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Los sumerios y acadios
Datada como la primera civilización en formarse en la región
mesopotámica, los sumerios elaboraron técnicas que se
aprovecharon de las zonas de inundación cerca de los ríos
Tigris y Éufrates para la realización de sus actividades
agrícolas. Las condiciones favorables de la región
significaban que los sumerios podían distribuirse por el
territorio mesopotámico construyendo varias ciudades próximas
de las cuencas fluviales. Alrededor del siglo IV, ya habían
sido creadas cerca de doce ciudades-Estado en aquella región.
Cada una de estas ciudades, en nombre de su naturaleza
autónoma, constituyeron diversos usos y costumbres. En
general, las ciudades-Estado sumerias estaban gobernadas por
un sacerdote asistido por un conjunto de ancianos. En algunas
de estas ciudades, esta forma de gobierno mixto fue
reemplazada por un poder centralizado bajo un patesi o ensi,
gobernantes responsables de temas políticos y religiosos.
Además de controlar la ciudad-Estado, el gobernante también
transfería su poder a su heredero, consolidando una dinastía
en el poder.
Formando una de las primeras civilizaciones de Mesopotamia,
los sumerios eran conocidos por el desarrollo de las más
antiguas formas de escritura, el sistema cuneiforme, sobre una
base de arcilla. En el campo de las matemáticas, fueron
capaces de desarrollar operaciones algebraicas. Además, los
sumerios también eran grandes constructores y comerciantes.
Los zigurats fueron los principales centros de adoración
religiosa politeísta de los sumerios.
Mientras que la civilización sumeria crecía, otro pueblo
también pasó a surgir dentro de Mesopotamia. El pueblo
semítico comenzó a fijarse en Mesopotamia, realizando la
construcción de diversas ciudades. La principal de ellas,
Acad, terminó designándolos como acadios. Alrededor del año
2330 a.C., el rey acadio Sargón realizó una serie de ataques
militares que subyugaron toda la civilización sumeria. Tal
hecho fue responsable del intercambio entre las culturas de
ambos pueblos, la sumeria y la acadiana.
Hacia el año 2180 a.C., la supremacía acadiana tuvo su ruptura
con el proceso de dominación ejercido por los gutis, pueblo de
origen asiático localizado entre las montañas de la actual
Armenia. Incluso con una voraz resistencia de los habitantes
de la ciudad de Ur que por fin expulsaron a los gutis, la
civilización acadiana quedó bajo el control de los elamitas.