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INTRODUCCIÓN GENERAL
Este curso consta de dos asignaturas, tradicionalmente conocidas como Historia de las
religiones y Fenomenología de la religión. Juntarlas en un curso tiene sentido, pero crea
también un problema: la falta de tiempo para tratarlas adecuadamente. Por eso nos
veremos forzados a elegir entre las religiones y también a reducir nuestra discusión sobre
la fenomenología a sus puntos centrales.
Bib. Ugo Bianchi, The History of Religions, Leiden: E. J. Brill, 1975 ( = Introduzzione, en:
Storia delle religioni, ed. por G. Castellani, Torino 1970).
Ya mencioné que juntar las dos asignaturas tiene sentido, pero ¿cómo? La historia de las
religiones se entiende como un estudio del origen, desarrollo y estructura de las varias
religiones del mundo, que emplea una metodología para poner de relieve la
transformación de cada una de ellas en la historia. Es decir, el énfasis recae en el estudio
diacrónico de las religiones, para conseguir una comprensión total de ellas estudiadas
individualmente. La atención otorgada a la diacronía obliga al investigador a quedarse en
el contexto histórico, y a concentrarse en una religión, aunque una cierta comparación sea
inevitable. Pero el interés del método diacrónico no consiste en la comparación como tal,
sino en la explicación del desarrollo de la religión estudiada. Así uno describe, p.e., el
cristianismo desde su origen en el judaísmo, su interacción con el mundo griego, su
aceptación de la estructura política y legal del imperio romano, su desarrollo dogmático
gracias a la filosofía griega recibida a través de los árabes, al pensamiento moderno, al
desafío de las culturas y religiones del mundo especialmente desde el colonialismo, y
finalmente gracias al desarrollo independiente del mundo laico: ciencia, ateísmo, técnica,
etc.
Este es un estudio ya en sí mismo complejo, y puede ser realizado desde perspectivas
contrarias y/o mutuamente exclusivas, como, p.e., la evolucionista (basada en la fuerza
interna y la selección natural), la teleológica (que postula un fin definitivo donde el
estadio anterior tiene siempre un valor menor que la etapa siguiente) y la marxista (donde
el esquema tesis/antítesis/síntesis es empleado en favor del progreso social), etc. En
nuestra presentación de las religiones, buscaremos integrar las varias perspectivas,
teniendo en cuenta que la nuestra es la perspectiva cristiana que se apoya en la tesis de un
plan universal divino y salvífico; y en consecuencia, queda más cerca de una perspectiva
teleológica, que sin embargo no debe valorar las etapas anteriores como degradadas.
En este trasfondo trataremos de tres religiones: el Islam, el hinduismo y el budismo,
comenzando con el Islam, por la simple razón de que es la religión más cercana al
cristianismo después del judaísmo, y la más conocida y al mismo tiempo temida por el
mundo europeo. El hinduismo ocupa un lugar único entre las religiones orientales no
solamente por haber sido la fuente del budismo y del jainismo, sino también por
introducir y desarrollar el concepto del no-dualismo, compartido por todas las religiones
del Oriente. El budismo, al fin, está echando raíces cada vez más fuertes en el occidente
que parece que preferir una religión sin Dios, y para muchos el budismo es esta religión.
Aunque no está prevista ninguna discusión a fondo de otras religiones orientales,
introduciremos algunos conceptos respecto a la figura de dios, a la noción de salvación,
etc. en la parte fenomenológica. Pues la fenomenología, en contraste con la historia,
emplea una metodología diferente para comprender los varios fenómenos religiosos. El
estudio fenomenológico de la religión busca individuar las características propias de
varias religiones y agruparlas, para examinar su estructura y así comprenderlas mejor. De
ahí su preferencia por el método sincrónico que pone las características religiosas en su
contexto, para facilitar una comparación general entre las religiones del mundo. Para que
el estudio fenomenológico tenga éxito, es necesario un buen conocimiento de las
religiones en su historia. Esto explica la razón para la que trataremos la fenomenología
después de la historia (si y cuando es posible). Especialmente desde la segunda mitad del
siglo XX, los historiadores han buscado emplear un método diacrónico-sincrónico que
favorezca un estudio fenomenológico de la religión. Un ejemplo llamativo es el estudio
de las religiones publicado por Mircea Eliade bajo el titulo, Histoire des croyances et des
idées religieuses (Historia de las creencias y las ideas religiosas), 3 vols., 1976-1983,
Paris. La ventaja de este método consiste en la posibilidad de captar los fenómenos
religiosos en su totalidad, sin pasar por la fisiología, la psicología, la sociología, etc. Es
decir, el método fenomenológico empleado por Eliade pretende hacer frente toda
explicación que reduce el fenómeno religioso.
No obstante, no hay que olvidar que la fenomenología de la religión se dirigía
principalmente a explicar el concepto de religión aplicado a todas las religiones de la
humanidad. En este proceso la fenomenología incluye en su objeto especialmente las
religiones impropiamente llamadas “primitivas”, pues estas se consideraron como
religiones no históricas. En consecuencia el método sincrónico y comparativo se
considera adecuado para la fenomenología. Haremos un examen más detallado de esta
metodología más adelante, y por el momento cabe notar que el área de las religiones
tradicionales o arcaicas forma una parte importante de la fenomenología.
Aquí también restringimos nuestro estudio a las religiones de África, Asia, Oceanía y las
Américas, ninguna analizada en detalle, sino desde la perspectiva antropológica: es decir,
cómo la religión sirve al hombre para que este sea o llegue a ser una persona humana.
Según esta perspectiva el sentido religioso del hombre se expresa de manera diversa en
diversas culturas y en varios tiempos. A pesar de que existe la posibilidad de hablar de un
progreso en el concepto de religión, las religiones tradicionales evidencian un aspecto
integral de cualquier tipo de sentimiento religioso. Si las religiones de hoy - las grandes
religiones del mundo - llaman nuestra atención a la trascendencia, las religiones arcaicas
nos invitan a encontrar esta trascendencia en la inmanencia. En consecuencia, el mundo
se hace el centro de estas religiones, no para que el hombre se contente de él, sino para
que pueda conservarlo sabiendo que él no es su dueño, sino sólo su administrador.
Entonces cualquier esfuerzo por aniquilar las religiones tradicionales está destinado a
destruir la propia religiosidad humana. Las visiones religiosas de la humanidad se dejan
integrarse mutuamente; eso será la meta que intentaremos conseguir en este curso.
Aunque se tiene la impresión de que nos ocupamos de las religiones en su totalidad, en
realidad tocamos sólo la cima del iceberg. Pues descartamos el judaísmo, el cristianismo,
las religiones de China, el Zoroastrismo, las religiones dualistas, las religiones del mundo
antiguo - llamadas politeísmos del Asia central, Egipto, Grecia, Europa central, Roma, las religiones de América precolombina y los movimientos religiosos de la actualidad. Lo
positivo de nuestra selección consiste en que esta ofrece una perspectiva transversal del
mundo religioso de la humanidad, y por esta razón introduce los temas centrales de un
estudio de las religiones que invita al estudiante a no mirar solamente a la montaña del
tesoro desde lejos, sino también a llevar algo de ello con él, precisamente subiéndola.
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