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Barreras al tratamiento del dolor provocado por el cáncer cáncer
Se dispone de una amplia gama de terapias para el manejo del dolor, y está demostrado que se puede controlar
entre el 85% y el 90% del dolor provocado por el cáncer usando las pautas de la Organización Mundial de la
Salud. No obstante, solamente se logra el 50% del control del dolor en pacientes con cáncer [11]. Las barreras
que interfieren en el manejo adecuado del dolor se han clasificado de manera amplia como problemas
relacionados con los profesionales de atención médica, con los pacientes y con el sistema de atención médica.
Problemas relacionados con los profesionales de atención médica
Se han identificado la deficiente evaluación del dolor y el inadecuado conocimiento por parte de los clínicos como
barreras principales del tratamiento del dolor provocado por el cáncer [2]. Los médicos y personal de enfermería
toman decisiones que desempeñan un papel importante en el manejo del dolor provocado por el cáncer, y una
mejor evaluación del dolor de sus pacientes puede tener como resultado la prescripción analgésica correcta y un
mejor manejo del dolor [4].
También se han identificado la preocupación sobre la regulación de medicamentos de dispensación controlada,
inquietudes sobre los efectos secundarios de los analgésicos y el temor a que los pacientes desarrollen adicción
o tolerancia a los analgésicos. Por lo tanto, se indica la necesidad de mejorar la formación en el manejo del dolor
provocado por el cáncer en todos los niveles de educación profesional. Si los médicos y personal de enfermería
pidieran los resultados de evaluación del dolor con la frecuencia con la que piden las constantes vitales, podrían
darle al manejo del dolor la atención que merece.
Problemas relacionados con los pacientes
Es probable que los pacientes no se quejen de dolor porque quieren ser “buenos” pacientes, o son reacios a
distraer al médico del tratamiento de la enfermedad principal. Pueden que piensen en el dolor como una parte
inevitable del cáncer, o tal vez no quieran reconocer que la enfermedad está progresando [6]. Muchos pacientes
también temen que el control temprano del dolor impida el control del dolor en etapas posteriores de la
enfermedad debido a que les preocupa (y a los médicos a menudo también) volverse tolerantes a los
medicamentos contra el dolor [7]. Con frecuencia, los pacientes se muestran reacios a tomar medicamentos, y
algunos temen volverse o ser considerados adictos (este temor puede ser más pronunciado en pacientes
pertenecientes a minorías) [1]. Las preocupaciones sobre los efectos secundarios no manejables pueden tener
como resultado el deficiente cumplimiento del régimen posológico analgésico prescrito [9].
Problemas relacionados con el sistema de atención médica
El entorno regulatorio estricto que controla de cerca las prácticas de prescripción de los médicos contribuye aún
más al tratamiento insuficiente del dolor provocado por el cáncer. Las restricciones en la regulación de los
medicamentos de dispensación controlada y los problemas de disponibilidad de tratamiento pueden constituir
barreras a la atención de los pacientes. Una encuesta a los médicos de Wisconsin demostró que, debido a las
inquietudes sobre el escrutinio regulatorio, la mayoría de las personas encuestadas reduce la dosis del fármaco o
la cantidad de comprimidos prescritos, restringe la cantidad de reposiciones de la receta o elige un fármaco de
una lista con un nivel de escrutinio inferior [10]. En el sistema de salud y en los planes de estudio de los
profesionales de la salud se le otorga una baja prioridad al tratamiento del dolor provocado por el cáncer. Los
principales libros de texto de medicina y enfermería solamente dedican unas pocas páginas a las pautas actuales
de control del dolor y de los síntomas [3]. Del mismo modo se han descuidado los temas de políticas de salud
relacionados con el dolor, incluidos el coste, el acceso a la atención, las perspectivas regulatorias, y las
cuestiones éticas y legales [5].
Aunque la Organización Mundial de la Salud ha tenido un inmenso impacto en las modificaciones de las políticas
sobre el alivio del dolor provocado por el cáncer, aún hoy en día, en muchas partes del mundo, no se consiguen
ni siquiera los analgésicos más simples, y mucho menos morfina [12–14]. En muchos países, es probable que el
tratamiento más adecuado no sea reembolsado o sea demasiado costoso para los pacientes y sus familias. Los
datos disponibles sugieren que la falta de cobertura y las políticas de reembolso desiguales para la atención de
la salud —incluidos los fármacos con receta, los equipos médicos y los servicios profesionales— inhiben el
acceso al manejo del dolor del cáncer y del dolor agudo a millones de personas, en particular a los pobres, los
ancianos y las minorías [8].
Es esencial identificar la gravedad de las barreras al manejo eficaz del dolor provocado por el cáncer en todos
los países y determinar las prioridades para eliminarlas con el objeto de mejorar el manejo del dolor provocado
por el cáncer para todos aquellos que lo necesitan.
© 2009 International Association for the Study of Pain®