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EL CID MEDIA BARBA
En 1408 reinando D. Juan II, era Maestre de la Orden de Alcántara D. Frey Fernán
Rodríguez de Villalobos.
Castilla y Portugal estaban en guerra, siendo frecuentes las incursiones de portugueses por
los alrededores de Valencia de Alcántara, con ánimo de tomar la villa y fortaleza, así como las que
en represalia, hacían los españoles al vecino reino. Fue precisamente en ese año de 1408 cuando
ocurrió el pintoresco suceso que vamos a narrar.
Un escuadrón numeroso de portugueses, llegó hasta las inmediaciones de Valencia de
Alcántara parapetándose en un cerro próximo a la ermita de San Ginés, con ánimo de poner
cerco a la Villa. Los centinelas del Castillo, al divisar al enemigo, dieron la voz de alerta,
cundiendo la alarma en toda la población, con impresionante rapidez. En Valencia vivía el
valeroso Capitán García Álvarez de Villagutiérrez y con ocasión de esta alarma, es tradición que
le estaban haciendo la barba y cuando iban por la mitad, al oír el aviso de ¡Enemigo a la vista!
cogió apresuradamente sus armas sin terminar el afeitado, reunió el mayor número de soldados y
paisanos armados que pudo y planeó la batalla con astucia, ya que el enemigo era muchísimo
más numeroso. Hizo que la mitad de su improvisado ejército marchase ocultándose tras las
malezas y juncos de la margen del río abajo, para coger de espaldas a los portugueses y él se
fue, con la otra mitad, atacando de frente. Acometió valientemente, pero luego, como si cogiese
miedo, empezó astutamente a retirarse, aunque con cierto orden. Los enemigos, cebados en lo
que ya creían gran victoria, desampararon sus parapetos del cerro y al poco tiempo los
españoles, que habían estado ocultos en las márgenes del riachuelo, atacaron violentamente por
la espalda ocupando el cerro.
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El valiente Capitán avanzó de nuevo cogiendo a los portugueses entre dos fuegos y
cambiando, lo que llevaba camino de ser derrota, en victoria de los valencianos. Lo curioso es que
esta batalla dio lugar a que García Álvarez de Villagutiérrez, fuese bautizado, ya para siempre,
con el sobrenombre de Capitán Media Barba, pues así, con media barba afeitada y media sin
afeitar, planeó, luchó y venció. El Rey de Castilla conocedor de la valentía extraordinaria de este
Capitán le llamaba El Cid.
Por estos detalles podemos conocer la popularidad del Capitán Media Barba y el jubiloso
recibimiento que le hicieron en la Villa de Valencia de Alcántara después del triunfo. Los
comentarios jocosos al afeitado incompleto, tras la victoria, pusieron en todos alegría, no solo por
el pintoresco sucedido, sino por haber pasado el peligro. Alguien dijo que el triunfo fue debido a
San Ginés, junto a cuya ermita fue la batalla. Organizada por el Arcipreste, con la clerecía, ejército
y paisanos, se celebró una procesión y solemne fiesta en la ermita de San Ginés y se hizo voto
formal de ir todos los años en procesión, desde la Villa hasta la ermita, para honrar al Santo, en
memoria de la victoria. Con ello aumentó la devoción a San Ginés. Por cierto que, los cronistas
antiguos, comentaban con bastante sorna que los únicos habitantes de Valencia de Alcántara que
no eran devotos del Santo, eran los portugueses “porque saben el origen de la devoción y la
procesión anual que se celebraba a la ermita, era recuerdo triste para ellos”.
De San Ginés, de la ermita y del voto que hicieron solemnemente los valencianos, nadie se
acuerda ya.
Fuente: “Curiosidades de la Historia de Extremadura”. Autor: Elias Diéguez Luengo