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Invitaci¶on a cultivar helechos
Ir m a R e ye s Ja r a m illo y B la n c a P ¶e r e z Ga r c ¶ ³a
U A M{ I, CB S , D e p t o d e B io lo g ¶ ³a .
Los helechos son plantas vasculares que no forman
°ores, su diversidad es muy grande, se considera que
a nivel mundial existen alrededor de 10 000 especies, de las cuales en M¶exico se tiene una d¶ecima parte, es decir, alrededor de 1000 especies con gran variedad de tama~
nos y formas, desde las ex¶oticas arborescentes como Cyathea bicrenata y C. fulva, hasta las singulares acu¶aticas, por ejemplo Azolla ¯liculoides (P¶erez{Garc¶³a et al., 1995).
por ejemplo Nephrolepis cordifolia y Pteridium aquilinum, o en zonas des¶erticas como Cheilanthes cochisensis y Notholaena bryopoda, entre otras, que habitan en el norte del pa¶³s (Vald¶es & Flores, 1983).
En realidad, es un grupo de plantas muy heterog¶eneo
y quiz¶
a donde m¶as se mani¯esta este cali¯cativo es
en el tama~
no y forma de sus hojas, las cuales pueden ser simples (hoja no dividida), o bien, conforme
su grado de divisi¶on es mayor reciben distintos nombres, tales como: pinnat¶³¯das, pinnadas, pinnadas{
pinnat¶³¯das, bipinnadas, tripinnadas, etc. Su follaje es uno de sus principales atractivos, ya que el arte que se mani¯esta en la pinnaci¶on de sus hojas los
convierte en elementos decorativos (Fig.1).
F ig ura 2 . N ephrolepis sp. c o mo e p¶ ³¯to so bre un he le c ho
a rbo re sc e nte .
F ig ura 1 . Dryopteris sp. c re c ie ndo ba jo
e nc ina r.
la
so mbra
de l
>En d¶
onde se encuentran los helechos? ellos forman
parte de la vegetaci¶on natural tanto de bosques templados como tropicales (Riba, 1993), crecen en el
suelo, entre grietas o sobre rocas, como ep¶³¯tos sobre troncos de ¶arboles e incluso sobre otros helechos (Figs. 2{4). La gran mayor¶³a de ellos requieren de ambientes h¶
umedos y sombreados, sin embargo, hay especies que toleran el sol en sitios abiertos
F ig ura 3 . P hlebodiu m decu manu m e p¶ ³¯to e n pa lma s, T a ba sc o , M ¶e x .
Una pregunta que puede surgirle al lector es: >por
qu¶e los helechos no producen °ores ni semillas? y
24
Invitaci¶
on a cultivar helechos. Irma Reyes Jaramillo y Blanca P¶erez Garc¶³a.
25
F ig ura 4 . E laphoglos s u m latifoliu m c re c ie ndo e n e l sue lo .
una segunda ser¶³a: >c¶omo entonces se reproducen?;
los helechos en el ¶ambito cient¶³¯co forman parte de
un grupo de plantas vasculares conocidas como pterido¯tas, cuyos ancestros se remontan en la escala del tiempo geol¶ogico a la era Paleozoica hace poco menos de 400 millones de a~
nos y fueron parte dominante de la vegetaci¶on durante la era Mesozoica
hace aproximadamente 230 millones de a~
nos y podemos decir que en aquel entonces quienes disfrutaron de los helechos y de otras plantas a¯nes fueron los dinosaurios, entre otros reptiles.
F ig ura 5 . P leopeltis
puntifo rme s.
macrocarpa, mo stra ndo
lo s so ro s
Desde el punto de vista evolutivo los helechos se pueden considerar como las plantas vasculares terrestres m¶
as primitivas, que precedieron a las gimnospermas (plantas primitivas con semillas) y ¶estas a
su vez, a las plantas modernas con °ores y semillas, las angiospermas.
Las pterido¯tas tienen caracter¶³sticas muy particulares como la de formar esporas, las cuales son unidades de reproducci¶on asexual, de dimensiones microm¶etricas. En los helechos las esporas se forman en
estructuras especializadas llamadas esporangios que
se localizan, en la mayor¶³a de ellos, en el env¶es o reverso de las hojas (Figs. 5 y 6), algunas especies de
los g¶eneros Anemia, Blechnum, Botrychium, Ophioglossum y Osmunda, entre otros, presentan dimor¯smo foliar y por lo tanto tienen hojas con funci¶
on estrictamente fotosint¶etica y otras que dan el aspecto de \espigas"dedicadas a la producci¶on de esporangios, es decir con funci¶on reproductiva (Fig. 7).
Los helechos adem¶as de tener la capacidad de reproducirse por la v¶³a asexual, se reproducen sexualmente. Los gametos se forman en el talo gameto¯to (Reyes et al., 1995) que resulta de la germinaci¶
on de las
esporas, alternando de esta forma la generaci¶
on gametof¶³tica (n) y la esporof¶³tica (2n) en el mismo ciclo de vida. Como se ha podido ver hasta este momento, la reproducci¶on en los helechos es muy dife-
F ig ura 6 . Env ¶e s de la ho ja de P hlebodiu m decu manu m,
do nde se o bse rv a n lo s so ro s.
F ig ura 7 . Botrychiu m sp. mo stra ndo la ho ja f¶e rtil y la
fo to sint¶e tic a .
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ContactoS 28, 24{31 (1998)
Para cultivar helechos no se requiere de un invernadero, o de una gran super¯cie de tierra, o de una casa
muy amplia, ya que hay especies para todos los gustos y necesidades, lo mismo se puede plantar en su
jard¶³n una Cyathea bicrenata de gran talla , o poner una delicada maceta con Adiantum o Asplenium
en su mesa de centro, o en aquel rinconcito, donde romper¶
a la monoton¶³a y lo llenar¶
a de energ¶³a, vida y movimiento (Figs. 9 y 10).
F ig ura 8 . Pre fo lia c i¶o n c irc ina da , ho ja s nue v a s de he le c ho .
rente a la de las plantas con °ores, las cuales generalmente forman frutos y semillas por la via sexual.
Otros aspectos en que los helechos son diferentes en
relaci¶
on con otras plantas es en su anatom¶³a y morfolog¶³a. Presentan rizoma (tallo subterr¶aneo) el cual
puede ser erecto o postrado, con escamas y/o pelos, tienen hojas o frondas, as¶³ como los esporangios que pueden formar soros, los cuales a su vez
var¶³an en forma, tama~
no y posici¶on en la l¶amina de
la hoja.
F ig ura 9 . A s pleniu m monanthes , de c o ra ndo e l e studio .
Una caracter¶³stica sui generis de los helechos, es la
forma de crecimiento de las hojas nuevas, conocida como prefoliaci¶on circinada, ya que independientemente de la talla de la planta, la hoja nueva surge enrrollada, en los helechos peque~
nos son de aspecto fr¶
agil y pueden parecer gusanitos verdes, en cambio, en los de talla grande se les ha llegado a dar
el nombre de \rabo de mico"por presentar esta apariencia (Fig. 8).
El cultivo de plantas de helecho
El cultivo de plantas es una actividad fascinante que
no es exclusiva de expertos o profesionales, sino que
por el contrario es una actividad f¶acil de realizar
para cualquier persona. La mayor¶³a de las veces la
gente se deja seducir por las plantas con °ores, sobre
todo si son de gran belleza y color como las ex¶
oticas
orqu¶³deas; sin embargo, hay otras plantas como los
helechos que quien los conoce en su gran diversidad
termina cautivado por ellos.
En muchas especies la delicadeza de su follaje, sus
variados matices verdes y la elegancia de sus hojas, son una invitaci¶on a tenerlos en el interior o
exterior de casas, o¯cinas, negocios, parques y jardines. Su exquisita belleza individual o en conjunto con otras plantas, proveen de un ambiente agradable e inigualable.
F ig ura 1 0 . P hanerophlebia nobilis , e n la
te l¶e fo no .
me sa
de l
Realmente solo se requiere de un poco de creatividad
para vestir con helechos los sitios que frecuentamos
o habitamos, debido a que se pueden tener en el
suelo formando parte del jard¶³n o del paisaje, en la
sombra o en el sol, en macetas de distinto tama~
no, en
interiores o en exteriores, colgando, en la pared, en
el piso o sobre una super¯cie determinada. Entrar de
esta manera en el mundo de los helechos, nos permite
un abanico de posibilidades como: entretenimiento,
terapia ocupacional, pr¶
acticas escolares, entre otros.
>C¶
omo iniciar la recolecci¶
on de helechos para su posterior cultivo y propagaci¶
on?. Se pueden conseguir
Invitaci¶
on a cultivar helechos. Irma Reyes Jaramillo y Blanca P¶erez Garc¶³a.
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algunas especies en los mercados y supermercados,
las m¶
as comunes pertenecen a los g¶eneros: Lophosoria, Asplenium, Dryopteris, Thelypteris, Nephrolepis, Adiantum, Pteris y Pellaea, cuyos precios son
econ¶
omicos, var¶³an de ocho a cuarenta pesos (en el
mercado de Nativitas, Xochimilco, D.F.).
Por otra parte, no olvidemos que estas plantas son
elementos naturales de los bosque templados y sobre todo tropicales, de los cuales se pueden adquirir frondas f¶ertiles para posteriormente obtener esporas, rizomas o la planta completa, que nos permitan
reproducirlos en casa y diversi¯car el verde de nuestro hogar o embellecer nuestro h¶abitat cotidiano.
El p¶
arrafo anterior es una invitaci¶on para tener un
reencuentro con la naturaleza y as¶³, visitar y recorrer los bosques de M¶exico, que de hecho es una actividad placentera y si adem¶as de disfrutarlos, llevamos en mente descubrir nuevos helechos para su posterior cultivo, lo cual ser¶³a una motivaci¶on m¶
as para interesarse en el conocimiento de su biolog¶³a y
ecolog¶³a.
Reproducci¶
on vegetativa
F ig ura 1 1 . N ephrolepis cordifolia, ilustra ndo la pro pa g a c i¶o n v e g e ta tiv a po r fra g me nta c i¶o n de l riz o ma .
Los helechos se pueden reproducir vegetativamente por medio de diferentes partes de la planta. Uno de
los procedimientos m¶as empleados es por fragmentaci¶
on del rizoma (Mson, 1990)(Fig.11), o por segmentos del peciolo (base de la hoja). Los cuales se trasplantan ya sea en macetas o directamente en el suelo
y de esta manera se generan nuevos individuos (Hoshizaki, 1975; Ide et al., 1992; P¶erez{Garc¶³a & Reyes, 1993).
Otras especies como Asplenium bulbiferum o \helecho nodriza"(Fig.12), forman sobre sus frondas yemas, a partir de las cuales surgen peque~
nas pl¶
antulas, las cuales se pueden desprender individualmente y trasplantarlas, o bien, ¯jar la hoja al suelo sin desprenderla de la planta madre.
Reproducci¶
on sexual
La reproducci¶on sexual es otra v¶³a f¶acil de propagaci¶
on de los helechos en la cual se emplean las esporas, su ventaja radica en poder sembrar cientos
o miles de ellas, logrando as¶³, una mayor producci¶
on de plantas; su desventaja es que el crecimiento es lento y puede tardarse en tener una planta adulta de uno a varios a~
nos.
La producci¶
on de esporas var¶³a en cada especie, por
ejemplo una fronda de Pteridium aquilinum puede
producir un gramo, que equivale aproximadamente
a 300 millones de esporas.
F ig ura 1 2 . A s pleniu m bu lbiferu m, he le c ho
no driz a " .
\ ma dre
o
28
F ig ura 1 3 . So bre e l a g a r v e mo s de c o lo r v e rde , g ra n c a ntida d de diminuta s pla nta s (g a me to ¯to s de he le c ho ).
ContactoS 28, 24{31 (1998)
F ig ura 1 4 . Sie mbra po r e spo ra s e n se mille ro s.
Para la obtenci¶on de esporas se cortan frondas
f¶ertiles, que tengan esporangios maduros, no verdes, con la ayuda de una lupa se puede asegurar de
lo anterior. En los helechos en cuyo env¶es de las hojas se forman los esporangios, ¶estos se pueden apreciar a simple vista (Figs. 5 y 6), tanto es as¶³, que hay
personas que por ignorancia han pensado que se trata de una plaga, cuando en realidad lo que est¶
an
viendo es una hoja f¶ertil, con los esporangios agrupados en soros o en condici¶on acrosticoide (los esporangios no forman soros, se encuentran uniformemente cubriendo todo el env¶es de la l¶amina de la hoja, Fig. 4) formando en su interior cientos de esporas, por esta raz¶on a la planta madre se le denomina esporo¯to.
Las hojas f¶ertiles seccionadas, posteriormente se meten en bolsitas de papel, o en sobres, se sellan con
cinta adhesiva y se ponen cerca de una ventana o
donde se sequen bien a temperatura ambiente. Al secarse los esporangios se abren y liberan las esporas,
¶estas a simple vista se ven como un polvo muy ¯no, cuyo color var¶³a dependiendo de la especie, puede ser amarillo, pardo o negro. Si se observan al microscopio se ver¶an como cientos de \semillas"que miden tan solo unas micras.
La siembra de las esporas se hace de acuerdo a los intereses que se tengan, se puede hacer en cajas de Petri con agar, con agar y medio de cultivo, en macetas,
en semilleros o directamente en el suelo (Figs. 13{
16). Las esporas simplemente se espolvorean directamente, o se pueden separar de los restos de la hoja que quedan en el sobre tamizando con una malla
¯na (0.074 mm de di¶ametro) y con un pincel delgado se espolvorean sobre la super¯cie del medio donde se desea sembrar. No es conveniente sembrar densamente porque al crecer las plantulitas no tienen su¯ciente espacio y se demerita su desarrollo.
F ig ura 1 5 . A c e rc a mie nto de lo s e spo ro ¯to s jo v e ne s.
F ig ura 1 6 . Lo s se mille ro s c o n ta pa fa v o re c e n q ue no se
pie rda la hume da d de lo s c ultiv o s.
Invitaci¶
on a cultivar helechos. Irma Reyes Jaramillo y Blanca P¶erez Garc¶³a.
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Algo importante que hay que tomar en cuenta es
que no todas las esporas que se siembran germinan
y las que germinan no todas prosperan. Por otra parte la viabilidad de las esporas var¶³a tambi¶en en funci¶
on de la especie y de las condiciones en que se almacenen, de preferencia se sugiere guardar las esporas empleando frasquitos de vidrio, en sitios secos y a baja temperatura.
Independientemente del medio en que se siembren
ya sea en agar o en suelo, se debe de mantener una
buena aireaci¶on y humedad en los cultivos, as¶³ como evitar directamente el sol sobre ellos. Es conveniente emplear tapas, bolsas de polietileno transparente, vidrios, etc. y regarlos cuando se requiera, para impedir la y la deshidrataci¶on y muerte de
las plantulitas.
Por lo general las esporas de helechos germinan alrededor de los 10 d¶³as, manifest¶andose un color verde sobre la super¯cie (Fig. 13), despu¶es de tres meses
se empezar¶
a a observar la formaci¶on de peque~
nas hojas, cuando las plantulitas tengan una altura aproximada de 10 cm se pueden transplantar individualmente.
En caso de utilizar suelo como substrato, se recomienda de preferencia que sea org¶anico, puede ser
una mezcla de tierra negra y de hoja. Aunque los helechos no requiren como otras plantas de fertilizaci¶
on qu¶³mica, se les puede agregar peri¶odicamente
cada dos o tres meses un fertilizante de f¶ormula 20{
30{10 (Nutrifertil): se disuelve medio gramo de ¶este
en un litro de agua y se agrega despu¶es de regar el helecho con agua simple. Tambi¶en se puede emplear
de igual forma el fertilizante Triple 17 o bien, media cucharada de fertilizante nitrogenado ya sea sulfato de amonio o urea. Aplique los fertilizantes directamente al suelo, no a la planta, recuerde que son sales en su mayor¶³a y pueden quemarla.
Normalmente el com¶
un de la gente desconoce los
nombres cient¶³¯cos de los helechos y hay quienes
los generalizan como \palmas", sin tener nada que
ver con las verdaderas palmas. Para ilustrar lo anterior veamos los siguientes ejemplos: a las especies del g¶enero Adiantum (A. braunii, A. capillus{
veneris, A. princeps) se le conoce como \cilantrillo"(Fig. 17), a Lophosoria quadripinata como \helecho de chivo"(Fig. 18), a Campyloneurum phyllitidis \lengua de ciervo", a Cyathea myosuroides \rabo de mico", a Nephrolepis biserrata forma furcans
\cola de pescado"(Fig. 19), a Platycerium sp. \cuerno de alce"(Fig. 20); de los helechos acu¶aticos a Salvinia auriculata le llaman \oreja de rat¶on".
A continuaci¶on se dan algunos nombres de helechos
que se sugieren para decorar, colorear y dar movimiento donde usted lo decida: para sitios como
F ig ura 1 7 . A diantu m sp., he le c ho de sua v e s ma tic e s y
fro nda s.
F ig ura 1 8 . L ophos oria qu adripinnata, de a mplia s y be lla s
fro nda s, re c o me nda ble pa ra e x te rio re s.
30
ContactoS 28, 24{31 (1998)
F ig ura 2 1 . P hanerophlebia nobilis , no pa re c e un he le c ho
y sin e mba rg o lo e s.
F ig ura 1 9 . D istinta s e spe c ie s de he le c ho s a do rna ndo la
e ntra da de la c a sa .
F ig ura 2 2 . Dryopteris karwins kiana, fro ndo so
fre c ue nte e n lo s bo sq ue s te mpla do s de l pa ¶ ³s.
F ig ura 2 0 . P latyceriu m sp., e s un e x ¶o tic o he le c ho , intro duc ido e n M ¶e x ic o y e s una de la s e spe c ie s m¶a s c a ra s de l me rc a do (m¶a s de $ 3 0 0 .0 0 ).
he le c ho ,
grietas, rocas, fuentes y macetas peque~
nas a medianas: Notholaena candida, N. galeottii, Pellaea ovata, Adiantum pedatum, A. capillus{veneris, A. patens, A. poiretii, Asplenium monanthes (Fig. 9), A.
trichomanes, Phlebodium aureum, Niphidium crassifolium (Fig. 19), Polypodium sp., Pecluma plumula,
P. ferruginea, Woodsia alpina y Phanerophlebia nobilis (Fig.10), entre muchos m¶
as.
Se recomiendan para plantar en suelo o en macetas grandes: Dennstaedtia bipinnata, Didymochlaena truncatula, Pteridium aquilinum, Thelypteris torresiana, T. patens, T. pilosa, T. rudis, T. puberula, Athyrium thelypteroides, Phanerophlebia nobilis (Fig.21), Polystichum acrostichoides (Fig. 19),
Dryopteris karwinskiana (Fig. 22), D. wallichiana,
D. rosii, Nephrolepis cordifolia, Nephrolepis sp. (Fig.
23), Athyrium arcuatum, A. ¯lix{femina, Woodsia spinulosa, Asplenium serratum (Fig. 24), entre
otros.
Invitaci¶
on a cultivar helechos. Irma Reyes Jaramillo y Blanca P¶erez Garc¶³a.
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Como ep¶³¯tos sobre los ¶
arboles: Pleopeltis astrolepis,
P. macrocarpa, P. revoluta, Polypodium sp., Dryopteris sp., Micrograma nitida, Loxogramme mexicana,
Elaphoglossum sp.
En regiones tropicales se puede cultivar a Lygodium
heterodoxum, es un helecho que a manera de enrredadera se trepa en la vegetaci¶
on circundante, presenta bellas y originales hojas varias veces pinnadas y tiene un crecimiento que puede trepar por los
arboles m¶
¶
as all¶
a de los 10 metros de altura.
En estanques, lagos o peceras, se pueden incluir
helechos acu¶
aticos de los g¶eneros: Azolla, Salvinia y Marsilea principalmente, las dos primeras son
particularmente de talla peque~
na de unos cuantos
mil¶³metros, Azolla llega a formar una carpeta sobre los cuerpos de agua, que en ocasiones se observa
de color rojizo y se pueden obtener estas plantas en
ambientes naturales como lagos y charcas m¶
as o menos permanentes, as¶³ como canales de agua dulce.
F ig ura 2 3 . N ephrolepis sp., uno
c o m¶unme nte c ultiv a do s.
de
lo s he le c ho s m¶a s
Finalmente se puede decir que un poco de imaginaci¶
on, creatividad, paseos al aire libre e ir de compras a un mercado de plantas, ser¶³an los ingredientes iniciales para emprender una actividad fascinante
en el campo de la bot¶
anica y a su vez de la jardiner¶³a.
B ib liogra f¶³a
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e le g a nte .
ho ja
simple
y
cs