Download EL PARALELISMO ENTRE EL JUDAÍSMO Y EL CRISTIANISMO

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EL PARALELISMO
LAS
SEÑALES
ENTRE
DE
EL JUDAÍSMO
YLOS
EL CRISTIANISMO
TIEMPOS
Sábado,
2008
Viernes,1510dedenoviembre
octubre dede2008
Río de Janeiro-RJ,
Brasil
Ciudad
Panamá, Panamá
Rev.
Rev. William
William Soto
Soto Santiago,
Santiago, Ph.D.
Ph.D.
NOTAS
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y
exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo
tanto cualquier error en este escrito es estrictamente
error de audición, transcripción e impresión; y no debe
interpretarse como errores del Mensaje.
El texto contenido en esta Conferencia, puede ser
verificado con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para propósitos
personales de estudio, hasta que sea publicado
formalmente.
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
seguridad y la esperanza de vivir eternamente con Cristo en
Su Reino eterno.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen
pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo
nuestro Salvador.
“EL PARALELISMO ENTRE EL JUDAÍSMO Y EL
CRISTIANISMO.”
EL PARALELISMO
ENTRE EL JUDAÍSMO
Y EL CRISTIANISMO
Rev. William Soto Santiago, Ph.D.
Sábado, 15 de noviembre de 2008
Río de Janeiro-RJ, Brasil
eliz aniversario a esta Iglesia que lleva ya 11 años de la
construcción de este templo: parabién, y que las
bendiciones del Eterno sean sobre su ministro, Gilberto
Malafaia. Esta Iglesia ha estado dándole luz, la Luz de Cristo
a toda esta comunidad y también a otras comunidades de la
República del Brasil, lo cual es un privilegio dar luz, la Luz de
Cristo a otras personas y a otras comunidades. Mi cordial
saludo al pastor Malafaia y también al cuerpo ministerial
presente en esta ocasión, y a todos ustedes.
Para esta ocasión quiero leer un pasaje de Primera de San
Pedro, capítulo 2, versos 9 al 10 que nos dice:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
En este pasaje encontramos un Orden sacerdotal nuevo
que ha sido establecido en un nuevo Pacto, y por esa causa
podemos encontrar un paralelo entre el Judaísmo y el
Cristianismo.
El Judaísmo, encontramos que era la Iglesia del Antiguo
Testamento (o sea, el pueblo hebreo), y ahora, la Iglesia del
Nuevo Testamento está compuesta por los creyentes en Cristo.
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
Encontramos al pueblo hebreo descrito por Dios en el Éxodo,
capítulo 19, dice verso 4 en adelante:
“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os
tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi
pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente
santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.”
Bajo el pacto establecido por Dios a través del profeta
Moisés, encontramos un pueblo de sacerdotes, el cual estaba
bajo la Dispensación de la Ley. Y ahora, bajo el nuevo Pacto,
o sea, en el Nuevo Testamento encontramos un pueblo de
sacerdotes y gente santa, y dice San Pedro que este pueblo es
un real sacerdocio, o sea, pertenece al real sacerdocio.
Y ahora, tenemos dos pueblos sacerdotales: el pueblo
hebreo bajo el Judaísmo, y el Cristianismo, compuesto por
todos los creyentes en Cristo. El apóstol Pablo en Hebreos,
capítulo 7, nos dice de la siguiente manera, verso 11 en
adelante:
“Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico
(porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad
habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden
de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de
Aarón?
Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya
también cambio de ley.”
Y ahora, hubo un cambio de sacerdocio, del sacerdocio de
Aarón que es el sacerdocio levítico, ahora ha cambiado al
Sacerdocio según el Orden de Melquisedec del cual Jesucristo
es el Sumo Sacerdote, y por consiguiente todos los creyentes
en Cristo pertenecen a ese Orden sacerdotal que es celestial,
del Templo que está en el Cielo.
EL PARALELISMO ENTRE EL JUDAÍSMO Y EL . . .
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poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las
cosas.”
Para todas las personas que están dentro del nuevo Pacto,
tienen la promesa de que en la Venida del Señor serán
transformados, tendrán un cuerpo glorificado como el cuerpo
glorificado de Jesucristo, Él lo va hacer, Él lo ha prometido;
a todo lo que Cristo es heredero, también lo son todos los
creyentes en Cristo.
Cristo es Rey, los creyentes en Cristo son Reyes; Cristo es
el Sumo Sacerdote del Cielo, los creyentes en Cristo son
Sacerdotes también, porque Jesucristo con Su Sangre nos ha
limpiado de todo pecado y nos ha hecho para nuestro Dios
Reyes y Sacerdotes, y dice: “Y reinaremos con Cristo,” dice
que reinaremos por mil años, eso es en el Reino milenial, eso
está en Apocalipsis, capítulo 1, verso 5 al 6; Apocalipsis,
capítulo 5, verso 9 y 10; y Apocalipsis, capítulo 20, verso 4 al
6. Ahí tenemos las grandes bendiciones contenidas en esas
promesas divinas para todos los creyentes en Cristo, los cuales
pertenecen a un Orden sacerdotal celestial del cual el Sumo
Sacerdote es nuestro amado Señor Jesucristo, y pertenecen a
la Realeza del Reino celestial, y Jesucristo es el Rey de reyes
y Señor de señores. Por eso somos herederos de Dios y
coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro.
Reitero mis felicitaciones a esta Iglesia en este aniversario
undécimo, por estar dándole luz a toda la comunidad y a otras
comunidades dando la Luz de Cristo, para que puedan creer
y entrar al nuevo Pacto y formar parte de la Iglesia del Señor
Jesucristo.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en
esta ocasión.
Manténganse firmes creyendo en Cristo y siguiéndole
todos los días de vuestra vida, y el que todavía no lo ha
recibido, recíbalo lo más pronto posible para que así tenga la
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
Esa es la forma en que se entra al Reino de Dios, como le
dijo Cristo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan: “De
cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del
Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.”
La forma para entrar al Reino de Dios ya ha sido
establecida, y ahora toda persona puede entrar al Reino de
Dios por medio de Cristo, no hay otra forma. Y todos los que
han recibido a Cristo y luego obtienen el nuevo nacimiento
nacen del Cielo, y por lo tanto son ciudadanos celestiales,
porque la persona es ciudadana del país donde nace, y el
nuevo nacimiento no es terrenal, es del Cielo.
Por lo tanto, es ciudadano de la nueva Jerusalén toda
persona que cree en Cristo y ha nacido de nuevo, de eso es
que nos habla San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al
21. Vean, y ahora, no desechamos la ciudadanía terrenal en
ninguna manera, porque esa ciudadanía terrenal tiene que ver
con nuestro nacimiento aquí en la Tierra, pero la ciudadanía
celestial tiene que ver con nuestro nacimiento en el Cielo, o
sea, el nuevo nacimiento. Por eso San Pablo dice, capítulo 3,
verso 20 al 21 de Filipenses:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo...”
Y esto parece un poco raro que una persona diga que es
ciudadano del Cielo, pero el que comprende lo que es el nuevo
nacimiento, comprende que toda persona creyente en Cristo
nacida de nuevo es un ciudadano celestial, porque el nuevo
nacimiento es del Cielo y su nombre está escrito en el Cielo en
la nueva Jerusalén, en el Libro de la Vida del Cordero. Sigue
diciendo el apóstol Pablo:
“...de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
EL PARALELISMO ENTRE EL JUDAÍSMO Y EL . . .
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Y ahora, todos los creyentes en Cristo son sacerdotes, pero
el Sumo Sacerdote es Jesucristo, así como en medio del
pueblo hebreo hubo un orden sacerdotal en el cual los hijos de
Aarón tenían el sacerdocio y eran levitas, pero hubo uno entre
ellos, que era el mayor de todos, o sea, el sumo sacerdote.
Y ahora, encontramos un paralelo entre el orden sacerdotal
del Antiguo Testamento y el Orden sacerdotal del Nuevo
Testamento; ya el orden sacerdotal del Antiguo Testamento,
el orden de Aarón, no tiene templo, por consiguiente no puede
hacer el sacrificio de expiación para la reconciliación del
pueblo con Dios conforme a Levítico, capítulo 16, versos 1 al
9, y no puede hacer el sacrificio en otro lugar que no sea el
templo, y allí lo que está es una mezquita, y no es un templo
hebreo.
Por lo tanto, el pueblo hebreo bajo el orden sacerdotal
levítico o de Aarón, no tiene sacrificio, y por lo tanto no hay
reconciliación con Dios ni perdón de Dios, porque no hay un
sacrificio de expiación.
Pero ahora, hay un nuevo Orden, es un Orden celestial
según el Orden de Melquisedec que es eterno y que el orden
levítico del cual Aarón era el sumo sacerdote (el primero de
ellos), ese orden era solo el tipo y figura del que está en el
Cielo, el cual es eterno; y para que nosotros podamos
comprender cómo es en el Cielo y cómo funciona el Templo
celestial, lo ha mostrado por medio de ese orden sacerdotal
terrenal.
Y ahora, el Orden sacerdotal y Templo que está
funcionando ante Dios, no es el de Aarón, ni tampoco el
templo terrenal que estaba en Jerusalén, ya no está; el que está
funcionando es el que está en el Cielo.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo es el Templo
espiritual que está en el Cielo y que representa, está en
representación en la Tierra del Templo celestial, y en ese
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
Orden de Melquisedec Jesucristo es el Sumo Sacerdote, y yo
soy Sacerdote de ese Orden celestial, ¿y quién más? Cada uno
de ustedes también, y es bajo un nuevo Pacto.
Y Dios había prometido un nuevo Pacto en Jeremías,
capítulo 31, versos 31 al 36, y dijo que haría un nuevo Pacto
con la casa de Israel y con la casa de Judá, y luego cuando
vuelve a repetir sobre el nuevo Pacto, dice que hará un nuevo
Pacto con la casa de Israel.
Cuando nos habla de la casa de Israel y de la casa de Judá,
se refiere al reino del Norte con diez tribus, que comenzó con
el rey Jeroboam cuando el reino de David fue dividido, y diez
tribus le fueron dadas a Jeroboam, y Roboam, el hijo de
Salomón, quedó con dos tribus: la tribu de Judá y la tribu de
Benjamín, más los levitas que quedaron en Jerusalén al
servicio del templo.
Y ahora, se le llama al reino del Sur compuesto por la
tribu de Judá y la tribu de Benjamín, se le llama “el reino de
Judá o casa de Judá.” Y al reino del Norte compuesto por las
diez tribus que le fueron dadas a Jeroboam, se le llama “el
reino de Israel,” el reino del Norte, también se le llama en
algunas ocasiones “el reino de Efraín.”
Y ahora, esa es la casa de Israel, el reino del Norte.
Cuando Jesucristo vino a la Tierra en el capítulo 10 de San
Mateo y capítulo 15, Él dice: “Yo no he venido sino a las
ovejas perdidas de la casa de Israel,” y también cuando envió
a Sus discípulos a predicar, les dice que vayan a las ovejas
perdidas de la casa de Israel.
Y ahora, podemos ver que cuando nos habla de la casa de
Israel y de la casa de Judá, se refiere a estos dos reinos que
fueron el resultado de la división del reino de David en las
manos del rey Roboam.
Y ahora, la promesa es que Dios hará un nuevo Pacto, y si
Dios dijo que hará un nuevo Pacto, Él no puede fallar. En
EL PARALELISMO ENTRE EL JUDAÍSMO Y EL . . .
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Melquisedec, del Reino celestial, por eso Él es el Rey de reyes
y Señor de señores.
Ahora, podemos ver el paralelo que hay entre el Judaísmo
y el Cristianismo. Tenemos un sinnúmero de pasajes bíblicos
que nos muestran todas estas cosas; tenemos a Cristo reflejado
en el Antiguo Testamento en diferentes personas: en Abel,
también en Adán; en Adán Cristo es reflejado como el
Segundo Adán, y Eva representa la Iglesia del Señor
Jesucristo, eso es en Adán y Eva; y en Abel está representado
Cristo muriendo, y luego en Set está representado Cristo
resucitado.
También tenemos a José, el tipo y figura más perfecto de
Cristo, la persona en el cual Dios se reflejó en forma más
perfecta, José tipifica a Cristo; así como José fue vendido,
Cristo fue vendido por una piezas de plata, así como José fue
echado, había sido echado en una cisterna vacía, lo cual
tipifica muerte y sepultura, y luego al ser sacado, resurrección,
Cristo, vean ustedes, murió y resucitó.
Después José fue llevado a Egipto, y luego de pasar ciertas
etapas, llegó a ser segundo en el reino del faraón, y Cristo
subió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Y ahora, podemos ver en José el tipo y figura de Cristo;
tenemos un sinnúmero de pasajes en donde Cristo está
tipificado, porque toda la Biblia habla de Cristo, tanto en los
personajes como en los sacrificios.
Y ahora, nos encontramos viviendo bajo un nuevo Pacto,
en el cual toda persona tiene la oportunidad de obtener la Vida
eterna por medio de Cristo, recibiéndolo como único y
suficiente Salvador, Cristo lo recibe, lo perdona, con Su
Sangre lo limpia de todo pecado, es bautizado en agua, Cristo
lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona
el nuevo nacimiento, y la persona viene a ser un miembro del
Reino de Cristo.
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
Cristianismo, la Iglesia del Señor Jesucristo nació en Jerusalén
el Día de Pentecostés, y la salvación vino de los judíos porque
Cristo nació entre los judíos, de una familia judía descendiente
del rey David, y nació en Belén de Judea. O sea, que el pueblo
hebreo le ha dado al Cristianismo muchas cosas buenas, y el
Cristianismo ama a los judíos; de los judíos vino la salvación
para el Cristianismo, vino el Salvador y vino el nuevo Pacto.
Y ahora, estamos viendo el paralelo que hay entre el
Judaísmo y el Cristianismo. Hemos visto también que el
Cristianismo es un pueblo sacerdotal como el pueblo hebreo,
y por eso tiene el pueblo hebreo sacerdotes allá en el Antiguo
Testamento, y en el Nuevo Testamento el Cristianismo tiene
ministros que trabajan en la Obra de Dios.
Y también cada creyente en Cristo es un sacerdote, y no
solamente Sacerdote, sino Reyes también, porque vienen de
Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores, el cual es no
solamente Sumo Sacerdote del Orden de Melquisedec, sino
Rey también de ese Orden celestial.
Y ese Orden celestial va a ser establecido en la Tierra, ese
es el Orden que estaba establecido en el tiempo del rey David
y del rey Salomón, por eso el reino de David es llamado el
Reino de Dios, y el trono de David es llamado el Trono de
Dios. Por lo tanto, es la representación del Reino y Trono de
Dios aquí en la Tierra.
Y ahora, los creyentes en Cristo que forman la Iglesia de
Jesucristo, la cual es la Casa de Dios: el Templo espiritual de
Cristo aquí en la Tierra y representa el Templo celestial, y por
eso oran a Dios: “Padre, en el Nombre del Señor Jesucristo.”
Por medio de Jesucristo el Sumo Sacerdote tenemos acceso al
Padre celestial, en el Templo celestial.
Ya no se necesita el templo allá en Jerusalén, el Templo
celestial está funcionando y Cristo es el Sumo Sacerdote de
ese Templo y también es el Rey según el Orden de
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Hebreos, capítulo *9 el apóstol Pablo nos habla de un nuevo
Pacto y nos dice de la siguiente manera, dice el verso 11 en
adelante:
“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más amplio y más perfecto
tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta
creación.”
Y ahora, fue hecho el Sacrificio de Cristo, sin embargo la
Sangre de Cristo no fue llevada al templo terrenal, pero Él
subió al Cielo y se presentó con Su propia Sangre en el
Templo celestial en el Lugar Santísimo, para allí hacer
intercesión por cada persona que lo recibiría como su
Salvador, y todo esto corresponde al nuevo Pacto que Dios
prometió hacer con la casa de Israel y con la casa de Judá.
Y ahora, vamos al capítulo 8, habíamos leído el capítulo
9, verso 11; y ahora, capítulo 8, dice:
“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó
a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo
que levantó el Señor, y no el hombre.
Porque todo sumo sacerdote está constituido para
presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que
también éste tenga algo que ofrecer.
Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería
sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las
ofrendas según la ley;
los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas
celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir
el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas
conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.”
Aquellas cosas que fueron establecidas en el tabernáculo
que construyó Moisés y el templo que construyó el rey
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REV . WILLIAM SOTO SANTIAGO , PH .D.
Salomón, son el tipo y figura de las cosas que están en el
Cielo en el Templo celestial. Sigue diciendo:
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es
mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores
promesas (un mejor Pacto, el nuevo Pacto).
Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto,
ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de
Judá un nuevo pacto;
No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la
tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de
Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo.”
Aquí nos muestra un nuevo Pacto que Dios prometería, el
cual San Pablo nos enseña que es el nuevo Pacto, al cual los
creyentes en Cristo entran cuando reciben a Cristo como su
único y suficiente Salvador, por lo cual también dice en el
capítulo 13, verso 20 de Hebreos, dice:
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro
Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre
del pacto eterno (por la Sangre del Pacto eterno).”
Y ahora, la Sangre del Pacto eterno es la Sangre de
Jesucristo, por eso en la última cena en la víspera de la
EL PARALELISMO ENTRE EL JUDAÍSMO Y EL . . .
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Pascua, en el capítulo 26, versos 26 al 29 de San Mateo,
Cristo da el pan a Sus discípulos y dice: “Comed de ello todos
(diciéndoles), este es mi cuerpo.” Y luego da la copa de vino
habiendo dado gracias, y les dice: “Tomad de ella todos
(dice), porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por
muchos o por vosotros es derramada.”
Y ahora, Cristo nos habla del nuevo Pacto y nos habla que
Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto, aquí estamos viendo
un paralelo entre el Judaísmo y el Cristianismo: el Judaísmo
tenía un templo, tenía un sacrificio, tenía la sangre de la
expiación; y ahora, también el Judaísmo tenía la fiesta de la
Pascua en conmemoración al cordero pascual que se sacrificó
en Egipto, cada padre de familia lo sacrificó y colocó la sangre
en el dintel y los postes de sus hogares para la preservación de
la vida de los primogénitos.
Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que el
Cristianismo tiene el Cordero de Dios, Juan el Bautista cuando
vio a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo.” Y Él murió y derramó Su Sangre y ha
sido aplicada en el corazón de cada creyente en Cristo, para la
preservación de la Vida eterna de cada creyente en Cristo. Es
la única forma para poder vivir eternamente.
Y ahora, vean ustedes, el pueblo hebreo bajo el Judaísmo
tiene un cordero pascual allá sacrificado en Egipto, y luego
los... sacrificaban uno siempre en la víspera de la pascua cada
año, pero ahora el Cristianismo tiene el Cordero pascual:
Jesucristo. Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7, ahí dice
San Pablo:
“Porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada
por nosotros.”
¿Ven? Cristo es el Cordero de Dios, Cristo es el Cordero
pascual, Cristo es la Pascua del Cristianismo, y ahí tenemos el
paralelo del Judaísmo y el Cristianismo. De Israel vino el