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HOTELES
)
Un sector estratégico consolidado
de cara a un nuevo ciclo de oportunidades
Juan Garnica Álvarez-Alonso
Director del área
de Hoteles Ocio y Turismo
de Aguirre Newman
E
l sector turístico, siempre estratégico y
motor de nuestra economía desde su
expansión en los años 60, y especialmente en los últimos años de crisis, se
enfrenta en este 2015 al inicio de un
nuevo ciclo que, si bien no estará exento de retos, anticipamos lleno de oportunidades. Oportunidades basadas en la fortaleza de un sector
consolidado, con unas muy positivas perspectivas de crecimiento y optimización de la rentabilidad, para aquellos jugadores que puedan
gestionar las nuevas realidades de la industria
y capitalizar el más que previsible cambio de la
estructura de propiedad del sector.
Una Industria Consolidada con
Atractivos Estructurales a Largo
Plazo
La fortaleza y atractivo de nuestra industria
turística viene avalada por su relevancia para la
economía (aportación directa del 12% a nuestro PIB y empleo, e indirecta muy superior),
su consolidación como el tercer destino a nivel
mundial (en visitantes internacionales), solo por
detrás de EEUU y Francia y en disputa continua
con China, y como destino preferente vacacional de Europa.
Estas realidades, se sustentan en unas condiciones naturales y un bagaje cultural únicos,
nuestro peso específico en la economía y política mundiales y nuestra estabilidad socio po-
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lítica y económica. Pero también es importante
destacar como valor diferencial la propia evolución de la industria, con un sustantivo desarrollo de infraestructuras y un empresariado cada
vez más internacionalizado.
Inmejorables Perspectivas
de Crecimiento
Además de todas estas ventajas estructurales, el 2014 ha supuesto el inicio de un nuevo
ciclo, conjugando otro record de visitantes internacionales y la continuidad de la fortaleza de
la demanda internacional, sustento del sector
en los duros años de la crisis, con una mucho
más significativa recuperación de la demanda
doméstica, tan denostada en el último quinquenio, que ha sido parte muy importante del
crecimiento el pasado año.
Mirando hacia los próximos años, las perspectivas de crecimiento de la demanda no pueden ser más positivas en base al continuado
crecimiento de los mercados internacionales y
la progresiva recuperación del mercado doméstico y el segmento corporativo. Este crecimiento
de la demanda, apoyado en una ralentización
del crecimiento de la oferta y los frutos de las
medidas de optimización aplicadas en el último
lustro, deberán resultar en una optimización de
la rentabilidad previsiblemente en niveles superiores a los anteriores al 2007.
Con todo ello, no podemos obviar los riesgos obvios que podrían amenazar estas perspectivas, que mucho más que la normalización de la situación del Norte de África, que
ojala ocurra a corto plazo, de una potencial
ralentización de la recuperación económica y
de potenciales situaciones políticas internas
desestabilizadoras. Ni tampoco debemos desatender los retos institucionales, cuyo apoyo y
efectividad en la promoción del turismo y un
marco regulatorio más eficiente y práctico, son
fundamentales.
Los retos de las nuevas realidades
de la industria
Sobre todo ello, el reto, y en gran parte la
oportunidad, de cara al nuevo ciclo, es la gestión de los trascendentes cambios de la industria. En este sentido es esencial la consideración, de los cambios derivados del desarrollo
de infraestructuras, haciendo más accesibles los
destinos antaño remotos, y los avances tecnológicos, con un creciente peso de internet en la
cadena de valor, que han supuesto la globalización de oferta y de demanda.
La base de nuestro sector, independientemente del peso inmobiliario, sigue y seguirá
siendo dar cobertura a las necesidades de nuestros clientes ya globales. Un cliente de nuevo
perfil, prescriptor principal, heterogéneo y con
necesidades distintas y cambiantes, que es la
nueva realidad del sector y para quienes hay
que adaptar la propuesta de producto. Asimismo, en base a una oferta global, es fundamental
la competitividad, blindando el conceptual de
producto y optimizando la rentabilidad en base
a los nuevos modelos operativos, con creciente
peso de la externalización de servicios a todos
los niveles.
En esta línea, si bien se aprecia una relevante
evolución hacia nuevos conceptos y productos
en el segmento urbano, nuestro reto más importante es acometer este desarrollo en nuestros destinos de playa, que supone el 80% de
la industria y donde estos avances son todavía
tímidos e incipientes.
Una Conjunción de Factores
para una Oportunidad Única
La evolución necesaria de nuestra propuesta
turística supondrá necesariamente la aparición
de nuevos jugadores y la entrada de más internacionales, ambas realidades hoy, e inevitablemente la adaptación de productos y modelos
operativos.
Mirando hacia los próximos años,
las perspectivas de crecimiento de
la demanda no pueden ser más
positivas en base al continuado
crecimiento de los mercados
internacionales y la progresiva
recuperación del mercado doméstico
y el segmento corporativo
Esta inevitable realidad se convierte en una
oportunidad en una industria con una estructura tanto operativa como patrimonial muy
atomizada. Esta estructura, considerando las
nuevas realidades de la industria, junto con los
cambios generacionales, la presión financiera
y las necesidades de inversión, y una mayor
proactividad de las entidades financieras en
búsqueda de soluciones para problemáticas
aparcadas hasta ahora, necesariamente derivaran a un progresivo cambio de la estructura de
propiedad del sector.
En este entorno surgirán atractivas oportunidades para un nuevo perfil de inversor, no
tanto en cuanto a su categorización como a un
enfoque de rentabilidad en base al valor añadido. En este sentido, el inversor deberá asumir
activamente su involucración en el riesgo de
negocio (que siempre ha tenido pero no necesariamente gestionado) con nuevas fórmulas
operativas y modelos operativos.
Este nuevo hotelero podrá capitalizar las
oportunidades de este nuevo ciclo, sobre la base
de la solidez de nuestra industria y las perspectivas de crecimiento, en la medida en que
pueda identificar y acceder a las oportunidades,
definir el plan de negocio más adecuado en
un mercado tan heterogéneo como el nuestro e
implementarlo maximizando el valor añadido y
por ende la rentabilidad sobre el activo y de su
inversión. Por todo ello, en este nuevo ciclo de
crecimiento y oportunidades, será clave el valor
añadido que podamos aportar los consultores
especializados. [
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