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246-251 TRATAMIENTO ENFERM 26/2/07 17:03 Página 246 REVISIONES Tratamiento en la enfermedad de Whipple. Caso clínico y revisión C. Pellicer Franco, M.ª P. Ascunce Saldaña Resumen La enfermedad de Whipple (EW) es una rara enfermedad sistémica, de evolución crónica, causada por la bacteria Tropheryma whippelii (TW). Los síntomas son muy variados, tanto gastrointestinales como extraintestinales, según sea la localización de la bacteria. Debido a que comparte síntomas y características con otras enfermedades causadas también por bacterias, el diagnóstico precoz es muy complicado y necesita de numerosas pruebas. El método para su diagnóstico definitivo es el estudio histológico. La TW se describió por primera vez hace casi un siglo, pero sigue siendo una incógnita en nuestros días su mecanismo de transmisión, reservorio, tratamiento más efectivo, etc. Es muy importante iniciar el tratamiento lo antes posible, debido a que la enfermedad puede llegar a ser mortal, y éste debe prolongarse durante un año para evitar las recidivas, las cuales afectan al sistema nervioso central, de ahí lo importante de realizar un seguimiento farmacoterapéutico para asegurarse de que el paciente completa el tratamiento. Las bases del tratamiento han sido hasta ahora empíricas, utilizándose Estreptomicina más β-lactámico para comenzar y continuando con trimetoprin-sulfametoxazol como tratamiento domiciliario. Pero el conocimiento de sus características microbiológicas ha llevado a probar otros antibióticos y el logro de su cultivo in vitro a la realización de antibiogramas de sensibilidad. Describimos el caso clínico de un hombre de 61 años que presentaba síntomas gastrointestinales; el diagnóstico definitivo de EW se alcanzó con una biopsia iniciándose entonces el tratamiento con antibióticos con los que evolucionó adecuadamente. Ha seguido tratamiento domiciliario y se le ha realizado un seguimiento en consulta, donde se le detectó una neuropatía periférica, la cual remitió espontáneamente y el paciente continúa asintomático. Abstract The Whipple`s disease is a rare systematic disease, of chronic evolution, caused by the bacterium Tropheryma whippelii (TW). The symptoms are very various; so much gastrointestinal as extraintestinal, as be the locating of the bacterium. Due to that shares symptoms and characteristics with other illnesses caused also by bacteriums, the premature diagnosis is very complicated and needs numerous tests. The method for its final diagnosis is the Autores: Palabras clave: Consuelo Pellicer Franco. Residente de Farmacia. Servicio de Farmacia. Complejo Hospitalario de Pontevedra. Enfermedad de Whipple. Tropheryma whippelii. Estreptomicina, β-lactámico, Trimetoprim-Sulfametoxazol. Gastrointestinal. Sistema nervioso central. M.ª Pilar Ascunce Saldaña. FEA. Servicio de Farmacia. Complejo Hospitalario de Pontevedra. Key words: Correspondencia: Whipple’s disease. Tropheryma whippelii. Streptomycin. B-lactamic. Trimethoprim-sulfamethoxazole. Gastrointestinal. Central nervous system. Consuelo Pellicer Franco Loureiro Crespo, 2 36001 Pontevedra Correo electrónico: [email protected] Tel.: 678 88 17 27. 246 • Pharmaceutical Care España 2006; 8(5): 199-252 Agradecimientos A E. Fernández Salgado, residente del Servicio de Digestivo del Complejo Hospitalario de Pontevedra, por su amable colaboración y asesoramiento. 246-251 TRATAMIENTO ENFERM 26/2/07 17:03 Página 247 C. PELLICER FRANCO, M.ª P. ASCUNCE SALDAÑA histological study. The TW was described for the first time almost a century ago, but continues being an unknown quantity in our days its mechanism of broadcast, reservoir, more effective processing, etc. It is very important to iniciate the processing as soon as possible, due to that the disease can come be mortal, and this should be prolonged during a year to avoid the relapses, which damage the central nervous system, from there what is important to carry out a pharmacotherapeutics monitoring to the patient to be assured that being utilized Streptomycin more b-lactamic to being and continuing with trimethoprim-sulfamethoxazole as home processing. But the knowledge of its microbiologicals characteristic has carried to test other antibiotics and the achievement of its cultivation in vitro to the execution of antibiograms of sensibility. We describe the clinic case of a man of 61 years that presented gastrointestinal symptoms, the final diagnosis of Whipple`s disease was reached with a biopsy being initiated then the processing with antibiotics with the ones that evolved adequate. It has followed home processing and has been carried out a monitoring in outpatients department, where was detected a pheripheral neuropathy, which remitted spontaneously and the patient continues asymptomatic. y aún es más importante completarlo para evitar las recidivas, las cuales afectan principalmente al sistema nervioso central. El paciente debe continuar tomando los antibióticos hasta completar el año de tratamiento; por lo tanto es importante en estos pacientes un seguimiento posterior en consulta. El tratamiento de la enfermedad ha sido hasta ahora empírico, pero nuevos hallazgos han propiciado que se prueben otros antibióticos a partir de sus características microbiológicas y gracias a su cultivo se han realizado recientemente pruebas de antibiograma para mejorar el tratamiento sobre una base experimental. Describimos el caso clínico de un hombre de 61 años que presentaba síntomas gastrointestinales. El diagnóstico definitivo de EW se alcanzó con una biopsia iniciándose entonces el tratamiento con antibióticos con los que evolucionó adecuadamente. Ha seguido tratamiento domiciliario y se le ha realizado un seguimiento en consulta, donde se le detectó una neuropatía periférica. Ésta remitió espontáneamente y el paciente continúa asintomático. Caso clínico Introducción La enfermedad de Whipple (EW) es una rara enfermedad sistémica, de evolución crónica, que afecta principalmente al tracto gastrointestinal, y está causada por la bacteria Tropheryma whippelii (TW). Hombre de raza blanca, de 61 años, acude a urgencias refiriendo melenas, epistaxis recidivante y epigastralgia. Tiene antecedentes personales de artropatía degenerativa, con artritis migratoria, controlada en consultas de reumatología desde 1998 y enfermedad de Raynaud. Los síntomas son muy variados, dependiendo de la localización de la bacteria; lo más usual es que éstos sean gastrointestinales, sobre todo al principio de la enfermedad, aunque ya han aparecido casos que presentan exclusivamente síntomas extraintestinales. En urgencias también refiere astenia, pérdida de peso importante en los últimos 2-3 meses, y dolor costal pleurítico. Debido a que comparte síntomas y características con otras enfermedades causadas también por bacterias, como por ejemplo Mycobacterium, el diagnóstico precoz es muy complicado y necesita de numerosas pruebas. El método para su diagnóstico definitivo es el estudio histológico. En la analítica que se realiza al ingreso se observa una importante anemia normocítica, siendo el hemograma el siguiente: H: 2.410.000 (N: 5.000.000); Hb: 7 g/dl (N: 12); Hcto: 21% (N: 47%); VCM 87. Además, presenta trombopenia (plaquetas=18.000) de origen desconocido, leucocitosis [leucocitos =12.300/mm3 (N: 4.000-11.000 mm3)], y datos de malabsorción (albúmina: 2 g/dl, triglicéridos: 82 mg/dl, colesterol: 103 mg/dl, calcio: 7,6 mg/dl). La TW, a pesar de haberse descrito por primera vez hace casi un siglo, sigue siendo una gran desconocida en nuestros días. Hay que tener en cuenta que se clasificó en 1992 y que se consiguió cultivar por primera vez en el año 2000, por tanto solo hay hipótesis en cuanto a su origen, transmisión, etc. Es muy importante iniciar el tratamiento lo antes posible, debido a que la enfermedad puede llegar a ser mortal, Se le administra concentrado de hematíes y plaquetas, e ingresa en planta. Entre las pruebas diagnósticas se le realiza una gastroscopia, sugiriendo como primera posibilidad diagnóstica una infiltación gastroudenal por linfoma o linitis plástica. Ante esta se sospecha se realizó, de acuerdo con el servicio de hematología, tomografía computarizada (TC) Pharmaceutical Care España 2006; 8(5): 199-252 • 247 246-251 TRATAMIENTO ENFERM 26/2/07 17:03 Página 248 TRATAMIENTO EN LA ENFERMEDAD DE WHIPPLE. CASO CLÍNICO Y REVISIÓN toracoabdominal y además, una ecoendoscopia digestiva alta. Tras realizar estas exploraciones, se recibe el resultado de anatomía patológica, donde la biopsia muestra, en los fragmentos de la mucosa duodenal, un infiltrado de células de aspecto histiocitario que contiene en su citoplasma un material granular PAS positivo. Para descartar una infección por Mycobacterium se le realiza una tinción Zielh-Nielsen la cual resulta negativa, todo lo cual es concordante con la enfermedad de Whipple. Revisión de la enfermedad de Whipple Esta enfermedad fue denominada lipodistrofia intestinal por George H. Whipple, que la describió por primera vez en 1907. Hoy en día sigue siendo una rara enfermedad sistémica, siendo menos de 1.000 los casos publicados, que afecta principalmente al tracto gastrointestinal y en especial al intestino delgado. Aspectos microbiológicos Con el diagnóstico confirmado, comienza tratamiento antibiótico con estreptomicina 1 g Im/24 horas y ceftriaxona 2 g iv /24 horas; durante 14 días, cambiando posteriormente a tratamiento oral con Trimetropim/Sulfametoxazol cada 12 horas. Para la corrección de la trombopenia se inició tratamiento con inmunoglobulinas y corticoides en pauta descendente obteniendo respuesta completa con cifra de plaquetas normal. Se corrigieron además las carencias vitamínicas y nutricionales. El paciente mejoró clínica y analíticamente recuperando peso y desapareciendo sus dolores articulares. Se le da el alta continuando tratamiento domiciliario con trimetoprim-sulfametoxazol 1 comprimido cada 12 horas; además de hierro, omeprazol y prednisona 30 mg y se le cita para consultas de digestivo y hematología, en esta última para controlar su trombopenia de origen autoinmunitario. En las pruebas de laboratorio que se le realizan el número de plaquetas es normal pero tiene una linfocitosis muy elevada, además de leucocitosis y neutrofilia. En la consulta de Digestivo, se comprueba que el paciente se encuentra bien y que incluso ha recuperado peso, sólo refiere debilidad en el pie izquierdo con dificultad para caminar desde que se fue de alta, por lo que se pide una interconsulta con neurología. Se le realiza una electromiografía que da como diagnóstico mononeuropatía axonal de nervio peroneal izquierdo con bloqueo a la conducción del 50% en rodilla que remite espontáneamente y en posteriores consultas sólo se refiere a hormigueos en manos y pies de forma ocasional. En la última consulta de digestivo sigue aumentando de peso y apenas tiene síntomas neuronales. En la última consulta de hematología encuentran al paciente bien clínicamente. 248 • Pharmaceutical Care España 2006; 8(5): 199-252 Es causado por el microorganismo Tropheryma whippeli (TW). El desarrollo de la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) permitió en 1992 a Relman et al. clasificarlo como grampositivas (1) y dentro del grupo de las Actinobacterias, siendo del género Cellulomas. Bioquímicamente, la bacteria es aerobia y puede encontrarse tanto intracelular como extracelularmente. Se desconoce su mecanismo de transmisión, discutiéndose varias hipótesis. Una de ellas postula que, dado que las manifestaciones más importantes son las digestivas, debería asumirse que la vía oral es la ruta de infección (2). Así, las bacterias atravesarían las células epiteliales desde la luz, cruzando la membrana basal y propiciando una respuesta macrofágica. La bacteria, in vivo se encuentra fácilmente fuera de la célula huésped, lo que indicaría que se trata de un patógeno extracelular. Otras publicaciones recientes describen la presencia de ADN de TW en muestras de voluntarios sin signos de EW, por ello se especula con la posibilidad de que se trate de un comensal del tracto intestinal normal (3); por contra, otras instituciones no han encontrado evidencia de ADN bacteriano en biopsias de control sobre sujetos sanos (4). Acerca del reservorio de la TW, se apunta como posibilidad el entorno natural, ya que en los últimos estudios realizados sobre plantas de tratamiento de residuos en busca de colonias de microorganismos patógenos para el hombre, se han encontrado que 25 de 38 eran positivas para TW. Sintomatología La EW es más frecuente en varones (8:1) de raza blanca, y puede aparecer a cualquier edad, aunque normalmente se inicia en torno a los 50 años. Los síntomas aparecen poco a poco; por tanto, existe una evolución crónica de la enfermedad. En muchas ocasiones el primer síntoma es la artritis, la cual es de tipo no deformante, migratoria e intermitente. 246-251 TRATAMIENTO ENFERM 26/2/07 17:03 Página 249 C. PELLICER FRANCO, M.ª P. ASCUNCE SALDAÑA Los síntomas de tipo gastrointestinal son: dolor abdominal (65%), diarrea (75%) siendo en un 13% intensa (más de 8 deposiciones por día), sangrado gastrointestinal, pérdida de peso (95%) que habitualmente supera los 10 kg ya que la bacteria es causante de malabsorción. La sintomatología es dependiente del órgano afectado: en el SNC aparecen cambios de la conducta, demencia, ataxia, afectación de pares craneales, cefalea, mioclonías, neuropatía periférica, etc.; cuando afecta a pulmón y pleura el paciente tendrá tos crónica, dolor de tipo pleurítico; en el caso del corazón pueden haber lesiones valvulares, pericarditis e incluso evolucionar a una insuficiencia cardiaca congestiva; si la afectación es ocular podremos encontrar uveítis, opacidades del vítreo. En ocasiones la enfermedad también puede presentarse en forma de fiebre de origen desconocido. Otros síntomas son: ganglios linfáticos agrandados, edema, hiperpigmentación de la piel (adquiere una coloración marrón grisácea), adenopatía (55%). En muchos casos estos síntomas extraintestinales pueden preceder al cuadro digestivo, lo que retrasa el diagnóstico. Se ha descrito algún caso en que se ha desarrollado un adenocarcinoma gástrico, por lo que hay que plantear el posible papel de la TW en el desarrollo de procesos neoplásicos. Se ha comunicado la asociación de la EW con linfoma (5). La cronicidad del cuadro podría llevar a una metaplasia de la mucosa y posterior desarrollo de un carcinoma, a semejanza de otras entidades como el esófago de Barret en la cual existe un incremento del riesgo de desarrollar cáncer esofágico, actuando como factor la irritación causada por el reflujo gastroesofágico. Toda esta variedad de síntomas presenta a la EW como una entidad muy heterogénea, lo cual explica la gran dificultad de realizar un diagnóstico de forma rápida. Hemograma En cuanto a las pruebas de laboratorio, el hemograma presenta anemia de tipo normocítico-normocrómico, o bien, microcítica-hipocrómica, consecuencia de la mala absorción. También es común: velocidad de sedimentación globular (VSG) alta, leucocitosis y trombocitosis. Otros hallazgos coincidentes con la malabsorción son: hipoalbuminemia, hipocolesterolemia, hipopotasemia y prolongación del tiempo de protrombina. Pruebas diagnósticas Sin duda, la prueba que puede acercar más al diagnóstico de la EW es la endoscopia y biopsia del intestino delgado. En el estudio histológico con microscopio óptico se observa infiltración de la lámina propia por macrófagos que contienen gránulos PAS-positivos, que produce vellosidades intestinales engrosadas. Este infiltrado no se asocia a ninguna reacción celular habitual en los procesos inflamatorios. Este hallazgo de macrófagos PAS-positivos en mucosa de colon y recto es frecuente, y no sirve para el diagnóstico si no se confirma la existencia de bacilos. El diagnóstico con microscopio electrónico es también fundamental, porque estos macrófagos pueden aparecer en otras enfermedades, como la tuberculosis, la sarcoidosis o la toxoplasmosis; la diferencia consiste en observar los bacilos. La microscopia electrónica también es especialmente importante en el seguimiento del tratamiento, puesto que los macrófagos PAS-positivos persisten durante años, pero si el tratamiento es efectivo desaparecen los bacilos. El futuro en el diagnóstico está en el desarrollo de tests serológicos. En el año 2000 se ha publicado el cultivo de este germen en una línea celular de fibroblastos humanos. En la actualidad se están desarrollando tests serológicos de inmunofluorescencia para detectar anticuerpos frente a la bacteria con una sensibilidad y especificidad adecuadas. En el diagnóstico diferencial histológico debería considerarse únicamente la infección por Mycobacterium avium intracelulare, ya que ésta también cursa con diarrea, pérdida de peso y presencia de infiltración por macrófagos PAS-positivos similares a los de la EW; por lo tanto, ante la presencia de macrófagos en la lámina propia es necesario realizar la técnica de Ziehl-Neelsen. Tratamiento No se ha establecido cuál es el mejor régimen terapéutico, todas las recomendaciones tienen como única base la experiencia, pero sin tratamiento esta enfermedad puede ser mortal. Según la Asociación Española de Gastroenterología (5) en el momento actual se considera de elección una de las dos pautas siguientes: 1. Trimetoprim-sulfametoxazol: 160-800 mg, 2 veces al día, vía oral, durante un año. Pharmaceutical Care España 2006; 8(5): 199-252 • 249 246-251 TRATAMIENTO ENFERM 26/2/07 17:03 Página 250 TRATAMIENTO EN LA ENFERMEDAD DE WHIPPLE. CASO CLÍNICO Y REVISIÓN 2. Penicilina G procaína: 1,2 millones U/día, vía i.m + estreptomicina 1g/día, vía i.m. durante 14 días, y después trimetoprim-sulfametoxazol durante un año. En caso de alergia al trimetoprim-sulfametoxazol se pueden optar como alternativa: • Penicilina G procaína 1,2 millones U/día vía i.m. + estreptomicina 1 g/día vía i.m., seguido de penicilina o ampicilina vía oral durante un año. En caso de no obtener respuesta, o si se produce una recidiva de la infección, los antibióticos que se han utilizado son: ceftriaxona, cefixima y rifampicina, y la asociación con Interferón-gamma recombinante en aquellos casos refractarios. El tratamiento de la EW ha de realizarse durante al menos un año, y con antibióticos que atraviesen la barrera hematoencefálica para evitar las posibles recidivas neurológicas, que son las más graves ya que responden peor al tratamiento; por ello el antibiótico elegido es el trimetoprin-sulfametoxazol. El cloranfenicol ha sido utilizado en aquellos casos que no responden al tratamiento con Cotrimoxazol (7). Pacientes que han presentado intolerancia al cotrimoxazol, se les trató con fenoximetilpenicilina y probenecid después del curso inicial de 14 días de bencilpenicilina y estreptomicina. En pacientes alérgicos a penicilina, hubo un caso de beneficio al ser tratado con eritromicina (6). Puede haber recaídas, tanto durante el tratamiento como meses o años después de haber terminado la terapia, por ello es muy importante un seguimiento posterior del paciente. Se ha sugerido como causa de las recidivas la naturaleza bacteriostática del cotrimoxazol a pesar de las altas concentraciones intracelulares que es capaz de alcanzar (8). Por tanto, sería más adecuado el uso de antibióticos bactericidas. Por todo ello, es conveniente que, transcurrido un año del tratamiento antibiótico, se realice una nueva biopsia para comprobar la desaparición de los bacilos, aunque persistan los macrófagos PAS-positivos. La estreptomicina es un antibiótico aminoglucósido, del que cabe destacar su toxicidad; entre las más importantes: ototoxicidad, toxicidad renal y bloqueo neuromuscular. En este caso clínico, interesa tener en cuenta el bloqueo neuromuscular que puede provocar la estreptomicina. 250 • Pharmaceutical Care España 2006; 8(5): 199-252 Éste se produce sólo cuando se alcanzan concentraciones muy altas de aminoglucósidos en la placa motriz. El pronóstico de la EW es excelente cuando el tratamiento es efectivo, los síntomas desparecen en un mes y suelen permanecer asintomáticos. Las recidivas pueden manifestarse como síntomas gastrointestinales o extraintestinales, especialmente en el sistema nervioso central (SNC) si la duración del tratamiento no ha sido la correcta. Debido a la potencial mortalidad de la enfermedad, algunos autores han señalado la posibilidad de realizar tratamiento antibiótico empírico en aquellos casos de larga evolución con deterioro progresivo, aun sin confirmación histológica (9). Las recomendaciones en el tratamiento para la EW han sido hasta hoy en día empíricas, pero se publicó un artículo en marzo de 2004 (10) el que se estudia la susceptibilidad de los antibióticos frente a tres cepas diferentes de TW con la técnica de LightCycler en un cultivo celular, y vieron que la bacteria era sensible a una gran variedad de ellos; doxiciclina, macrólidos, telithromycina, penicilina G, estreptomicina, rifampicina, teicoplanina, cloranfenicol, amoxicilina, y trimetropin-sulfametoxazol. De todos ellos los aminoglucósidos fueron particularmente activos. Frente a imipenem se encontró heterogeneidad en la respuesta ya que sólo una cepa era sensible mientras que las otras dos fueron resistentes. Los antibióticos menos activos fueron cefalotina, colimicina, aztreonam y las fluorquinolonas. Para la Vancomicina se encontró una elevada resistencia. Los autores plantean un hipotético tratamiento con doxiciclina combinada con hidroxicloroquina basándose en la naturaleza intracelular en vacuolas ácidas de la TW y el éxito de este tratamiento en otras bacterias con las mismas características como es la C. burnetti, y encuentran esta combinación bactericida mas óptima que la actual combinación del cotrimoxazol ya que ésta es sólo bacteriostática, siendo la propuesta de naturaleza bactericida. En nuestro caso particular el tratamiento ha sido un éxito ya que el paciente se recuperó totalmente de todos los síntomas, incluida la pequeña parálisis que pudo deberse a la estreptomicina ya que ésta remitió espontáneamente en cuanto se suspendió el antibiótico, y hasta ahora permanece asintomático. Aunque el protocolo marca la penicilina G como antibiótico de primera elección, en este caso primaron los factores prácticos; debido al mal estado físico del paciente, se optó por la ceftriaxona, que permite menos administraciones al día. 246-251 TRATAMIENTO ENFERM 26/2/07 17:03 Página 251 C. PELLICER FRANCO, M.ª P. ASCUNCE SALDAÑA Bibliografía 1. Relman DA, Schmindt TM, MacDermott RP, Falkow S. Identification of the uncultured bacillus of Whipple’s disease. N Engl J Med. 1992; 327: 293-390. 2. Azúa-Romeo J, Yus C, Alfaro J. Servicio de Anatomía Patológica. H.U. Miguel Servet. Zaragoza. Enfermedad de Whipple de manifestación exclusivamente intestinal. Presentación de un caso y actualización bibliográfica. Revista Española Pat 2002; vol 35 nº 1: 107-111. 3. Dutly F, Hinrikson HP, Seidel T, Morgenegg S, Altwegg M, Bauerfeind P. Tropheryma whippelii DNA in saliva of patients without Whipple’s disease. Infection 2000 Jul-Aug; 28 (4): 219-222. 4. 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