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Tarifa
MEDICO(€):
20 DIARIO
1550
Fecha:
23/05/2011
Sección: MEDICINA
Páginas: 20
Lunes, 23 de mayo de 2011
MEDICINA
JOSE LUIS PINDADO
TRASPLANTES EN PACIENTES SELECCIONADOS, CON LOS NUEVOS INHIBIDORES DEL M-TOR
El cáncer en trasplantados se
puede reducir un 50 por ciento
➔ El desarrollo de cáncer relacionado con la inmunosupresión y su influencia sobre virus oncogénicos es un hecho, a largo plazo, en personas
sometidas a un trasplante. No obstante, las inmunosupresiones más recientes pueden reducir
esta asociación en más de un 50 por ciento.
❚ Raquel Serrano
Los pacientes trasplantados
de órganos sólidos tienen un
riesgo mayor, de 2 a 4 veces
más, que la población general de desarrollar cáncer,
aunque la enfermedad, en
este caso, tenga unas características diferentes, ya que
el proceso se relaciona con
los tratamientos de inmunosupresión y su influencia en
la activación de virus de
etiología oncogénica. Los
cánceres no melanocíticos
de piel, la enfermedad linfoproliferativa postrasplante,
el sarcoma de Kaposi, el
cáncer de cérvix y el carcinoma anogenital son los
más frecuentes entre la población que ha recibido un
órgano. Según los últimos
datos, estos procesos son actualmente la primera causa
de muerte a largo plazo en
los trasplantados. De hecho,
Las modernas estrategias de inmunosupresión
tienen un efecto antiviral, antiproliferativo y de
bloqueo de la angiogenésis
en diez años posteriores al
trasplante, la mortalidad por
cáncer es de un 20 por ciento y a los veinte años, de un
40 por ciento, patrón similar, independientemente del
órgano trasplantado.
Cambio de panorama
"Una vez superadas las primeras fases de las complicaciones que puede presentar
un trasplante, a lo largo de
los años se produce un incremento de un tipo de cánceres en esta población", ha
indicado Valentín CuevasMons, jefe del Servicio de
Medicina Interna y de la
Unidad de Trasplante Hepático del Hospital Puerta de
Hierro y director de la cátedra de la Universidad Autónoma de Madrid, que ha
participado en la XI Aula sobre Trasplantes de Órganos
Sólidos (ATOS 2011), celebrada en Madrid con el apoyo de la compañía Roche y
en la que este año se ha analizado la relación entre trasplante y cáncer.
No obstante, y a pesar de
que las cifras parezcan sombríos, existen evidencias terapéuticas que pueden cambiar el actual panorama de
forma considerable. Para Josep María Campistol, director del Instituto Técnico de
Nefrología y Urología del
Hospital Clínico de Barcelo-
na, las modernas estrategias
inmunosupresoras "pueden
reducir la incidencia de cánceres secundarios a inmunosupresión y relacionados
con oncovirus que activan el
proceso neoplásico en más
de un 50 por ciento".
Pacientes de riesgo
Los agentes con poder de limitación de los mecanismos
oncogénicos son los denominados inhibidores del
mTOR, el sirolimus y el everolimus, que "ejercen además un efecto protector y
preventivo frente al desarrollo del cáncer. Según estudios recientes randomizados, con el uso de estos inmunosuprores hay menos
incidencia de cáncer a largo
plazo, aunque todavía es un
aspecto que debe valorarse
muy cuidadosamente".
Lo que sí parece claro es
Salut
Nicolás Manito, Valentín Cuevas-Mons y Josep María Campistol.
que las nuevas pautas de inmunosupresión han variado
la evolución de los trasplantes en cuanto a su relación
con el cáncer. "Ofrecen un
efecto antiviral, antiproliferativo y de inhibición de la
angiogénesis". Existen estudios en curso en hepatocarcinoma postrasplante que
confirmarán si existe o no
efecto preventivo.
Sin embargo, frente a los
tradicionales inmunosupresores que inhiben la calcineurina, son menos potentes y tienen un perfil de seguridad más complejo que
no aconsejan su uso en todos los trasplantes de órga-
nos, aunque sí constituyen
una nueva opción en grupos
de pacientes con un alto
riesgo de desarrollar un proceso canceroso postrasplante. "En esta situación estarían los enfermos con antecedentes previos de cáncer,
fuertes antecedentes de cáncer familiar o los que presentan infección viral crónica", ha señalado Campistol.
Los expertos también han
insistido en que el seguimiento en trasplantados, las
recomendaciones preventivas y la detección precoz
son las principales herramientas para combatir procesos neoplásicos.