actualmente 2.5 millones de estudiantes en instituciones de
educación superior, aproximadamente, de los cuales se incorporan al mercado laboral cerca de 500 mil cada año. Asimismo, existen aproximadamente
3.9 millones de estudiantes a nivel bachillerato, de los cuales cerca de 800 mil
cada año no ingresan a la universidad. Si se suman los egresados de estudios
superiores (500 mil) más los egresados de bachillerato que ya no continúan
sus estudios en la universidad (800 mil), se necesitarán cada año cerca de 1.3
millones de empleos, sin tomar en cuenta los rezagos de años anteriores.
En 2010, de acuerdo con información de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, se generaron 750 mil nuevos empleos formales y, en 2011, aproximadamente un millón de nuevos empleos, un logro sin precedentes; sin embargo, parece insignificante al contrastarlo con la necesidad existente.
La dinámica poblacional de México necesita la generación de al menos un
millón de empleos cada año, sin tomar en cuenta los rezagos ni los ajustes
que ha sufrido la inmigración entre México y Estados Unidos en los últimos
años. Tener una tasa de fracaso cercana a 80% de las nuevas empresas en
México no permitirá llegar a la meta de empleos, y tampoco permitirá que esas
empresas se conviertan en un motor de desarrollo para sus regiones, cuando
la actividad empresarial es el principal motor de la generación de riqueza.
Cuando las nuevas empresas no tienen un modelo de negocio con una ventaja competitiva sostenible y escalable, se convierten en empresas de autoempleo
que no tienen una repercusión importante en la generación de empleo y
tampoco una aportación importante al
PIB. Luego entonces, estas nuevas
empresas necesitan de estos elementos que las hagan capaces de convertirse en generadores de desarrollo para
sus regiones. De otra forma, no será
posible que México avance de forma
decidida en la creación de empleo, generación de riqueza, educación y salud, condiciones básicas para que una
sociedad se desarrolle.
El desarrollo de nuevas empresas
requiere no sólo de emprendedores y
un modelo de negocio con posibilidades de convertirse en empresas, sino
también de un ambiente propicio para
la actividad empresarial y el desarrollo
de talento. Este ambiente favorece el
desarrollo de emprendedores y les
facilita el acceso a recursos y redes
que potencializan sus capacidades y
subsidian sus carencias, logrando así
un círculo virtuoso en las economías
de las regiones.
Este ambiente propicio sólo se
construye con la colaboración e intencionalidad de las partes: emprendedores, instancias de gobierno, universidades y centros de investigación,
organismos de apoyo como son las incubadoras y aceleradoras, empresas
ya constituidas con cadenas de valor
funcionando, etcétera, que permitan
darle de forma subsidiaria al emprendedor los apoyos necesarios para permitir que la nueva empresa sobreviva
en su etapa temprana, crezca y genere desarrollo. Este conjunto de instancias que trabajan en conjunto se le conoce como ecosistema emprendedor.
Un ecosistema emprendedor se
construye con la interacción de todos
sus actores, los cuales intercambian
información, experiencias, servicios,
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En el ecosistema conviven todos
con un objetivo común que es: resolver
necesidades de mercado a través
del desarrollo tecnológico
conocimientos, etcétera, al mismo tiempo compiten y colaboran, lo que provoca que esas regiones cuenten con elementos atractivos para sus propios actores y generan además el atractivo para que cada vez sean más, creciendo
como consecuencia de la actividad económica. Neck et al. (2004) señalan que
el ecosistema emprendedor en sí mismo contiene y, al mismo tiempo apoya la
actividad empresarial, lo que se constituye en un polo de atracción para nuevas empresas generando un crecimiento económico acelerado (véase gráfica 3).
Necesidad de un ecosistema emprendedor)
El desarrollo de nuevas empresas requiere no sólo de una buena idea sino ser
capaces de convertir esa idea en un concepto que sea capaz de satisfacer
Gráfica 3. Población y crecimiento total
una necesidad concreta de un mercado, de encontrar nuevas formas de resolver sus necesidades, o bien, atender necesidades sin resolver. Si esa nueva
idea se puede transformar en concepto, puede atender una necesidad, y hay
un mercado dispuesto a pagar por ella, y se puede encontrar una oportunidad
para construir un modelo de negocio.
Entonces para que este modelo de negocio fructifique se necesita de la colaboración de distintos factores como: oportunidades de mercado, tecnología, sentido de negocio de un emprendedor, infraestructura, capital, etcétera. Asimismo, se
requiere entonces de un proceso de aprendizaje tecnológico y organizacional que
permita explotar las oportunidades desde el punto de vista tecnológico y comercial.
Estos distintos factores muchas veces se mueven por estímulos aparentemente divergentes, lo que no permite la colaboración y el trabajo en equipo; sin
embargo, cuando se encuentra una vía para hacer coincidir el interés de todos,
se pueden lograr grandes acuerdos en los que todos obtengan el beneficio que
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buscan, y además ayuden a los demás a obtener lo que cada uno busca.
Se necesita una especie de “traductor” que logre el diálogo entre actores
con una formación distinta: gente de
negocios, gente de ciencia, empresas
que buscan rentabilidad, organismos
de apoyo, instituciones académicas,
instancias de gobierno, ONG’s, etcétera.
En el ecosistema conviven todos
con un objetivo común que es: resolver necesidades de mercado a través
del desarrollo tecnológico con un
modelo de negocio que sea capaz de
escalarse y convertirse en un motor
de generación de riqueza para todos
los participantes y, al mismo tiempo,
sea un factor de desarrollo de de­
sarrollo en sus regiones. Ahí es donde el objetivo se vuelve común.
El ecosistema de emprendimiento
atiende el carácter sistémico y multidimensional que requiere el desarrollo
de nuevas unidades económicas. De
su trabajo eficaz dependerá la creación del encadenamiento productivo
de sus miembros, logrando redes de
cooperación y de colaboración entre
personas e instituciones que provoquen la creación de nuevas unidades
económicas y nuevas cadenas de valor generadoras de desarrollo en sus
regiones.
Elementos del ecosistema
¿Quiénes forman parte de ese ecosistema?:
• Empresas que forman parte de
una cadena de valor y tienen necesidades no cubiertas, los mer­
cados que atienden, o bien con
requerimientos de bienes y servicios que les pueden ayudar a mejorar su propuesta de valor actual.
Todos los participantes
de un ecosistema de empren­dimiento
están organizados por relaciones
de confianza mutua
• Sociedad creciente en número y en sofisticación que demanda bienes y servicios que las empresas y sus respectivas cadenas de valor no atienden todavía, o que su respuesta actual no se ajusta completamente a sus deseos.
• Emprendedores. Individuos insatisfechos con la capacidad de transformar su realidad y con talento, que los hace
resolver los problemas en cuestión sumando voluntades
y recursos de otras personas a través de un modelo de
negocio en el que todos pueden resultar beneficiados.
• Tecnólogos. Inventores, científicos, ingenieros, etcétera, que desarrollan tecnología o instrumentos que resuelven necesidades de la sociedad en las distintas
áreas del conocimiento.
• Universidades. Contribuyen a la generación de cultura
emprendedora y dan formación de base a los futuros em­
prendedores o a los tecnólogos que egresan de sus
facultades. En algunos casos, pueden desarrollar trabajos multidisciplinarios que amplían la formación académica y permiten la comprensión de los problemas
desde distintas perspectivas.
• Centros de investigación. Generadores de conocimiento y de soluciones y propuestas para resolver las grandes problemáticas del hombre en todos los campos del
conocimiento.
• Instancias de gobierno. Existen diversas instancias de
carácter público auspiciadas por los distintos órdenes
de gobierno que tienen la misión de apoyar la generación
Figura. Elementos del ecosistema
de riqueza y la generación de conocimiento. En México:
Secretaría de Economía, Conacyt, Nafin, las secretarías
de Desarrollo Económico de los estados, etcétera.
• Organismos privados de apoyo. Incubadoras de negocios, aceleradoras de negocios, grupos de emprendedores, asociaciones de emprendedores, etcétera, y todas
aquellas instituciones que tienen la misión de atender a
los emprendedores en sus distintas vertientes y facetas.
• Capital emprendedor. Fondos de capital privado que
atienden los requerimientos de capital de los emprendedores desde sus etapas de desarrollo del concepto, la
puesta en marcha, sus etapas iniciales y su progreso.
• Medios de comunicación. Que contribuyan a difundir
casos de éxito que sean una ventana para que emprendedores en etapas tempranas vean que sí es posible, y
que sí se puede ser un emprendedor exitoso (véase figura de elementos del ecosistema).
Todos ellos buscan que se desarrollen emprendedores y sus empresas (en genérico unidades económicas,
porque pueden ser organizaciones sin fines de lucro), y
se conviertan en modelos de negocio escalables y generadores de desarrollo, porque en su éxito tienen fundamentada su razón de ser, sus indicadores y, en última
instancia, su modelo de negocio.
Responsabilidades, participación y obstáculos
Todos los participantes de un ecosistema de empren­
dimiento están organizados por relaciones de confianza mutua; en algunos casos esas relaciones están fundamentadas
formalmente a través de contratos o acuerdos económicos,
pero en otros se trata de relaciones informales fundamentadas exclusivamente en la confianza y en el beneficio mutuo.
En México, la mayor parte de los elementos del ecosistema emprendedor son conscientes de la necesidad de trabajar con objetivos comunes; sin embargo, los intereses de
cada uno no se encuentran correctamente alineados; desde
el primer eslabón: la formación de emprende­dores. Aun
cuando en algunas universidades se ha incluido en su currícu­
lo materias en las que intentan de­sarrollar una cultura emprendedora, la realidad es que, en la mayor parte de los casos no cuentan entre su claustro profesores que al mismo
tiempo sean emprendedores, así que será muy difícil enseñar en la teoría una actividad que se aprende principalmente
en la acción. Un ejemplo similar sería enseñar cirugía a estudiantes de medicina en un pizarrón.
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La formación de emprendedores
de alto impacto es uno de los elementos
fundamentales en la construcción
de una nueva economía
Conclusión
Cada vez es mayor la preocupación por
todos los elementos del ecosistema en
Educación
Sin duda una de las palancas clave es
la educación… pero no sólo en la
Universidad: es necesario empezar a
actuar ya en las escuelas, formando a
los niños en cómo funcionan las
finanzas, en las mal llamadas
habilidades directivas (realmente
personales, como escribir, hablar en
público, dialéctica, etcétera) o en
emprendimiento, porque realmente
es en este momento donde
conforman las opciones vitales que
tienen (no en cuanto a qué opción
concreta, pero sí en cuanto a trabajar
por cuenta ajena/emprender/ser
funcionario, etcétera)
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la cultura empresarial mexicana, con
ellas tendremos la oportunidad de
acercarnos al de­sarrollo.
Bibliografía
López , G. y Tan, H., “Impact evaluation of
SME programs in Latin America
and the Caribbean”, IBRD,
Banco Mundial, Washington,
2010.
Tan H.,
LópezAcevedo,
“Evaluating
Mexico’s
Small and Medium Enterprise
Programs”, World Bank,
Washington, 2007.
Gómez, M., “El futuro de las Pymes en el marco
del TLC”, en Rafael Regalado Hernández
(comp). Las MIPYMES en Latinoamérica,
México: Red Latinoamericana de Investigadores
en Administración, 2006.
Olmedo, B. (2009), Boletín UNAM-DGCS-2009-199.
Ciudad Universitaria: http://www.dgcs.unam.mx/
boletin/bdboletin/2009_199.html
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Neck, H. M., Meyer, G. D., Cohen, B., & Corbett, A.
C. (2004), “An entrepreneurial system view of
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published online: 27 FEB 2004
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of Small Business Management Volume
42, Issue 2, pages 190-208, april 2004. e.co
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tim
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Por otra parte, existe también un
desarrollo tecnológico que no siempre tiene oportunidad de convertirse en una aplicación comercial
porque no hay los nexos necesarios entre tecnólogos y emprendedores, o bien, porque
sus proyectos no tienen el
foro adecuado para ser apoyados por fondos de capital
emprendedor. Por otra parte,
muchos de los apoyos gubernamentales no son ejercidos
por falta de proyectos que cumplan con los requisitos, etcétera.
Como se puede apreciar, las intenciones son buenas, pero todavía
no existen los vehículos adecuados
para que todos los elementos del
ecosistema puedan trabajar en equipo con objetivos comunes, lo cual dificulta la colaboración.
Foto:
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colaborar y en formar alianzas que les
permitan alinear sus objetivos. Es
cuestión de tiempo y de mayor sintonía
para que algunos de los casos
de éxito comiencen a ser aspiración de
muchos otros que están en el camino.
México no se distingue por la colaboración y el trabajo en equipo de sus
instituciones, tal vez esta sea una gran
oportunidad no sólo para impulsar el
crecimiento económico, sino también
para transformar la cultura de México.
La formación de emprendedores
de alto impacto es uno de los elementos fundamentales en la construcción
de una nueva economía; pensar en
empresas que puedan crecer y generar empleos de alto valor, el único camino viable para atender la dinámica
poblacional de México y generar la riqueza que permite su potencial. Para
lograrlo, todos los elementos del ecosistema deben poner su parte.
La colaboración y la confianza serán
elementos que parte, cada vez con más
frecuencia, de las relaciones entre organizaciones y personas. Estas dos palabras serán elementos fundamentales en
Nuestro autor:
Jorge Peralta es ingeniero civil
por la Universidad La Salle.
MBA por el IPADE. Cursa estu­
dios doctorales en la UNAM. De­
sarrolla modelos de innovación y
transformación de empresas. Tra­
baja en la contrucción del ecosis­
tema emprendendor en México a
través de distintas iniciativas.
Fundador de la empresa “Innova­
ción Disruptiva”. Profesor invita­
do en el IPADE y conferencista
invitado en diversos foros.
www.innovaciondisruptiva.
mx
@innovadisrup