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PRÁCTICA 5
ECONOMÍA. Teoría Macroeconómica II. Económicas: Grupos 22 y 23;
ADE. Macroeconomía II. Grupos 24 y 25
Profesor: Carlos Llano
CONTESTAR A PARTIR DEL SIGUIENTE ARTÍCULO: “La estrella del Dólar se
apaga. El Pais.
1. En el 4º párrafo se dice: “La deuda estadounidense no tiene ninguna pinta de ser una
ganga…”. Identificar al menos 4 causas por las que según el autor el dólar se está
depreciando. Relacionarlas con la ecuación de equilibrio macroeconómico (S-I)=(GT)+XN. Explicar una de ellas mediante el modelo Mundel_Fleming.
2. Después de esa frase se apuntilla “…incluso aunque el dólar no estuviera desplomándose”.
Qué quiere decir esto? Relacionarlo con la PNCI y la ecuación de equilibrio.
3. Explicar qué efecto tiene para las cuentas públicas de un municipio USA la generación de un
déficit primario en el momento t sobre la deuda acumulada hasta un momento n=t+10.
a. Qué tendrá que hacer el municipio en el momento “n” si quiere dejar la deuda a “0”
y el tipo de interés real es “r”?
b. Qué ocurrirá si durante este periodo la deuda del municipio recibe una prima de
riesgo abultada y creciente?
c. Cual será el efecto sobre la acumulación de la deuda municipal y la acción del
municipio en el año “n” si durante este periodo, al producirse una subida de los
precios del petróleo la inflación se dispara y la FED decide mantener los tipos
constantes.
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TRIBUNA: Laboratorio de ideas KENNETH ROGOFF
Kenneth Rogoff es catedrático de Economía y Política Pública de la Universidad de Harvard, y ex
economista jefe del Fondo Monetario Internacional. (c) Project Syndicate, 2008.
La estrella del dólar se apaga
KENNETH ROGOFF 04/05/2008
Este mes, cuando se reúnan los líderes financieros de todo el mundo en el encuentro anual del Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional, quizá deberían alegrarse de que no haya ninguna alternativa
clara frente al dólar como moneda estándar mundial. Si el euro estuviera realmente preparado para saltar
al estrellato, podríamos ver tranquilamente cómo el tipo de cambio euro-dólar supera los 2 dólares, y no
simplemente 1,65 o 1,70, como parece listo para hacer en cualquier caso. No se puede tratar a los clientes
tan mal como ha hecho últimamente Estados Unidos si tienen la posibilidad de irse a otro lugar.
Durante los últimos seis años, el valor del dólar, lastrado por el comercio, ha caído más de un cuarto de
punto, al tiempo que Estados Unidos ha seguido acumulando déficit comerciales sin precedentes en la
historia. La tendencia del dólar a largo plazo, con una economía blanda, un sistema financiero que corre
un gran peligro y graves preocupaciones por el aumento de la inflación, es a la baja, independientemente
de cómo llegue a su fin la crisis actual. Y no se ha acabado.
Es poco probable que el rescate por parte de la Reserva Federal del sistema financiero se mantenga en pie
a menos que los bancos encuentren capital nuevo..., y en grandes cantidades. Los fondos soberanos
"ultrarricos" tienen el dinero en efectivo necesario para salvar a los bancos estadounidenses, pero no es
muy probable que quieran hacerlo llegados a este punto, incluso aunque el sistema político de Estados
Unidos lo permitiera. En cambio, conforme se prolongan la crisis crediticia y el descenso del precio de la
vivienda, cada vez parece más probable que vaya a haber un rescate hipotecario épico, que puede que les
cueste a los contribuyentes estadounidenses un billón de dólares o más. El problema es que, después de
tantos años de bajísimo rendimiento de los activos en dólares, ¿van a estar los inversores globales
verdaderamente dispuestos a absorber otro billón de dólares en deuda estadounidense con unos tipos de
interés y de cambio similares a los actuales?
La deuda estadounidense no tiene ninguna pinta de ser una ganga, incluso aunque el dólar no
estuviera desplomándose. Las desventuras militares en sitios remotos siguen empleando los recursos
fiscales del país, con costes que pueden llegar a alcanzar muchos billones de dólares, según un estudio
reciente realizado por Linda Bilmes y Joseph Stiglitz. El año que viene veremos casi seguro cómo
aumentan enormemente las demoras en los pagos en las empresas estadounidenses, a pesar de que
muchas empresas entraron en la recesión con unas cuentas de resultados relativamente fuertes.
Las finanzas estatales y municipales están aún peor. Tras la caída en picado de la recaudación fiscal como
consecuencia del descenso de los precios de las viviendas y las rentas, docenas de municipios de Estados
Unidos podrían declarar una suspensión de pagos, como hizo la ciudad de Nueva York en los años
setenta. Los bonos municipales estadounidenses ya se están cotizando con una prima de riesgo
descomunal, y ni siquiera se ha empezado a sentir todavía la primera gran demora en los pagos del
Gobierno.
Está claro que si dentro de poco el dólar se cayera de su posición privilegiada como moneda dominante
en el mundo, el euro sería la única alternativa seria. El yuan podría perfectamente suplantar al dólar en la
segunda mitad de este siglo. Pero los controles draconianos del capital en China y la enorme represión
financiera que se vive en la actualidad la incapacitan como ancla del sistema económico global.
Afortunadamente para el dólar, el euro también parece tener sus propios problemas. Los bancos europeos
siguen estando balcanizados, con muchos reguladores nacionales dispersos tratando de promocionar a sus
propios campeones. Puede que toda la deuda de los Gobiernos europeos esté denominada en euros, pero
la deuda alemana y la italiana no tienen nada que ver la una con la otra, así que al mercado europeo de
bonos del Estado le faltan la profundidad y la liquidez del mercado de las letras del Tesoro
estadounidenses.
Además, los inversores internacionales pueden comprar y vender propiedades inmobiliarias con mucha
más facilidad en Estados Unidos que en la mayor parte de Europa. Y la ausencia de una política fiscal a
escala europea crea una incertidumbre considerable respecto a cómo se financiaría el Banco Central
Europeo (BCE) a sí mismo si de repente tuviera que hacer frente a grandes pérdidas por deudas bancarias
basura tras un rescate de calado.
Pero el euro tiene cada vez más puntos fuertes. Con los tipos de cambio de los mercados actuales, la
Unión Europea es más importante desde el punto de vista económico que Estados Unidos. Los nuevos
miembros de Europa Central y del Este están aportando un dinamismo y una flexibilidad enormes. Al
mismo tiempo, el BCE ha ganado bastante credibilidad por la forma en que ha abordado la crisis
crediticia global. De hecho, si la zona euro pudiera convencer al Reino Unido para que se convirtiera en
un miembro de pleno derecho, con lo que adquiriría uno de los dos centros financieros principales del
mundo (Londres), el euro podría empezar de verdad a parecer una alternativa viable frente al dólar.
En 1971, cuando el dólar se desplomó, hacia el final del sistema de tipos de cambio fijado durante el
periodo posterior a la II Guerra Mundial, el secretario del Tesoro estadounidense, John Connally, les dijo
a sus homólogos extranjeros la famosa frase de "el dólar es nuestra moneda, pero es vuestro problema". Y
la exaltada categoría mundial del dólar ha sobrevivido desde entonces, a pesar de muchos episodios de
negligencia y abusos.
Los estándares monetarios mundiales tienen una inercia enorme. La libra británica no le cedió el trono al
dólar estadounidense hasta más de 50 años después del declive industrial y dos guerras mundiales. Pero,
esta vez, podría ocurrir mucho más rápido. Cuando los gobernadores de los bancos centrales y los
ministros de Finanzas sopesen cómo intervenir para ayudar a mantener a flote el dólar, también deberían
empezar a plantearse qué hacer cuando llegue la hora de cortar el grifo.