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EL ACOMPAÑAMIENTO AL PIANO
Luis Vallés Grau
Pianista acompañante. Conservatorio profesional “Mosén Francesc Peñarroja” de La Vall d’Uixó
RESUMEN: Este artículo es el primero de una serie que girará en torno al acompañamiento
pianístico. En el presente se da una visión general del acompañamiento pianístico y del pianista
acompañante. Asimismo se analizan diferentes aspectos básicos del acompañamiento, la formación
del pianista acompañante y su traducción en el ámbito laboral.
Palabras clave: piano, acompañamiento, formación, música.
ABSTRACT: This article is the first in a series that will focus on the piano. This will give an
overview of the piano accompaniment and piano accompanist. It also discusses various basic
aspects of supervision, training of accompanist and its translation into the workplace.
Keywords: piano, accompaniment, training, music.
En mi primera participación en esta revista deseo empezar este artículo agradeciendo a su
directora la aceptación de esta colaboración así como mi incorporación al Consejo de redacción.
Pretendo establecer este artículo como el primero de una serie que versarán sobre la labor del
pianista acompañante desde varias perspectivas: interpretativa, creativa y pedagógica. La redacción
tanto de este artículo como de los siguientes la realizo desde mi experiencia como pianista
acompañante y como investigador.
Empezaremos definiendo qué es un pianista acompañante. Se trata de un músico
especializado en interpretación pianística que ejerce como pianista al lado de otro músico ya sea
instrumental o cantante, bailarín o colectivo de la misma índole que las anteriores. Asimismo vamos
a constituir una disociación inicial en la intencionalidad del acompañamiento pianístico. Se
diferencian dos direccionalidades: acompañar y acompañamiento. La primera se define
etimológicamente como “proveer a un solista de un acompañamiento o fondo musical”. Dicho
fondo musical estará constituido por sonidos melódicos o polifónicos que acompañan a una melodía
principal. Las primeras noticias de la existencia de acompañamiento nos llegan desde el Antiguo
Egipto (arpas acompañando cantantes), desde Grecia (Citarodia y Aulodia, voz y aulos
respectivamente acompañados de cítara), desde Roma (Ioculatores, músicos que acompañaban
danza) y en la Edad Media (juglares y trovadores). El piano adquiere un rol secundario pero
1
necesario para la coherencia y refuerzo de la obra concebida para solista. Ejemplos de ello bien
pueden ser todas las reducciones orquestales para piano de cualquier concierto para instrumento
solista y orquesta o el trabajo realizado por correpetidores, pianistas acompañantes encargados del
acompañamiento en los ensayos de coro y ballets interpretando reducciones orquestales.
El acompañamiento es el soporte o complemento armónico de la melodía principal, por
medio de instrumentos o de voces. Se da en la Música de cámara o en el bajo continuo, donde el
piano adquiere el mismo rol que a quien acompaña.
A nivel formativo desde los inicios de la educación musical española, el pianista
acompañante ha realizado estudios de piano con alguna asignatura propia como “acompañamiento
al piano”, pero no existe una titulación específica de “pianista acompañante”. El currículo actual no
prevé una formación dirigida a futuros pianistas acompañantes o lo hace de una manera muy
abstracta al no formar particularmente para una salida laboral del pianista acompañante que se sigue
utilizando en diversos ámbitos, como lo son el instrumental, el vocal y la danza pero sin una
formación adecuada. A la vez la situación profesional es precaria debido a la inexistencia de plazas
específicas para esta especialidad. Estas plazas son ocupadas por profesores de piano que ejercen
como pianistas acompañantes.
Tanto la formación del pianista acompañante como su situación profesional tienen
excepciones claro está. Existen convocatorias para cubrir plazas específicas de pianista
acompañante, sobre todo en el ámbito privado o de corporaciones muy concretas. Nos referimos por
ejemplo a coros, ballets o conservatorios dependientes de diputaciones o ayuntamientos, donde en
algunas ocasiones sí se produce esa petición particular que se traduce en procesos selectivos
específicos1. A nivel formativo también se producen hechos puntuales en España donde sí se
imparten asignaturas encaminadas a formar hacia alguna de las parcelas en donde posteriormente
puede desarrollar su tarea el pianista acompañante, aunque ninguna ofrece titulación específica
como pianista acompañante. Estos casos están recogidos por ejemplo en la LOGSE2 cuando en 3r
curso del Grado Superior de Piano existía la posibilidad de cursar Acompañamiento vocal, o en
Navarra en el currículum de la LOE3 también en el Grado Superior con dos cursos de las
asignaturas de piano acompañante de repertorio vocal y piano acompañante de repertorio
instrumental. La danza está en todo caso apartada de cualquier tipo de formación para pianistas. Si
1
Un ejemplo es la Resolución de 30 de noviembre de 2010 del Ayuntamiento de Aranjuez.
Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre de 1990, de Ordenación General del Sistema Educativo.
3
Orden Foral 110/2010, de 1 de julio, del Consejero de Educación, por la que se establece el plan de estudios de las
enseñanzas superiores de música en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior en la Comunidad Foral de
Navarra.
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2
miramos un poco fuera de nuestras fronteras podemos ver que pese a no ser los únicos en el mundo
en no ofrecer ni formación ni titulación, otros países como Finlandia en la Academia Sibelius, sí
ofrecen titulaciones del tipo que estamos explicando aquí. Siendo este caso el que ofrece una
formación más completa, muchos otros países europeos, americanos y australianos, ofrecen
másteres y postgrados dirigidos a esta especialidad pianística.
A través de asignaturas como la que hemos mencionado de “acompañamiento al piano” o
“improvisación”, es donde el pianista se nutre de conocimientos y destrezas para poder aplicarlas
posteriormente como acompañante. En el acompañamiento pianístico, ya sea instrumental, vocal o
en la danza, el pianista deberá dominar ciertos aspectos que de algún modo se estudian y trabajan en
estas asignaturas incorporadas en el currículum superior de piano. Estos conocimientos que le son
propios son el transporte, la improvisación, la repentización, el bajo cifrado y la reducción
orquestal. Además de estos cabe mencionar por supuesto conocimientos generales comunes a
cualquier músico como la armonía, la historia de la música o la música de cámara. Profundizaremos
en posteriores artículos sobre cada uno de ellos así como qué conocimientos se demandan más
según el área de especialización del pianista acompañante como también lo haremos en el contenido
de los mismos, pero permítanme ahora iniciarlos brevemente.
Un pianista acompañante puede acompañar a instrumentos melódicos (y dentro de ellos a los
de viento-metal, viento-madera y cuerda), canto y danza. Al margen de los conocimientos propios a
los que ya hemos hecho referencia y de si acompañamos a instrumentos, voz o danza, es común a
todos ellos ser conocedor de las particularidades de estos. Nos referimos por ejemplo en el caso
instrumental, a saber que se debe afinar antes de empezar una interpretación, qué nota o notas son
mejores para afinar según el instrumento (especialmente en viento), qué registro o tesitura le será
más difícil emitir y en cualquier caso ser sensibles a la pedagogía tanto del instrumento como del
alumno. Es indispensable como se presupone el conocimiento del repertorio a acompañar.
En el caso de la danza saber los movimientos que realizan los bailarines y la dificultad
implícita en ellos, nos ayudará a favorecer o dificultar con nuestra interpretación la ejecución del
ejercicio al alumno. El conocimiento más importante cuando acompañamos danza es el elemento
rítmico, puesto que es lo que más se necesita a la hora de hacer los ejercicios. Nosotros lo hemos
trabajado en la improvisación. Por supuesto que hay obras escritas para ballet, pero lo más habitual
es que en la clase de danza el pianista improvise un ejercicio diferente en cada sesión según la
tipología del ejercicio de los bailarines (lento, rápido, clásico, contemporáneo, etc.). Además es
muy frecuente recurrir a reducciones orquestales de repertorio de danza.
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En referencia al canto, será imprescindible dominar el transporte, puesto que si bien las
partituras están todas escritas, se debe adaptar la tonalidad de la pieza a la voz del cantante, así
como conocer los tipos de voces masculinas y femeninas y sus respectivas tesituras y colores que
nos brindará un mejor acercamiento musical cuando acompañemos.
Lo que sí es común a cualquier tipo de acompañamiento es el conocimiento a fondo del
sistema tonal y por lo tanto la posibilidad de anticipación. Fruto del trabajo de las tonalidades y del
esquema del fraseo tonal, se desarrollará la intuición musical tan necesaria para un pianista
acompañante.
Deben ser cualidades necesarias del pianista acompañante una buena repentización,
flexibilidad y ductibilidad sonoras, y no tener miedo escénico. Pese a lo que a veces se piensa, el
pianista acompañante necesita estudiar, como pianista su técnica propia y como acompañante para
no olvidar ninguna destreza, así como la obra que se tiene que acompañar a pesar de contar con
destrezas innatas como la de la lectura vista y otras adquiridas por su formación.
LUIS VALLÉS GRAU, Pianista acompañante en el Conservatorio Profesional “Mosén Francesc
Peñarroja” de La Vall d’Uixó.
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