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CRUZADAS II Esteban: En nuestro programa anterior de Tierra Firme, veíamos con Ezequiel Dellutri los antecedentes, las causas, todo el “caldo de cultivo” que se generó en Europa para lanzar la campaña de las cruzadas, que ocupó varios siglos de historia en el viejo continente y en el cercano oriente, involucrando muchísimas personas. Ezequiel, te invito a que hoy veamos como se lanzó la primer cruzada hacia la recuperación del santo sepulcro en Jerusalén. Ezequiel: En el programa anterior vimos un poco las principales pautas. Fue lanzada por el Papa Urbano, quien hizo de alguna manera una especie de arenga con el pueblo y las clases dirigentes. La particularidad que tuvo la primera cruzada, fue que prácticamente hubo dos campañas totalmente distintas. Una campaña dirigida por el pueblo, y otra emprendida por los señores feudales y caballeros. Muchos de esto eran prácticamente mano de obra desocupada dentro de la Edad Media, hombres que habían dedicado gran parte de su vida a la lucha, la contienda y de repente no tenían nada que hacer dentro del contexto nuevo que se estaba generando. Eso fue generando mucho vandalismo. Las cruzadas entonces sirvieron para canalizar todo eso, apuntar hacia un destino determinado y alejarlo del espacio físico de Europa. Básicamente entonces tenemos dos cruzadas dentro de la denominada como primera. Es decir, hubo dos contingentes de personas que partieron. Una cruzada no profesional, formada por campesinos, gente que estaba realmente desesperada y no tenía horizontes esperanzadores dentro de aquella época, a la cual se les decía que encontrarían un lugar en el cielo si se unían a las cruzadas. Estas personas seguramente iban a terminar muriendo de hambre, pero si se aventuraban a ir, tal vez murieran de hambre y en el combate, pero al menos se aseguraban que esa muerte no sería en vano y la misma abriría la puerta al cielo. Esto fue realmente perverso, más teniendo en cuenta la trascendencia que tenía para el hombre medieval la fe. La economía de aquel entonces (tal cual dijimos en el programa anterior), dependía de los productos de la tierra, estos a su vez dependen de los ciclos naturales que a su vez dependen de Dios, pues Él manda la lluvia a su tiempo para que lo que el sembrador hizo pueda ser cosechado. La dependencia a Dios era algo relevante, aunque tal vez no era tal y cómo nosotros lo concebimos. La gran mayoría de las personas en la Edad Media, el propio Carlo Magno, eran analfabetos, de modo que los acercamientos a la Biblia estaban tabulados por lo que la “iglesia” hacía llegar. Como esta mezclaba el poder militar con el político y económico, no siempre hacia llegar fidedignamente el mensaje del evangelio. De manera que el hombre medieval creía en un ser superior, un Dios cristiano, que del cristianismo de Jesús no obtuvo mucho, más bien poco de eso y mucho del fanatismo religioso. San Francisco de Asís fue una de las pocas personas que en esta época realmente encarnaban el ideal cristiano, podemos decir con sinceridad que el papado no fue realmente el mejor representante del ideal cristiano, esto no lo decimos solamente nosotros, también la historia. Esteban: En esa cruzada entonces, que tenía ese doble componente con los ejércitos profesionales, de alguna manera fueron lanzados por el mismo Papa en el discurso dado con tanta elocuencia y las personas de a poco fueron tomando, pero a su vez hay otro personaje, Pedro el Ermitaño o el ermita quien movilizó a toda esa cantidad de gente empobrecida para sumarse a esa cruzada. Ezequiel. Pedro el Ermitaño fue una figura fascinante, esto no quiere decir que sea buena o mala, pero fascina porque fue un monje pobre de Francia, se dedicó a incentivar al pueblo desahuciado, para que fuera a las cruzadas, hizo una especie de campaña de reclutamiento enorme a lo largo de toda Europa y logró que un grupo de campesinos fuera para recuperar el santo sepulcro, sobre una base absolutamente mística...espiritual, pero entendida desde el mero ritualismo y pleno misticismo. Uno viendo esto se pregunta si no habrá un desequilibrio mental dentro de Pedro el Ermitaño para lanzar a tanta gente a la campaña sin ningún tipo de preparación. Hablamos que fueron lanzadas miles de personas sin una provisión adecuada de alimentos ni armamentos. Las armas no eran fáciles de conseguir, eran muy onerosas y sólo las poseían los caballeros profesionales. Armas como escudos y espadas eran de difícil acceso, los campesinos que se embarcaban en estas luchas carecían de estos elementos. Esteban: Así que se formó una extraña mezcla de gente profesional, del feudo, con mucho dinero y todo lo necesario para la guerra, además un séquito de figuras bien empobrecidas...eran bien extrañas las cruzadas. Ezequiel: Sí, lo interesante es fue que no fueron juntos. La cruzada reunió una cantidad de cosas, pero a pesar de lo que pretenden decir algunas personas, no logró reunir a pobres y ricos. Estos fueron por su lado y los pobres por otro, los pobres salieron primero y nunca llegaron porque obviamente no tenían las posibilidades para hacerlo. Pedro el Ermitaño era un místico pero no un buen organizador para encauzar a miles de personas de una punta a la otra del continente, había que tener una preparación estratégica muy importante, sobre todo en la Edad Media, donde no podían detenerse en una ciudad y aprovisionarse. Esteban: Imagínate que nadie querría recibir a una turba tan enorme ¿Con qué alimentarían a tanta gente? Más bien eran repelidos por quienes pasaban en el camino. Ezequiel: Por supuesto, daban miedo. Llegaba una turba hambrienta de muchísimas personas, se sabe que la ciudad iba a ser saqueada y efectivamente sucedió a lo largo de todas las cruzadas, cada vez que un ejército llegaba a una ciudad la saqueaban para conseguir comida, incluso despojaban las ciudades cristianas, entonces cuando veían acercarse a un ejército de estos, empezaban a temblar, porque sabían que no le podían brindar todo lo que necesitarían. Esteban: Además presentaban la excusa de que venían en una campaña de fe, por tanto había que darle lo que fuera, si no ayudaban eran una especie de hereje. Ezequiel: Esteban, dicen que incluso llegaron al canibalismo por el hambre que sufrieron, además muchos sufrieron hambruna en el camino. La cruzada de Pedro se terminó diluyendo antes de cumplir cualquier objetivo por la falta de una adecuada organización. Esto lo vemos claramente el día de hoy, la manipulación del poderoso hacia el pobre, por otro lado, está el manejo que puede hacer una persona; al margen de si es rico o no, con alguien que tiene una necesidad. A veces vemos ese discurso que nos venden vinculado con la fe: “Deje de sufrir, Dios puede solucionar todos sus problemas, suplir todas sus falencias”, un discurso que no lo encontramos en la Biblia, pero que de alguna manera manipula a la persona para llevarla a un determinado lugar y obtener algún rédito. Lo cierto es que no es bíblico, ni prometido por Dios, constituye una minimización de lo que Dios puede hacer por una persona. Cuando digo que a Dios lo necesito para dejar de sufrir estoy dejando de lado lo más importante, que Dios da sentido a mi vida no quita mi sufrimiento pero me explica por que lo padezco, lo cual es mucho más importante. Esteban: Hacemos una pausa en Tierra Firme y la charla con Ezequiel Dellutri, estamos mirando específicamente la primera cruzada en el 1095 al 1099, ubicándonos en una encrucijada, la cual hizo que toda una generación se lanzara en pos del santo sepulcro para recuperarla de “los infieles” del mundo musulmán. Ya volvemos. PAUSA... Esteban: Recorríamos recién con Ezequiel Dellutri mirando las cruzadas, estábamos metiéndonos de lleno en la primera hablábamos antes de la pausa de Pedro el Ermitaño que logró llegar a la puerta de la ciudad bizantina, frente a todo ese pueblo tan culto y con un estilo de vida tan refinado y un ejército del pueblo tan empobrecido, me imagino el impacto que debe haber ocasionado y el espectáculo tremendo que debe haber sido. Ezequiel: Por supuesto, pues era un ejército que no tenía ningún tipo de capacidad militar y el emperador necesitaba sumar a la fuerza que él tenía para reconquistar los territorios que les habían quitado. Lo curioso es que la cruzada militarmente más preparada tampoco dejó una muy buena impresión, porque no eran el tipo de personas que ellos esperaban, no tenían nada de refinamiento. Era gente ruda, acostumbrada a vivir en el campo y a tener batallas, de manera que carecían de modales dentro de la corte y eso ocasionó una impresión bastante desagradable. Sobre todo porque cuando llegaron lo primero que le mandaron a hacer al ejército profesional fue jurar lealtad al emperador, además, jurar que cada ciudad conquistada se las darían, porque de alguna manera estaban recuperando territorio para él, estaban ahí de algún modo para hacer un favor. Esto ocasionó mucho malestar dentro de los cruzados que ya sabían e iban con la esperanza (sobre todo sus capitanes) de conquistar ciudades y poder gobernarlas ellos. Esto causó algunas dificultades, de todas maneras hubo un grupo que fue aparte y nunca juró lealtad al emperador, entonces lograron conquistar algunas ciudades y quedarse con ellas. Lo que no deja de ser bastante patético. No olvidemos que ellos iban con el fin de colaborar. Esteban: La causa religiosa, la fe quedó mezclada con los objetivos personales de enriquecimiento lo cual creó ese ambiente tan difícil de entender que luego ocasionó un ambiente hostil hacia el cristianismo en esa zona del mundo que hasta el día de hoy sigue permaneciendo. Así que ahí se lanzaron estos soldados. Ezequiel: Así fue. Para llegar a Jerusalén obviamente tenían que conquistar a otras ciudades, no podían pasar por el costado de las demás ciudades turcas, debían ir haciendo una serie de conquistas y en Antioquia tuvieron una de las más importantes al poder tomar la ciudad luego de bastante tiempo de estar asediándola usando una técnica de combate bastante básica que se usa cuando se enfrenta un ejército con una ciudad, lograron conquistarla. Usaron una especie de estratagema, un soldado que no estaba a punto, ni muy conforme con todo lo que pasaba se pasó al otro bando, a los cruzados y por medio de él el ejército occidental pudo ingresar a la ciudad, ejército de unos ochenta a noventa soldados que logró abrir una de las puertas y por medio de eso entraron los demás cruzados y se apoderaron de la ciudad. Pero, poco tiempo después se enteran que un ejército turco está yendo para intentar recuperarla, claro, ellos estaban debilitados luego de una lucha muy cruenta, pero de alguna manera el elemento místico de nuevo jugó a favor porque uno de los cruzados dijo tener una visión que en el piso de la Iglesia de Antioquia estaba la famosa lanza por la cual se abrió el costado de Jesús, obviamente, en el contexto de la Edad Media se le daban poderes cuasi mágicos a esta lanza y efectivamente, levantaron el piso de la iglesia y encontraron la lanza. Se supone que todo esto fue preparado para levantar el ánimo de las personas y mal no le fue porque cuando los turcos llegaron, fueron derrotados y gracias a que conservaron la ciudad de Antioquia más tarde llegaron a la ciudad de Jerusalén y lograron conquistarla. Esteban: Esto también muestra que esta época en que apareció todo ese culto, ese desarrollo de lo que son las reliquias: el santo grial, la lanza que abrió el costado de Jesús y otros elementos más que fueron dando fuerzas para lograr los preciados tesoros de guerra. Ezequiel: Seguro. Es lamentable que el ser humano intente cifrar el poder de Dios en un objeto. Él es un ser espiritual, no necesita atarse a ningún objeto ni a la realidad material, no obstante el ser humano tiene la obstinación o falta de madurez espiritual como para que de alguna manera diga que “este o aquel objeto tiene poder y reside en el objeto” como si de alguna manera Dios se rebajara a ingresar dentro de una lanza. Esto formaba parte de la concepción del mundo que tenían en la Edad Media y de alguna manera conservamos aún hoy. El fetichismo, pensar que en un objeto puede haber algún tipo de salida. ¿Por qué pensamos esto? Creo Esteban que es más fácil pensar que debo auto analizarme y cambiar para llegar a más. Es más fácil decir, si consigo la lanza venceré que si tengo que mentalizarme para la batalla, si tengo que hacer las cosas bien para que de alguna manera Dios me vaya acompañando. Pero como ellos sabían que las cosas muy bien no las estaban haciendo me parece a mí, de alguna manera en eso encontraron la forma de tener a Dios acompañándolos. Esteban: Bueno, entonces fue una época también trágica en ese sentido. Porque aparecieron toda una serie de elementos para reforzar los compromisos políticos, de ejércitos, económicos, para poder mantener el espíritu de los soldados peleando. Siendo esta una de las cruzadas más exitosas. Ezequiel: Sí, creo que cualquier método era bueno para ellos, pues tenían un objetivo y lo querían cumplir a toda costa. La pregunta sería ¿Hasta qué punto lo que hacían era con convicción? Ese es el gran tema de la Edad Media, la mayoría de lo que ellos hacían lo realizaban con convicción, pensando que era lo correcto, estaban convencidos de ello. Esto no los justifica, porque uno se puede auto convencer de cosas negativas. El ser humano en general, es experto en el arte de auto engañarse. El ejemplo más común, pensemos en un chico que le va mal en todas las materias pero siempre la culpa la tiene el profesor, tiene diez materias por rendir pero los diez profesores lo odian. El ser humano crea en su interior una neo - realidad, que no coincide con los hechos concretos donde “el profesor vive para odiarlo y hacerle la vida imposible”. En muchas ocasiones tuvimos la oportunidad de hablar con mujeres engañadas por sus maridos y de alguna manera aunque tienen todas las evidencias nunca terminan por verlo, porque la realidad es tan dolorosa que prefieren no hacerlo. El auto engaño es una forma de defensa del ser humano. Considero que quienes vivían en este tiempo de las cruzadas, lo hacían en un autoengaño, una especie de burbuja que crearon a su conveniencia, una neo realidad creada como alternativa y que a su vez era la que más les convenía en ese contexto histórico. Lo interesante de todo esto, si lo analizamos desde un punto de vista cristiano, es que cuando una persona se aferra a Dios puede vivir su vida en la realidad sin alienarse de lo concreto, lo real, sabiendo las cosas como son, aún si los hechos son duros como muchas veces nos toca vivir a cada uno, pero a pesar de ello, uno puede vivir una vida plena igual. Es maravilloso, lástima que los cruzados no tuvieron en su momento la capacidad para verlo y/o aprovecharlo. La realidad, por más mala y negativa que sea, siempre es preferible a la mentira, sin embargo muchas veces optamos por la ilusión. Que bueno sería que todos sintiéramos esto, la necesidad de ver las cosas como son, pero que no nos agobien, sino verlas y vivir la realidad tal cual es. Esteban: Así que hay un gran desafío para todos nosotros, aprender de esta época de las cruzadas, de todos esos errores que con la mirada del siglo XXI parecen infantiles, pero que al igual que ellos, de otras maneras corremos el riesgo de cometerlos hoy también. Ezequiel: Creo que sí. El error del auto engaño es una tendencia típicamente humana que cometemos todos. Esto no solamente aparece en la Biblia (la tendencia humana al auto engaño), sino también en el arte, tendencia a considerar como preferible la mentira y la “felicidad”, a la verdad y a la “infelicidad”, como si ambas cosas (la verdad y la felicidad) no fuesen compatibles. En este momento me viene a la cabeza la obra de teatro de Alejandro Casola “Los árboles mueren de pie” donde se genera todo un engaño y finalmente, aunque conscientes del engaño, prefieren esto porque vivir en eso les da consuelo y felicidad. Muchas veces nos pasa exactamente los mismo, vivimos en el engaño, nos da felicidad. Lo maravilloso ante todo esto es que Dios nos dice que podemos vivir en la verdad y a la vez, tener vidas plenas. Pienso que ante todo esto, debemos animarnos a vivir en la verdad, tomados de la mano de Dios para poder soportar la verdad viviendo nuestras vidas con plenitud y alegría.