Download Diálogos Filosóficos - Escuela de Filosofía

Document related concepts

Historia de la psicología wikipedia , lookup

Epicuro wikipedia , lookup

David Benatar wikipedia , lookup

Sufrimiento wikipedia , lookup

Neoestoicismo wikipedia , lookup

Transcript
Diálogos Filosóficos
Un Diálogo Filosófico es el foro creado por la Escuela de Filosofía para que un
destacado filósofo en el campo de la investigación y la docencia exponga a los
asistentes sus preocupaciones filosóficas a lo largo de una serie de cuatro sesiones.
Para asistir a los Diálogos Filosóficos no son necesarios conocimientos filosóficos
previos. A continuación presentamos el próximo Diálogo Filosófico incluido en el
programa 2011/2012.
¿Qué es el dolor?
La experiencia del dolor es universal pero no siempre es comprendida de la misma
manera. En este curso se aprenderá cómo el análisis filosófico puede ser de gran
ayuda para la comprensión de fenómenos complejos como el del dolor que precisan
de la integración de diversos puntos de vista.
Profesor / Agustín Serrano de Haro
Científico Titular del Instituto de Filosofía del CSIC. Doctor en Filosofía por la
Universidad Complutense de Madrid. Ha sido becario de Formación de Personal
Investigador del MEC, becario de la Fundación Oriol-Urquijo y becario de la
Fundación Caja de Madrid. Es investigador autorizado del Archivo Husserl de la
Universidad de Colonia.
Ver carta del profesor en la siguiente página
Lugar:
Escuela de Filosofía
Calle Asura, 90 A (Madrid)
Telf.: 91 716 00 25
Fechas:
19 y 26 de abril
3 y 10 de mayo de 2012
Horario: de 19 a 22 h.
Precio: 500€
El programa completo de los Diálogos Filosóficos 2011-2012 está
disponible en nuestra web.
[email protected]
www.escueladefilosofia.com
Carta del profesor
El dolor físico es una experiencia tan antigua como el ser humano cuya comprensión
teórica siempre ha preocupado al pensamiento y que hoy despierta un interés creciente
en nuestra cultura tecno-científica y en nuestra sociedad “medicalizada”. Como
experiencia sufrida en mí o percibida en otros, como acontecimiento que inquieta o
que quiebra la normalidad silenciosa de mi cuerpo, la rotundidad del dolor físico es
la otra cara de su peculiar enigmaticidad. Pues mi dolor sería tratable en la ciencia
y en la práctica médicas como una contingencia más del organismo, sujeta sólo a
regularidades bioquímicas, si él no fuera, antes que nada, casi un puro estado subjetivo
que cada uno experimenta en primera persona. No hay dolor corporal que no se dé a
conocer afligiendo en exclusiva a su “sujeto” y singularizándolo. Pero la relación inversa
a ésta rige también con el mismo derecho: el dolor sensible admitiría comparación
inmediata con la pena, con la tristeza del ánimo, con los llamados “dolores del alma”,
es decir, con fenómenos exclusivamente conscientes, si mi propio cuerpo no impusiera
en la vivencia del sufrimiento físico su poderosa presencia protagonista. Tampoco hay
ningún dolor sensible que no se localice en mis propias carnes, que no se espacialice
por la topografía íntima de mi cuerpo. Así, el más físico de todos los sucesos conscientes
resulta, al mismo tiempo, el más psíquico de todos los sucesos del cuerpo. Y quizá sólo
la filosofía fenomenológica ha podido reivindicar que este nudo categorial entre lo físico
y lo psíquico, entre cuerpo y conciencia, puede y debe someterse, antes que nada, a
un análisis no explicativo-causal ni tampoco especulativo sino radicalmente descriptivo.
Lo que requiere de entrada una atención cuidadosa es la experiencia del dolor tal
como la conoce quien ha pasado por ella. Es la vivencia en su inmediata particularidad
la que ha de servir de guía en la aclaración general de qué le ocurre a una existencia
corporal al sobrevenirle el dolor que la daña. En esta cuestión, la perspectiva en
primera persona es, pues, definitoria, no anecdótica, y las ciencias médicas e incluso
algunas direcciones de la neurociencia han empezado a reconocerlo. No se trata de
reunir historias individuales en narraciones ilustrativas sino de detectar estructuras
fundamentales de la corporalidad consciente sin las cuales no habría ninguna historia
personal. Y esto vale a propósito de todos los dilemas de conceptuación con que se
topa la comprensión del dolor: ¿se trata de una sensación elemental, de un exceso
de sensación, de un sentimiento afectivo o de todo ello en una figura particular? ¿Se
trata de una experiencia del mal, de un mal en sí mismo, o es por principio una señal
benéfica de alerta? O de nuevo, ¿son lo mismo el dolor “del cuerpo” y el dolor “del
alma”? Este ejercicio directo de filosofía a propósito del dolor físico carece, por lo
demás, de apellidos de filiación; es una serena aspiración de claridad en torno a un
acontecimiento fundamental de la existencia de cualquier hombre. El dolor vulnera la
existencia, pero el análisis filosófico del dolor puede acompañarla e iluminarla.
Agustín Serrano de Haro
Científico Titular del Instituto de Filosofía del CSIC