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Asignatura: Arte Antiguo LA CERÁMICA Y LA PINTURA GRIEGA Cerámica Como ocurre con la arquitectura o la escultura, en la cerámica también nos vamos a encontrar distintos periodos que se dividen en los siguientes: Geométrico o prearcaico (900-700 a. C.). Arcaico (700-500 a. C.). Preclásico (500-450 a. C.). Clásico (450-323 a. C.). Helenístico (323-31 a. C.). La tipología de las cerámicas fue muy variada, encontrándonos con multitud de recipientes, entre los que podemos destacar: Crátera: vasija grande y ancha donde se mezclaba el agua y el vino, utilizada tanto en Grecia como en Roma. Ánfora: vaso grande de dos asas con cuello largo, terminado en punta. Servía para guardar líquidos. Ryton: vaso que se utilizaba en las libaciones. En muchas ocasiones tenía forma de animal. Cántaro: copa con asas elevadas. Oinocoe: jarra con asa para verter el vino en las copas. PERIODOS Geométrico o prearcaico (900-700 a. C.) Es una época en la que nos vamos a encontrar cerámica decorada con figuras geométricas (grecas, animales). Destacamos el gran Vaso de Dípylon, ejemplo de belleza y armonía. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Tiene como decoración minuciosos motivos geométricos y figurativos. Dentro de esta etapa, y por vinculación con próximo oriente, aparecen las llamadas cerámicas de estilo orientalizante, viéndose en las figuras de animales y vegetales exóticos (oinocoe corintio del s. VII a. C. Museo Británico de Londres). Arcaico (700-500 a. C.) Durante este periodo van a aparecer las llamadas cerámicas de pintura negra y cerámicas de pintura roja. Es habitual que la cerámica lleve unos años de adelanto de evolución con relación a otras artes, ya que era algo que se utilizaba en su vida cotidiana. Tras la desaparición de este estilo geométrico y orientalizante, surge el periodo arcaico. Esta cerámica se va a realizar en muchos lugares de Grecia pero sobre todo vamos a destacar Corintio y Atenas. La cerámica de esta época se decoraba con dos colores, el rojo y el negro, siendo la figura humana la protagonista indiscutible del tema. De las cerámicas de figuras negras se conocen muchos ejemplares, aunque vamos a destacar el famoso Vaso François, firmado por Ergótimos y Klitias y que se localiza en el Museo Arqueológico de Florencia (570 a. C.). Su decoración se basa en motivos geométricos de palmetas y rayos. De esta época conocemos importantes artífices: Klitias: su obra más importante es el ya citado vaso François junto con Ergótimos. Exequias: es el pintor más célebre del momento. Entre sus obras destacamos un ánfora donde se representa a Aquiles y Áyax jugando en Troya (550-530 a. C.), actualmente en los Museos Vaticanos. En torno al 530 a. C., las figuras negras comienzan a dar paso a las llamadas figuras rojas. Las figuras resultarán más reales iniciando con este tipo de representaciones el camino hacia la figura sombreada. Es un periodo de eclosión artística y tenemos importantes artistas: Eufronios: destaca la llamada crátera de Eufronios (510-500 a. C.), se encuentra en el Museo del Louvre. Es un artista que muestra una gran precisión en el dibujo. Eutímides: emplea el escorzo y la perspectiva en sus figuras, destacando su ánfora, en el Staatliche Antikensammlungen de Munich. Preclásico (500-450 a. C.) Continúa la fase de la cerámica de las pinturas rojas. Sus temas son generalmente mitológicos. No podemos olvidarnos en esta etapa del desarrollo de las cerámicas con fondo blanco como la Copa de Delfos en el Museo de Delfos (480 a. C.), donde se representa a Apolo acompañado por su cuerno. Clásico (450-323 a. C.) A partir del 471-450 a. C., el arte de la cerámica nos va a mostrar ejemplares bellísimos, donde se muestra una mayor movilidad de la figura en la superficie del vaso. Entre los principales maestros tenemos a: Pintor de Pan: importancia del movimiento como se muestra en su crátera que representa la Muerte de Acteón a manos de Artemis en el Museo de Bellas Artes de Boston (V a. C.). Pintor de los Nióbides: destacando su crátera del Pintor de los Nióbides en el Museo del Louvre en París (460 a. C.). Helenístico (323-31 a. C.) La cerámica de este periodo continúa prácticamente igual que antes. Sin embargo, los temas que ahora interesan no son tanto los temas mitológicos, sino más bien los temas relacionados con la naturaleza y los sentimientos. A finales del siglo IV a. C., surgirán en la zona de la Magna Grecia grandes vasos fúnebres que están decorados con imágenes en relieve. Esta escultura será una importante influencia en la cerámica de Roma. Pintura La pintura en el mundo griego, al igual que la arquitectura y la escultura, fue muy importante. Por desgracia, contamos con pocos ejemplos para un estudio más detallado. Sin embargo, eso no impide que podamos exponer, a grandes rasgos, parte de sus características. Entre las más destacadas tenemos: Al apenas conservarse pinturas, este arte se conoce gracias a las referencias literarias y a las escenas que se representan en los vasos. Nos encontramos pintura mural (al fresco), pintura sobre tabla y la decoración de la cerámica. Al igual que ocurre en la escultura, el hombre será el principal protagonista. No obstante, también podrán representarse escenas de naturaleza. A medida que va pasando el siglo V a. C., los temas entre la pintura y la cerámica van poco a poco separándose. A partir de la segunda mitad del siglo V a. C., se incorporará en la pintura la perspectiva y los juegos de luces y sombras, siendo uno de los referentes de esto el pintor Zeuxis. En el siglo IV a. C., los pintores dominarán perfectamente la cuestión de la perspectiva. Del siglo IV destacamos la tumba de Filipo II en Vegina (336 a. C.), conservadas en muy mal estado. A partir del siglo IV a. C., hay un mayor interés, por parte de los artistas, en representar el paisaje. Las etapas en las que se divide van a ser las mismas que en el resto del arte griego: Geométrico o prearcaico (900-700 a. C.): dentro de este periodo podemos destacar las escenas procedentes de la llamada tumba del Zambullidor (470 a. C.), que decoraban una tumba, actualmente en el Museo de Paestum. En las escenas destaca la simplicidad del paisaje. Arcaico (700-500 a. C.): al igual que ocurre con la escultura, las influencias del mundo mesopotámico y egipcio son patentes. Preclásico (500-450 a. C.): durante este periodo, autores como Polignoto o Mikón, intentan representar un espacio pictórico. Polignoto sobresale por su sutil técnica, destacando entre sus pinturas la del Saqueo de Troya, que decoró las paredes de la stoa Pecile. Mykón es el pintor de la expresión y el sentimiento de los personajes pintados. Clásico (450-323 a. C.): fueron cuatro los pintores de esta etapa que podemos destacar. En primer lugar Apollodoro, Parrasios, Zeuxis y Apeles. Tanto Parrasios como Zeuxis fueron grandes pintores de la realidad. Cuenta la leyenda que Parrasios llegó a engañar al mismo Zeuxis, pues mando al pintor quitar la cortinilla que estaba sobre el cuadro. Zeuxis, al intentar quitarla, se dio cuenta que la cortina estaba pintada. De esta manera Parrasios se quedó satisfecho porque, aunque Zeuxis había engañado a los pájaros con su obra de las Uvas, pues los animalillos intentaban picar las frutas, él había conseguido engañar al pintor. Por su parte, Apeles, fue el pintor de Alejandro Magno. Se dice que sus pinturas tenían una especial luminosidad, pues echaba barniz negro. Entre sus obras destacan los retratos de Filipo II, Alejandro y la Calumnia. Esta última pintura fue interpretada, a través de los textos, por el pintor Boticcelli. Helenístico (323-31 a. C.):. destacamos a Arístides de Tebas, Alejandro de Atenas o Demetrio de Alejandría. Importancia de los paisajes y los bodegones. Gracias a los mosaicos, podemos conocer cómo sería la pintura de este periodo, pues en muchas ocasiones son un fiel reflejo de este arte.