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Transcript
Los medios de comunicación y los
diálogos de La Habana
Categoría: Política y Gobierno
Creado: Lunes, 13 Octubre 2014 01:06
Escrito por Juan David Cárdenas- En Razón Pública
Pese al hermetismo que ha rodeado las negociaciones, los
medios de comunicación pesan muchísimo sobre su desarrollo. Y tienen
mucho por hacer: un periodismo que contextualice y contribuya a crear
un imaginario de paz es más necesario que nunca.
Juan David Cárdenas*
Más de un conflicto en la mesa
Los diálogos de paz, un proceso que en principio parece un escenario netamente político,
encierran también una intensa disputa comunicacional entre los actores involucrados: el
gobierno, la guerrilla, la oposición política al proceso y la sociedad civil organizada, entre
otros.
Un proceso de paz no es simplemente una negociación política que busca la concertación
entre actores históricamente opuestos. Detrás de esta dimensión hay un forcejeo más hondo:
la lucha por establecer una interpretación particular de la historia del conflicto, sus causas,
consecuencias y responsables, una interpretación que enmarque y contextualice cualquier
resultado de la negociación.
Los medios de comunicación cumplen un papel fundamental en cualquier proceso de
paz pues son los responsables de la construcción de la realidad en torno a este.
Por eso, los medios de comunicación cumplen un papel fundamental en cualquier proceso de
paz pues son los responsables de la construcción de la realidad en torno a este, así como los
encargados de crear los encuadres (frames) para interpretar los acontecimientos, de
determinar los temas esenciales del proceso (agenda setting) y de seleccionar los
protagonistas o referentes de la construcción de esa realidad (priming).
El profesor Gadi Wolsfeld, teórico israelí, ha propuesto un modelo de análisis de la influencia
de los medios de comunicación sobre los procesos de paz a partir de un estudio sistemático y
comparativo de experiencias como la israelí-palestina, el proceso de paz en Suráfrica y el
proceso de Irlanda del Norte. Para Wolsfeld, los medios pueden tener una gran influencia
sobre cuatro aspectos cruciales en todo proceso de paz:
a) La definición de la atmósfera política;
b) La influencia sobre la naturaleza del debate;
c) El impacto sobre el comportamiento y las estrategias de los participantes; y
d) El impacto sobre la visibilidad pública de los actores de la negociación.
Problemas de la falta
de información
Para analizar el papel de la información en el
proceso de La Habana es necesario tener
claro que por acuerdo de las partes se ha
venido manejando un alto grado de
hermetismo en torno a las negociaciones,
que solo se rompió la semana pasada con la
publicación de los textos de los primeros
acuerdos.
Delegaciones de Paz del gobierno y las Farc en
La Habana, Cuba.
Foto: Delegación de Paz de las Farc-Ep
Este hermetismo ha hecho difícil que la opinión pública construya posiciones informadas frente
al proceso y ha dejado un margen muy grande a la especulación entre los sectores que
aprovechan para difundir sus ideas de oposición al proceso.
Es entendible que por motivos estratégicos, y con las lecciones aprendidas de pasadas
experiencias, los actores del conflicto hayan optado por la confidencialidad para poder avanzar
en sus negociaciones prolongadas y complejas sin el “ruido” que suele resultar de las
filtraciones.
Sin embargo, y pensando en que los acuerdos deben ser refrendados por la ciudadanía, el
vacío informativo podría convertirse en grave obstáculo para la legitimación de lo acordado.
Por otro lado, a medida que el proceso de paz se alarga y transcurren semanas o meses sin
novedades en la mesa de negociación, este puede perder presencia en la agenda pública
y convertirse en un asunto rutinario, que se instala en la agenda noticiosa como algo normal,
siempre presente, pero sin muestras de evolución.
Esto, por supuesto, se rompe en aquellas coyunturas, positivas o negativas, como son los
nuevos acuerdos o los acontecimientos violentos que tengan la capacidad de afectar la
agenda pública y reorganizarla alrededor de ellos.
El principal damnificado de esta ausencia de información es el ciudadano del común. Como
muestran variosestudios que se vienen realizando en el Observatorio de Medios de la
Universidad de la Sabana, a medida que pasa el tiempo, no se ven avances claros y no se
tiene buena información sobre qué se está negociando, variables como la credibilidad, el
optimismo e incluso el interés frente al proceso tienden a disminuir.
Y a eso han de sumarse los esfuerzos de distintos sectores involucrados en la negociación
que han colonizado el espacio mediático con sus marcos de interpretación del proceso en una
lucha permanente por la construcción de sentido.
- Por una parte está la guerrilla con su esfuerzo, más político que comunicativo, para
“posicionar” un encuadre sobre las causas históricas del conflicto.
- Por otra parte está la oposición política que busca “posicionar” un encuadre sobre el conflicto
y sus remedios.
- Está el gobierno con su propia lectura acerca de las soluciones del conflicto y los escenarios
del post-conflicto,
- Y hay sectores diversos de la sociedad civil organizada que buscan imponer sus propias
perspectivas.
En este contexto, los ciudadanos, a partir de su sistema de valores y convicciones, y con la
escasa información que tienen sobre el conflicto o el proceso de paz, construyen opiniones y
actitudes que se verán reflejadas en un eventual proceso electoral de refrendación de los
acuerdos.
Nuevos fines para los
medios
Si bien es una realidad que no existe mucha
información sobre el proceso de La Habana,
y que quizás los medios se resisten a “dar
pantalla” a las FARC - que suele
pronunciarse más que el gobierno en la
mesa de negociaciones y por fuera de ella-
Delegación de paz de las Farc en La Habana, Cuba.
Foto: Delegación de paz de las Farc
creo que los medios pueden contribuir a una
mayor y mejor información para que los
ciudadanos puedan tomar mejore decisiones sobre el tema.
Frente a la pregunta: ¿qué deben hacer los medios frente al proceso de paz?, una de las
respuestas más obvias y necesarias es: más periodismo.
Otro de los hallazgos de los estudios del Observatorio de Medios de la Universidad de la
Sabana es la baja frecuencia en los medios de artículos de contextualización y opinión que,
ante la ausencia de pronunciamientos oficiales, puedan dar visiones externas y plurales que
ayuden al ciudadano a ver los diferentes puntos de vista, los trasfondos históricos y las
implicaciones de un proceso político tan importante para el país.
Los medios de comunicación, públicos y privados, podrían y deberían ser protagonistas de la
paz, no únicamente a través de campañas publicitarias, sino también en los procesos de
reconstrucción de la memoria histórica del conflicto, haciendo visibles a las víctimas de la
violencia y a sus experiencias. La transmisión de los valores de una cultura de paz y
reconciliación debe ser uno de los fines de los medios de comunicación.
Testimonios y experiencias de personas con historias de vida marcadas por la violencia, pero
a la vez por el perdón y el espíritu de reconciliación, pueden ser muy poderosas y persuasivas
a la hora de lograr una mayor sensibilidad de la población sobre la relación costo-beneficio de
la convivencia pacífica en una sociedad con tantos problemas como la nuestra.
Los medios son herramientas fundamentales en la construcción de los imaginarios frente a la
paz, y con su cubrimiento noticioso y el discurso que construyen frente al conflicto y el proceso
van a ser una guía poderosa de las opiniones y actitudes ciudadanas.
De ellos se puede desprender la sensación generalizada de que esta paz será la terminación
del conflicto y no necesariamente la construcción de un Estado y una sociedad más justos e
incluyentes. Por eso es una obligación de los medios plantear la discusión en torno a qué paz
y qué país queremos tener todos los ciudadanos después de la eventual firma de los acuerdos
de La Habana.
En ese orden de ideas sería muy importante tener una visión más integral de la historia (en el
sentido histórico) y de la historia (en el sentido narrativo) de las implicaciones del proceso de
paz que involucre dentro del imaginario nacional no solo a los actores políticos en conflicto,
combatientes y no combatientes, sino a todos los sectores sociales y a las expresiones
particulares de la violencia.
Para esto se debe generar la conciencia de los costos del conflicto sobre las poblaciones
indígenas, las minorías raciales, los campesinos, los sectores sindicales, los defensores de
derechos humanos, los educadores y otras personas cuyos dramas individuales, absorbidos
por la dimensión política y bélica del conflicto, a menudo pasan desapercibidos.
Igualmente se debe generar conciencia frente a los costos económicos, ambientales, sociales,
culturales y psicológicos de la guerra.
De la construcción colectiva del imaginario frente a la paz que hagan los medios de
comunicación dependerá cómo la sociedad colombiana afronte el proceso de refrendación de
los acuerdos, la ejecución de los mismos y, sobre todo, la evolución de una convivencia social
basada en la verdad, la justicia y la reparación.
La paz no puede ni debe ser únicamente un asunto de políticos y combatientes por fuera de
las fronteras del país. La paz debe ser un asunto de todos los colombianos y como tal los
medios deben ayudar a construir un nuevo imaginario.
* Investigador del observatorio de medios de la facultad de comunicación de la
universidad de la sabana