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Islam en Colombia: Entre la Asimilación y la Exclusión1 El panorama religioso colombiano resulta complejo por la existencia de una cultura dominante y de minorías que de una manera u otra han logrado resistir a la asimilación. En la actualidad, fenómenos religiosos emergentes, muchos de influencia foránea, han logrado asentarse en muchas ciudades. Así, nuevos movimientos pentecostales se desarrollan al lado de espiritualidades orientales y de reformulaciones de prácticas ancestrales. La presencia de comunidades musulmanas ha ido perfilándose, especialmente a partir de los últimos cuarenta años, como una de las realidades religiosas mejor consolidadas en términos de infraestructura y formación de sus fieles. La presencia contemporánea de musulmanes y con ellos el surgimiento de las primeras comunidades se relaciona con la llegada de los inmigrantes árabes que en distintos momentos desde finales del siglo XIX, han llegado al territorio colombiano. Se distinguen las siguientes etapas migratorias luego de los conflictos políticos en los países de Medio Oriente: la violencia de los musulmanes contra los cristianos, liderada por un Imperio Otomano decadente que empujó a los árabes maronitas a tierras americanas; las migraciones de palestinos (especialmente después de la segunda guerra mundial y luego de la creación del Estado de Israel, en 1948) y las migraciones de libaneses en los años setenta, con el inicio de las hostilidades en dicho país. Los musulmanes que en escaso número arribaron inicialmente al territorio no encontraron unas condiciones propicias para la práctica de su religión. Por esta razón, la mayor parte de ellos se limitó a llevar su fe de manera privada y acaso, cuando las condiciones lo permitían. Su estadía en Colombia era vista como algo transitorio mientras lograban los recursos suficientes para establecerse cómodamente en su región de origen. La transmisión de sus valores religiosos y tradiciones culturales a sus descendientes resultó difícil debido a las influencias de la sociedad mayor, la falta de guías religiosos y la inexistencia de textos u otros materiales de estudio. Los últimos años han significado el afianzamiento de la presencia musulmana, que además de aparecer en un mayor número de ciudades intermedias y hacer más heterogénea su población, logró una visibilidad creciente en medios de comunicación y ante el resto de la sociedad colombiana. Si bien ha habido un esfuerzo por parte de los grupos para mostrarse ante la opinión nacional, también es cierto que el interés por el Islam ha aumentado a partir de los hechos de 2001. 1 Lo que se presenta aquí es un resumen del artículo de Diego Castellanos, realizado en parte para el Proyecto Islam en Latinoamérica para Florida International University, 2009-2010. Conversión El aumento en la comunidad islámica se debía antes por la inmigración, recientemente se debe a la conversión. Sólo en la medida en que se contó con un espacio institucional, con la creación de lugares de oración, el número de conversos aumentó. Aunque este fenómeno se inició en los años ochenta, un crecimiento significativo en los fenómenos de conversión tuvo lugar a partir de los últimos años del decenio anterior. Algunos motivos para la conversión son la fuerte lógica interna que ofrece la religiosidad, constituida en torno a la creencia en la unicidad de Dios y en la confianza en la justicia divina; la inexistencia de dogmas demasiado complejos de asimilar; el fuerte sentimiento de comunidad que desarrollan sus miembros y el carácter universalista, que trasciende los aspectos étnicos, raciales o nacionales. Es posible clasificar en tres las comunidades musulmanas en Colombia, de acuerdo a su tamaño, proceso histórico y estado actual de desarrollo. Partiendo de las más importantes que son las de Maicao, Bogotá, Buenaventura y San Andrés; les siguen las de Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Valledupar Cali y Medellín; y finalmente aquellas de Pasto, Santa Marta, Pereira, Armenia y Villavicencio. Estas no se pueden entender como comunidades estáticas, por el contrario, una vez pasada la primera etapa de acoplamiento, los musulmanes han visto como los acontecimientos parecieran estar a favor del crecimiento de las comunidades. Cada una de las comunidades ha creado sus propias instituciones islámicas, esencialmente mezquitas, colegios o centros islámicos, en las ciudades en las que se han ido situando, llegando a monopolizar el discurso religioso de tal manera que las posibles conversiones de población local no son un objetivo en sí, sino la perpetuación de los valores étnico religiosos, a tal punto que los líderes religiosos contratados en cada uno de los centros, provenientes siempre de la Universidad de al – Azhar, casi en ningún caso llega a dominar la lengua española. Las conversiones aumentaron, particularmente a partir de 2001, cuando la notoriedad del Islam en medios de comunicación y su abordaje cada vez más recurrente en el ámbito académico llevó a aumentar el interés de un sector de la población capitalina, que por causas diversas resolvieron adoptar el Islam como creencia. Bogotá Los orígenes del Islam en la ciudad se remontan a los inicios de la migración árabe desde el Medio Oriente. En los años veinte del siglo anterior algunos musulmanes de origen palestino se ubicaron en el centro de la ciudad en busca de mejorar sus condiciones de vida y reunir algún capital con el cual volver a su tierra natal, dedicándose en general al comercio. Inicialmente su vida fue un tanto difícil, ya que ingresaban al país sin conocer la lengua ni las costumbres, mas aprendieron a desenvolverse con cierta rapidez. La inexistencia de material especializado, llevaron a que estas primeras formas de vida religiosa islámica capitalina se fueran debilitando paulatinamente hasta casi desaparecer. Sin embargo, el flujo constante de inmigrantes a partir de los años cincuenta, debido al inicio del conflicto árabe israelí, y la pre-existencia de familiares ya asentados, facilitaban el proceso de adaptación y asentamiento. A partir del incremento de inmigrantes en los años setenta se posibilitó un renacimiento de la vida musulmana para la capital. A su vez, el Islam en Colombia se benefició de su imagen como religión generadora de identidad y de valores morales frente al fracaso de muchos de los regímenes paternalistas nacionalistas que no habían cumplido con la mayor parte de las expectativas de desarrollo y democracia de sus poblaciones, deviniendo frecuentemente en regímenes dictatoriales. En los noventa, comenzaron a ingresar al país y a radicarse en Bogotá musulmanes de otras áreas del mundo, tales como África, Asia Central o Lejano Oriente; por otro lado, el número de conversos colombianos aumentó significativamente. Esto implicó el crecimiento de la comunidad y, por ende, el surgimiento de puntos de vista cada vez más diversos. Hasta los años ochenta la casi totalidad de los musulmanes en la capital se identificaban con el sunismo. Ya para los años noventa la presencia chiita aumentó, inicialmente por la llegada de algunos iraníes y libaneses, pero significativamente, debido al aumento de la propaganda y publicaciones islámicas chiitas, patrocinadas por organizaciones iraníes. Debido al aumento de las relaciones diplomáticas entre Colombia y algunos países musulmanes, musulmanes colombianos tuvieron la oportunidad de contactarse y de realizar estudios en escuelas coránicas o universidades islámicas. A raíz de esto, se introdujeron tendencias y escuelas de pensamiento al país, tales como el salafismo, el sufismo y el chiismo. Así, se ha buscado separar los problemas políticos del Medio Oriente de la manera en la que los creyentes viven su fe en la cotidianidad. Se hace énfasis constantemente en que una cosa es adoptar el Islam, y otra muy distinta trasladar problemas de otras regiones del mundo a Colombia. Asociación Benéfica Islámica de Bogotá La más antigua de la ciudad (1979), reúne al mayor número de musulmanes. Debido a que la financiación corrió en su mayoría por cuenta de los aportes de los árabes, la facción colombiana se vio durante mucho tiempo excluida de la toma de decisiones. Sigue persistiendo cierto aire proteccionista por parte de los musulmanes de nacimiento, no solo árabes, sino en general inmigrantes de países musulmanes. Asisten a ella musulmanes de prácticamente todas las tendencias y orígenes nacionales y étnicos. La mayor parte de los asistentes a la mezquita consideran necesario respetar los puntos de vista disímiles de los chiitas, a los cuales reciben sin inconvenientes en el mismo espacio. Centro Cultural Islámico Centro dedicado a la difusión del conocimiento acerca del Islam y de la cultura de los países musulmanes al público no musulmán. A pesar de la cercanía al chiismo, el Centro ha procurado brindar una muestra de las diversas posiciones existentes dentro del Islam, de su riqueza y diversidad. Su propósito era crear un espacio propio en el que pudieran realizar sus prácticas religiosas habituales, independiente de los suníes pero sin buscar generar ruptura con la Asociación Benéfica Islámica. Actualmente realizan todas las festividades religiosas, tanto las comunes a todos los musulmanes como las específicamente chiitas, salvo la oración del viernes, para la cual acuden normalmente a la mezquita del centro de la ciudad. Centro Islámico de Colombia – Mezquita Estambul Compuesto de musulmanes locales que voluntariamente aportan al funcionamiento de la mezquita, dado que no cuenta con apoyo de ningún gobierno extranjero ni de organizaciones islámicas. La mezquita no se cierra a ninguna de las cuatro escuelas jurídicas del sunismo (ya sea Hanafi, Maliki, sha’afi o hanbali), pero según manifiesta su fundador, existe cierta preferencia por la escuela Maliki. Conclusión La presencia islámica en Colombia se da hasta el siglo XX cuando es posible encontrar grupos de musulmanes que se fueron distribuyendo por diversos lugares de la geografía del país. En los años setenta la migración de libaneses enriquece a muchas comunidades y es precisamente en esta época que surgen las primeras instituciones islámicas en las ciudades de Bogotá, Maicao y Buenaventura. Este desarrollo se ha consolidado y en la actualidad existen comunidades en prácticamente todas las ciudades colombianas de alguna importancia. Durante este proceso, las comunidades han sufrido ciertos cambios en su composición. Además de la heterogeneidad de los inmigrantes musulmanes al país, que en la actualidad se ha ampliado a diversos países de Asia, África e incluso Europa, el grupo dominante tras los árabes lo constituyen los conversos. Si bien no es posible hablar de conversiones en masa al Islam, dado que el país sigue siendo de mayoría cristiana, estos representan un fenómeno en expansión. En la actualidad, las comunidades musulmanas existentes representan adaptaciones al contexto nacional y local por parte de inmigrantes y conversos. Estas se han preocupado por interpretar los problemas que comparten con otros colectivos sociales en Colombia, evidenciado con una creciente aparición en medios de comunicación y en la participación en colectivos y eventos interreligiosos. En definitiva, el Islam en Colombia enriquece el ya complejo mundo religioso colombiano.