Download ordenación presbiteral en la catedral de la almudena de madrid

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Transcript
ESCUELA INTERNACIONAL DE PROTOCOLO
DE ELCHE
ORDENACIÓN PRESBITERAL EN
LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA
DE MADRID
“EL QUE QUIERA SERVIRME, QUE ME SIGA”
(Jn12, 26)
Begoña Hernández Agustí
Octubre 2009
1
PROYECTO TÉCNICO
ORDENACIÓN PRESBITERAL EN LA
CATEDRAL DE LA ALMUDENA DE
MADRID
“EL QUE QUIERA SERVIRME, QUE ME SIGA”
(Jn 12,26)
Begoña Hernández Agustí
2
CAPITULO I
La iglesia católica
1.1 El origen de la religión católica
1.2 La estructura de la Iglesia Católica
1.3 La Diócesis
1.4 El Orden eclesiástico
1.5 El Papa
1.6 Concilio Vaticano II
3
4
5
6
6
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CAPITULO II
La Catedral
2.1 Historia del origen de la Catedral
2.2 La Catedral de la Almudena
2.2.1 Historia
2.2.2 Construcción
2.2.3 La Virgen de la Almudena
2.2.4 Otras obras de arte
2.2.5 Último empuje a la obra
2.2.6 Dimensiones
2.2.7 Materiales de construcción
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14
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19
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25
33
34
CAPITULO III
La Ordenación- Historia
3.1 Historia de la Ordenación
3.2 Grados y formas del ministerio ordenado actual
3.2.1 La Ordenación Episcopal, plenitud del
Sacramento del Orden
3.2.2 La Ordenación de los Presbíteros,
cooperadores de los Obispos
3.2.3 La Ordenación de los Diáconos, en
“Orden al Ministerio”
3.3 Esquema del ritual de 1990
3.4 Rito de la Ordenación de un Presbítero
3.4.1 Introducción
3.4.2 Ritos preparatorios
3.4.2.1 Elección
3.4.2.2 Homilía
3.4.2.3 Promesa
3.4.2.4 Promesa de Obediencia
3.4.2.5 Letanía
3.4.2.6 Imposición de la manos y plegaria de
la oración
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50
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3
3.5 Ritos explicatorios
3.5.1 Investidura con estola y casulla
3.5.2 Unción de las manos
3.5.3 Presentación del pan y del vino
3.5.4 Ósculo de la paz
3.6 Misa que se debe oficiar
3.7 Pasos hacia el presbiterado
3.8 Preparación previa de los diáconos para
ordenarse Presbíteros
53
53
53
54
54
54
55
56
CAPÍTULO IV
Elementos necesarios
4.1 Lugar de la celebración
4.2 Pasos y elementos para la organización del acto
4.2.1 Libro de la ordenación
4.2.2 La casulla
4.2.3 El gremial
4.2.4 El santo crisma
4.2.5 La jofaina
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58
59
59
59
59
59
CAPÍTULO V
Ordenación
5.1 Preliminares
5.2 Ubicación de los protagonistas principales
5.3 Distribución de los asientos en el Altar
5.4 Comienzo de la ceremonia
61
64
67
68
CAPÍTULO VI
Primera Misa
6.1 Misa en su parroquia
Conclusiones
Bibliografía
Anexos
Glosario
83
86
87
88
112
4
ORDENACION PRESBITERAL EN LA CATERAL DE SANTA
MARIA DE LA ALMUDENA DE MADRID PROYECTO FINAL
Introducción. El ¿por qué? de este proyecto.
Lo primero que tengo que decir es que yo era contraria ha hacer un
proyecto de investigación. Pienso que esta carrera está enfocada,
fundamentalmente, a la organización de actos. La mayoría de las
disciplinas estudiadas, Protocolo Oficial, Religioso, Deportivo, etc.
tienen como fin la organización de un acto. Nos conocemos Reales
Decretos, Ordenes Ministeriales, Organismos Oficiales, Listados de
Precedencias, Organismos Internacionales, etc., solo con el fin de
poder organizar nuestros actos de la mejor manera posible, con
sentido y siguiendo las normas establecidas. Seguridad, Hostelería,
Imagen, Informática, Diseño, son asignaturas que nos ayudan a
que nuestro Acto se entienda, se diseñe y se desarrolle de forma
impecable. Con todo ello tenía algo claro, mi trabajo tendría que
ser la Organización de un Acto.
Tuve que cambiar mis ideas cuando, tras asistir a la Ordenación
Presbiteral de mi sobrino, pensé que era uno de los actos más
bonitos que yo había podido, hasta entonces, presenciar. Me gustó
tanto que nada más regresar de Madrid pase por la Escuela para
proponerlo y que me dieran su visto bueno. Dejé a un lado mi
anterior idea de proyecto, para embarcarme en esta, aun cuando
tuviera que entrar en una parte de investigación ya que sin unas
aclaraciones previas y ahondar un poco en los principios del
Cristianismo, no se puede entender la inmensa simbología que
contiene una Ordenación.
Espero que este trabajo pueda trasmitir a quien lo lea, parte de la
emoción y curiosidad que a mi me produjo el asistir al mismo.
5
Agradecimientos
Mis agradecimientos son variados y no podría ir señalando
posiciones en un escalafón, aunque si me gustaría agradecerle
inmensamente a mi sobrino Joaquín Hernández Martínez el
invitarme a este acto tan fundamental para su vida.
A la Escuela Internacional de Protocolo de Elche y en especial a
Concha y José Luis por su gran apoyo, a Alberto por la paciencia
con todos durante los años de de carrera, y a Arantxa y Joaquín
por su amistad y compañerismo.
A Sergio Escalera Aicua , cuando siendo Director de la Escuela de
Valencia se molesto en enviarme un libro, varias fotocopias y algún
recuerdo personal de asistencia a una ordenación, para que viera
dichos programas, invitaciones, etc. y pudiera hacerme una idea de
las misma y animarme a que me embarcara en este proyecto.
Mi agradecimiento a D. Joaquín López Serra, presbítero de la
Basílica de Santa María de Elche por haberme proporcionado
herramientas necesarias para poder investigar.
A Don Jesús Junquera – canónigo de la Catedral - que me mando
sus notas y tuvo la amabilidad de, telefónicamente, explicarme
como organiza él las ceremonias.
A Ricardo de Prado, que sacó tiempo para echar un vistazo el
último día, antes de imprimirlo y me aporto alguna idea.
A mis hijos que han tenido que
estuviera implicada en la casa de
acostumbrados, quitándoles tiempo,
encantados de que ya no estuviera
me han ayudado.
aguantar que su madre no
la forma a la que les tenía
aunque puede que estuvieran
tan encima de ellos. También
Extender mi agradecimiento a todo aquel que de alguna manera ha
colaborado en mayor o menor medida conmigo, para poder llevar a
cabo este proyecto.
6
CAPITULO I
La Iglesia Católica
1. 1 El origen de la religión católica
El ser humano ha hecho uso de las religiones para encontrar
sentido a su existencia y para dar trascendencia y explicación al
mundo, el universo y a todo lo imaginable.
Las numerosas religiones que la humanidad ha conocido desde sus
inicios han de comprenderse como maneras diferentes que el
hombre ha tenido desde sus orígenes de explicar la relación de su
unión con el mundo y con sí mismo. Esta relación, presente aunque
misteriosa, es vivida por el hombre religioso de forma que, al
mismo tiempo que se siente independiente, puede dialogar con ese
mundo invisible y superior.
La creencia, la plegaria y el culto, son elementos principales por
parte del creyente.
Para algunas religiones (hinduismo, cristianismo, judaísmo e
islamismo entre las conocidas) el origen de la propia religión entre
sus rasgos esenciales proviene directamente de una revelación de
Dios. En las politeístas el fundamento se da una fragmentación del
absoluto para poder expresar mejor la diversidad de lo real; aun
así es estas religiones se tiende a que uno de los dioses esté por
encima de los demás o supeditan la dependencia de dioses y
hombre a un poder absoluto.
La religión examinada en sus múltiples manifestaciones introduce
siempre una serie de creencias mas o menos elevadas con relación
a un ser absoluto- llámese Dios, o de cualquier otro modo- y un
conjunto de reglas de comportamiento. Unas se pueden llamar
morales y otras relativas al culto.
La religión o la institución religiosa van en paralelo con las
condiciones sociales, económicas y culturales de cada época y la
idiosincrasia de cada pueblo.
Desde tiempos inmemoriales, el hombre se ha caracterizado por la
búsqueda continua de algo más, después de la muerte y en la
creencia de seres superiores a los simples mortales.
Brujos, grandes sacerdotes, oráculos, sacerdotisas, druidas,
chamanes, pedían por los faraones, los emperadores, los nobles.
7
La religión era utilizada de forma arbitraria para amedrentar a los
humildes, explotándolos. Los dioses eran benevolentes con las
altas esferas y descargaban su ira contra el débil.
La religión no estaba cerca del pueblo, este no podía paga a
sacerdotes ni podía costearse sacrificios, quizás por ese motivo las
religiones universales como el cristianismo caló en el pueblo. Su
Dios no era un dios vengativo, por el contrario era un Dios justo,
bondadoso, que defendía a su pueblo de sus enemigos, que no
priorizaba a los ricos, a los señores, incluso que adoctrinaba
negando la prioridad de la riqueza. El hombre tenía que ser rico en
virtudes, no en bienes, “los pobres alcanzarán el reino de los
cielos”. Una religión así, tan distinta de las anteriores conocidas en
la que los dioses eran seres vengativos o ansiosos de sacrificios,
ayudó a que el cristianismo se extendiera de forma rápida entre los
humildes, los esclavos, las mujeres.
Tras la venida y muerte de Jesús el cristianismo se expande por el
Imperio romano, pero fue Constantino I el Grande, en el siglo XIII
quien legalizo, por intereses tácticos, el cristianismo y fue
establecida como religión oficial del Imperio Romano por el
emperador Justiniano en el siglo IV.
El Cisma de Oriente (fechado en 1054) separó en dos facciones el
cristianismo, marcando una línea entre Oriente y Occidente y
posteriormente Lutero y su reforma (1517), dividió en dos la
Iglesia de Roma. A partir de ese momento hay tres grandes
facciones cristianas dentro de la Iglesia, la ortodoxa, la protestante
y la católica.
1.2 Estructura de la Iglesia Católica
También conocida como Iglesia católica, apostólica y romana, es la
iglesia cristiana mas grande del mundo con 1147 millones de
bautizados en 2007 (17,2% de la población mundial).
De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, esta es Una,
Santa, Católica y Apostólica. Estos cuatro atributos unidos entre sí,
indican rasgos de la Iglesia y de su misión.
Unidad: La Iglesia es una debido a su origen. Dios es uno.
Santa: La iglesia es santa porque Santo es su fundador.
Católica: es católica por su significado de “universalidad”.
Apostólica: es apostólica porque tiene que guarda y trasmite las
enseñanzas oídas a sus apóstoles.
8
La Iglesia Católica es una sociedad gobernada y ordenada por el
Papa y los obispos. Sobre esa base se puede hablar de dos iglesias,
la universal y la particular. La primera comprende a toda la
comunidad de fieles y cuenta con una autoridad central y suprema;
la segunda tiene un espacio de actuación restringido a lo territorial
y lo comunitario, pero persigue los mismos fines que la universal.
La estructura de la Iglesia se asienta sobre dos pilares: Roma como
sede central y la diócesis como Iglesia particular, habiendo órganos
intermedios para lograr una mayor eficacia. Esta estructura está
pensada para adaptarse mejor a los modelos de la sociedad civil.
Las diócesis cuentan con parroquias, estas, a su vez, pueden
agruparse en arciprestazgos. Las diócesis, además, se unen
formando provincias eclesiásticas, y en algunos países pueden ser
regiones. Cuando los obispos se reúnen dentro de un ámbito
nacional de le llama Conferencia Episcopal. El primado actúa como
representante de la Iglesia de un país.
1.3 La diócesis
Al frente de la misma se encuentra el obispo diocesano. Si la
diócesis es muy grande y el obispo no puede atender todas las
tareas encomendadas a su persona, este puede pedir un o varios
obispos auxiliares. Si no fuera el obispo y fuera la Santa Sede
quien determina mandar otro obispo a la diócesis este sería un
obispo coadjutor. La diferencia entre ambos solo radica en la
iniciativa del nombramiento. Ambos, además, serán nombrados
vicarios generales.
Las diócesis deben dividirse en partes o en parroquias. Esto
significaría ser parte de los fieles que integran la diócesis. La
palabra párroco procede del griego y viene a significar”habitar
cerca, ser vecino”. La iglesia adopto este término para designar al
presbítero que se encargaba de un modo fijo de cuidar los fieles de
una iglesia.
Al igual que con el obispo, se puede contar con uno o varios
vicarios parroquiales que colaboren con el párroco.
En las parroquias puede constituirse un consejo pastoral presidido
por el párroco e integrado por los fieles.
9
1.4 Orden eclesiástico
Clasificaremos en tres los órdenes eclesiásticos:
Jerárquico
Personal
Institucional
Orden Jerárquico
Episcopal, con obispos diocesanos y titulares sin
diócesis (constituye la plenitud del sacerdocio).
Presbiteral (no puede administrar todos los
sacramentos).
Diacona (de naturaleza inferior)
Orden personal.
Sumo Pontífice (Su Santidad el Papa)
Cardenales. Forman parte del Colegio Cardenalicio con
su Decano. Son Príncipes de la Iglesia.
Arzobispo
Obispos
Arciprestes
Sacerdotes
Diáconos, ministros eclesiásticos de segundo grado en
su dignidad.
Orden institucional
Conferencia Episcopal, una por país.
Provincias eclesiásticas que agrupan varias diócesis con
su Arzobispo.
Diócesis, territorio dentro de una provincia eclesiástica,
con su obispo.
Arciprestazgo, distrito en el que se divide una diócesis.
Parroquias, comunidad de fieles a cuyo frente está un
párroco.
1.5 El Papa
Es Obispo de Roma, Vicario de Jesucristo, Sucesor de San Pedro,
Príncipe de los Apóstoles, Sumo Pontífice de la Iglesia Universal,
Patriarca de Occidente, Primado de Italia, Arzobispo de la Provincia
de Roma y Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. El Papá
lo es por ser el Obispo de Roma, y sucesor de San Pedro que fue el
10
primer Obispo de Roma, ya que la Iglesia católica afirma que a la
Iglesia Universal la guía aquel que ocupa la cátedra de la ciudad.
1.6 Concilio Vaticano II
El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico de la Iglesia
Católica, convirtiéndose en uno de los más importantes eventos
históricos del siglo XX. Fue convocado por el Papa Juan XXIII,
quien lo anunció en enero de 1959. Convocado el 25 de diciembre
de 1961.
El Concilio constó cuatro sesiones, presidiendo la primera Juan
XXIII, el 11 de Octubre de 1962, pero no pudo concluirlo al fallecer
el 3 de junio de 1963. Las siguientes etapas fueron convocadas y
presididas por Pablo VI, su predecesor. El Concilio fue clausurado el
8 de diciembre de 1965.
En este Concilio se contó con representantes de todos, de las
distintas lenguas y raza, e incluso de otras confesiones religiosas
cristianas.
Durante los años de trabajo se redactaron 16 documentos, que
definen y constituyen la situación de la Iglesia en el momento
actual.
CONSTITUCIONES:
Dei Verbum (Constitución Dogmática sobre la Divina
Revelación)
Lumen Gentium (Constitución Dogmática sobre la
Iglesia)
Sacrosanctum Concilium (Constitución sobre la Sagrada
Liturgia)
Gaudium et Spes (Constitución Pastoral sobre la Iglesia
en el mundo actual)
DECLARACIONES CONCILIARES:
Gravissimum
Educationis
Educación Cristiana)
(Declaración
sobre
la
Nostra Aetate (Declaración sobre las relaciones de la
Iglesia con las Religiones no cristianas)
11
Dignidatis Humanae (Declaración sobre la libertad
religiosa)
DECRETOS CONCILIARES:
Ad Gentes (Decreto sobre la actividad misionera de la
Iglesia)
Presbyterorum Ordinis (Decreto sobre el ministerio y
vida de los presbíteros)
Apostolicam Actuositatem (Decreto sobre el apostolado
de los laicos)
Optatam Totius (Decreto sobre la formación sacerdotal)
Perdectae Caritatis (Decreto
renovación de la vida religiosa)
sobre
la
adecuada
Christus Dominus (Decreto sobre el ministerio pastoral
de los Obispos)
Unitatis Redintegratio (Decreto sobre el ecumenismo)
Orientalium Ecclesiarum (Decreto sobre las Iglesias
orientales católicas)
Inter Mirifica (Decreto
comunicación social)
sobre
los
Medios
de
El Concilio Vaticano II, significó un antes y un después en el
lenguaje de la Iglesia, debido a la sobriedad y la sencillez que se
usaron en ellos, haciendo más accesible su comprensión para un
sector mucho más amplio dentro de la propia iglesia. (1)
(1)En este trabajo se hace varias veces referencia a la Constitución
Lumen Gentium (Constitución Dogmática sobre la Iglesia) y se han
usado textos del Decreto Conciliar Presbyterorum Ordinis (Decreto
sobre el ministerio y vida de los presbíteros).
12
1.7 Mensaje del Concilio a toda la Humanidad
Venerables hermanos:
La hora de la partida y de la dispersión ha sonado. Ahora debéis
abandonar la asamblea conciliar para ir al encuentro de la
humanidad a difundir la buena nueva del Evangelio de Cristo y de
la renovación de su Iglesia, por la que nosotros hemos trabajado
juntos desde hacía cuatro años.
Momento único éste, de una significación y de una riqueza
incomparable. En esta asamblea universal, en este momento
privilegiado en el tiempo y en el espacio, convergen a la vez el
pasado, el presente y el porvenir. El pasado, porque está aquí
reunida la Iglesia de Cristo, con su tradición, su historia, sus
concilios, sus doctores, sus santos. El presente, porque
abandonamos Roma para ir al mundo de hoy, con sus miserias, sus
dolores, sus pecados, pero también con los prodigios conseguidos,
sus valores, sus virtudes. El porvenir está allí, en fin, en el
llamamiento imperioso de los pueblos para una mayor justicia, en
su voluntad de paz, en sus sed, consciente o inconsciente, de una
vida más elevada; esto es precisamente lo que la Iglesia de Cristo
puede y debe dar a los pueblos.
Nos parece escuchar por todo el mundo un inmenso y confuso
clamor, la pregunta de todos los que miran al Concilio y nos
preguntan con ansiedad: "¿No tenéis una palabra que decirnos... a
nosotros los gobernantes, a nosotros los intelectuales, los
trabajadores, los artistas; a nosotras las mujeres, a nosotros los
jóvenes, a nosotros los enfermos y los pobres?".
Estas voces implorantes no quedarán sin respuesta. para todas las
categorías humanas…….
Terminando….. Así, pues, finalmente ha concluido hoy, con la
ayuda de Dios, todo cuanto se refiere al Sacrosanto Concilio
ecuménico. Y con nuestra apostólica autoridad decidimos concluir a
todos los efectos las constituciones, decretos, declaraciones y
acuerdos, aprobados con deliberación sinodal y promulgados por
Nos, así como el mismo Concilio ecuménico, convocado por nuestro
predecesor, Juan XXIII, el 25 de diciembre de 1961, iniciado el día
11 de octubre de 1962 y continuado por Nos después de su muerte,
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mandamos y también ordenamos que todo cuanto ha sido
establecido sinodalmente sea religiosamente observado por todos
los fieles para gloria de Dios, para el decoro de la Iglesia y para
tranquilidad y paz de todos los hombres. Hemos sancionado y
establecido estas cosas, decretando que las presentes letras sean
permanentes y continúen firmes, válidas y eficaces, que se
cumplan y obtengan plenos, íntegros efectos y que sean
plenamente convalidadas por aquellos a quienes compete o podrá
competer en el futuro. Así se debe juzgar y definir. Y debe
considerarse nulo y sin valor desde este momento todo cuanto se
haga contra estos acuerdos por cualquier individuo o cualquier
autoridad, conscientemente o por ignorancia.
Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el
día 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de la
Bienaventurada Virgen María, el año 1965, tercero de nuestro
pontificado.
PABLO, PAPA VI.
14
CAPITULO II
LA CATEDRAL
2.1 Historia del origen de la Catedral de Santa María de la
Real de la Almudena (1202-1868)
Figura 1. Maqueta de la Iglesia de Santa María de la Almudena por
León Gil de Palacios (1830)
La actual catedral de la Almudena esta ubicada en un enclave
distinto al que debiera haber sido, ya que la Iglesia de la Almudena
se encontraba entre las calles Mayor y Bailén, pero fue derribada
en 1868, diciéndose la ultima misa el 26 de Octubre.
La Iglesia que durante años lucho por ser la catedral madrileña se
ve amenazada por diversos planes. Ya se la nombra en el Proyecto
de mejoras de Madrid de Mesonero Romano (1846) porque
entorpecía la unión de la zona del palacio con la Iglesia de San
Francisco pero su desahucio es definitivo se acomete tras la
desamortización de Madoz (1855). Así en año 1861 se aprueba el
plan de apertura de la calle Bailén, ampliándola hasta la Iglesia de
San Francisco el grande, lo que implica el derribo de un gran
numero de edificaciones. Entre ellas esta Iglesia que interfería en
el proyecto. El 26 de Octubre de 1868 se dice la última misa y se
clausura la Iglesia, trasladando la mayor parte de los tesoros,
incluida la imagen de la Virgen (talla de pino estilo medieval tardío)
al convento del Sacramento. Posteriormente esa imagen fue
trasladada a la catedral que se estaba construyendo y el resto de
los tesoros se dispersaron, encontrándose actualmente varios
cuadros en el Museo del Prado.
15
La Iglesia ocupaba el solar de la mezquita principal del Madrid
Musulmán y tras la conquista de la ciudad por Alfonso VI sería
consagrada y luego sustituida por una iglesia románica. Era el
principio de la villa y la primera vez que se nombra es en el año
1202.
Su aspecto medieval se fue perdiéndose tras las distintas
remodelaciones de las que fue objeto en un intento de
engrandecerla. Al principio del siglo XV se eliminó el claustro y se
añadió la torre. Se fueron añadiendo capillas para enterrar familias
importantes.
Primero Carlos I, que obtiene una bula del papa León X para
convertirla en colegiata, años después Felipe II obtiene la bula
papal de Clemente VIII para derribar la iglesia y edificar otra
mayor que fuera más acorde tanto con la imagen que custodiaba
como con el rango de la ciudad, pero ambos proyectos fracasaron
por la oposición del cabildo de Toledo que no quería que la villa de
Madrid se disgregara de la archidiócesis de Toledo de la que
dependía.
Figura 2. Grabado del siglo XIX de la Iglesia de Santa Maria de la
Almudena
16
Durante el reinado de Felipe IV se vuele a plantear la idea y se
elaboran planos para una iglesia nueva, incluso el día 15 de abril
de 1613 se coloca una primera piedra y una cruz, en un acto
público, pero la precaria situación económica de la monarquía
posponen las obras que finalmente caen en el olvido, llevándose a
cabo unas ligeras mejoras en 1638. Finalmente se derriba en 1868.
Existen dos maquetas de la misma, ambas en el Museo Municipal
de Madrid, una de León Gil de Palacio (1830) y otra de José
Monasterio Riesgo inspirada en la maqueta anterior (1945-1950
Figura 3. Maqueta obra de José Monasterio Riesgo (1045-1950
17
2.2 Catedral de la Almudena
2.2.1 Historia
La catedral de la Almudena es un caso diferente y peculiar, y es
que nada tiene que ver con el resto de las catedrales españolas.
Aunque como ya se ha dicho anteriormente, desde el siglo XVI y
coincidiendo con la capitalidad, se había intentado dotar a Madrid
de de un edificio de prestigio como sede del obispado, otros
edificios tuvieron preferencia como puede ser El Escorial o la
inacabada catedral de Valladolid.
Como ya se ha comentado antes durante el reinado de Felipe IV y
por expreso deseo de su esposa doña Isabel de Borbón, se inician
las gestiones para dotar a Madrid de una catedral vinculada a
Santa María de la Almudena. Próxima a dar a luz en 1623 ofrece a
la Virgen de la Almudena fundar una capilla en la vieja parroquia,
pero la historia se repite y ahora no es Isabel de Borbón sino el
dolor por la muerte de la reina Maria de las Mercedes de Orleáns
(devota de la Virgen de la Almudena como su antecesora la reina
Isabel) la que impulsa a Alfonso XII, tras su muerte, a consolidar el
proyecto. Cabe destacar que entre estos dos episodios históricos
nombres como Mesoneros Romanos o Fernández de los Ríos ya
habían intentado dotar a Madrid de una nueva diócesis y por
consiguiente una catedral. Las Cortes Constituyentes de 1859
también habían planteado la necesidad de hacer coincidir la capital
de la monarquía con una sede diocesana aprobándose en el
concordato de 1851, junto con las sedes de Vitoria y Ciudad Real.
Desde 1623 hasta 1878 no se pudo avanzar nada dicho proyecto y
es en ese año cuando la Reina Maria de las Mercedes (1860-1878)
impulsa la cesión por parte del Rey de un terreno junto a la Plaza
de la Armería. El proyecto fue aprobado por RO en 1880. El 4 de
abril de 1883, el rey Alfonso XII puso la primera piedra de la
catedral de la Almudena, con la intención, tras la muerte de su
esposa poderla enterrar en un lugar al que había dedicado sus
esfuerzos en su corto reinado y en el templo de la Virgen por la
que ella tenía una gran devoción como hija de Madrid, ya que esta
no podía ser enterrada en el Panteón Real del Monasterio del
Escorial al haber muerto sin descendencia.
Conforme a este proyecto se empezaron las obras, no habiendo
más cambios al haberse concebido como catedral, algo que sirvió
para apoyar la petición de nueva sede episcopal que se alcanzó de
forma definitiva en 1885. La reina Maria de las Mercedes fue
enterrada en el Monasterio del Escorial, en la capilla de San Juan,
hasta que en el año 2000 fueron trasladados sus restos a la
18
catedral de la Almudena por expreso deseo del rey Alfonso XII
(1857-1885). El rey, que murió sin haber podido cumplir los deseos
de su esposa, siempre quiso que el su cuerpo descansara en esta
capilla.
En 1907 la Infanta de España doña Isabel de Borbón ponía una de
las últimas piedras de la girola y cuatro años más tarde la cripta se
abría al culto: era el 31 de mayo de 1911.
Figura 4. Detalle de la tumba de la reina Maria de las Mercedes de
Orleáns en la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena, en
una de las capillas laterales, debajo del retablo donde se encuentra
la Virgen de la Almudena, en ella se pueden apreciar detalle del
escudo donde figuran las armas de España (simplificadas con
Castilla y León, por su esposo) y las de Orleáns por su padre el
duque de Montpersier (tres flores de lis de los Borbones con lambel
en el Jefe)
En el se puede leer la frase “Maria de las Mercedes de Alfonso XII
dulcísima esposa”
19
2.2.2 Construcción
Desde 1883 hasta la consagración por parte del Papa Juan Pablo II
el 15 de junio de 1993, 110 años después, los proyectos e
interrupciones se han sucedido de forma continua.
Figura 5. Maqueta del proyecto de Francisco de Caldas
El primer arquitecto fue Francisco de Caldas, (Marques de Cubas
1826- 1899), alumno de la primera promoción de arquitectos de
Madrid, quien quiso levantar una inmensa iglesia neogótica sobre
una cripta románica. La iglesia subterránea o “cripta” se realizó
sobre los planes previstos pero con grandes esfuerzos debido a su
ubicación. Fue terminada en 1911.
20
Entre los enterramiento que efectuados en la cripta se encuentra
el del Francisco de Caldas (Marqués de Cubas). En su lápida figura
la inscripción de Princeps Arquitectus.
Figura 6. Interior de la Cripta
Intervinieron otros arquitectos como Miguel de Olavaria (discípulo y
sucesor del Marqués de Cubas), Enrique Repullés y Vargas (18251922), en 1922 continúa el arquitecto Juan Moya y posteriormente
Luis Mosteiro. En 1936 se paralizan las obras y en 1944 se convoca
un Concurso Nacional para su continuación que ganaron los
arquitectos Fernando Chueca Gotilla (1911-2002) y Carlos Sidro.
Hacía 1950 construyeron el claustro y posteriormente la fachada
principal de órdenes superpuestos entre dos torres. En 1965 se
vuelven a parar las obras por falta de fondos económicos y el nulo
apoyo del nuevo ayuntamiento pasando casi 20 años hasta que
hasta que en 1984 y siendo arzobispo de Madrid Monseñor Suquia,
se creó un Patronato que supo aunar el apoyo de instituciones
tanto públicas como privadas para finalizar la obras de la fachada
oriental, la cabecera y el crucero, pudiendo llevar a cabo estas
reformas en un breve plazo.
21
Figura 7. Fachada principal de la Catedral de la Almudena
Figura 8 La Catedral fue
consagrada por el Papa
Juan Pablo II el 15 de
junio de 1993, siendo la
primera y única catedral
consagrada por un Papa
fuera
de
Roma.
Conmemorando
este
momento se puede ver
una de las puertas y la
estatua que se encuentra
cercana a la entrada de la
calle Bailen obra de del
escultor Juan de Ávalos
(1911-2006), en la plaza
dedicada al Pontífice.
22
2.2.3 La Virgen de la Almudena
El retablo donde se halla la imagen es obra de Juan de Borgoña,
pintor del Emperador Calos V (1468/70-1536), constituido por doce
tablas que representan escenas de la vida de Jesús y de María que
se encuentra en el crucero de la nave derecha, frente a la entrada
por la calle Bailen. Procede de la Capilla del Palacio Arzobispal y fue
cedido por el Cardenal Suquia a la Catedral.
Figura 9. Vista general de la capilla donde se pueden apreciar el
retablo, la imagen de la Virgen y la tumba de la reina
Es un altar elevado con dos escaleras laterales con barandillas de
bronce. La Virgen está colocada en la hornacina central de este
valioso retablo. Bajo el arco formado por las escaleras, se halla el
altar y en esta capilla descansan los resto de la reina María de las
Mercedes.
23
Figura 10. Detalle del retablo e
imagen de la Virgen
La imagen de la Virgen de la Almudena data de finales del siglo XV,
principios del XVI y es atribuida al holandés Diego Copin. La
anterior imagen, de la que no se tiene certeza de su origen, fue
encontrada en el año1085 aunque su antigüedad esta fechada en
370 años antes.
Dicha imagen, según cuenta la
leyenda, fue encontrada en uno
de los cubos de la muralla
romana cerca de la puerta de la
Vega y cercano a un almacén de
trigo, por lo que no se sabe a
ciencia cierta si su nombre de
origen árabe proviene de la
palabra "Almud" que es una
medida de trigo (como homenaje
al granero frente al que se la
encontró) o de "Almudayn" que
significa en el muro, por el lugar
en el que fue encontrada.
Figura 11. Detalle del libro donde se habla del descubrimiento.
Museo de la Catedral
24
La Virgen de la Almudena es nombrada patrona de la Archidiócesis
de Madrid desde 1997 por el papa Pablo VI. La noche del 2 de abril
de 1993, la imagen fue retirada de su capilla original en la Real
Colegiata de San Isidro y llevada al taller de la sacristía de la
Catedral para su restauración habiendo siendo coronada
canónicamente el 10 de noviembre de 1948.
La Virgen y el Niño lucen las coronas de la ceremonia de
coronación, realizadas con la plata y las joyas que regaló el pueblo
de Madrid. Son obra de Juan José García.
El Niño presenta en su mano a la Virgen la medalla de brillantes
que le concedió el Ayuntamiento de Madrid en 1946, siendo ésta la
primera que se concede, ya que la Virgen de la Almudena es
también Patrona del Ayuntamiento.
La Virgen lleva el fajín de Capitana General, honores que se le
concedieron con motivo de su coronación el 10 de noviembre de
1949, así como los bastones de mando de Capitana General y
Alcaldesa de Madrid.
Está sobre el Trono de plata, regalo de Felipe IV de Austria y el
pueblo de Madrid. Junto a ella la alumbran dos ángeles de plata
que, junto con el Solio, son las únicas piezas que se conservan del
retablo de plata en el que estaba la Virgen en la Iglesia de Santa
María, y que se mandó derribar en 1868
La Virgen y el Niño tienen el rostro moreno porque, según cuenta
la tradición, cuando se la ocultó en el muro en el año 712, les dio
pena dejarla a oscuras y junto a Ella dejaron dos velas encendidas.
Cuando en el año 1085 el Rey Alfonso VI la encuentra, todavía
estaban encendidas las velas, después de más de trescientos años.
La imagen que vemos es de finales del siglo XVII, y tal y como se
ve hoy, desde 1911, fecha en que fue restaurada para la
inauguración de la Cripta de la Catedral. En el año 2002 fue
restaurada en el taller de N. S. De la Almudena por D. Raimundo
Cruz Solís y su y su equipo.
Las pinturas de los lados del retablo son de escuela madrileña del
siglo XVII, y proceden de la antigua iglesia de Santa Mar.
La Virgen estuvo vestida hasta finales del siglo XIX. Tiene vestidos
y mantos regalo de la nobleza, y es de resaltar el que donó la
Reina Mª Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, en el siglo XVIII, y
los donados por la Reina Isabel II.
25
La Real Esclavitud conserva varias joyas donadas a la Virgen, entre
las que resalta una sortija, que fue de la Reina Mª de las Mercedes,
primera esposa de Alfonso XII.
La Reina Mª de las Mercedes, única Reina que nace y muere en
Madrid, reposa a los pies de la Virgen de la Almudena, según dejó
mandado su esposo Alfonso XII. A ella se debe la construcción de
la Catedral.
La Virgen tiene concedidas oficialmente:
•
La Medalla del Ayuntamiento de Madrid
•
La Medalla de la Diputación de Madrid
•
La Medalla de la Cruz Roja
•
La Medalla de la Nobleza de Madrid
•
La Medalla de la Guardia Civil
Coronas de la Virgen:
1. Coronas del siglo XVIII
autor: L. Pecul
Restaurada por A. Martínez en 2002
2. Coronas de la Coronación
autor: Juan José García. 1948.
3. Coronas de diario
autor: Ansorena
4. Gran Aureola
autor: Juan José García. 1948.
26
2.2.4 Otras obras de arte
Al comienzo de la girola, se encuentra la Capilla del Santísimo. En
la intersección con el crucero, cerca de ésta, se expone un gran
cuadro, que presidió durante algún tiempo el altar mayor de la
catedral, representando Los preparativos para la Crucifixión, una
de las obras maestras del pintor barroco Francisco Ricci (16141685). A los pies de este lienzo, un excelente Cristo yacente de
Juan de Ávalos de anatomía muy realista. En el brazo del crucero
opuesto, se puede contemplar un retablo de factura moderna
compuesto por tablas góticas, de los siglos XIV-XV.
La capilla central de la girola está dedicada san Isidro labrador y su
esposa, santa María de la Cabeza, cuyas imágenes, tallas
policromadas de estilo barroco (siglos XVII-XVIII), flanquean el
arca funeraria, del siglo XIII, y que durante un tiempo contuvo los
restos incorruptos del santo (actualmente, en la Colegiata de San
Isidro). También podemos hallar una original obra de arte medieval,
con diversas escenas pintadas con pasajes de la vida del santo.
Figura 12. Arca funeraria del siglo XIII que se hallaba en la
Colegiata de San Isidro y donde reposaban los restos del santo y
de su esposa. Hasta que la Catedral de la Almudena fue
consagrada ejerció de catedral provisional desde 1885. Otras
piezas fueron trasladadas a la Catedral desde esta Colegiata como
el Cristo de Juan de Mesa y la sillería del coro.
27
En la girola nos encontramos con un retablo de Berruguete
Figura 13. Cristo de Juan de Mesa y Velasco (1583-1627) llamado
Cristo de la Buena Muerte o de los Estudiantes. Hay dos copias más
en España del mismo autor.
28
2.2.5 Último empuje a la obra
La Catedral de la Almudena se ha seguido realizando actuaciones
con la colocación de las obras realizadas por artistas como Ramón
Chaparro, José Luis Parés y Consuelo Perea entre otros pero sin
duda son las puertas de bronce del escultor Luis A. Sanguino las
cobran una gran importancia.
Detalles de las puertas
Figura 14. Puerta central de la
Armería.
Figura 15. Alfonso XII y María
de las Mercedes.
Puerta central a la plaza de la Armería. La Virgen de la Almudena
bajo la Trinidad acompaña al pueblo de Dios en el Jubileo del III
Milenio.
Alfonso XII aparece abatido y arrodillado ante la pérdida de su
esposa. La reina María de las Mercedes aparece en actitud de
abrazar la resurrección de Cristo.
29
Figura 16. Los Reyes de España
Figura 17. Felipe II y el Escorial
En la puerta principal de la calle Bailén aparecen los actuales reyes
de España. Juan Carlos y Sofía presencian bajo un dosel la
ceremonia de consagración de la catedral.
Felipe II aparece junto a la obra arquitectónica cumbre de su
reinado, el Monasterio de San Lorenzo en El Escorial.
Figura 18. Detalle de la puerta del Evangelio
30
Figura 19. Puerta de la
Virgen de la Almudena
Cuando Juan Pablo II consagró la catedral de Santa María la Real
de la Almudena el 15 junio de 1993 estaba a falta aún, de muchos
detalles, las puertas actuales todavía no estaban colocadas, y había
unas puertas provisionales. Con motivo de la boda del Príncipe en
el 2004,
fue cuando a la Catedral se le acometieron una
importante serie de reformas.
Las puertas actuales son un elemento importante a destacar dentro
de la catedral. Por la iconografía, por las dimensiones, por lo
novedoso y por lo que representan.
Las puertas de bronce de la fachada que da a la calle Bailén
representan: la lateral de la izquierda, el hallazgo de la Virgen de la
Almudena por el Rey Alfonso VI de Castilla, en el año 1085; la
central, recuerda el día de la inauguración de la Catedral por el
Papa Juan Pablo II, con imágenes de los Reyes, Doña María de las
Mercedes, madre del Rey, y el entonces Cardenal Arzobispo de
Madrid, Ángel Suquía; y la puerta lateral derecha, representa la
procesión de la Virgen de la Almudena el 9 de noviembre, día de su
fiesta, por las calles de Madrid. En ella se ve al actual Cardenal
31
Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y los
monumentos más emblemáticos de la ciudad. La fachada que da a
la plaza de la Armería, frente por frente al Palacio Real, tiene a su
vez tres puertas. La central tiene adornos con el tema trinitario,
ante lo que fue el Nuevo Milenio del 2000; la puerta del Evangelio
hace referencia a la Monarquía católica de España, con efigies de
los reyes desde la Reconquista; la puerta de la Epístola está
dedicada a la evangelización de Hispanoamérica. El recorrido por
sus puertas es una catequesis sobre la devoción a la Virgen de la
Almudena y un repaso y homenaje a la Monarquía que tanto tuvo
que ver con la construcción de este templo.
Figura 20. Cuadro del rey Alfonso XII y la reina María de las
Mercedes.
Igualmente con motivo del enlace del su alteza Real el Príncipe
Felipe, fueron encargados los frescos y vidrieras que adornan la
catedral, siendo Cardenal Arzobispo de Madrid don Antonio María
Rouco Varela, siendo esta la primera boda oficiada en la Catedral.
32
Fue el fundador de los Neocatecumenales, Kiko Argüello, quien
recibió el encargo de pintar en el ábside de la Catedral una corona
narrando los momentos más importantes de la vida de Cristo. En
el centro, el Pantocrátor o segunda venida de Cristo, que sostiene
en su mano derecha las Sagradas Escrituras. A los lados Bautismo,
Transfiguración, Crucifixión, Resurrección, Ascensión, Pentecostés
Todo sobre fondo dorado y siguiendo siempre el modelo de los
iconografía clásica.
Los frescos tienen una clara influencia bizantina
Figura 21
Figura 22
Figura 23
Figura 21. La Crucifixión
Figura 22. El Pantocrátor o segunda venida
Figura 23. La Resurrección
33
Figura 24. Ascensión
Figura 26. Transfiguración
Figura 25. Pentecostés
Figura 27. Bautismo
34
Sobre las pinturas se instalaron siete vidrieras, de cristal de
murano, dedicadas a la voz de Dios, con el sustantivo "palabra"
traducido en diferentes lenguas: latín (verbum), griego (logos),
hebraico (dabar), siríaco (melaj), cirílico (slovo) y español
(palabra).
Figura 29.
Figura 30.
Las vidrieras presentan un estilo puramente abstracto
En la séptima vidriera, la del centro, se inscribe el nombre de
"María", la patrona de la Catedral.
35
Otra verdadera joya es el órgano construido en Barcelona en 1990,
por el organista Gerhard Grenzing,
Figura 31. Órgano de la Catedral
36
2.2.6 Dimensiones
La Catedral de la Almudena es un templo de 102 metros de
longitud y 73 de altura con una mezcla de diferentes estilos:
neoclásico en el exterior, neogótico en el interior y neorrománico
en la cripta.
La fachada, de órdenes superpuestos entre dos torres, da a la
plaza de la Armería, enfrente del Palacio Real de Madrid. Sobre el
crucero del templo se levanta una cúpula doble, exterior e interior,
con tambor octogonal en el que se abren cuatro grandes ventanas.
A diferencia de otras catedrales, con una orientación este-oeste
(hacia Roma), la de la Almudena tiene una orientación norte-sur,
fruto de su concepción como parte integrante del conjunto del
Palacio Real de Madrid.
Sus dimensiones son las siguientes:
o Longitud total: 102 metros.
o Longitud de la nave central: 82 m.
o Longitud del crucero: 68 m.
o Ancho de la nave principal: 12,5 m.
o Altura de la cúpula hasta la cruz: 73 m.
o Superficie total: 4.800 m2.
Figura 32. Planta de la Catedral de Santa Maria la Real de la
Almudena
37
2.2.7 Materiales de construcción
La cripta de la Almudena está construida con tres nuevos
materiales, que no son tradicionales hasta estas épocas en Madrid.
La realización de nuevas vías de transporte por ferrocarril permite
la entrada de estos materiales a un precio competitivo con la
piedra tradicional madrileña. Además, ya en el proyecto del
Marqués de Cubas se primaba la utilización de nuevos materiales
como una seña diferenciadora en el Madrid de finales del siglo XIX:
Los primeros sillares del zócalo y de las basas de las columnas
están construidos con una piedra dolomítica (dolomicrita),
procedente de Baides (Guadalajara). La fachada de tonos blancos
con vetas de tonos rosados corresponde a calizas micríticas
veteadas del Jurásico del Maciço Calcário Estremenho (Portugal)
que se siguen explotando actualmente, y la parte más ornamental
de la portada está realizada con una caliza oolítica procedente
también de Portugal y con las que se construyó el Monasterio de
Batalha.
Figura 33. Exterior de la Catedral Cripta
38
La Catedral se continúo a partir de 1911 con la denominada piedra
de Novelda (Alicante). Esta piedra es una caliza que se clasifica
como biocalcarenita al estar formada por una acumulación de
restos de fósiles (foraminíferos, moluscos, briozoos, etc.) que
presenta un tono crema. En la zona de balaustrada se utilizó piedra
procedente de Colmenar de Oreja (Piedra de Colmenar). En la
actuación de Chueca Goitia, finaliza la cúpula con piedra de Bateig
(Alicante), que son similares a las de Novelda al proceder de la
misma formación geológica y de la misma área de extracción. La
cubierta es de pizarra procedente de la cantera de Valdemiguel,
Carballeda (Orense).
La portada principal con sus dos torres es de granito, en donde
resalta la presencia de gabarros de gran tamaño, por lo que la
piedra podría proceder de canteras de la zona de Zarzalejo
(Madrid). La portada que da a la calle Bailén muestra por el
contrario una menor cantidad de gabarros, siendo de tono más
blanco. Ambas fachadas presentan cornisas, basas y capiteles de
columnas y ornamentación en piedra de Colmenar, siguiendo la
construcción tradicional de Madrid y copiando las trazas y estilo del
Palacio Real de Madrid, que se encuentra a su frente.
Figura 34. Fachada principal.
39
CAPITULO III
La Ordenación - Historia
3.1 Historia de la Ordenación
Jesucristo instituyó el sacramento del Orden con la llamada
misional conferida a los apóstoles. Su palabra, poderosa y
salvadora, les llamó y, al enviarlos sin mediación de rito alguno, los
constituyó en enviado, el Apóstoles. Jesucristo por su reiterado
mandato verbal fue enviando a los que el Espíritu Santo lleno con
la gracia de sus dones, para que evangelizasen al pueblo de Dios y
lo presidiesen.
Esta manera de concebir la misión como una designación del Señor,
que arranca del Nuevo Testamento, se mantuvo viva en la naciente
Iglesia, y por ello, cuando hubo que sustituir a Judas en el colegio
apostólico, Pedro propuso al pueblo que presentase a quienes
considerasen dignos de ocupar el lugar vacante por la deserción del
traidor. El pueblo participó presentando a dos candidatos, pero la
proclamación se dejó directamente en las manos del Señor al que
se pidió en la oración que mostrase al que había elegido. Se echó a
suertes la elección entre ambos y al recaer en Matías, este fue
agregado a los once. Matías, al igual que los restantes Apóstoles,
ocupó un lugar en el colegio apostólico por designación directa del
Señor.
Consultar a Dios por medio de la suerte sagrada no supuso una
ingeniosa solución adoptada por Pedro en un momento de
indecisión, sino que respondía a la antigua tradición bíblica de
invocar a la decisión divina par que presentara su decisión
mediante el urim y el tummim (2). Ejemplo de este recurso a la
suerte sagrada aparece en los libros de Esdras (2,63) y Nehemías
(7,65), y de igual manera procedió Saúl para que Yahveh diese a
conocer al pecador escondido que impedía el beneficio divino sobre
el pueblo (Sam 14, 41).
Cuando Cristo había resucitado de entre los muertos, y los
Apóstoles ya habían sido designados sus testigos, estos recurrieron
al rito de la suerte divina para que el mismo Jesús proclamase al
que tenía que ser el Apóstol sustituto de Judas. Recurrir a echar a
suertes para esta designación, supone asumir un rito, por
elemental que éste sea, con el que transmitir el apostolado
(2)Destino sagrado por el cual los antiguos hebreos estaban
habituados a seguir las manifestaciones de la voluntad divina.
40
Rito que no había sido promulgado por Jesús en el momento
institucional, porque como ya se ha dicho, para elegir a sus
Apóstoles no empleo otro rito que su palabra institucional.
Al comprobar que inicialmente no hubo rito institucional del
sacramento del Orden y comprobar que los Apóstoles recurrieron a
una costumbre veterotestamentaria para elegir a Matías como
sucesor de Judas, surge como problema teológico la pregunta
sobre el modo como fue instituido el sacramento del orden
respecto a la determinación del signo sacramental. Para aportar
claridad se puede reducir a cuatro grupos las variadas
interpretaciones
La institución inmediata, que la sostienen quienes afirman
que Jesucristo la instituyó inmediatamente y sin mediación
alguna de los siete sacramentos.
La institución mediata, que la defienden quienes admiten
que Jesucristo instituyó determinados sacramentos a
través de segundas personas, como pueden haber sido los
Apóstoles y la Iglesia.
La institución in concreto, que es la opinión de cuantos
afirman que Jesucristo en el momento de la institución
especificó la materia y la forma de todos y cada uno de los
siete sacramentos: esta fue la teoría propuesta por Santo
Tomás de Aquino.
La institución in genere, proposición sustentada por
quienes aseguran que Jesucristo al instituir los
sacramentos tan solo determino la finalidad salifica de
cada uno de ellos y el sentido genérico del signo, aunque
no los elementos significantes, que los dejó a la
concreción de la Iglesia, que por ello puede cambiarlos.
Hay que añadir que entre los escolásticos estuvo vigente el
principio fundamental según el cual la Iglesia no puede instituir
sacramento con defensores tan distintos como santo Tomás de
Aquino y Lutero que identificaron la institución divina de los
sacramentos con la ejecución por parte de Jesucristo del rito
sacramental, sosteniendo que instituir un sacramento equivalía a
determinar la materia y la forma del mismo. Como consecuencia de
este planteamiento, negaron la posibilidad de evolución de los
elementos rituales.
Hipólito de Roma en su Tradición Apostólica, el primer ritual de los
sacramentos que se conserva en la literatura cristiana, ocupa un
41
lugar preferente la administración del sacramento del orden en los
tres grados ministeriales del episcopado, presbiteriano y diaconado.
Y como nota común de todos ellos aparece la imposición de las
manos como característica propia de cada una de las ordenaciones,
cuyo efecto particular es glosado por la plegaria de la consagración
que la acompaña. Así, en la ordenación del obispo, al ordenado le
imponen las manos todos los obispos asistente, aunque la oración
consagratoria solo la pronuncie el presidente, y en ella pide a Dios
para quien esta ordenando el Espíritu Principal como corresponde
al que ejerce el sacerdocio primero. En el caso del presbítero
impone las manos el obispo propio con los presbíteros asistentes.
La oración de ordenación, pronunciada tan solo por el obispo, pide
para el ordenado el Espíritu de gracia y de consejo propios para del
presbiterio. Por último, en el caso del diácono, le impone las manos
solamente el obispo por que no es ordenado para el sacerdocio, si
no para el servicio del obispo.
Figura 35. Jesús ordenando a sus apóstoles
En los tres casos el gesto de la imposición de manos ha de ser
interpretado como una evocación al Espíritu Santo, con significado
distinto en cada uno de ellos y por tanto con distinto efecto.
42
Tanto la teología como el ritual del presbiteriano han sufrido
considerables cambios a lo largo de la historia. En la iglesia romana
primitiva, predominaba el carácter colegial del presbiterado como
consultores de los obispos.
Los presbíteros concelebraban la Eucarística con el obispo, de
acuerdo con su rango. Algunos preparaban a los catecúmenos para
el bautismo, y asistían al obispo durante la liturgia del bautismo. El
obispo les consultaba decisiones pastorales o administrativas y le
reemplazaban en alguna ausencia ocasional.
Más tarde, las liturgias orientales y gálicas
acentuaron las
funciones ministeriales de “enseñar, obedecer, bautizar y bendecir
al pueblo en relación con el presbiterado del obispo. El ministerio
principal del presbítero era la transformación del pan y del vino del
cuerpo de Chisto. Tenía la responsabilidad de una parroquia rural
bajo su cargo. Hacía el siglo XIII, en el pontifical se enumeran
detalladamente sus funciones sacerdotales:”El sacerdote debe
ofrecer, bendecir, presidir, predicar y bautizar”.
Los dos significados primarios del presbiterado recibidos de la
tradición son:
El presbiterado es un colegio al servicio del obispo.
El sacerdocio existe para la santidad del pueblo de Dios a
través del ministerio sacramental.
El ritual de 1968 restauró el equilibrio entre estos dos significados
al acentuar el papel del presbítero como colaborador del obispo en
la edificación de la Iglesia.
Como en el caso del ritual de ordenación episcopal, el ritual de
ordenación presbiteral acumulaba un gran número de ritos
secundarios, que eclipsaban la plegaria de ordenación,
considerándose, para muchos, la entrega de la patena y el cáliz del
vino como el rito esencial de la ordenación. Durante siglos se
discusión si era la imposición de las manos o la presentación de los
objetos característicos de los poderes transmitidos, o ambos. El
papa Pió XII, en la Constitución Apostólica Sacramentun Ordinis
(1947), resolvió la disputa al decretar que el signo del sacramento
era la imposición de manos y la forma, la plegaria de la ordenación.
Pablo VI lo confirmó en su Constitución apostólica por la que se
aprueban los nuevos ritos para la ordenación del diácono, del
presbítero y del obispo (18 de junio de 1968).
43
En 1968 se había acometido una serie de pequeñas reformas como
la plegaria de la ordenación del presbítero donde se había
cambiado el final para incluir una mayor perspectiva
misionera.”Sean sinceros colaboradores del Orden episcopal, para
que la palabra del evangelio llegue a toda la tierra, y todos los
pueblos, congregados en Cristo, formen el pueblo santo de Dios”.
Después de su publicación, la plegaria de ordenación recibió
numerosas críticas: por no reflejar las condiciones actuales del
ministerio donde el presbítero debe trabajar en una parroquia, por
acentuar en presbiteriano como un “segundo rango”, devaluándose
quizás a los ojos de los fieles, y por no enumerar las funciones
propias de un presbítero. En respuesta a las criticas sobre la
revisión de 1968, la de 1990 es un gran cambio y centra el rito de
ordenación presbiteral en la plegaria de la ordenación.
Los textos latinos diferencian entre presbyter y sacerdos. Ambos
órdenes comparten el sacerdocio ministerial y son sacerdos, es
decir, sacerdotes. Esta forma es consecuente con el rito de la
ordenación del Pontificale Romanun de 1962, que titula el rito “De
ordinatione prebyterorum”, una práctica al menos tan antigua
como la versión latina de la Tradición Apostólica, que se suele
datar a principios del siglo III, en su sección “De presbyteris”. Más
recientemente, el catecismo de la Iglesia Católica habla del
sacramento del ministerio apostólico, comprendiendo tres grados:
episcopado, presbiterado y diaconado, y de la ordenación como
integración de la persona en el orden de los obispo, de los
presbíteros y de los diáconos.
La traducción del latín “presbyter” se ha transformado en una
cuestión lingüística, teológica, y política, a la que se añade el uso
popular de “sacerdote” para distinguir el segundo grado del
sacramento de ordenación del primero, ya que ambos, presbíteros
y obispos, están ordenados al sacerdocio.
44
3.2 Grados y formas del ministerio ordenado actual
La Ordenación Episcopal, la Ordenación de los Presbíteros, la
Ordenación de los Diáconos.
El Ministerio Ordenado es un don de Dios, que se recibe por
imposición de manos del Obispo y la Oración Consagratoria (2) es
decir, por el sacramento del Orden (sexto sacramento), para
colaborar con Él en el cuidado del pueblo de Dios.
Existen tres grados dentro del Ministerio Ordenado:
3.2.1 La Ordenación Episcopal, plenitud del Sacramento del Orden
"Entre los diversos ministerios que existen en la Iglesia, ocupa el
primer lugar el ministerio de los obispos que, a través de una
sucesión que se remonta hasta el principio, son los transmisores de
la semilla apostólica".
La forma esencial para el sacramento es la epíclesis (3), que
consiste en las palabras: « te suplicamos, oh Señor, infundas en
ellos el Espíritu Santo, que los fortalezca con los siete dones de tu
gracia, para que cumplan fielmente la obra del ministerio ». Los
siete dones tienen origen en un pasaje de Isaías 11, 2, recogido
por la versión ampliada que de él hicieron los Setenta. Se trata de
los dones del Espíritu otorgados al Mesías, que vienen después
comunicados a los nuevos ordenados.
(3) Oración consagratoria
La materia de la ordenación diaconal es la imposición de las manos
por parte del Obispo; la forma la constituyen las palabras de la
oración consacratoria, que se articula en los tres momentos de la
anámnesis, de la epíclesis y de la intercesión (9) 9) Cf. ibidem, 20;
C.I.C., can. 375, § 1. La anámnesis (que recorre la historia de la
salvación centrada en Cristo) recuerda a los « levitas »,
refiriéndose al culto, y a los « siete » de los Hechos de los
Apóstoles, refiriéndose a la caridad. La epíclesis pide la fuerza de
los siete dones del Espíritu para que el ordenando esté en
condiciones de imitar a Cristo como « diácono ». La intercesión
exhorta a una vida generosa y casta.
45
"Para realizar estas funciones tan sublimes, los apóstoles se vieron
enriquecidos por Cristo con la venida especial del Espíritu Santo
que descendió sobre ellos. Ellos mismos comunicaron a sus
colaboradores, mediante la imposición de las manos, el don
espiritual que se ha transmitido hasta nosotros en la consagración
de los obispos".
El Concilio Vaticano II “enseña que por la consagración episcopal se
recibe la plenitud del sacramento del Orden”. De hecho se le llama,
tanto en la liturgia de la Iglesia como en los Santos Padres, "sumo
sacerdocio" o "cumbre del ministerio sagrado".
"La consagración episcopal confiere, junto con la función de
santificar, también las funciones de enseñar y gobernar...
En efecto... Por la imposición de las manos y por las palabras de la
consagración se confiere la gracia del Espíritu Santo y queda
marcado con el carácter sagrado. En consecuencia, los obispos, de
manera eminente y visible, hacen las veces del mismo Cristo,
Maestro, Pastor y Sacerdote, y actúan en su nombre ("in cius
persona agant")". "El Espíritu Santo que han recibido ha hecho de
los obispos los verdaderos y auténticos maestros de la fe,
pontífices y pastores".
"Uno queda constituido miembro del Colegio episcopal en virtud de
la consagración episcopal y por la comunión jerárquica con la
Cabeza y con los miembros del Colegio". El carácter y la naturaleza
colegial del orden episcopal se manifiestan, entre otras cosas, en la
antigua práctica de la Iglesia que quiere que para la consagración
de un nuevo obispo participen varios obispos. Para la ordenación
legítima de un obispo se requiere hoy una intervención especial del
Obispo de Roma por razón de su cualidad de vínculo supremo
visible de la comunión de las Iglesias particulares en la Iglesia una
y de garantía de libertad de la misma.
Cada Obispo tiene, como vicario de Cristo, el oficio pastoral de la
Iglesia particular que le ha sido confiada, pero al mismo tiempo
tiene colegialmente con todos sus hermanos en el episcopado la
solicitud de todas las Iglesias: "Mas si todo obispo es propio
solamente de la porción de grey confiada a sus cuidados, su
cualidad de legítimo sucesor de los apóstoles por institución divina,
le hace solidariamente responsable de la misión apostólica de la
Iglesia".
Todo lo que se ha dicho explica por qué la Eucaristía celebrada por
el obispo tiene una significación muy especial como expresión de la
46
Iglesia reunida en tomo al altar bajo la presidencia de quien
representa visiblemente a Cristo, Buen Pastor y Cabeza de su
Iglesia.
3.2.2 La Ordenación de los Presbíteros, cooperadores de los
Obispos
"Cristo, a quien el Padre santificó y envió al mundo, hizo a los
obispos partícipes de su misma consagración y misión por medio
de los apóstoles de los cuales son sucesores. Estos han confiado
legítimamente la función de su ministerio en diversos grados a
diversos sujetos de la Iglesia". "La función ministerial de los
obispos, en grado subordinado, fue encomendada a los presbíteros
para que, constituidos en el orden del presbiterado, fueran los
colaboradores del Orden episcopal para realizar adecuadamente la
misión apostólica por Cristo.
"El ministerio de los presbíteros, por estar unido al Orden episcopal,
participa de la autoridad con la que el propio Cristo construye,
santifica y gobierna su Cuerpo. Por eso el sacerdocio de los
presbíteros supone ciertamente los sacramentos de la iniciación
cristiana. Se confiere, sin embargo, por aquel sacramento peculiar
que, mediante la unción del Espíritu Santo, marca a los sacerdotes
con un carácter especial. Así quedan identificados con Cristo
Sacerdote, de tal manera que puedan actuar como representantes
de Cristo Cabeza”.
"Los presbíteros, aunque no tengan la plenitud del sacerdocio y
dependan de los obispos en el ejercicio de sus poderes, sin
embargo están unidos a éstos en el honor del sacerdocio y, en
virtud del sacramento del Orden, quedan consagrados como
verdaderos sacerdotes de la Nueva Alianza, a imagen de Cristo,
sumo y eterno Sacerdote, para anunciar el Evangelio a los fieles,
para dirigirlos y para celebrar el culto divino.”
En virtud del sacramento del Orden, los presbíteros participan de la
universalidad de la misión confiada por Cristo a los apóstoles. El
don espiritual que recibieron en la ordenación los prepara, no para
una misión limitada y restringida, "sino para una misión amplísima
y universal de salvación hasta los extremos del mundo, dispuestos
a predicar el Evangelio por todas partes”.
47
"Su verdadera función sagrada la ejercen sobre todo en el culto o
en la comunión eucarística. En ella, actuando en la persona de
Cristo y proclamando su misterio, unen la ofrenda de los fieles al
sacrificio de su Cabeza; actualizan y aplican en el sacrificio de la
misa, hasta la venida del Señor, el único sacrificio de la Nueva
Alianza: el de Cristo, que se ofrece al Padre de una vez para
siempre como hostia inmaculada". De este sacrificio único, saca su
fuerza todo su ministerio sacerdotal.
"Los presbíteros, como colaboradores diligentes de los obispos y
ayuda e instrumento suyos, llamados para servir al Pueblo de Dios,
forman con su obispo un único presbiterio, dedicado a diversas
tareas. En cada una de las comunidades locales de los fieles hacen
presente de alguna manera a su obispo, al que están unidos con
confianza y magnanimidad; participan en sus funciones y
preocupaciones y las llevan a la práctica cada día". Los presbíteros
sólo pueden ejercer su ministerio en dependencia del obispo y en
comunión con él. La promesa de obediencia que hacen al obispo en
el momento de la ordenación y el beso de paz del obispo a fin de la
liturgia de la ordenación significan que el obispo los considera sus
colaboradores, sus hijos, sus hermanos y sus amigos y que a su
vez ellos les deben amor y obediencia.
"Los presbíteros, instituidos por la ordenación en el orden del
presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad
del sacramento. Forman un único presbiterio especialmente en la
diócesis a cuyo servicio se dedican bajo la dirección de su obispo".
La unidad del presbiterio encuentra una expresión litúrgica en la
costumbre de que los presbíteros impongan a su vez las manos,
después del obispo, durante el rito de la ordenación.
Por la ordenación se confiere a los presbíteros el sacramento que,
“mediante la unción del Espíritu Santo, marca a los Sacerdotes con
un carácter especial. Así están identificados con Cristo Sacerdote,
de tal manera que pueden actuar como representantes de Cristo
Cabeza”. (Concilio Vaticano II).
En consecuencia los presbíteros tienen parte en el sacerdocio y en
la misión del Obispo. Participando, en el grado propio de su
ministerio, del oficio ,del único mediador, Cristo.
3.2.3 La Ordenación de los Diáconos, “en Orden al Ministerio”
"En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, a los que se
48
les imponen las manos “para realizar un servicio y no para ejercer
el sacerdocio". En la ordenación al diaconado, sólo el Obispo
impone las manos, significando así que el diácono está
especialmente vinculado al obispo en las tareas de su "diaconía".
Los diáconos participan de una manera especial en la misión y la
gracia de Cristo. El sacramento del Orden los marcó con un sello
("carácter") que nadie puede hacer desaparecer y que los configura
con Cristo que se hizo "diácono", es decir, el servidor de todos.
Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a
los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo
de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la
celebración del matrimonio y bendecidlo, proclamar el Evangelio y
predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios
de la caridad.
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el
diaconado “como un grado particular dentro de la jerarquía”,
mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre.
Este diaconado permanente, que puede ser conferido a hombres
casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión
de la Iglesia. Es apropiado y útil que los hombres que realizan en la
Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida
litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas, "sean
fortalecidos por la imposición de las manos transmitida ya desde
los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del altar,
para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia
sacramental del diaconado".
49
3.3 El esquema del ritual de 1990 es el siguiente:
Orden de la Ceremonia
Ritos iniciales
Liturgia de la Palabra
Liturgia de la Ordenación
Elección
Llamada de los candidatos
Presentación de los candidatos
Elección por el obispo y asentimiento del pueblo.
Homilía
Promesas
Promesa del elegido
Promesa de obediencia
Súplica Titánica
Invitación a la oración
Letanía
Oración conclusiva
Imposición de manos y plegaria de ordenación
Imposición de manos
Plegaria de la oración
Ritos explicatorios
Investidura con la estola y la casulla
Unción de las manos
Entrega del pan y del vino
Ósculo de paz
Liturgia de la Eucaristía
50
Rito de conclusión
Bendición solemne
3.4 Rito de la ordenación de un presbítero
3.4.1 Introducción. Se podría sintetizar en cuatro apartados:
La sección I presenta una síntesis doctrinal sobre la
importancia de la ordenación, sacada básicamente de
Lumen gentium 28(3). Acentúa la recepción por parte del
presbítero de un carácter sacramental que configura al
ordenado a Cristo cabeza. Los presbíteros constituyen un
colegio prebisteral con su obispo, colaboran con el orden
episcopal, y comparten el sacerdocio y la misión del
obispo. Cristo es el único mediador, pero los presbíteros
comparten esa función sobre todo en el culto eucarístico,
al ejercer el ministerio de la reconciliación, y al presentar
las súplicas de los fieles a Dios Padre. Dentro de los
límites de su autoridad, ejercen la función pastoral al
reunir a la familia de Dios como una comunidad en la
unidad, y la conducen en el Espíritu a través de Cristo a
Dios Padre. Finalmente, se afanan en la predicación de la
palabra y la enseñanza.
Acentúa la naturaleza colegial del presbiteriano y la triple
función de la presidencia pastoral, la enseñanza y la
santificación, aunque la función de santificar recibe más
énfasis que las otras dos. Insiste en la autoridad limitada del
presbítero, citando aquí Lumen gentium 28(4). Su autoridad
es limitada porque esta subordinada a la plenitud de la
función presente en el oficio episcopal.
La sección II subraya los deberes y ministerios de quienes
participan en el rito de la ordenación, empezando por el
papel de los fieles que asisten a los candidatos a la
ordenación con sus oraciones. Ya que un presbítero es
nombrado a favor de toda una iglesia local, el clero,
especialmente todos los presbíteros, y los fieles están
invitados a la ordenación de forma que tomen parte de la
ordenación el mayor número posible.
(4) Lumen Gentium. Constitución dogmática sobre la Iglesia
51
Esta sección esta incompleta al no nombra de de forma
específica el papel activo de los fieles en el mismo rito de la
ordenación, concretamente el asentimiento del pueblo que
sigue a la elección por parte del obispo, su papel activo en la
súplica litánica, y su oración silenciosa durante la imposición
de las manos y la plegaria consagratoria.
La sección III da directrices para la celebración de la
ordenación- el obligado retiro espiritual de cinco días,
dónde y cuando debe tener lugar la celebración, qué misa
ritual debe usarse- y describe la gran parte del rito
La sección IV hace una lista de ritos para la celebración.
3.4.2 Ritos preparatorios
3.4.2.1 Elección:
El diácono llama por sus nombres a quienes serán ordenados a los
que van a ser ordenados, los cuales se acercan y responden:
“Presente”· Entonces un presbítero designado por el obispo,
habitualmente alguno que haya estado encargado de la formación
de los candidatos, pide al obispo que en nombre de la “santa
madre iglesia” ordene a los candidatos. El obispo pregunta si el
presbítero en quien ha delegado los considera dignos. Este
presbítero responde:”Según el parecer de quienes los presentan,
después de consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que
han sido considerados dignos”. El obispo, entonces, elige a los
candidatos diciendo:”Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro
Salvador, elegimos ha estos hermanos nuestros para el Orden de
los presbíteros”. Todos los presentes asienten diciendo “demos
gracias a Dios” o cualquier otra forma según sean las costumbres
regionales. En algunos sitios este acto es acompañado, con
frecuencia, de un aplauso.
Los candidatos son llamados y escogidos, y no asumen la función
de presbítero por su cuenta, sino por invitación de la Iglesia y por
la elección del obispo. Cuando el presbítero delegado pide la
ordenación en nombre de la “santa madre iglesia”, esta claro que
lo esta haciendo en nombre de todo el pueblo, y no exclusivamente
de la jerarquía eclesiástica. De esta manera el pueblo cristiano, los
encargados de su formación y el presbítero que habla quienes
conocen y presentan a los candidatos para ser ordenados y desean
recibirlos como presbíteros.
52
3.4.2.2 Homilía
A partir del Concilio Vaticano II, la homilía sugerida, instruye a la
asamblea sobre la naturaleza del sacerdocio ministerial, siendo el
punto de partida el sacerdocio universal del Pueblo de Dios
derivado de su participación en el sacerdocio de Cristo. El
presbítero cumple su ministerio sacerdotal en nombre de Cristo a
favor de toda la humanidad. El trabajo de Cristo como Maestro,
Sacerdote y Pastor tiene continuidad en el sacerdocio universal.
Los presbíteros son colaboradores del orden episcopal a quienes se
unen en la función sacerdotal y en el servicio del pueblo de Dios.
El obispo se dirige a los elegidos y les habla de sus deberes para
llevar a cabo el triple ministerio de Cristo de enseñar, santificar y la
presidencia pastoral “creer lo que leéis, enseñad lo que creáis, y
practicar lo que enseñéis”. El obispo exhorta a los elegidos a darse
“cuenta de los que hacéis e imitad lo que conmemoráis”.
Finalmente les pide que reúnan los fieles como una familia unida, y
que a través de Cristo, en el Espíritu Santo los lleven hacía Dios.
Que recuerden al buen pastor que no vino a que le sirviera, sino a
servir y que su vida personal debe corresponderse con el ministerio
público.
3.4.2.3 Promesas
Las promesas expresan los valores insertados en el
ministerio sacerdotal: trabajar con el obispo, predicar,
celebrar los sacramentos, orar, e imitar a Cristo. Los
elegidos declaran su intención de encargarse de la función
de presbítero a través de las siguientes promesas.
Promesa de desempeñar la función sacerdotal en el rango
presbiteral como buenos colaboradores del Orden de los
Obispos.
Promesa de ejercer el ministerio de la palabra con
dedicación y con sabiduría, predicando el Evangelio y
enseñando la fe católica.
Promesa de celebrar con fe y reverencia los misterios de
Cristo trasmitidos por la Iglesia, y en especial el sacrificio
de la Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación, para
alabanza de Dios y santificación del pueblo cristiano.
53
Promesa de invocar la misericordia de Dios a favor del
pueblo que les ha sido encomendada observando el
mandato de orar sin desfallecer.
Promesa de unirse cada día más estrechamente a Cristo,
Sumo Sacerdote, quien se ofreció a sí mismo al Padre por
nosotros como victima pura, y con él consagrarse a Dios
para la salvación de todos.
Estas promesas acentúan la naturaleza colegial del presbiterado en
la unión con y al servicio del obispo. El ritual revisado de 1990
cambia el orden de la segunda y la tercera promesa, respecto al de
1968, situando la promesa sobre el ministerio de la palabra antes
de la que afecta a la celebración de la liturgia, resaltando así la
dimensión “profética” del ministerio presbiteral.
La promesa de orar sin desfallecer por el pueblo de Dios es otra
innovación. Las dos están relacionadas.
El carácter sacerdotal del presbiterio es más evidente que sus
funciones de enseñanza y gobierno.
3.4.2.4 Promesa de obediencia
Arrodillados ante el obispo, con las manos juntas entre sus manos,
el candidato a la ordenación promete respeto y obediencia al
obispo diocesano, un gesto originario de la relación feudal entre el
señor y su vasallo. La promesa de obediencia al obispo se originó
en el momento de las controversias por las investiduras laicas,
cuando el clero estaba sujeto al señor feudal. La promesa al obispo
se oponía a la investidura laica al acentuar que el sacerdote está
sujeto al obispo y solo al obispo.
En el caso de que el elegido que pertenece a una comunidad
religiosa, el problema sigue existiendo en el rito de 1990, donde el
candidato pone sus manos entre las del obispo, pero promete
obediencia tanto al obispo como a su legítimo superior, aunque en
el rito de 1968 el problema era mayor, ya que el presbítero
religioso, poniendo sus manos entre las del obispo diocesano,
prometía obediencia a su ordinario, que era su superior religioso.
3.4.2.5 Letanía
La letanía, una oración de la Iglesia universa, es cantada sobre el
elegido mientras está postrado en tierra. La letanía difiere de la
usada en el rito de la ordenación episcopal en que no se nombra a
54
todos los apóstoles. Sin embargo pueden ser añadido los nombres
de los santos, como el patrón, el titular o fundador de la iglesia, o
los santos de los que tiene que se ordenados, u otras peticiones
adecuadas a la ocasión.
3.4.2.6 Imposición de las manos y Plegaria de la oración
A través de la imposición de las manos y de la plegaria de la
ordenación, es trasmitido el don del Espíritu Santo para la función
del presbítero. Después que el obispo ha impuesto las manos en
silencio, todos los presbíteros presentes imponen las manos sobre
cada uno de los elegidos en silencio. La Tradición Apostólica de
Hipólito explica este gesto:” a causa del espíritu común”. Por este
gesto los presbíteros reciben al elegido en el colegio presbiteral.
La plegaria de ordenación fue cambiada de forma significante en el
rito de 1990. Actualmente se titula”plegaria es ordenación” cuando
en el rito de 1968 se titulaba “plegaria de consagración”.
Plegaria de la ordenación de un presbítero (1990)
Asístenos, señor, padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
autor de la dignidad humana y dispensador de todo don y gracia;
por ti progresan tus criaturas
y por ti se consolidan todas las cosas.
Para formar el pueblo sacerdotal,
tú dispones con la fuerza del Espíritu Santo
en órdenes diversos
a los hijos de los ministros de tu Hijo Jesús.
Ya en la primera alianza
aumentaron los oficios,
instituidos con signos sagrados.
Cuando pusiste a Moisés y Aarón al frente de tu pueblo,
para gobernarlo y santificarlo,
les elegisteis colaboradores, subordinados en orden y dignidad,
que les acompañan y secundan.
Así, en el desierto,
diste parte del espíritu de Moisés,
comunicándolo a los setenta varones prudentes
con los cuales gobernó más fácilmente a tu pueblo.
Así también hiciste participes a los hijos de Aarón
de la abundante plenitud otorgada a su padre,
para que un número suficiente de sacerdotes
55
Ofreciera, según la ley, los sacrificios,
sombra de los bienes futuros.
Finalmente, cuando llego la plenitud de los tiempos,
enviaste al mundo, Padre santo, a tu Hijo Jesús,
Apóstol y Pontífice de la fe que procesamos.
El, movido por el Espíritu Santo,
se ofreció a ti como sacrificio sin mancha,
y habiendo consagrados a los apóstoles con la verdad,
les hizo participes de su misión;
a ellos, a su vez, les distes colaboradores
para anunciar y realizar por el mundo entero
la obra de salvación.
También, ahora, Señor, te pedimos nos concedas,
como ayuda a nuestra limitación, estos colaboradores
que necesitamos para ejercer el sacerdocio apostólico.
Te pedimos, Padre Todopoderoso,
que confieras a estos siervos tuyos
la dignidad del presbiterado;
renueva en sus corazones el espíritu de santidad;
reciban en ti
el segundo grado
del ministerio sacerdotal
y sean en su conducta,
ejemplo de vida.
Sean honrados colaboradores del orden de los obispos,
para que su predicación,
y la gracia del Espíritu Santo,
la palabra del Evangelio dé fruto en el corazón de los hombres
y llegue hasta los confines del orbe.
Sean con nosotros
fieles dispensadores de tus misterios,
para que tu pueblo se renueve con el baño del nuevo nacimiento
y se alimente de tu altar;
para que los pecadores sean reconciliados
y sean confortados los enfermos.
Que en la comunión con nosotros, Señor, imploren tu misericordia
Por el pueblo que se les confía y a favor del mundo entero.
Así todas las naciones,
congregadas en Cristo,
56
formarán un único pueblo tuyo
que alcanzará su plenitud en tu Reino.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos
Todos responden:
Amén
3.5 Ritos explicatorios
Los símbolos visuales y las oraciones que acompañan los ritos
explicatorios expresan lo que ha tenido lugar durante el rito
sacramental y son signos visuales de las tareas del oficio.
Todos los símbolos del oficio pertenecen a la función sacerdotal del
presbítero, no hay en este rito ninguna acción que represente las
funciones pastorales o de enseñanza. El nuevo presbítero ya recibió
el Libro de los Evangelios en su ordenación como diácono. Esta
falta de ritos referidos a la presidencia pastoral o a la enseñanza
tiene como función restringir simbólica y visualmente el oficio
presbiteral a la función santificadora.
3.5.1 Investidura con la estola y la casulla
Los recién ordenados son ayudados por otros presbíteros a
colocarse la estola a la manera propia de los presbíteros y a
ponerse la casulla, el ornamento más solemne llevado por el
presbítero o el obispo al presidir una Eucaristía. La estola, signo
indispensable básico de la ordenación, es una prenda en forma de
banda que llevan los diáconos, los presbíteros y los obispos.
Obispos y presbíteros lo llevan alrededor del cuello, con los
extremos colgando por delante. Los diáconos la llevan cruzada
sobre el pecho desde el hombro izquierdo hasta la cadera derecha.
Esta acción no es acompañada de formulas, ni se le da ningún
significado simbólico, como en los rituales medievales.
3.5.2 Unción de las manos
El obispo unge las manos de cada nuevo presbítero con el crisma y
dice: “Jesucristo, el Señor, a quien ungió con la fuerza del Espíritu
Santo, te auxilie para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a
Dios el sacrificio”. La unción con óleo es un signo de la unción del
Espíritu Santo, que ha ocurrido a través de la imposición de las
manos y de la plegaria de la ordenación.
57
El rito de 1990 aclaró más el gesto al omitir la sugerencia de poder
cantar el himno, Veni, creador Spiritus mientras el nuevo
presbítero es vestido y el obispo le unge las manos. El ritual
recomienda cantar el salmo 109(110) o algún canto similar.
Cuando dicho salmo haya sido el responsorial de la liturgia de la
Palabra, la antífona es: “Cristo, el señor, sacerdote eterno según el
rito de Melquisedec, ofreció pan y vino (aleluya)”.
3.5.3 Presentación del pan y del vino
Algunos de los fieles presentes llevan el pan sobre la patena y el
cáliz conteniendo el vino y el agua para le celebración de la Misa.
Estos símbolos son los de las tareas del presbítero: presidir la
celebración de la eucaristía y seguir a Chisto crucificado .Es el
diácono el encargado de recibirlos y dárselos al obispo, quien a su
vez los pone en las manos de cada uno de los recién ordenados
diciendo:”Recibe las ofrendas del pueblo santo para presentarlas
antes Dios. Considera lo que realizar e imita lo que conmemoras, y
conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor”. El ritual
actual vincula el rito de la ordenación directamente con el contexto
eucarístico y con el servicio del presbítero en nombre del Pueblo de
Dios.
3.5.4 Ósculo de la paz
El obispo y todos, o al menos alguno, de los presbíteros presentes
dan el beso de la paz a los recién ordenados. Con el ósculo de la
paz el obispo sella la admisión de sus nuevos colaboradores en su
ministerio. Por el beso de la paz, los presbíteros dan la bienvenida
a los recién ordenados. Este beso no sustituye al de la paz del rito
de la comunión.
5.6 Misa que se debe oficiar
Puede emplearse la Misa ritual, “En la que se confieren las
Sagradas Órdenes” excepto en las Solemnidades, los domingos de
Adviento, Cuaresma, Pascua y los días de la octava de Pascua. En
estos casos se dice la Misa del día con sus lecturas.
Proclamado el evangelio, la Iglesia Local pide al Obispo que ordene
a los candidatos. El presbítero encargado informa al Obispo, que le
pregunta, ante el pueblo, de que no existen dudas acerca de los
candidatos. Los candidatos, en presencia del Obispo y de todos los
fieles, manifiestan la voluntad de cumplir su ministerio, según los
deseos de Cristo y de la Iglesia bajo la autoridad del Obispo. El las
letanías los presente invocan la gracia de Dios para los candidatos.
58
3.7 Pasos hacia el presbiterado
Estos son los pasos previos que se había de recorrer para ser
presbítero. Actualmente alguno de ellos está en desuso.
Tonsura: Rito preparatorio que precedía a la recepción de
las antiguas órdenes menores
Ostiario: Clérigo que había obtenido la primera de las
órdenes menores, hoy suprimida, cuyas funciones eran
abrir y cerrar la iglesia, llamar a los dignos a tomar la
comunión y repeler a los indignos.
Lector: Católico seglar que ha recibido el primero de los
dos ministerios establecidos por la Iglesia y cuyo oficio es
proclamar la palabra de Dios en actos litúrgicos.
Exorcistado: Clérigo que en virtud de orden o grado
menor eclesiástico tenía potestad para exorcizar.
Acólito: En la Iglesia católica, seglar que ha recibido el
segundo de los dos ministerios establecidos por ella y
cuyo oficio es servir al altar y administrar la eucaristía
como ministro extraordinario.
Subdiácono: Clérigo ordenado de epístola
Diácono: Ministro eclesiástico y de grado segundo en
dignidad, inmediato al sacerdocio.
Presbítero: Clérigo ordenado de misa.
Obispo: Prelado superior de una diócesis, a cuyo cargo
está el cuidado espiritual y la dirección y el gobierno
eclesiástico de los diocesanos.
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Pasos Actuales
Lector
Acólito
Diácono
Presbítero
Obispo
3.8 Preparación previa de los diáconos para ordenarse
presbíteros
Para llegar al momento de su ordenación el presbítero ha tenido
que prepararse durante varios años.
Después de haber terminado los estudios obligatorios y el
bachillerato, el primer año de estancia en el seminario es un año
de introducción. A este primer año le siguen seis más de estudios
de filosofía y teología. Cuando ya están preparados, es cuando son
investidos diáconos y ayudan en la parroquia a la que han sido
conferidos cerca de un año o como mínimo seis meses, pasados
los cuales son ordenados presbíteros.
Hay que cumplir unos requisitos, incluso de edad para poder ser
ordenados fijándose la edad mínima que actualmente está en 25
años, aunque en algún caso muy excepcional se ha rebajado la
edad a 24 años pero con un permiso especial. Se pretende de esta
forma que cuando los jóvenes entren en el seminario tengan una
idea lo más aproximada de a donde se dirigen dado la importancia
de la elección. Actualmente, en España las vocaciones son más
tardías y es fácil encontrar chicos que se ordenen con 28 ó 30 años.
En fechas cercanas a la ordenación se retiran durante 5 ó 6 días.
El retiro se efectúa durante todos los años de seminario al iniciarse
el curso académico. El año de su ordenación lo hacen dos veces.
60
CAPITULO IV
ELEMENTOS NECESARIOS
4.1 Lugar de la celebración
Como ya se dicho con anterioridad la iglesia local a cuyo servicio se
ordenan los presbíteros, ha de prepararse para la celebración de
las Órdenes. Esta debe hacerse en la iglesia catedral o en las
iglesias de aquellas comunidades de las que son oriundos algunos
de los candidatos, o en otra iglesia de gran importancia. Si se
fueran a ordenar presbíteros de alguna comunidad religiosa, puede
hacerse la Ordenación en la iglesia de la comunidad donde vayan a
ejercer su ministerio.
Es propio de todos los fieles de la diócesis acompañar con sus
oraciones a los candidatos al prebiteriado. Ello se hace
principalmente en la oración universal de la Misa y en las preces de
Vísperas.
Dado que el presbítero es constituido a favor de toda la Iglesia
local, deben ser invitados a la Ordenación de presbíteros los
clérigos y otros fieles, de manera que asistan a la celebración en el
mayor número posible. Principalmente deben ser invitados todos
los presbíteros de la diócesis a la celebración de las Órdenes.
Puesto que es aconsejable la asistencia de un gran número de
fieles, la Ordenación se suele hacer en sábado tarde, domingo o día
festivo, excluyendo el Triduo Pascual, el Miércoles de Ceniza, toda
la Semana Santa y la Conmemoración de todos los fieles difuntos.
En este caso la ordenación se lleva a cabo el sábado día 3 de mayo
de 2008 presidida por D. Antonio Rouco Varela, Cardenal Arzobispo
de la diócesis de Madrid Alcalá y en la Catedral de Santa María la
Real de la Almudena. Los diez y seis jóvenes que se ordenan se
han formado en el Seminario Conciliar de Madrid y cada uno esta
adscrito a distintas parroquias madrileñas por lo que la ordenación
se lleva a cabo en al Catedral a la que pertenece el Seminario y las
distintas parroquias.
Han sido invitados todos los presbíteros de la diócesis y
principalmente los párrocos de las parroquias a los que han sido
designados los nuevos ordenados. También se encuentran
acompañándolos los presbíteros que han participado en su
educación durante sus años de seminarista, y los párrocos de las
parroquias donde han crecido, que normalmente son las personas
61
que descubren que hay vocación en algunos de los chicos que se
acercan a ayudar en las tareas de la misa o de la catequesis.
Igualmente se invita a los fieles de las parroquias donde se han
desarrollado como diáconos y a sus familiares.
4.2 Pasos y elementos para la organización del acto
Aunque para sus organizadores, este sea un acto que no reviste
una gran complicación, visto desde fuera nos parece un acto
complejo y complicado.
Indudablemente las tablas de las personas encargadas del mismo y
el hecho de que la ceremonia no cambie de forma habitual, y
solamente las reformas de la Iglesia , que como ya se ha dicho, la
última fue en 1990, ayuda ha que una ceremonia tan
multitudinaria, se organice de forma dinámica.
La ceremonia y las personas invitadas a ella, y el porque están
invitadas a la misma, ayuda a que se desarrolle de forma
distendida, sin preocuparse de un protocolo rígido.
Este protocolo si que esta presente en la Ceremonia del Acto, pero
el protocolo religioso, está bien estructurado, las precedencias
dentro de los actos están claramente especificadas, por lo que
aunque sea un acto de gran envergadura, su planificación es
sencilla.
Si bien es verdad que para este momento han de hacerse algunos
cambios como girar los bancos de las capillas hacía el altar mayor,
o colocar bancos y sillones detrás del mismo altar para los
presbíteros invitados en correspondencia con los invitados que
hayan confirmado su presencia.
Se ha de poner un aviso, en los espacios adecuados para ello,
dentro del templo, para avisar a los fieles de la ceremonia y esto se
hace con un mes de antelación.
Igualmente se gira una circular a todos los presbíteros de la
Diócesis (que asiste el que puede) y se invita a los obispos de la
Conferencia Episcopal. Estos no siempre asisten, aunque en este
caso se contó con la presencia de dos miembros del Consejo
Cardenalicio
62
Objetos que se tienen que tienen que prever:
4.2.1 Libro de la Ordenación: En realidad con este nombre nos
referimos al Pontifical Romano, texto que nos va indicando los
pasos de la ordenación para diáconos, presbíteros y obispos.
4.2.2 La casulla: La casulla es la vestimenta propia del presbítero.
Esta tiene que estar preparada, ya que después de la imposición de
las manos, estos serán ayudados a vestirse por otros presbíteros
que habrán asistido a la ceremonia. En este acto en concreto y al
tratarse de un número amplio de nuevos ordenantes, la casulla que
les será impuesta descansa desde el principio de la ceremonia en la
silla que ellos utilizan durante la ceremonia.
4.2.3 El gremial: Se llama gremial al paño cuadrado del mismo
color que los ornamentos que se ponía sobre las rodillas el obispo
cuando esta sentado al celebrar de pontifical. Hoy, los obispos solo
lo usan con un sentido práctico: al usar el óleo sagrado estando
sentado – caso de la ordenación-, para no mancharse la casulla.
El gremial que hoy es privativo del obispo, también fue utilizado
por los sacerdotes en los siglos XIII y XIV y consistía en un paño
rectangular de lino o seda según los casos. Desde el siglo XIV, se
ha llevado en las procesiones por el sacerdote y sus dos ministros.
Diacono y subdiácono a manera de frontal de altar, llamándose
entonces delantal procesional, utilizado todavía en algunos lugares
y dando testimonio de ello abundantes pinturas y relieves.
4.2.4 El santo crisma: Son los oleos con los que se ungen a los
nuevos diáconos. Es una mezcla de aceite y bálsamo para ungir a
quienes se bautizan o confirman, igualmente, como en este caso,
se utiliza para ungir a los sacerdotes cuando se consagran u
ordenan. Este óleo se bendice una vez al año durante la misa
vespertina del Jueves Santo. Por lo general antes de comenzar la
celebración de la Cena del Señor se reciben solemnemente estos
oleos sagrados en la misa Crismal celebrada por la mañana por el
obispo reunido con el presbiterio. En esta procesión solemne los
oleos son llevados en tres ánforas preciosas que se guardan en un
lugar previamente destinado para ellas, en la Iglesia.
Para esta ceremonia se saca la parte de ese óleo que se tenga
prevista usar en la ceremonia.
4.2.5 La jofaina: Vasija en forma de taza, de gran diámetro y
poca profundidad, que sirve principalmente para lavarse la cara y
las manos. Este lavado de manos no sustituye al propio de la misa.
Este se hace para lavarse de forma externa al haber estado
tocando los oleos
63
CAPITULO V
Ordenación
Figura 36. Diacono llegando a la catedral
Figura 37. Familiares de los
diáconos acercándose a la
catedral
64
5.1 Preliminares
La catedral está abierta desde la 17:00 horas para la entrada de
público invitado. Los bancos más cercanos al Altar están
reservados para los familiares más allegados a los nuevos
ordenantes.
Estudiantes seminaristas y colaboradores ayudan a sentar a los
invitados. En la invitación recibida figura la puerta, la fila y el nº de
banco adjudicado a cada familia (anexo I) aunque no todos los
familiares están sentados juntos. Dos de ellos (los padres) tienen
más cercana la posición que el resto. También la invitación que
corresponde esta situada lo más cerca posible del lugar que
corresponde al familiar ordenado.
Figura 38. Familiares acomodados en los lugares designados
Anteriormente cada diácono ordenante ha mandado una invitación
previa a sus familiares y amigos para invitarles a la asistencia al
acto (anexo II).
Sobre los bancos del pueblo asistente y los del clero invitado, se
encuentra un libro (anexo III) para seguir la liturgia de la
Ordenación. También hay un libro sobre las sillas de los ordenantes.
65
La ceremonia comienza a las 18:00 horas y se prevé una duración
aproximada de 2 horas.
Antes de comenzar (media hora), los diáconos ordenantes (ya
revestidos con el alba y la estola cruzada, al modo diaconal)
esperan al obispo en la capilla del Santísimo, situada en el ábside
de la catedral. Allí están rezando y preparándose.
Figura 39.
El obispo llega por una
puerta lateral. Lo reciben,
los canónigos, la Cruz y
los ciriales, él les bendice,
y van en procesión a la
misma capilla donde los
diáconos están rezando. El
pueblo congregado en el
templo lo recibe también
en pie. En la capilla ora
unos momentos delante
del
Santísimo
en
el
Sagrario. Acabada la breve
oración todos van en
procesión a la sacristía del
fondo
para
comenzar
desde allí.
Figura 40.
Saliendo de la
Sacristía Mayor
66
Entran en la Sacristía Mayor y cuando llega la hora, y desde este
punto situado a la derecha de la entrada principal del la catedral
empieza la ceremonia, con el pueblo en pie, entrando en procesión
en el siguiente orden:
Figura 41.
Procesión de entrada
Acólito turiferario acompañado de dos acólitos con velas
Lector
Acólito cruciferario
Un diácono con el Evangelio en alto
Resto diácono
Presbítero
Diáconos ordenantes
Obispos
Obispo presidente
Acólitos y diáconos asistentes del presidente
67
5.2 Ubicación de los principales protagonistas
La entrada es por el pasillo principal de la catedral que desemboca
en el altar mayor donde los distintos estamentos van ocupando sus
respectivos asientos.
Figura 42. Cátedra
El altar mayor se haya ubicado debajo de la cúpula y es redondo
La cátedra del obispo esta situado a la derecha del pasillo central,
debajo de la cúpula y a la izquierda del Altar Mayor.
68
Detrás del Altar se colocan los obispos acompañantes, detrás los
canónigos y los presbíteros.
Estos sacerdotes que han sido invitados, ayuda, asisten y
acompañan durante la ordenación, se van colocando de mayor a
menos importancia estando más cerca del Altar Mayor los que
ostentan mayor grado.
Figura 43. Cardenales invitados, canónigos y el Rector del
seminario
69
Figuras 44 y 45. Presbíteros ordenantes dirigiéndose a sus asientos
Delante del altar se han puesto 16 sillas, 8 a cada lado de la
entrada del pasillo central que es el lugar que ocuparán los
diáconos ordenantes. Sobre estas sillas es donde descansa la
casulla con la que se han de revestir cuando sean ordenados. La
estola es la misma pero después de este momento cambiaran la
forma de ponérsela.
Figura 45
70
5.3 Distribución de los asientos en el Altar Mayor
Los diáconos ordenantes tienen sillas a los pies del altar. Detrás del
altar se sitúan los cardenales invitados y detrás de ellos el Rector
del seminario y el Maestro de Ceremonias y el resto de los
presbíteros participantes. El Obispo presidente se sienta en su
cátedra por lo que el sillón del obispo que vemos a un lado es el
que se pone para los momentos de la ceremonia en los que oficia
sentado y se traslada delante del altar; momentos como la unción
de las manos y la entrega del pan y el vino.
71
5.4 Comienzo de la Ceremonia.
Cuando todos los presentes han ocupado sus puestos se da
comienzo a la ceremonia.
El Maestro de Ceremonias presenta a los diáconos ordenantes a la
asamblea.
Figura 46 Rector del Seminario
Los diáconos son llamados por el rector del Seminario Conciliar de
Madrid D. Andrés García de la Cuerda y se van levantando uno a
uno, según se les va nombrando.
72
Figura 47. Esperando la llamada del Rector
Empieza la homilía y terminada esta,
delante del altar.
todos juntos se colocan
Comienza el interrogatorio que se hace de manera conjunta.
73
De uno en uno van subiendo hasta el Arzobispo presidente y
colocan las manos entre las suyas en señal de obediencia, y en
este momento es cuando prometen obediencia a su superior.
Figura 48. Prometiendo obediencia
Caso de pertenecer a una orden, promete obediencia al superior y
la orden y a su obispo. El Obispo va toda con la Mitra, propia de la
celebración.
Todos se levantan y oran.
74
Figura 49. Demostración de humildad
Todos se postran en tierra y se cantan las letanías de los santos.
Figura 50. Imposición de
las manos.
Los elegidos se acercan
de uno en uno ante el
obispo y se arrodillan.
El obispo impone las
manos sobre la cabeza de
cada uno de los elegidos.
75
Figura 51. Esperando la imposición de las manos del resto de los
presbíteros.
Después todos los presbíteros presentes imponen las manos sobre
cada uno de los elegidos, no haciéndalo así los otros obispos
presentes en la ordenación.
Figura 52. Imposición de manos
76
Figura 53. Plegaría de la Ordenación
Al finalizar, los ordenados se ponen de rodillas y el obispo, con las
manos extendidas, pronuncia la Plegaria de la Ordenación.
Figura 54. Vista general. Plegaria de la Ordenación
77
Terminada la plegaria, vuelven a sentarse.
Figura 55. Ayudando a vestirse la casulla.
Algunos presbíteros, elegidos por los ordenados, se les acercan y
les ayudan a vestirse la casulla y a colocarse la estola al estilo
presbiteral.
El obispo unge con el sagrado crisma las palmas de las manos de
cada ordenado. Acto seguido se lava las manos y los nuevos
ordenados se desplazan a la sacristía cercana al altar – Sacristía
del Santísimo- para lavarse volviendo a ocupar sus puestos ante el
altar.
78
Los fieles se acercan llevando el pan en la patena y el cáliz con el
vino y el agua para la celebración de la misa.
Figura 56. El obispo coloca en las manos el Santo Cáliz
El diácono lo recibe y se lo entrega al obispo, quien a su vez, lo
deposita en las manos de cada ordenado.
79
Figura 57. Ósculo de la Paz
Se va cada uno a su sitio en el altar y reciben la acogida.
El obispo le da el Ósculo de la Paz
80
Figura 58. Acercándose
a participar en el rito de
la Comunión
Figura 59. Rito de la Comunión
81
El diácono invita a todos a inclinarse para recibir la Paz y el obispo
los bendice.
Todos los asistentes se preparan para salir en el mismo orden que
se ha procedido a entrar. Los nuevos presbíteros se colocan detrás
de los presbíteros asistentes cerrando la procesión el obispo
presidente.
Figura 60. Foto de familia. Los nuevos presbíteros.
Figura 61. Foto de familia con el Obispo y el Recto
82
Figura 62. Monseñor Rouco Varela invita a los presentes a unirse a
la foto.
Figura 63. Terminada la sesión fotográfica e inmortalizado todo el
acto, se cambian de ropa, para asistir al “Vino español” que el
seminario ofrece a los nuevos diáconos y a sus familiares.
83
Figura 64. Asistentes al acto a la finalización del mismo. Al fondo
de aprecian las vidrieras de la cúpula sobre el Altar Mayor.
Figura 65. El la foto de abajo vista de la Plaza de la Armería y del
Palacio Real
84
La ceremonia ha durado 1:50 minutos. Los asistentes a ella
esperan fuera para encontrarse con sus familiares.
Todos están invitados a asistir al “Vino Español” que se servirá en
los jardines del Seminario Conciliar.
No siempre se celebra de esta forma, depende de lo que los nuevos
presbíteros hayan decidido, ya que en algún caso prefieren
marchase a celebrarlo de forma más intima con su familia. Esta vez
han querido celebrarlo todos juntos.
El Seminario Conciliar de la diócesis de Madrid se encuentra
escasamente a 10 minutos a pie desde la Catedral de la Almudena,
bajando por la calle Bailén hacia la calle Mayor, se gira a la derecha
hacia la plaza de San Francisco, y en la rotonda se coge la primera
salida llegando a la calle San buenaventura, nº 9.
Sobre las 20:30 está previsto que todos los invitados hayan llegado
y se tienen preparadas en los jardines unas largas mesas con
aperitivos y bocadillos para celebrar de forma conjunta la
ordenación.
Hasta allí se desplazan los familial, amigos, compañeros de
seminario, compañeros de parroquia, profesores y todas las
personas que de una u otra manera han ayudado a la organización
de dicho acto y han colaborado en el.
Figura 67.
Con
sus
padres y
hermanos
85
Figura 68. Con sus primos y un amigo y compañero
Durante la merienda, el cardenal arzobispo D. Antonio María Rouco
Varela se acercó a todos los grupos de personas allí congregadas
saludando a todos los familiares de los recién ordenados
Figura 69. El Cardenal Rouco Valera con la autora del trabajo.
86
CAPÍTULO IV
Primera Misa
6.1 Primera Misa en su parroquia
Después del acto en los que ya se han ordenado presbíteros, se
sucederán otros como lo anuncia la invitación personalizada del
anexo II. Es la Primera Misa que celebra como presbítero.
Figuras 70.
Fachada principal de la Parroquia de Santo Tomás Moro.
Majadahonda (Madrid)
87
A la que se invita a concelebrar a profesores y amigos, compañeros
que quieren compartir con él ese día.
Figura 71. Concelebración de la Primer Misa.
Esta Primera Misa se celebra en la parroquia a la que están
asignados y al finalizar la misma, los fieles procesionan hacia el
altar donde el nuevo sacerdote les bendice, siendo ayudado por sus
familiares a repartir recordatorios (anexo IV)
Figura 72.
Dando las manos y
la
bendición a los fieles asistentes.
88
Terminada la misa, en los bajos de la iglesia parroquial tiene lugar
una merienda organizada para celebrar el momento y a la que se
ha invitado a todos los fieles. Esta merienda ha sido organizada por
el grupo de catequistas y demás colaboradores de la parroquia.
Figura 73. Asistentes a la merienda en la Parroquia.
89
CONCLUSIONES
Después de estar una temporada intentando investigar sobre un
tema, te entra el gusanillo. Creo que siempre o casi siempre, al dar
por concluido el trabajo, te queda la sensación de que se podía
haber hecho más, aun cuando estés satisfecha del resultado.
Después de esto, estoy deseando pasear por todas las callejuelas
que rodean la Catedral de la Almudena, ver esos tesoros que en
algún momento vi, pero a los que no les presté tanta atención.
Acercarme a la Colegiata de San Isidro, y descubrir esa ciudad que
guarda un montón de rincones desconocidos para mí. Bien es
verdad que en un viaje para ir a la biblioteca de San Dámaso, en el
seminario madrileño, deambule por una parte del Madrid por el que
no suelo pasear y que me trasportó dos siglos atrás.
Quisiera poder asistir a otra ordenación sin estar tan implicada,
para poder verlo desde otra perspectiva y desde más distancia
emocional, disfrutar del acto puro y duro, y con el conocimiento
que me ha reportado este trabajo, ir entendiendo en todo
momento, los pasos que se van dando. Quizás no disfrute tanto
como en la primera por la distancia familiar, pero estoy segura que
descubriré algún dato más gracias a conocer, como ahora conozco,
el desarrollo del mismo.
Indudablemente la Iglesia conserva muchísimo protocolo en sus
actos, pero sin investigar sobre ellos, no nos damos cuenta y
cuando se sigue una ceremonia son conocer el porqué de las cosas
no tenemos en cuenta de la inmensa simbología que hay en ellas.
No nos llama la atención, simplemente los damos como hecho.
Algo normal, sin plantearnos el porqué.
Tengo que reconocer que los últimos días han sido una vorágine, el
tiempo se escapaba de las manos sin casi darte cuenta, pero
también diré que ha merecido la pena. Que he disfrutado y que
cada cosa nueva que encontraba y que trataba de constatar, me
hacía implicarme más, supongo que un mes más hubiera supuesto
muchas más cosas y quizás un trabajo infumable, por lo que lo
dejo aquí, contenta de lo que he aprendido, gracias a
conversaciones personales con, lectura de los libros recomendados
y a ese nuevo invento llamado “Internet”.
90
Bibliografía
Archivo Cabildo Catedral de Madrid
Archivo Central de la Curia de Madrid
Archivo de la Villa de Madrid. Ayuntamiento
Boletín Oficial del Arzobispado de Madrid Alcalá
Diccionario Real Academia Española de la Lengua
Enciclopedia Larouse
Libros: El sacerdote del Orden. Autor Susan k. Wood. Biblioteca
Litúrgica.
Pontifical Romano. Ordenación del Obispo, de los
Presbíteros y de los Diáconos. Recopilación de textos
Llamados a servir. Teología del sacerdocio ministerial.
Autor Miguel Ponce Cuellar. Editorial Herder
Ceremonial y protocolo religioso. Autor Sergio Escalera
Ediciones Protocolo
Fotos: Google
DPV Delegación de Pastoral de Vocacional de Madrid
Material Propio
www.archimadrid.es
www.wikipedia.com
www.dpvmadrid.org
www.madridmedia.es
91
Anexo I
Invitación de da la organización del acto a los diáconos ordenantes
para ubicar a sus invitados.
92
Anexo II
Invitación personalizada que envían los diáconos ordenantes a sus
familiares y amigos para invitarles al acto de su ordenación.
La invitación es un tríptico el que se puede ver como portada la
imagen del Pantocrátor, al abrir nos encontramos con la imagen
de la Virgen de la Almudena, y en la parte de detrás es donde se
ha manuscrito la invitación.
En el interior se haya una oración y los horarios de la primera misa
que dirán los nuevos presbíteros y que indica el día , lugar y hora
en que se va a producir.
Las fechas no coinciden para que todos y cada uno de ellos puedan
asistir a la Primera Misa de sus compañeros.
93
Anexo III
Libro para seguimiento de la Ordenación Presbiteral
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105
106
107
108
109
110
111
112
113
Anexo IV
Adverso y reverso de los recordatorios.
Figura 73
Figura 74
Figura 75
114
Glosario
Antífona: Breve pasaje, tomado por lo común de la Sagrada
Escritura, que se canta o reza antes y después de los salmos y de
los cánticos en las horas canónicas, y guarda relación con el oficio
propio del día
Basa:
1.-Asiento sobre el que se pone la columna o la estatua.
2.- Pieza inferior de la columna en todos los
arquitectónicos excepto el dórico.
órdenes
Balaustrada:
1.- Con forma de balaustre.
2.- Serie u orden de balaustres colocados entre los barandales.
Bula: Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés
general, concesión de gracias o privilegios o asuntos judiciales o
administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado
por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja.
Cáliz: Vaso sagrado de oro o plata que sirve en la misa para echar
el vino que se ha de consagrar.
Capitel: Parte superior de la columna y de la pilastra, que las
corona con forma y ornamentación distintas, según el estilo de
arquitectura a que corresponde.
Cirial: Cada uno de los candelabros altos que llevan los acólitos en
algunas funciones de la iglesia.
Ciriales: Acólito encarga de llevar el cirial.
Claustro: Galería que cerca el patio principal de una iglesia o
convento.
Coadjutor: Eclesiástico que tiene título y disfruta dotación para
ayudar al cura párroco en la cura de almas.
Concordato: Tratado o convenio sobre asuntos eclesiásticos que el
Gobierno de un Estado pacta con la Santa Sede.
115
Cortes Constituyentes: Se denominan cortes constituyentes al
parlamento o cortes, cuyos miembros representan la soberanía
nacional, y que tienen el cometido y la capacidad de dictar o
reformar la constitución
Es muy habitual que las cortes constituyentes tengan un carácter
efímero. Su cometido es crear o modificar la constitución y tras
haberlo finalizado no permanecen en el poder sino que se convocan
elecciones para la elección de un nuevo parlamento ordinario.
Cripta: Lugar subterráneo en el que se acostumbra a enterrar a
los muertos.
Cruciferario: Encargado de llevar la Cruz
Estola: Ornamento sagrado que consiste en una banda de tela de
dos metros aproximadamente de largo y unos siete centímetros de
ancho, con tres cruces, una en el medio y otra en cada extremo,
los cuales se ensanchan gradualmente hasta medir en los bordes
doce centímetros.
Diócesis: Distrito o territorio en que tiene y ejerce jurisdicción
espiritual un prelado, un obispo, arzobispo, etc.
Diaconías:
1.- Distrito y términos en las que antiguamente estaban divididas
las iglesias para el socorro de los pobres, al cuidado de un diácono.
2.- Casa en la que vivía el diácono
Enclave: Territorio incluido en otro con diferentes características
políticas, administrativas, geográficas, etc.
Exequias: Honras fúnebres
Gabarro: Nódulo de composición distinta de la masa de la piedra
en que se encuentra encerrado.
Galicana:
Perteneciente o relativo a la Galia. Principalmente
referido a la Iglesia de Francia y a su especial liturgia y disciplina.
Girola: Nave o conjunto de naves que en la arquitectura románica
o gótica circundan el altar mayor, rodeadas por el ábside, por
extensión, la misma nave en catedrales o iglesias de cualquier
estilo.
116
Grey: Congregación de los fieles cristianos bajo sus legítimos
pastores.
Hisopo: Utensilio usado en las iglesias para dar o esparcir agua
bendita, consistente en un mango de madera o metal, con
frecuencia de plata, que lleva en su extremo un manojo de cerdas
o una bola metálica hueca y agujereada, en cuyo interior hay
alguna materia que retiene el agua.
Hornacina: Hueco en forma de arco, que se suele dejar en el
grueso de la pared maestra de las fábricas, para colocar en él una
estatua o un jarrón, y a veces en los muros de los templos, para
poner un altar.
Idiosincrasia: Rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y
propios de un individuo o de una colectividad.
Letanía: Oración cristiana que se hace invocando a Jesucristo, a la
Virgen o a los Santos como mediadores, en una enumeración
ordenada.
Mitra: Toca alta y apuntada con que en las grandes solemnidades
se cubren la cabeza los arzobispos, obispos y algunas otras
personas eclesiásticas que tienen este privilegio.
Neo-catecumenales: Institución católica laica que según sus
estatutos se delimita como itinerario de formación católica y
fundación de bienes espirituales.
Iniciado por Francisco José Gómez de Arguello (más conocido
como Kilo Arguello) y Carmen Hernández, que junto con un
sacerdote italiano Mario Pezzi forman el equipo responsable
internacional. El camino Neocatecumenal se inició en la década de
los años 60 en el madrileño barrio de palomeras, extendiéndose
por todo el mundo. En la actualidad tiene presencia en 6.000
parroquias y cuenta con 300 sacerdotes, 1.500 seminaristas y 72
seminarios. Coloquialmente se le denomina como “los Kikos”.
Los estatutos definitivos fueron aprobados por la Santa Sede el 13
de junio de 2008 reafirmando de esta forma este itinerario como
parte estructural de la Iglesia católica.
Ordenación: Acción y efecto de ordenar y ordenarse.
Oolítica : Dicho de un terreno: Formado de oolitos.
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Patena: Platillo de oro o plata o de otro metal, dorado, en el cual
se pone la hostia en la misa, desde acabado el paternóster hasta el
momento de consumir
Pantocrátor: En el arte bizantino y románico, representación del
Salvador sentado, bendiciendo, y encuadrado en una curva cerrada
en forma de almendra.
Pentecostés:
1.- Fiesta de los judíos instituida en memoria de la ley que Dios les
dio en el monte Sinaí, que se celebraba 50 días después de la
Pascua del Cordero.
2.- Festividad de la Venida del Espíritu Santo que celebra la Iglesia
el domingo, quincuagésimo día que sigue al de Pascua de
Resurrección, contando ambos, y fluctúa entre el 10 de mayo y el
13 de junio.
Dormición de la Virgen: f. Tránsito de la Virgen
Rito de aspersión: Acción de asperjar. Asperjar: hisopear
Salmo responsorial: El que se lee o canta en la misa u otras
funciones litúrgicas con respuestas aclamadoras del pueblo
Salvífico: Perteneciente o relativo a la salvación
Suplica litánica: oración litánica o letanía
Solio: Trono (asiento con gradas y dosel)
Turiferario: Encargado de llevar el incienso
Ungir: Signar con óleo sagrado a alguien, para denotar el carácter
de su dignidad, o para la recepción de un sacramento.
Veterotestamentaria:
testamento.
Perteneciente
o
relativo
al
antiguo
Zócalo: Cuerpo inferior de un edificio u obra que sirven para
elevar los basamentos a un mismo nivel.
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